martes, 31 de enero de 2012

Carta de María Corina Machado a Fidel Castro


Comandante Fidel Castro
La Habana, Cuba
Sr. Castro,

Me dirijo a usted en la oportunidad de responder a las alusiones que hizo de mí en sus Reflexiones sobre "La Genialidad de Chávez" del 26 de enero pasado. 
Me referiré a dos aspectos de su escrito: el que se refiere a mi intervención en la Asamblea Nacional y el relativo a sus opiniones sobre la política venezolana. El presidente Chávez intentó usar su presentación en la Asamblea para dos propósitos muy evidentes. En primer lugar, para mostrar un país de paz y prosperidad que no existe. Venezuela, con todos sus recursos humanos y naturales, vive los embates de la pobreza, el crimen y la humillación; en segundo lugar, quiso utilizar a los diputados de la oposición para mostrar al mundo un juego democrático que ha sido vulnerado por su gobierno, mediante el control abusivo de todas las instituciones del
Estado y la represión hacia la disidencia.
Frente a esta manipulación y la indignación que me produjo, tomé la palabra para denunciar que no existe ese país que describió Chávez y que, por el contrario, está signado por la escasez y el racionamiento, el crimen desatado y la acción vil e impune del Estado, que roba la propiedad privada mediante la figura de las expropiaciones. Por eso, cuando pronuncié la frase "expropiar es
robar", los venezolanos en su mayoría, sobre todo los más humildes, se sintieron expresados. No fueron frases que pusieron a prueba, como usted dice de Chávez, "su caballerosidad y sangre fría", sino su engaño y el teatro que escenificaba hasta el momento de mi exposición.
Usted asegura que "solo él fue capaz de responder con serenidad al insultante calificativo de 'ladrón' que ella utilizó para juzgar la conducta del Presidente por las leyes y medidas adoptadas". Yo dije que expropiar es robar y lo sostengo. Fue el propio presidente Chávez quien se autocalificó de "ladrón" al asumir personalmente la responsabilidad de las expropiaciones, que son robos
apenas revestidos de un barniz jurídico en el régimen actual.
Tan importante es la propiedad que después de medio siglo, Cuba, de la mano de su hermano y Presidente, la ha redescubierto en su programa de reformas. 
Tampoco es verdad que, como usted asegura, Chávez "respondió a la solicitud individual de un debate con una frase elegante y sosegada "Águila no caza moscas", y sin añadir una palabra, prosiguió serenamente su exposición." En ese momento el presidente
Chávez perdió la compostura, su manoseada frase sobre águilas y moscas es una grosera manifestación de desprecio hacia sus interlocutores, que fue aderezada con una expresión según la cual yo no tengo "ranking" para debatir con él. Sólo un déspota
considera que un parlamentario elegido por el pueblo no tiene credenciales para discutir con el presidente de su país.
Pero en el fondo tiene razón el Presidente Chávez: él y yo estamos en niveles muy distantes en cuanto a la moral y los principios. 
Lo que usted, señor Castro, elude, es que mi interpelación al presidente Chávez expresó lo que un país hastiado de un régimen autocrático quiere decirle. Estas opiniones suyas no pasarían de ser la consabida lisonja que usted suele prodigar de tiempo en tiempo a Chávez si no fuera porque se atreve a incursionar en el debate político venezolano, como muestra del intervencionismo
sistemático de su gobierno en los asuntos internos de mi país.
Señor Castro, usted intervino en Venezuela en la década de los 60, cuando personal militar a su servicio pretendió imponer un régimen en Venezuela como el que usted impuso en su país. Las autoridades civiles y las Fuerzas Armadas de entonces lo derrotaron a
usted, del mismo modo que las democracias latinoamericanas lo hicieron en toda la región. Su agresión causó muertes, incluyendo la de tantos jóvenes venezolanos que se hicieron ilusiones con su revolución. Más adelante, una vez derrotado y abandonado por la Unión
Soviética, los demócratas latinoamericanos le abrieron a su régimen las puertas a la comunidad regional a condición de que iniciara un proceso de democratización. Uno de los que le facilitó ese reingreso fue el presidente Carlos Andrés Pérez, con quien usted se
solidarizó cuando ocurrió el golpe de Estado del teniente coronel Hugo Chávez. Los venezolanos recordamos la carta suya al
