miércoles, 29 de febrero de 2012

VENEZUELA, HACIA LA VICTORIA DECISIVA

Fernando Mires

Las primarias del 12 de Febrero que dieron como vencedor indiscutido 
a Henrique Capriles Radonski constituyen sólo la primera fase de un
largo trayecto político. La segunda será derrotar electoralmente a la
autocracia militarista. La tercera, la reconstrucción política de la
nación. La primera fase fue muy importante. La segunda, la que ha
comenzado el mismo 12 de Febrero, será la decisiva. La tercera, en
cambio, será la más difícil. Pero para eso falta caminar algunos
pasos.

Lo más destacable en esta hora es que la oposición democrática
venezolana ha resuelto en la primera fase una serie de problemas
fundamentales de los cuales, entre varios, cabe mencionar los
siguientes: el problema de la unidad, el de la candidatura oficial, el
de la hegemonía y el del liderazgo.
Comencemos por el de la unidad. Pues no hace mucho tiempo el tema de
la unidad parecía imposible de ser resuelto. El motivo es más que
obvio: el arco de la oposición, al ser democrático, es también
pluralista, a diferencia de lo que ocurre al interior del chavismo
donde las diferencias están prohibidas y son penadas.
En el arco democrático se encuentran partidos y organizaciones muy
diferentes. No sólo una derecha, un centro y una izquierda –es decir,
el esquema clásico- tiene allí cabida. Hay que contar también con
partidos y líderes emergentes quienes de acuerdo a la tónica de los
nuevos tiempos trascienden la geometría simple de la política moderna.
La MUD coordina y orienta a las fuerzas de la tradición y a las de la
innovación a la vez. Los clásicos COPEI y AD están ahí, pero
subordinados a la irrupción de nuevos partidos como Primero Justicia,
Nuevo Tiempo, Voluntad Popular, Proyecto Venezuela, Podemos, Patria
para Todos, y otros que representan el nuevo perfil político de la
nación.
Pero no sólo se trata de nuevos partidos. Hay también nuevos rostros.
Capriles y los candidatos que lo secundaron son jóvenes de edad y de
ideas. No fue entonces mérito menor de las primarias haber dado a
conocer a una nueva generación política, a una que pasará a la
historia con el mismo brillo de aquella que lideró el tan recordado
Rómulo Betancourt.
La hueste chavista seguirá, por cierto, intentando caricaturizar a la
oposición como a “la derecha”, calificándose a sí misma como la
“izquierda”. Pero cualquier venezolano medianamente informado sabe que
esa es gran mentira.
Chávez representa los moldes políticos más tradicionales y
reaccionarios de América Latina; a la demagogia del caudillismo
estatista, oligárquico y rural; a una burocracia corrupta formada en
largos mandatos, tan similar a las del PRI mexicano o a las del MNR
boliviano. Y por si fuera poco, Chávez es el último exponente del
militarismo decimonónico. En suma, el centralismo en contra de la
diversidad, la fuerza en contra de la razón, el poder omnímodo y
vertical en contra de la pluralidad, son partes del dilema central
venezolano. Y ese dilema es uno solo: Autocracia o democracia.
Autocracia o democracia es el dilema que deberá resolver el pueblo
venezolano en las jornadas que culminarán en Octubre de 2012. Ese
dilema dará la pauta, marcará las diferencias y otorgará sentido a la
confrontación final.
En Octubre, Venezuela vivirá uno de los momentos políticos más
dramáticos de su historia. Todo el mundo estará pendiente, ahí se
jugará el todo por el todo, la lucha será existencial. Y eso hará más
difícil la posibilidad –por cierto, siempre real- de un fraude de
proporciones. También la de un golpe militar.
Frente a la autocracia militarista ha emergido la unidad de la
oposición: Una verdadera obra de arte. Egoísmos partidarios,
liderazgos artificiales, ambiciones personales fueron dejados de lado
para realizar unas primarias ejemplares en las cuales gran parte del
pueblo democrático, haciendo uso de su soberanía, eligió a su
candidato y líder: Henrique Capriles Radonski.
Candidato y líder. No hay que olvidarlo. Candidato, porque ha sido
elegido por la mayoría de la oposición. Líder, porque de ahora en
adelante Capriles representará a la unidad democrática más allá de sus
diferencias y tonalidades. Henrique Capriles será el representante de
la oposición. No de su ideología, no de su región, no de su partido
¿Quién iba a pensarlo? La por Chávez llamada oposición “escuálida” ha
terminado por convertirse en la más robusta y unida de toda América
Latina. Porque si hay una crisis continental, esa podría llamarse
“crisis de las oposiciones”.
