lunes, 31 de octubre de 2011


El uso de la justicia es la nueva amenaza a la libertad de prensa en Latinoamérica



Pablo Ximenez de Sandoval
El País
Hacer caricaturas sale caro también en las democracias formales. A finales del pasado julio, Dinorah Girón, directora del semanario Sexto Poderde Venezuela, fue detenida por publicar en portada caricaturas de varias mujeres poderosas dentro del Gobierno de Hugo Chávez. El semanario fue cerrado temporalmente. El periodista Leocenis García, de la misma publicación, fue enviado a prisión. Además, un juez tiene prohibido al diario El Nacional publicar imágenes violentas. La cadena de televisión Globovisión, por su parte, se enfrenta a siete procesos judiciales que pueden acabar con su cierre inminente. Su presidente,Guillermo Zuloaga, se ha exiliado de Venezuela. Rafael Poleo, director de la revista Zeta, también está exiliado y con procesos abiertos.
Todos estos casos son actuales y suceden en Venezuela, quizá el ejemplo más extremo de la nueva amenaza que sufre la libertad de prensa en Latinoamérica, como es el uso de la justicia afín al poder ejecutivo para neutralizar a la prensa incómoda. Los casos arriba citados fueron presentados durante la 67ª reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que se celebró entre el 14 y el 18 de octubre en Lima.
La consolidación de la democracia es indiscutible en Latinoamérica. Las elecciones se suceden en paz y, allí donde hay oposición, la alternancia en el poder se produce sin traumas. Ha sido un avance lento durante las últimas dos décadas hasta lograrlo.
En ese contexto, la violencia contra la prensa en países como México u Honduras es una tragedia. En los primeros seis meses del año, 21 periodistas han sido asesinados y las agresiones físicas y amenazas son habituales. Es la principal preocupación de la prensa latinoamericana. Pero la reunión de la SIP quiso fijarse también en una amenaza de nivel institucional, más sofisticada, en actitudes censoras que se resisten a desaparecer con la llegada de la democracia y que utilizan los recursos del Estado.
Sin llegar al nivel de acoso de Venezuela, aunque compitiendo en agresividad verbal, la actual pugna del Gobierno de Rafael Correa en Ecuador con el diario El Universo ha hecho saltar las alarmas respecto a este tipo de prácticas. Correa demandó al diario por una información que consideraba injuriosa y un juez lo condenó a indemnizar al presidente con 40 millones de dólares, es decir, a la quiebra. Correa lo celebró como un triunfo del Estado contra la prensa que siempre ha calificado, como mínimo, de corrupta.
“Es que a muchos presidentes, aunque elegidos democráticamente, luego les cuesta mucho aceptar las reglas que obliga el efectivo ejercicio del sistema democrático”, afirma el director del peruano La República y anfitrión del encuentro en Lima, Gustavo Mohme. “Cuando la justicia ha perdido autonomía y los jueces actúan en función de lo que el poder de turno desea, no hay derecho que esté garantizado”. Mohme no tiene duda de que en los casos descritos los jueces han sido cómplices de los Gobiernos. “Los hechos hablan por sí mismos. En la última asamblea invocamos a los jueces valientes que existen para que hagan contrapeso al poder político e impidan que se cercenen derechos fundamentales”.
Mohme resalta que las nuevas formas de acoso a la prensa en democracia consiguen los mismos fines que los militares pero, además, sin generar rechazo social. “El público no se da cuenta de lo que pasa”, dice el periodista peruano. “El estilo de los militares, bestial, ordinario, era flagrante. Hoy se aplican métodos que la gente no distingue como ataques a la libertad de prensa y a su derecho a informarse, pero sus resultados —restringir esas libertades y derechos— son más efectivos incluso que los métodos del pasado”.
Desde Washington, la organización Human Rights Watch (HRW) ha denunciado reiteradamente el acoso a la prensa en Venezuela con métodos que parecen inspirar a otros mandatarios. José Miguel Vivanco, director de la división América de HRW, afirma que “Ecuador y Venezuela son los países donde las amenazas indirectas son más patentes”. “Sin duda”, señala Vivanco, “los procesos penales contra medios son uno de los ataques más graves a la libertad de expresión hoy en día”, porque además “generan un incentivo para que otros periodistas se autocensuren”. En opinión de Vivanco, “en la medida que las expresiones no inciten al odio o a la comisión de delitos, por más ofensiva o amarillista que resulte una cobertura, se encuentra protegida por la libertad de expresión”.
Precisamente a través de una ley para sancionar el racismo y la discriminación, el presidente Evo Morales está consiguiendo cierto grado de autocensura en los medios, según fue expuesto en la asamblea de la SIP. La prensa no sabe a qué atenerse, qué es “discriminatorio” y qué no, porque eso lo decide arbitrariamente un comité integrado por funcionarios gubernamentales.
La prensa de la región parece convencida de que la imitación del estilo de Gobierno de Venezuela en otros países lleva aparejado el acoso obsesivo a los medios. El pasado mes de abril, el entonces candidato y hoy nuevo presidente de Perú, Ollanta Humala, tuvo que proclamar ante los periodistas su compromiso firme con la libertad de prensa.
Humala es consciente de que su imagen está muy marcada por su identificación con el proyecto de Hugo Chávez en la anterior contienda presidencial. Ahora, desvinculado de la influencia venezolana, Humala quiso descartar específicamente la posibilidad de utilizar a los jueces como hacen otros países de su entorno. “Mi conducta ha sido en estos casos la de no procesar, a pesar de haber sido víctima de estas actitudes que ustedes señalan como demoledoras”, dijo el candidato Humala, según lo cita el informe de la SIP.
“Si bien el presidente en casos extremos podría recurrir al poder judicial, entendemos que no sería lo más adecuado, ya que su poder es mayor que el medio o la persona que lo critica”, dijo Humala. Es una aclaración para tranquilizar a la prensa peruana, pero suena a lección para algunos de sus vecinos.