presidente Pérez en la que le decía: "En este momento amargo y crítico, recordamos con gratitud todo lo que has contribuido al
desarrollo de las relaciones bilaterales entre nuestros países y tu sostenida posición de comprensión y respeto hacia Cuba. Confío
en que la dificultades serán superadas totalmente y se preserve el orden constitucional, así como tu liderazgo al frente de los destinos de la hermana República de Venezuela".
Así se desmarcaba usted del golpe de estado de Chávez y expresaba su solidaridad al entonces Presidente, cuando su interés era retornar de algún modo a la comunidad latinoamericana debido a que los soviéticos habían dejado a su país sin oxígeno. 
Sin embargo, más adelante encontraría un nuevo auxilio. Usted se prestó a darle una credencial revolucionaria a quien no habría pasado de ser uno más de los militares golpistas de América Latina a cambio de recibir colosales recursos de nuestro país que le son
negados a los ciudadanos venezolanos. Si en los 60 usted invadió a nuestro país en contra de la voluntad de su liderazgo civil y de las FAN, ahora lo hace porque el gobierno del presidente Chávez le ha entregado nuestra soberanía. Su ataque a Rómulo Betancourt no
puede ocultar un hecho que está inscrito en la historia: Betancourt lo derrotó a usted política y militarmente, su reconcomio por esta fatalidad es evidente.
No podía esperarse en sus consideraciones nada distinto al reconocimiento al general Henry Rangel Silva, recientemente promovido al cargo de ministro de Defensa de Venezuela. Es un militar cuestionado nacional e internacionalmente; en el exterior por supuestos vínculos con la guerrilla y el narcotráfico; dentro de Venezuela por haber amenazado en no reconocer el triunfo de las fuerzas
democráticas en las próximas elecciones. Este oficial no representa a los militares institucionales de Venezuela, ni la protesta mayoritaria de éstos en contra de la invasión cubana a nuestra FAN. 
Usted ha invocado muchas veces como razón de su rebelión en la década de los 50 la intervención de los EEUU en su país durante más de la mitad del siglo XX. Usted ha sido crítico de la forma en la que los soviéticos, a sus espaldas, negociaron a Cuba en el marco
de la Guerra Fría. Muchos cubanos todavía resienten la grosera participación de los soviéticos en la dirección del Estado cubano durante tres décadas. Usted, que sabe eso, podría imaginarse la indignación que produce a los venezolanos ver a cubanos enviados por
su gobierno en las más altas esferas del Estado, en las instalaciones militares, en el Palacio presidencial, en los cuerpos de seguridad, en registros y notarías. Imagine la humillación que sienten los oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana al recibir órdenes de extranjeros como los oficiales cubanos, quienes invaden nuestras instalaciones militares. 
Venezuela ha sustituido a la Unión Soviética como sostén de Cuba, mientras aquí hay miles de refugiados que vieron sus viviendas destruirse y el gobierno no ha hecho nada para remediarles su situación. Su gobierno recibe -que se sepa- más de 110 mil barriles diarios de nuestro petróleo en forma de regalo, supuestamente compensado con servicios que no valen lo que cuesta producir el
petróleo. Su régimen hace triangulaciones de negocios que encarecen lo que Venezuela importa y les permiten a ustedes una grosera e innecesaria tajada de comisiones. Chávez y ustedes han logrado que lo que ha sido la tradicional amistad entre cubanos y venezolanos, hoy esté atravesada por el resentimiento y la sospecha. Esa amistad volverá pero una vez que cese la invasión de
funcionarios de su país al nuestro.
Usted invocó en su revolución la necesidad de luchar contra los cipayos que en su país propiciaron la intervención foránea durante décadas. Nosotros hoy luchamos contra los cipayos que en Venezuela han propiciado la intervención del gobierno cubano en la dirección de nuestro Estado y nuestra sociedad.
En el futuro seremos países amigos pero jamás aceptaremos la permanencia del status-quo que les ha permitido la anexión institucional de nuestro país al suyo. Tenga la seguridad de que mi gobierno estará comprometido con el pleno retorno de la democracia a Cuba. 
Comandante Castro, deje de intervenir en los asuntos internos de Venezuela. Hágalo de buen grado o las fuerzas democráticas de Venezuela se lo volverán hacer entender como 
Leer más...