La oposición chilena da pena, la argentina da risa. Pepe Mujica
gobierna con una ideología de izquierda pero con el programa de la
derecha. A la inversa, Juan Manuel Santos gobierna con el programa de
la izquierda pero con una ideología de derecha. Dilma Rousseff, pese a
la corrupción inagotable de sus ministros, sube y sube en las
encuestas. La de Nicaragua está entrampada. En Bolivia es apenas
regional. En Ecuador vive aplastada por su propio peso. La de Perú
está perpleja. Sólo en Venezuela emerge una oposición como verdadera
alternativa de poder. En parte hay que agradecérselo a la constancia
de los demócratas venezolanos. Aún en los peores momentos han sabido
mantener su altivo 40%. Y lo más probable es que esa cifra seguirá
ascendiendo. Pero por otra parte, hay que agradecérselo a Chávez.
Con su agresividad, su odio inmaculado, y su malvada política
internacional (alianza con todos los dictadores del mundo) Chávez ha
logrado unir en contra suya a la mitad o más de la ciudadanía
política. Chávez, lo he dicho otras veces, es el líder negativo de la
democracia venezolana.
Entre la crisis política que permitió su ascenso al poder y la crisis
social y política que el mismo ha creado, Chávez será recordado como
el exponente de un largo periodo de transición entre dos democracias:
una muy débil y otra muy fuerte.
La suerte ya está echada. La línea hegemónica de la oposición, también.
Los electores de las primarias al votar por Henrique Capriles, lo
hicieron, además, por una línea hegemónica. En efecto, Capriles
representa tres dimensiones políticas. La primera, la de unir la lucha
por las libertades con un proyecto social incluyente, penetrando así
en el campo tradicional del chavismo. La segunda, busca atraer hacia
la oposición a los sectores indecisos. La tercera, representa la idea
de la reconciliación nacional.
De acuerdo a las tres dimensiones mencionadas, Capriles cumple con la
condición diseñada por Teodoro Petkoff en uno de sus programas
televisivos: “El candidato deberá ser todo lo contrario a Chávez”. Esa
fue precisamente una de las razones por las cuales Capriles fue
elegido. De todos los candidatos fue el más diferente a Chávez. De ahí
que el pueblo venezolano será llamado a votar no sólo entre dos
políticos sino entre dos modos de hacer política.
Allí donde Chávez divide, Capriles une. Allí donde Chávez insulta,
Capriles dialoga. Allí donde Chávez grita, Capriles discute. Allí
donde Chávez recurre a mitos, Capriles usa la razón. Allí donde Chávez
promete, Capriles trabaja. Allí donde Chávez mandonea, Capriles
consulta. No puede haber en verdad dos personalidades políticas más
diferentes, reflejos al fin de la diferencia radical entre las
opciones que cada uno representa. En ese sentido se puede decir que
los electores que votaron por Capriles no sólo lo hicieron con el
corazón sino también con la mente.
No obstante, si bien la línea que representa Capriles será hegemónica,
eso no puede significar que las que representaron los otros candidatos
perderán su valor y sentido. Todo lo contrario. A diferencias de la
candidatura chavista, cuya partitura fue compuesta para un solista, la
de la oposición es polifónica.
Capriles será el candidato a “pre-sidente” que en rigor quiere decir
“el que se sienta adelante”. Los que fueron candidatos en las
primarias serán, en cambio, los que se sientan un poco más atrás. Eso
significa que en la polifonía de la campaña presidencial, la voz
popular de Pablo Pérez, la voz valiente de María Corina Machado, la
voz solidaria de Leopoldo López, deberán seguir siendo escuchadas,
cada una en su tono, cada una en su estilo. Las primarias demostraron,
en efecto, que Capriles es un líder entre líderes, la voz predominante
en un conjunto polifónico, como es y ha sido siempre el discurso de la
democracia.
Más aún, en la generosa producción de líderes opositores que vive
Venezuela, hay algunos que no fueron candidatos y que en la campaña
presidencial deberán jugar un rol tan importante como el de quienes lo
fueron. Para no extenderme, nombraré sólo a dos muy distintos: Antonio
Ledezma, representante de lo mejor de la tradición política
venezolana, y Henri Falcón, cuyo mensaje, dirigido en parte al
chavismo constitucional, podrá sumar las voluntades que se necesitan
para alcanzar la última fase, la que, reitero, será la más difícil de
todas: la de la reconstrucción política de la nación.
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Mesa de la Unidad acusa al Gobierno por ola de invasiones