sábado, 29 de octubre de 2011


Los sueños y las urnas

Daniel Innerarity

Uno de los eslóganes más coreados por el 15-M asegura que "nuestros sueños no caben en vuestras urnas". Como toda reivindicación utópica, cuenta con el cómodo prestigio de lo imposible, que nos ahorra la pregunta de si, en ocasiones, nuestros sueños son alucinaciones propias o pesadillas para otros. No voy a discutir el hecho de que el abanico de lo que tenemos para elegir es manifiestamente mejorable; trataré de llamar la atención sobre algo que forma parte de nuestra condición política: que nadie, y menos en política, consigue lo que quiere, lo cual es por cierto una de las grandes conquistas de la democracia.

Una sociedad es democráticamente madura cuando ha asimilado la experiencia de que la política es siempre decepcionante y eso no le impide ser políticamente exigente. La política es inseparable de la disposición al compromiso, que es la capacidad de dar por bueno lo que no satisface completamente las propias aspiraciones. Está incapacitado para la política quien no tiene la capacidad de convivir con ese tipo de frustraciones y de respetar los propios límites. Nos han enseñado que esto es lo que hace de la política algo irresponsable y fraudulento, pero deberíamos acostumbrarnos a considerar que esto es lo que la constituye.
En una sociedad democrática, la política no puede ser un medio para conseguir plenamente unos objetivos diseñados al margen de las circunstancias reales, fuera de la lógica institucional o sin tener en cuenta a los demás, entre ellos a quienes no los comparten. Cualquier sueño político solo es realizable en colaboración con otros que también quieren participar en su definición. Los pactos y las alianzas ponen de manifiesto que necesitamos de otros, que el poder es siempre una realidad compartida. La convivencia democrática proporciona muchas posibilidades, pero impone también no pocas limitaciones. De entrada, los límites que proceden del hecho de reconocer otros poderes de grupos o intereses sociales con tanto derecho como uno para disputar la partida.
Por eso la acción política implica siempre transigir. Quien aborda cualquier problema como una cuestión de principio, quien habla continuamente el lenguaje de los principios, de lo irrenunciable y del combate se condena a la frustración o al autoritarismo. La política fracasa cuando los grupos rivales preconizan objetivos que según ellos no admiten concesiones y se consideran totalmente incompatibles y contradictorios. Todos los fanáticos creen que sus oponentes están fuera del alcance de la persuasión política. Nadie que no sea capaz de entender la plausibilidad de los argumentos de la otra parte podrá pensar, y menos actuar, políticamente.
Uno de los síntomas de la mala calidad de nuestro espacio público es la creciente influencia de grupos y personas que no han entendido esta lógica y practican una insistente despolitización. La fragilidad de las democracias frente a la presión populista se pone de manifiesto en fenómenos como el Tea Party, verdadero bastión de inflexibilidad. No me refiero únicamente al movimiento norteamericano, sino a un fenómeno bastante más extendido en nuestras democracias. Se podría decir sin exageración que todos tenemos nuestro Tea Party. Partidos, iglesias, sindicatos, y medios de comunicación están desbordados por una serie de movimientos que se generan a su alrededor, que tratan de condicionar sus prácticas habituales o cuestionan abiertamente su representatividad.