Diego Arria descarta realizar alianzas con el resto de los precandidatos

El aspirante presidencial advirtió que si los poderes públicos no son rescatados, la "transición va a ser muy complicada, muy inestable y el futuro Gobierno estará secuestrado por el señor Hugo Chávez".

imageRotate
Arria destacó la importancia de enfrentar al CNE (Archivo)
ALEJANDRA M. HERNÁNDEZ F. |  EL UNIVERSAL
lunes 30 de enero de 2012  
Caracas.- El precandidato presidencial por la Mesa de la Unidad (MUD), Diego Arria, descartó este lunes la posibilidad de concretar alianza alguna con cualquiera de los candidatos a las primarias de la oposición. 

Destacó que entró a participar en la carrera presidencial por un "problema de principios" y que desea hacer conocer a los venezolanos su visión independientemente del resultado de las elecciones primarias a realizarse el próximo 12 de febrero. 

"Puede que no gane, pero perder jamás, porque todo lo que estoy haciendo es en función de mi país", señaló durante una entrevista con el periodista Ismael Cala en el programa Cala, transmitido por el canal CNN en Español. 

Según explicó, su único compromiso con el país es "recuperar las libertades, desmontar este régimen, quitarle el poder que tienen hoy en día los jueces, la Asamblea Nacional, la Contraloría, la Fiscalía y el Poder Electoral, y rescatar la independencia". 

Comentó que posee "diferencias sustanciales" con el resto de los aspirantes presidenciales de oposición porque considera que el problema fundamental de Venezuela es "salir de este régimen" y en su criterio, ese objetivo no es posible si no se enfrenta al Consejo Nacional Electoral (CNE). 

"La educación no es el problema nuestro, esa es una responsabilidad rutinaria que tiene un Estado (...) Nuestro problema es salir de este régimen. Denme a mí la candidatura y ustedes verán como yo movilizaré a los venezolanos para enfrentar al CNE, sin lo cual nuestras posibilidades de tener éxito son muy limitadas". 

El precandidato presidencial advirtió que si los poderes públicos no son rescatados, la "transición va a ser muy complicada, muy inestable y el futuro Gobierno estará secuestrado por el señor Hugo Chávez". 

Para quienes lo asocian con la vieja política venezolana y la cuarta República, el mensaje no se hizo esperar: "en Venezuela se ha falsificado tanto la historia que si los venezolanos llegáramos a creer que todo era malo, va a llegar un punto en que los hijos va a renegar de sus padres (...) Yo me siento muy orgulloso de haber sido ministro y gobernador del presidente Carlos Andrés Pérez y haber sido presidente de la Cooperación nacional de Turismo con el presidente Rafael Caldera (...) me siento muy orgulloso de haber sido parte de eso." 

Con respecto a la fotografía que circuló por las redes sociales donde aparece un grupo de niños con el rostro semitapado, portando presuntas armas largas durante un acto realizado en días pasados en la zona 23 de Enero de Caracas, Arria indicó: "esos son los que llaman los niños soldados en Sudán, éste es uno de los peores crímenes del mundo. El Gobierno dice hoy que repudia la foto porque los descubrieron. Hay un proceso de ideologización de los niños en Venezuela en las escuelas que es perverso". 