Reclama actuación de los organismos que garantizan el orden público


EL UNIVERSAL
miércoles 29 de febrero de 2012  
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) responsabilizó al "estrepitoso fracaso del Gobierno de Hugo Chávez para solucionar el problema de la vivienda" de las invasiones violentas de propiedades privadas que han recobrado auge en los últimos días. La alianza acusó al Ejecutivo nacional de promover esas acciones y del "enfrentamiento entre hermanos venezolanos". 

"No más atropellos, no más invasiones. El 7 de octubre Venezuela cerrará por siempre la puerta al abuso, a la violencia y a la intimidación. El futuro es ya, y nos incluye a todos" dice la MUD en un comunicado, en el que reclama "la actuación pertinente y ajustada a derecho de los organismos de orden público". 

"Mientras unos intentaban hacerse por medio de la violencia de lo que a otros costó trabajo abnegado, el Gobierno asume una actitud de 'dejar hacer' a los invasores". La alianza advierte que el Gobierno "intenta evadir su responsabilidad y asignarla a otros". "Ante la bochornosa actitud del Gobierno, las comunidades organizadas y los servidores públicos de la Unidad han mostrado un comportamiento ejemplar. Pese a la violencia exhibida, se han tendido puentes para establecer la mediación con los ocupantes ilegales". Dicen que han prevenido 30 invasiones en el Municipio Sucre (Miranda) y 14 se mantienen. 

"Pareciera ser una arremetida, orquestada por sectores criminales, que se aprovechan de las necesidades del pueblo, producto de la ineptitud de un gobierno que no resuelve sus problemas. Mercaderes de miseria, mafias que juegan con las ilusiones y el trabajo de la gente". 

Añade el documento de la Mesa: "Defendemos la propiedad como elemento básico para el progreso nacional y reivindicamos el laborioso esfuerzo de los venezolanos de bien, del venezolano humilde, de poder vivir y progresar en paz, disfrutando el fruto de su trabajo sin que otro se lo arrebate por la fuerza. En la Unidad tenemos soluciones y equipos capaces para hacerlas realidad. La solución de fondo está en el progreso. Programas de atención prioritaria para atender las necesidades de la población en materia de viviendas y que contempla entre otros: reducción de la vulnerabilidad, habilitación física y equipamiento de barrios, con el objetivo de garantizar su integración cultural, social, económica, ambiental y física a la ciudad; construcción de macro parcelas y urbanizaciones, insertas en la trama urbana y equipada con todos los servicios públicos y comunales, para la construcción de viviendas de desarrollo progresivo".