Todos padecen su particular asedio contra los moderados, es decir, un fuego amigo que establece un marcaje férreo de manera que no se hagan cesiones ni se llegue a compromisos con el enemigo. En este sentido, un Tea Party es un poder fuertemente ideológico pero desestructurado que parasita de otro poder ideológico, oficial pero debilitado, y al que exige la lealtad absoluta a unos objetivos políticos que deben ser conseguidos sin contrapartidas ni compromisos con el adversario, desprestigiando así la figura del pacto o el valor de la transacción. Son los guardianes de las esencias que no combaten tanto a sus enemigos sino que están al acecho de sus semejantes, cumpliendo aquello de que el peor enemigo está siempre entre los nuestros. Pensemos en la proliferación de las exhibiciones de orgullo o el significado político que puede tener la calificación del "sin complejos" que adjetiva actualmente a muchas renovaciones ideológicas.
Entre las características más despolitizadoras de estos movimientos está la ausencia de sentido de responsabilidad, su falta de disposición al acuerdo o la autolimitación inteligente; custodian un núcleo ideológico (la familia, la nación, el Estado de bienestar, el mercado, los valores) que ven continuamente amenazado y sospechan principalmente de los moderados de las propias filas; son especialmente vulnerables al populismo y tienen una gran densidad emocional. Especialmente dispuestos a ejercer estos condicionamientos ideológicos extremos son los "movimientos de un solo tema" (en ambos extremos del espectro ideológico y con asuntos diversos: la naturaleza, la mujer, la nación, el aborto...) a los que, por preocuparle mucho una sola cosa y casi nada todo lo demás, tienden a ver eso tan importante desconectado de sus condiciones de viabilidad, de cualquier calendario de urgencias u horizonte de compatibilidad.
Una cierta debilidad institucional unida a un conjunto de factores sociales y tecnológicos ha desestructurado el espacio de la reivindicación y la protesta, que está tan desregulado como los mercados. En todo esto han jugado un papel decisivo las redes sociales, que han liberado grandes energías de movilización, comunicación e instantaneidad, pero que suelen ser un mundo desestructurado en el que cada uno se junta con quien más se le parece. De ahí que cada vez sean menos redes sociales, en la medida en que laconfrontación con el diferente tiende a ser sustituida por la indignación en compañía del similar, una emoción que se alimenta comunicando con quien comparte la misma irritación.
Probablemente esto indica que hemos de pensar nuevamente la política en sociedades bastante desinstitucionalizadas, cuyos conflictos no tienen la función estructurante del viejo conflicto social y donde las demandas ciudadanas no encuentran su cauce en la representación sindical o política. Porque no estamos en una lógica de equilibrio democrático, sino de antipolítica. Lo que hay son autoridades alternativas, que no pretenden equilibrar al poder oficial sino neutralizarlo.
La política ha disciplinado siempre nuestros sueños, los ha concretado en una lógica política y traducido en programas de acción. Por eso, cuando la política es débil nuestras expectativas en relación con el futuro colectivo se disparan y nos hacemos más vulnerables frente a la irracionalidad. ¿Qué hacemos entonces con todo aquello que nos ilusiona conseguir a través de la política? ¿Debemos rendirnos a la comprobación de que, dada la naturaleza decepcionante de la convivencia social, no tiene sentido formularse ideales o luchar por ellos? Más bien se trata de hacer una distinción sin la que no puede haber una convivencia democrática. Lo que cabe en las urnas son nuestras aspiraciones; lo que viene después -si es que no queremos convertir el sueño propio en pesadilla de los demás- es el juego democrático que limita y frustra no pocas veces nuestros deseos, pero que también los enriquece con las aportaciones de otros. Si alguien consiguiera colmar todas sus aspiraciones no compartiría nuestra condición humana y mucho menos nuestra condición política.
Daniel Innerarity es catedrático de Filosofía, investigador Ikerbasque en la Universidad del País Vasco y director del Instituto de Gobernanza Democrática. Es autor de La democracia del conocimiento (Ediciones Paidós), de próxima aparición.