Leer más...
UN PROGRAMA PARA LA ACCIÓN
  
Teodoro Petkoff 
Talcual
Un veterano político, ya fallecido, solía decir de los programas electorales de los partidos que esos documentos no los leía nadie pero que su importancia residía en que se sepa que existen. Bien, ya la MUD ha cumplido con esta condición.

Presentó ante el país los "Lineamientos para el Programa de Gobierno de Unidad Nacional".

Desde luego que falta mucho para que "se sepa" que ese programa existe. Por ahora es de conocimiento de los sectores políticos más enterados pero al vasto campo popular todavía no ha llegado la información. Pero llegará, sobre todo cuando las primarias arrojen el nombre del candidato unitario y este apoye su campaña en ese programa.

Porque, a diferencia de lo afirmado por nuestro veterano político, de ese programa no sólo es importante que se sepa de su existencia,  sino que es necesario que sus aspectos fundamentales sean conocidos por los electores. Es un documento básico, uno de los programas políticos más completos y sustanciales que hayan sido elaborados en nuestro país.

Equipos que en conjunto llegaron a sumar unos 400 especialistas de todas las materias que deben ser abordadas en esta clase de papeles, trabajaron durante meses, de fructíferos debates, en articular posiciones que pudieran servir de base para la alianza cristalizada en la Unidad Democrática, en la cual, dicho sea de pasada, se puede decir que existen muchas más posturas comunes, y hasta consensuales, de lo que permitiría sospechar su heterogénea integración.Es, pues, un documento unitario. La Unidad Democrática ya no sólo está materializada en la MUD y en la organización de las primarias sino también en este programa. Debe entenderse que este es un documento para la acción. Lo cual significa que sus principales proposiciones deben no sólo ser levantadas por el candidato unitario sino tienen que transformarse en consignas y en propaganda política. No es un programa platónico sino la promesa, sólidamente fundamentada y sustanciada, de que es posible no solamente derrotar a Chávez sino marchar hacia un país que despegue en dirección al desarrollo y pueda vivir y progresar en paz. Eso tiene que ser divulgado profusamente.

Queremos asomar, para finalizar, algunas consideraciones sobre el post 12F. Una, atañe a la integración del comando de campaña del candidato. Este también debe ser concebido como una nueva e importantísima materialización de la unidad. Gente para un buen comando sobra, de modo que la selección de sus integrantes debe cumplir con la condición, sine qua non, de amplitud, que asegure la participación y colaboración de todos los que deben estar. Las dificultades podrían surgir del sectarismo. El candidato debe estar conciente de que el esfuerzo que le dio el liderazgo de la oposición fue un esfuerzo unitario, de todos, y que sin el mantenimiento de las condiciones para que el clima unitario sea vivo y actuante es preciso derrotar la tentación sectaria.

De igual manera es de esperar que el compromiso unitario no será vulnerado por aquellos candidatos que no resulten seleccionados como el portavoz de todos. Los que no ganen son hoy figuras de alcance nacional y su contribución a la campaña será, sin duda invalorable. Muchas veces lo hemos dicho: la unidad es a largo plazo. Va mucho más allá del 12F y del 7 de Octubre.
...

CHÁVEZ AGRICULTOR 


 SIMÓN BOCCANEGRA  



Bueno, le llegó su sábado a Loyo, el ahora ex minpopo de las tierras. Es de esperar que le quitarán también la pistolota que solía portar ostentosamente para ejercer su función.