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domingo, 26 de febrero de 2012


Afirman que naciones aliadas de Chávez temen posible fin de ayuda

Los más vinculados al destino de Chávez radican en Nicaragua y Cuba, países que han recibido de Venezuela miles de millones de dólares en regalos, préstamos a largo plazo y petróleo a bajo precio. Ambos países han tomado medidas limitadas para amortiguar el golpe en caso de que la ayuda venezolana llegue a su fin, indica una investigación de AP.

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Chávez está desde el viernes en La Habana (AFP)
EL UNIVERSAL
domingo 26 de febrero de 2012  12:41 AM
Lima.- Millones de personas que nunca han puesto un pie en Venezuela tienen interés en la supervivencia física y política del presidente Hugo Chávez, en momentos en que el mandatario venezolano, otrora infatigable hombre fuerte de izquierda, se somete a una cirugía en Cuba para extirparle un tumor que, dice, es probablemente maligno. 

Los más vinculados al destino de Chávez radican en Nicaragua y Cuba, países que han recibido de Venezuela miles de millones de dólares en regalos, préstamos a largo plazo y petróleo a bajo precio. Ambos países han tomado medidas limitadas para amortiguar el golpe en caso de que la ayuda venezolana llegue a su fin, informó AP. 

Otros países como Bolivia y República Dominicana también han sido beneficiados. 

Muchos tienen buenas razones para prepararse para el fin de la ayuda en momentos en que el mandatario es operado de nuevo, después de que en junio le extirparon un tumor en la misma zona pélvica. 

Chávez ha insistido en que sus lazos económicos con Cuba y otros países aliados en su bloque izquierdista tienen un sentido financiero, más allá de la solidaridad revolucionaria, pero sus críticos sostienen que en la mayoría de los casos Chávez intenta comprar lealtades y contrarrestar la influencia estadounidense. 

El rival de Chávez en las elecciones presidenciales de octubre, el gobernador Henrique Capriles, pondría fin al "asimétrico" favoritismo económico de Venezuela y la ayuda al extranjero basada en ideologías, dijo Carlos Romero, un asesor del candidato en materia de política exterior. 

Venezuela continuaría proveyendo petróleo subsidiado a "los países más pobres como Haití, pero no va haber subsidios para países como Cuba o países lejanos como es el caso de Siria", dijo. 

Las encuestas muestran a Capriles cerca de Chávez, y los analistas políticos señalan que sus posibilidades de derrotarlo pueden mejorar en caso de que el estado de salud del mandatario de 57 años empeore. 

"Yo estoy erizado (asustado). No quiero ni pensar en lo que puede pasar aquí si le sucede algo malo a Chávez. Eso para nosotros sería terrible", dijo Pedro Iglesias, un jubilado de 72 años que vive en el centro de La Habana. 

El país comunista depende de Venezuela para dos tercios de su petróleo, de acuerdo con los analistas, y el flujo venezolano de efectivo a cambio de servicios como los provistos por médicos y entrenadores deportivos asciende a cerca de 5.000 millones de dólares anuales. La cantidad representa aproximadamente 15% de la economía cubana durante 2008, el último año en que la isla caribeña publicó cifras. 

Sin la ayuda, Cuba podría necesitar un severo racionamiento de alimentos y sufriría extensos cortes de electricidad como los registrados hace dos décadas durante el llamado "Período Especial" que siguió a la disolución de su anterior patrocinador, la Unión Soviética. 

Funcionarios cubanos se han negado a comentar sobre la manera en que la isla se ajustaría en caso de que terminara la ayuda de Venezuela. 

Pero el mandatario cubano Raúl Castro ha presionado a favor de modestas reformas de mercado libre y recientemente abrió las aguas de la isla para la explotación petrolera. La empresa española Repsol YPF inició perforaciones de exploración el mes pasado pero tomaría al menos tres años producir crudo comercialmente viable en caso de que las perforaciones sean exitosas. 

Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, un centro de investigación con sede en Washington, dijo que las reformas de Cuba "son en parte un esfuerzo para anticipar una posible reducción o corte". 

El analista petrolero Jorge Piñón, de la Universidad de Texas, dijo que los líderes cubanos han demostrado que aprendieron de la pérdida del petróleo soviético a principios de la década de 1990. 

"El gobierno cubano está muy consciente de los riesgos que enfrenta su economía con la pérdida de Venezuela", señaló Piñón. 

"El gobierno de #Cuba está en el bolsillo de #Chavez... saqueándole y tomando los recursos de #Venezuela", dijo el viernes a través de Twitter la famosa bloguera cubana Yoani Sánchez, mientras el presidente venezolano viajaba rumbo a la isla. "Se especula por acá de un posible 2do Periodo Especial si la salud de #Chavez empeora". 

Piñón dijo que sería "catastrófico" para Cuba si se ven obligados a pagar el petróleo a precios de mercado, debido a que la isla tendría que reducir las importaciones de comida. Cuba importa cerca de 70% de sus alimentos. 

Nicaragua, por su parte, ha estado invitando a la inversión extranjera en sectores como la minería de oro, pero en la actualidad, su apoyo económico que no viene de Venezuela proviene casi exclusivamente de prestamistas multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo. 

El país centroamericano recibe la mayor parte de su petróleo subsidiado de Venezuela, como parte de transferencias anuales del gobierno de Chávez que se calculan en 600 millones de dólares. Eso permite que el gobierno del presidente Daniel Ortega subsidie las facturas de electricidad y el transporte. 

"Desconectar esta asistencia podría arrastrar a Nicaragua o Cuba a recesiones profundas", dijo el analista Adam Isacson, del grupo de investigación Washington Office on Latin America. 

Lo que significaría el fin del gobierno de Chávez para los aliados más lejanos es menos claro. Irán, por ejemplo, se ha beneficiado mucho de su retórica. 

Chávez ha defendido públicamente a Siria, aunque sin confirmar los envíos de petróleo al gobierno del presidente Bashar al Assad, en momentos en que usa el ejército para intentar aplastar un levantamiento popular. 

El buque petrolero Negra Hipólita, operado por la petrolera estatal venezolana Pdvsa, ha hecho dos visitas al puerto sirio de Baniyas desde principios de diciembre, la más reciente del 16 al 20 de febrero, dijo Marie Bates, una analista de Lloyd's List Intelligence en Londres. 

Piñón, el analista petrolero, calcula que el buque probablemente descargó 700.000 barriles de petróleo, con un valor de menos de 10 millones de dólares pero que es valiosísimo para un gobierno que los funcionarios estadounidenses han calificado como "una mafia familiar". 

Capriles reconsideraría las adquisiciones militares a Rusia, un país al que Chávez ha comprado más de 4.000 millones en armas desde 2005, dijo Romero. El candidato presidencial opositor también se concentraría en rescatar las relaciones con Estados Unidos, añadió Romero. 

Además, un gobierno bajo Capriles examinaría cuidadosamente la política de créditos con China, aunque honraría cualquier acuerdo internacional que se haya firmado, dijeron sus asesores. China se ha comprometido a proporcionar a Venezuela más de 32.000 millones de dólares en préstamos a lo largo de la próxima década, pagaderos con petróleo. 

El gobierno de Chávez ha otorgado 82.000 millones de dólares en subvenciones y ha subsidiado a más de 40 países entre 2005 y 2011, aseguró Julio Borges, un legislador de la oposición que lleva la cuenta, basándose en los registros públicos. Cuba ha sido de lejos el principal beneficiario, con 28.500 millones de dólares; seguida por Nicaragua, con 9.700 millones; y Argentina, con 9.200 millones, de acuerdo con las cifras de Borges. 

En Managua, la capital nicaragüense, esa generosidad es muy apreciada. 