Pablo Pueblo

Le corresponde a Pérez seducir las bases populares de la "revolución"

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ |  EL UNIVERSAL
sábado 29 de octubre de 2011  
Los 36 dirigentes nacionales y 24 secretarios generales de Acción Democrática, evaluaron estudios de opinión, movilizaciones en el país y decidieron apoyar al gobernador Pablo Pérez en las primarias. En alianza con UNT e independientes, con una estrategia adecuada, sería la base para el arranque de una izquierda democrática, modernizadora y popular que dé solidez al debate electoral, hasta ahora bastante flácido. Sin partidos políticos que pongan la cara, no habrá estabilidad para un gobierno alternativo. El antipartidismo es, entre otras cosas, un recurso de caudillos vocacionales que quieren hacer lo que les da la gana. El partido político moderno, inventado por la socialdemocracia, es un mecanismo de control de los "iluminati"

El PSUV luce fuerte pese a todo, porque su pueblo se siente protagonista de un proceso histórico, una "revolución". El gobierno se puede equivocar, pero la revolución está por encima de los errores. Hay que competirle en ese terreno y presentar una alternativa trascendente con la misma fuerza simbólica. Durante gran parte del período democrático eso significaba la democracia para los venezolanos, independientemente de buenos o malos gobiernos. Eso eran AD y Copei hasta los desgraciados incidentes que defenestraron al líder más popular del sistema en 1993 y con él, al sistema mismo. No basta con proponer extraordinarias medidas de gobierno para derrotar una ilusión. Hay que crear otra. 

Pablo Pérez es un dirigente triunfador, un gobernador modelo, carismático, joven, de fácil entrada con los sectores populares. Ojalá se proyecte como el estadista que encarne una idea inobjetable en el país y en el mundo: la democracia social, que deja atrás un cementerio de vejestorios ideológicos, como las oposiciones imaginarias capitalismo vs. comunismo, reformismo vs. revolución, libertad vs. justicia y demás tonterías subsidiarias. Nadie está en desacuerdo: la democracia del siglo XXI es y tiene que ser social. Le corresponde a Pérez seducir las bases populares de la "revolución" y devolverlas a la democracia social. 

Algunos sectores identifican la insistencia en lo social con populismo, demagogia, estatismo, confiscaciones, "antiimperialismo", violencia, improductividad, control de cambios y precios, miseria. Y tienen razón. El radicalismo condujo al continente por varias décadas trágicas. "Progresismo" es una palabra tóxica y los reclamos plebeyos pueden oler a Perón, Castro, Velasco, Ortega, Torres, Torrijos y toda clase de criminales, terminators, e inútiles. Hoy ejercen ese papel corrosivo los dinosaurios de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. 

A partir de los 80 se produjo una transubstanciación. Felipe González, Clinton y Blair, Mitterrand, Cardoso y Lula, Fernández, CAP, Sánchez de Losada, Bachelet, hasta llegar a Torrijos (hijo) y Alan García, aggiornaron la idea de democracia social. Gracias a ellos ahora sus componentes inseparables son democracia representativa, globalización, superación efectiva de la pobreza con joint venture entre el Estado, inversión privada y el estímulo a la propiedad, descentralización, cambio tecnológico y reforma educativa. 