Por lo que sabemos estaba en la mira desde hace tiempo pero Chacumbele, con su eterno drama de carencia de cuadros, no encontraba el sustituto, hasta que finalmente, y en vista de ello y de que Loyo le tenía el gorro lleno, se decidió por repetir a Elías Jaua en ese cargo, quien, por cierto, también lo ejerció sin brillo ni efectividad, pero al menos es mejorcito que el hombre de la pistola. Jaua es ahora, pues, Vicepresidente, ministro de Agricultura y Tierras y candidato en Miranda. Eficiencia garantizada, sin duda. Pero el problema no es Loyo y tampoco Jaua; es Chávez. Este no puede armar un buen equipo de gobierno porque su condición inapelable para pertenecer a este es la lealtad a su figura; de allí la cantidad de mediocres que se consigue, pues son los únicos dispuestos a calarse esa imposición. Con semejantes personajes no debemos extrañarnos del colapso de nuestra agricultura. Rubros esenciales como el maíz, el arroz y el sorgo, vienen en caída libre. Tanto en producción como en productividad el balance es como para echarse a llorar. La agricultura está sometida a un régimen de montaña rusa. Sube la producción un año y se cae el siguiente. Mejor demostración de carencia de una política consistente no puede haber. Pero en conjunto, para todo el período chavista la tasa media anual de producción fue negativa (-0,9 como promedio an

Leer más...

lunes, 30 de enero de 2012


"La dupla Capriles-López será invencible el 7 de octubre"

"Nunca hubo un acuerdo previo con UNT. Pero sí conversaciones con todos los candidatos" "Pablo Pérez debe ser el candidato a la gobernación del Zulia. Eso es clave para ganar el 7 de octubre.

imageRotate
Carlos Vecchio cuenta a El Universal cómo en diciembre pasado se llegó al convencimiento sobre la necesidad de apoyar a Henrique Capriles NICOLA ROCCO
ROBERTO GIUSTI , EL UNIVERSAL , CARLOS VECCHIO , COORDINADOR POLÍTICO DE V P |  EL UNIVERSAL
domingo 29 de enero de 2012 
Uno de los artífices del acuerdo Capriles-López fue Carlos Vecchio, coordinador Político de Voluntad Popular. Su relato sobre la forma en que se llegó a un entendimiento describe un proceso que se dio sin traumas y como algo natural: "Desde el inicio de la campaña tuvimos contacto con los candidatos y todos esperaban que los apoyaran. Pero la dinámica política tiene sus tiempos y en un momento dado se debe tomar decisiones. Así, el jueves previo al día del debate profundizamos las conversaciones. Estuvimos conversando Armando Briquet (coordinador del Comando de Campaña de Capriles) y yo. Luego, el domingo 22 en la noche se reunieron los dos precandidatos para afinar el entendimiento. Esa noche también se decidió hacer el anuncio al finalizar el debate" 

-¿Cuándo consideran ustedes la posibilidad de apoyar a Capriles, tomando en cuenta que Leopoldo no daba muestras de resignarse? 

-En la campaña había una etapa que culminaba en diciembre con las vacaciones y la disminución de la intensidad, previa a la recta final. Todo el mundo sabe que entramos en competencia con un tiro en el pecho por el tema de la inhabilitación. Hasta entonces los números de Leopoldo eran similares a los de Capriles y ambos estaban por encima de Chávez. Pero el análisis sobre el 7 de octubre nos convenció. La de Capriles-López es una dupla invencible de cara a esa fecha. Ahí estuvo el mayor peso a la hora de tomar la decisión. 

-Si el preanuncio de Leopoldo en el debate resultó sorpresivo para todo el mundo, aun lo fue más para Pablo Pérez. ¿No había un acuerdo previo entre él y Leopoldo que este obvió? 

-Nunca hubo un acuerdo con Un Nuevo Tiempo. Hubo conversaciones con todos. Y eso es normal. Lo importante es que esta noticia cayó bien entre los venezolanos. Es normal la reacción de UNT, pero tengo amigos que si antes no pensaban votar ni por Leopoldo ni por Capriles, ahora apoyan la dupla. 

-¿Necesitaba Capriles ese apoyo para ganar o ustedes decidieron apoyarlo porque puntea en las encuestas? 