"El gobierno usa ese dinero para ayudarnos con casas, tejas de zinc, calles, caminos, salud, educación", dijo Miguel Lobo, un vendedor de accesorios para celulares en las calles de Managua. 

Esos fondos también ayudan a mantener las tarifas de autobuses en el equivalente a 10 centavos de dólar en un país donde cuatro de cada cinco personas viven con menos de dos dólares al día. 

Venezuela envía dinero en efectivo directamente al gobierno de Nicaragua a través de empresas creadas en colaboración con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). La alianza, creada a petición de Chávez en 2004, está compuesta por ocho países e incluye a Argentina, Bolivia, Ecuador y Cuba. 

La ayuda ha permitido a Ortega crear una suerte de presupuesto paralelo, dijo José Luis Medal, economista de la Universidad Americana de Nicaragua. 

La analista de Eurasia Group Heather Berkman afirma sin rodeos: "Venezuela ha estado proporcionando a Ortega un considerable fondo para usos ilícitos". 

El economista nicaragüense Adolfo Acevedo afirmó: "Algo que no se sabe es la parte de esos recursos que se moviliza durante los procesos electorales, que en todo caso supera con creces cualquier monto que pudiesen movilizar los adversarios políticos (de Ortega)". 

Un riesgo más grande para Nicaragua y otros países en la región es el compromiso de Capriles para reevaluar Petrocaribe, la alianza petrolera de 18 países que Chávez ha utilizado para contrarrestar la influencia estadounidense. 

El pacto, que ya cumple seis años e incluye a Nicaragua y Haití, permite a los miembros pagar un precio muy reducido por el petróleo venezolano que reciben y financiar el resto a 25 años con un interés bajo. 

Según las cuentas de Borges, Petrocaribe le ha costado a los venezolanos 3.200 millones de dólares desde su fundación. 

Los analistas señalan que la República Dominicana en particular, uno de los miembros de Petrocaribe, no está preparada para la posible pérdida de los entre 300 y 400 millones de dólares anuales que ahorra gracias al acuerdo, ya que el dinero ayuda ahora a apuntalar a la golpeada empresa estatal de energía del país. 

La nación caribeña rechazó recientemente ampliar 500 millones de dólares de ayuda del Fondo Monetario Internacional, porque el préstamo habría requerido que el país aumentara las tarifas de electricidad en 18%, después de aumentos similares en 2009 y 2010. 

A pesar de su promesa de replantear la política exterior venezolana, la oposición dice que hay un legado de Chávez que probablemente perdure. 

Es posible que los cerca de 37.000 médicos, enfermeras y paramédicos cubanos que llegaron a Venezuela permanezcan en el país en virtud de los acuerdos que le dan efectivo a la isla mientras que proporcionan la asistencia sanitaria necesaria para algunos de los venezolanos más pobres. Chávez dependerá de ese mismo sistema de salud cubano cuando se someta a cirugía en los próximos días. 

"En principio", dijo Romero, el asesor de Capriles, "esos programas van a continuar". 

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Muchas elecciones, malas decisiones