Romper con viejos mitos del Welfare State le permitió a Clinton ser el mejor presidente de EEUU en el siglo XX. Colocó su país (ya Reagan había dado el empuje inicial) a la cabeza del mundo. Durante su gestión se crearon 20 millones de empleos y nace la Sociedad de la Información. González hizo el equivalente, e incorpora España a Europa. Esa renovación conceptual de la democracia social se ha frenado porque hoy Obama, Zapatero, Papandreu, Soares y otros, no han sabido ni podido realizar los cambios necesarios y tienen al mundo convertido en un enredo. El centro europeo, la socialdemocracia y la democracia cristiana, han permitido que los problemas se amontonen hasta llegar a las lamentables circunstancias que tenga que resolvérselos Merkel. Las grandes referencias pasaron ahora a Latinoamérica: Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, Perú, demuestran que ser de izquierda no significa automáticamente ser tarado, pese a los esfuerzos en contrario desde Venezuela. 

Pérez con AD, UNT y otras fuerzas, puede plantear al país cómo entrar al Siglo XXI, retomar el carril de la historia del que lo sacaron en estas dos décadas. Betancourt se identificó con su idea existencial, la democracia y quienes votaron por él, por eso lo hicieron. Leoni con "la pacificación", Caldera en 1968 con "el cambio", Carlos Andrés Pérez fue la modernización: ¿qué será Pablo Pérez? 

@carlosraulher

viernes, 28 de octubre de 2011


LA MESA DE LA UNIDAD DEMOCRÁTICA Y LA CULTURA
La Mesa de la Unidad Democrática propuso incrementar, en el próximo gobierno de Unidad Nacional, la inversión en cultura de 0,53% del Presupuesto de la Nación –que, aseguraron, han invertido los más recientes gobiernos, incluido el del presidente Chávez–, a 1% del cálculo presupuestario, cifra que recomienda la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
La información la dieron a conocer este miércoles representantes de las comisiones de Cultura y de Políticas Públicas, en una rueda de prensa en la que revelaron los lineamientos que, en materia de cultura, consideraría la Unidad Democrática para elaborar su programa de gobierno, con la finalidad de lograr un impulso social y económico en el país.
En este sentido, la coordinadora de la Comisión de Cultura, Gisela Kozak, destacó la importancia de llevar la cultura a las aulas de clase a través del plan Toda la Cultura para las Escuelas, con el que pretenden “convertir a los sectores populares en agentes activos del quehacer nacional”.
Además, anunció que devolverán las instituciones culturales a la población, pues aseguró que estas han sido “secuestradas con fines políticos”. El coordinador de la Comisión de Políticas Públicas, Pedro Benítez,  recordó la suerte del Ateneo de Caracas, y acotó: “Queremos que la política cultural en Venezuela no vuelva a ser guiada por criterios de tipo político o personal”.
La propuesta del grupo coordinado por Kozak además contempla la radio y televisión de servicio público; sistemas nacionales de literatura y artes plásticas, así como de todas las áreas significativas en el plano cultural; el establecimiento de ciudades creativas; políticas favorecedoras del libro; priorización de las tecnologías de información y comunicación; promoción de los espacios ciudadanos; turismo cultural; promoción de las industrias culturales (radio, tv, cine, editoriales, música); promoción de los valores culturales venezolanos en el exterior; fortalecimiento de la red de bibliotecas públicas; Plan Nacional de Lectura con énfasis en la literatura venezolana; y sistema se seguridad social para el sector cultural.
Como próximos pasos para el desarrollo del programa de gobierno para el sector cultural, la Comisión de Políticas públicas sostendrá reuniones con todos los sectores culturales del país, así como encuentros con los equipos de los precandidatos; y además activará las mesas regionales para llevar la propuesta a las bases de la sociedad.
Además de Kozak, integran esta Comisión de Cultura Ocarina Castillo, Lorena González, Bernardino Herrera, Ulises Milla, Marina Polo, Nicomedes Febres, Ricardo Ramírez Requena, Tulio Hernández, María Elena Zapata, Virginia Betancourt,  Maite Espinasa y representantes de organizaciones como la Fundación José Ignacio Cabrujas.
Entre sus apoyos, destacan importantes personalidades del sector cultural y universitario, como lo son Federico Vegas, Leonardo Padrón, Colette Capriles, Oscar Lucien, Ana Teresa Torres, Eduardo Liendo y Alberto Barrera Tyszka, entre muchos otros.