-Capriles tenía una ventaja muy importante, pero esta dupla es clave para ganar el 7. 

-¿Por qué no lo la de Pablo-Leopoldo? 

-Pablo también tiene una función de cara al 7. Su liderazgo es clave en el Zulia y él debe ser el candidato a gobernador en un estado fundamental para lograr la victoria. 

-Por su reacción no parece estar muy dispuesto a trabajar en ese sentido. 

-Pero rectificó y dijo que "Capriles es pana". Aquí no se puede perder la cabeza. El 13 de febrero estaremos unidos y todos hacen falta. Este es un momento de grandeza y por eso se que Pablo y UNT pondrán todo su empeño en ganar el 7. 

-Henry Ramos advierte que tuvo razón cuando dijo que las fuerzas en liza se unirían por bloques ideológicos y que la alianza Capriles- Leopoldo lo demuestra. 

-No lo creo. Entre los que apoyan a Capriles está el Bloque Progresista: La Causa R, Podemos. Al final del día la decisión la tendrán los ciudadanos. 

-La diferenciación es, entonces, ética y generacional. 

-De ideas, prioridades, mensajes, liderazgo y forma de hacer política. Se trata de buscar soluciones. Nos une la superación de la pobreza. Ahí hay un compromiso de Capriles-López. 

-¿Se fundirán los programas de ambos o Capriles acoge el plan de seguridad de Leopoldo? 

-Habrá lo mejor de todo. El convertir a Venezuela en territorio seguro es algo que Capriles entiende como prioritario, lo mismo la necesidad de impulsar la producción nacional para generar empleo y hacer de Venezuela el principal productor de petróleo. Hay coincidencias sobre la visión del país. 

-Capriles diferenció el pacto de los acuerdos tradicionales y dice que no hubo repartición burocrática. Pero es obvio que ustedes quieren participar en un eventual gobierno suyo e igual los partidos de la unidad. 

-Así es. Pero sí le dijimos que "queremos acompañarte en la campaña". Eso permite hacer un trabajo por partida doble. Además de estar juntos cada uno puede activarse por su cuenta y mientras Capriles cubre un frente urbano, Leopoldo puede ir al medio rural. Y eso tiene incidencia en los resultados del 7 de octubre. Estamos en todo el país y asumir la responsabilidad en le comando tricolor es clave para nosotros."

Leer más...

Pablo Pérez: La lucha contra el centralismo jamás cesará desde el Zulia

"Con el regionalismo (que existe en el país) conformaremos la identidad de la República"



MC Machado: El Gobierno inculca la violencia en niños

La precandidata cuestionó que colectivos entregaran armas a los jóvenes


Henrique Capriles: En empresas básicas privilegiaron el carnet político

"Tenemos que entender el poder como un compromiso y no como un privilegio"


Leer más...

domingo, 29 de enero de 2012

LAS IDEAS Y EL CAOS


Mario Vargas Llosa

Quienes creen que la historia de América Latina es una obra maestra de la sinrazón, un producto del puro instinto y de la fuerza bruta, deberían leer el reciente libro del historiador mexicano Enrique Krauze, Redentores. Ideas y poder en América Latina(Debate, 2011). Este ambicioso y audaz ensayo quiere mostrar, a través de perfiles biográficos de 12 latinoamericanos de diversa vocación -políticos, revolucionarios, escritores, dictadores- que la evolución de América Latina no es un caos, resultante de las pasiones y los apetitos desbocados, sino una compleja trama movida por ideas y convicciones que, aunque a menudo disimuladas detrás de desplantes, matonerías y retóricas rimbombantes y huecas, le dan a aquella sentido, coherencia y racionalidad.