Moisés Naim
El País


¿Qué tienen en común Nicolás Sarkozy, Mahmud Ahmadineyad y Vladímir Putin? Que próximamente afrontarán difíciles contiendas electorales. Lo mismo vale para Barack Obama y Hugo Chávez. Y muchos otros presidentes. Este año habrá elecciones presidenciales o cambios de jefe de Gobierno en países que, en su conjunto, representan más de la mitad de la economía mundial. Pero no es solo eso. Más relevante aún es que los muchos líderes que en los próximos meses deben buscar el voto popular tienen la responsabilidad de tomar decisiones que, para bien o para mal, influyen directamente sobre las múltiples, graves y simultaneas crisis que sacuden el planeta. Y con frecuencia, la política local está en tensión con las realidades globales.
En Grecia, país donde la crisis económica —y sus acreedores— están obligando a tomar decisiones que cambian la naturaleza misma del Estado y alteran las relaciones de poder, hay elecciones en abril. Como hemos visto, lo que sucede en Grecia afecta al resto de Europa y hasta a la economía mundial. En Irán se votará antes que en Grecia. En los importantes comicios parlamentarios del 2 de marzo, el presidente Ahmadineyad verá su poder drásticamente reducido. No se alegre: el líder supremo, el inefable ayatolá Ali Jamenei, es quien saldrá fortalecido. Comparado con él, Ahmadineyad es un preclaro y tolerante líder democrático. En todo caso, al mismo tiempo que han estado en activa campaña electoral, estos personajes son quienes están tomando decisiones sobre la economía de su país, severamente dañada por el embargo internacional, sobre su incondicional apoyo a Siria, y sobre cómo reaccionar —o anticipar— la posibilidad de que Israel, Estados Unidos o ambos bombardeen sus instalaciones nucleares. Todo esto ya le ha afectado a usted directamente: el precio del petróleo ha subido a niveles sin precedentes.
Dos días después de las elecciones en Irán, Rusia irá a las urnas para escoger a su próximo presidente. Gracias al sistema de “democracia controlada” que ha impuesto en su país, Vladímir Putin tiene la elección asegurada. Pero su triunfalismo se ha visto opacado por las más multitudinarias protestas contra el gobierno que se han registrado en Rusia desde hace tiempo. Y, al igual que su colega iraní, el líder ruso se ha visto obligado a combinar cálculos electorales con decisiones internacionales. Putin necesita promover su aura de invencibilidad e impedir que las protestas contra él sigan escalando, a la vez que toma delicadas decisiones sobre Siria, Irán, Afganistán y otras emergencias globales.
Y lo mismo sucede con Nicolas Sarkozy, quien el 22 de abril debe enfrentar el fuerte reto electoral que le plantea el candidato socialista, François Hollande. Y con Barack Obama, quien de ahora hasta las elecciones de noviembre debe combinar el manejo de graves crisis internacionales con la defensa de su gestión ante los ataques de su rival republicano, que casi seguramente será Mitt Romney. En China, el presidente Hu Jintao pasa sus últimos meses en el poder antes de entregarle el mando a Xi Ping. Si bien esta transición ocurre de manera ordenada y sin mayores conflictos, el cambio del más alto nivel de gobierno en un país de cuya salud económica y política depende la estabilidad mundial añade aún más complejidad a un año ya muy complejo.
Pero los cambios no solo se van a dar en las superpotencias. También habrá elecciones presidenciales en Egipto (mayo o junio), México (1 de julio) y Venezuela (7 de octubre). Los resultados tendrán consecuencias no solo dentro de esos países. En el caso de Egipto, impactarán en Oriente Próximo y la evolución misma de la Primavera Árabe. En el de México, influirán en la expansión de las narcoguerras. Y en el de Venezuela, en la ascendencia de Hugo Chávez sobre sus vecinos más pobres.
En las democracias las elecciones son normales y, naturalmente, deseables. Pero no son gratis. Y no me refiero a lo que se gasta en las cada vez más costosas campañas electorales. Me refiero a que la calidad de las decisiones que toman los gobiernos sufre. Los cálculos electorales hacen que los dirigentes paralicen o pospongan decisiones necesarias o tomen decisiones indeseables. Durante los períodos electorales, el largo plazo importa menos. La prioridad es seducir a los votantes antes de la elección. Esto, que es siempre malo, en tiempos de crisis es aun peor.
Ya sabemos que uno de los factores que agrava las crisis económicas es que los mercados financieros se mueven a la velocidad de Internet, mientras que los gobiernos lo hacen a la velocidad de la democracia. A esta brecha en la velocidad de la toma de decisiones hay que añadir la pérdida de calidad que sufren las decisiones durante periodos electorales en todos los ámbitos, no solo en el económico. Este problema no se resuelve teniendo menos elecciones. Solo se alivia con más y mejor democracia.

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