Como los autores de las dos obras capitales que le sirven de modelo, Russian Thinkers, de Isaiah Berlin, y To the Finland Station, de Edmund Wilson, Enrique Krauze cree firmemente que las ideas hacen siempre la historia y explican todos los grandes hechos -repugnantes o admirables, generosos o mezquinos, liberadores o esclavizantes- que constituyen el devenir de todas las sociedades y naciones.
Aunque rigurosamente trabados entre sí, los capítulos del libro son de dimensión y profundidad variada y entre el riquísimo y exhaustivo dedicado a Octavio Paz -un libro dentro del libro, en verdad- y los más breves y someros consagrados, por ejemplo, a José Martí y a Eva Perón, hay diferencias acusadas. Pero todos están escritos con desenvoltura, astucia y felicidad y se leen con la expectativa y la excitación de las mejores novelas. Redentores es una obra clave de nuestros días, una de las empresas intelectuales más audaces concebidas en el ámbito intelectual y político latinoamericano, y, por su rigor y erudición y la originalidad de sus análisis, un aporte valiosísimo para entender la actualidad y las perspectivas inmediatas de ese continente que creíamos de las oportunidades perdidas pero que, según la tesis más polémica de Krauze, ya no lo es más, pues ha entrado por fin, en medio del tumulto que es todavía su fachada, en un rumbo de verdadero progreso.
El optimismo que transpira el libro no peca de ingenuo, está fundado en datos, indicios y razonamientos persuasivos. Debo confesar que, en mi caso, ha servido para derribar desconfianzas y escepticismos que alentaba hacia algunos países, sumidos en problemas que me parecían obstáculos insalvables para que en ellos echaran raíces en un futuro próximo instituciones y costumbres democráticas sobre bases estables. Desde luego, Krauze es muy consciente de la enorme diversidad existente entre la veintena de países de América Latina y de la imposibilidad de que todos ellos progresen al mismo ritmo y de la misma manera. Es también muy lúcido sobre los desafíos mayores para la democratización que representan el narcotráfico y su inmenso poderío económico y el crecimiento desaforado de la delincuencia y la corrupción que en gran parte es su consecuencia. Lo que señala es una tendencia general a la que, unos más rápido y otros con retardo, todos se van sumando, algunos con entusiasmo y lucidez y los demás a regañadientes y hasta sin darse cuenta cabal del proceso modernizador en el que están inmersos.
Según Krauze no es casual que en la América Latina de nuestros días no haya sino una sola dictadura de tipo clásico, la de la Cuba castrista, una semidictadura demagógica y corrupta, la Venezuela de Hugo Chávez, y un par de democracias populistas y secuestradas por caudillos como la Bolivia de Evo Morales y la Nicaragua de Daniel Ortega, en tanto que todos los otros países, no importa cuán imperfectas sean todavía sus instituciones, parecen haber optado de manera resuelta por Estados de derecho basados en la democracia política y economías de mercado. Más importante todavía: el modelo socialista autoritario que en los años sesenta y setenta reclutaba a todas las vanguardias políticas del continente y era el santo y seña de sus juventudes, está hoy prácticamente en ruinas, condenado a una marginalidad que se sigue encogiendo y que alientan apenas grupos y grupúsculos huérfanos de calor popular, en tanto que una nueva izquierda, como la que gobernó en Chile con la Unidad Popular y que gobierna ahora en países como Brasil, Uruguay, El Salvador y Perú, ha dejado atrás sus viejos sueños colectivistas y estatistas y optado por el pragmatismo democrático y de economías abiertas de la social democracia europea.
El camino para llegar hasta aquí -a la modernidad y el realismo políticos- ha sido largo, sangriento, de confusión y delirio ideológicos, sueños utópicos de redención social a través de la violencia, la guerra civil, dictaduras atroces, democracias paralizadas por la ineptitud y la venalidad de sus líderes, burócratas y parlamentarios, y Enrique Krauze lo traza en síntesis brillantes y elocuentes a través de los perfiles biográficos. Por momentos, como en las páginas dedicadas a José Vasconcelos, a Evita Perón, al Che Guevara y al subcomandante Marcos, el libro alcanza vuelos épicos, relata deslumbrantes peripecias aventureras que parecen provenir más de las fantasías locas del realismo mágico que de una realidad documentada. Los repetidos fracasos, las enormes desigualdades económicas y sociales, el sufrimiento que las repetidas desventuras políticas han ido sembrando por todo el continente, poco a poco han ido empujando a las sociedades latinoamericanas hacia el realismo, es decir, hacia los consensos democráticos, el primero, el de coexistir en la diversidad política sin entrematarse, acatando los veredictos electorales, la renovación periódica de los Gobiernos, el respeto a la libertad de expresión y al derecho de crítica, la aceptación de la propiedad, de la empresa privada y del mercado como mecanismos indispensables del desarrollo económico. Todo ello ha ido imponiéndose poco a poco, por la fuerza de las cosas, a través de la evolución de una derecha y una izquierda que, no sin reticencias y traspiés, han ido renunciando a sus viejas obsesiones excluyentes y violentistas, y cambiando de métodos.
Desde luego que nada de esto es irreversible. Enrique Krauze no cree que la historia tenga leyes inflexibles a las que los pueblos estén sometidos como los astros a la ley de gravedad, sino que aquella fluctúa, avanza o retrocede y a veces gira sobre sí misma de manera tautológica. Pero las conclusiones de su libro son elocuentes y estimulantes: comparada, no con el ideal, sino con su pasado mediato e inmediato, América Latina ha progresado de manera notable. Si sus economías van creciendo y han resistido mejor la crisis financiera que causa estragos en Estados Unidos y en Europa es porque ahora es más libre que en el pasado y porque la cultura de la libertad ha ido impregnando tanto su realidad política como la social y la económica. Nada indica que en el futuro inmediato esta tendencia vaya a cambiar. Todo lo contrario. Habría que ser ciego porfiado en materias ideológicas para creer que todavía la Cuba totalitaria, donde siguen muriendo los disidentes perseguidos por la policía política, o la Venezuela arruinada y enconada por las malas artes de Hugo Chávez, pudieran ser el modelo hacia el cual se encamina el resto del continente. Es evidente que esos regímenes representan anacronismos en proceso de desintegración -muy lenta, por desgracia- en un contexto en el que lo que se va imponiendo de manera inequívoca es el modelo democrático liberal.
Como soy uno de los 12 protagonistas de Redentores, y Krauze me dedica un generoso ensayo, he tenido dudas hamletianas antes de reseñarlo. Sé de sobra las suspicacias que este artículo puede despertar. Pero lo hago porque, como todavía las ideas que su autor defiende tienen tanta dificultad para ser reconocidas y aceptadas en el medio intelectual latinoamericano -paradójicamente más retrógrado que el político y el económico-, me temo que no tenga la difusión que se merece y sea víctima de la discriminación y censura que aún practica el establishment cultural, controlado por un progresismo de pacotilla. Krauze tiene el coraje de proclamarse un liberal en un medio donde todavía esta parece una mala palabra, asociada a las ideas de explotación y egoísmo capitalista, y otro de los grandes méritos de su ensayo es devolver a aquella su prístino sentido de defensor y amante de la libertad como valor supremo, pero de ninguna manera disociada de la justicia y de la convicción de que ésta, en el dominio social, sólo puede significar la creación de una sociedad donde haya igualdad de oportunidades para todos. En este sentido, tiene muchísima razón cuando sostiene que el liberalismo está más cerca de la socialdemocracia que del conservadurismo, y que, buena parte del proceso de modernización de América Latina se debe a que, sin que nadie lo quisiera ni advirtiera, ambas tendencias se han ido acercando y confundiendo en la realidad, empujando de este modo la civilización y haciendo retroceder la barbarie. Su libro es un hito decisivo en este proceso civilizador.
© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2012. © Mario Vargas Llosa, 2012.

Leer más...