RAMÓN GUILLERMO AVELEDO:OPOSICIÓN MAS UNIDA QUE NUNCA
Para los venezolanos no solo el béisbol es su pasatiempo favorito, también lo es la política.
Ramón Guillermo Aveledo es un ejemplo de la fusión de esas dos pasiones. Como presidente de la Liga Venezolana de Béisbol durante seis años impulsó un proceso de modernización en la pelota rentada.
Ahora como secretario ejecutivo del bloque opositor de la “Mesa de la Unidad Democrática” (MUD) su reto más importante es consolidar un equipo que le pueda pelear las elecciones del 2012 al presidente Hugo Chávez.
Este hábil y carismático político y abogado logró lo que parecía imposible para muchos: exorcizar los demonios de la división que persiguen a la oposición desde hace trece años cuando Chávez llegó a la presidencia fruto de intestinas diferencias entre los partidos tradicionales.
Chávez como diestro jugador de la política aprovechó la desunión de sus adversarios para consolidar en el país una poderosa maquinaria política, sostenida en el Estado.
Hoy el convaleciente mandatario, que batalla para sobreponerse al cáncer y competir en los comicios presidenciales de octubre del 2012, no la tiene tan fácil gracias en parte a Aveledo.
Cual hábil estratega Aveledo, de 61 años, ha venido consolidado un bloque unitario conformado por una veintena de partidos y organizaciones con una diversidad de pensamientos y liderazgos, que contrario a los presagios de desintegración que se avecinaban tras la enfermedad de Chávez, hoy luce más unido de cara a la contienda electoral del próximo año.
“La unidad era lo vital para poder producir una alternativa creíble. No para sumar más que el chavismo. No, para poder generar una confianza y una credibilidad. Que la gente viera que aquí hay una alternativa en el país, y que en el exterior se viera que no es Chávez y más nada”, dijo Aveledo al defender la consolidación del bloque unitario.
Foto: Archivo
No es la primera vez que la oposición ensaya una fórmula unitaria. Ya en el referendo revocatorio del 2004 y las elecciones presidenciales del 2006 los adversarios al gobierno intentaron consolidar un bloque para enfrentar a Chávez, pero las iniciativas se desintegraron poco después de las dos victorias oficialistas.
Aveledo confía en que la MUD no correrá con la misma suerte que las iniciativas de unidad anteriores porque forma parte de un “proyecto” que va más allá de los comicios del 2012 y que tiene como objetivo la consolidación de un “gobierno de unidad nacional”.
“Eso sí es un nido de alacranes… La unidad en las filas opositoras es imposible. Esa gente está incapacitada para gobernar este país”, afirmó en julio Chávez al atacar al bloque opositor al que ha acusado de estar aliado con Estados Unidos.
El secretario ejecutivo de la MUD no duda en reconocer que en el bloque hay desencuentros, pero admitió que se han logrado superar gracias a la “vocación de entendimiento” que existe entre los diversos dirigentes de los partidos, y a que hay unas “reglas claras” para ventilar las diferencias.
“En el caso del oficialismo hay una unanimidad aparente que depende en altísima medida de una sola persona. Como está comprobado reiteradamente en la historia esas unanimidades aparentes, esos bloques históricos monolíticos, terminan cuarteándose porque no son reales”, agregó el dirigente.
El presidente de la encuestadora local Datanalisis, Luis Vicente León, afirmó que la conformación de la MUD no solo le ha traído beneficios a la oposición desde el punto de vista estratégico, y sino también en cuanto a imagen debido a que le ha permitido mejorar la percepción entre los venezolanos y alcanzar para mediados de año niveles de respaldo del orden de 40%.
Respecto a Aveledo, el presidente de Datanálisis dijo que es percibido de manera “muy positiva” como un “organizador”.
Al hablar de sus planes inmediatos, el secretario ejecutivo de la MUD asegura tener puesta su atención en las elecciones primarias del 12 de febrero del 2012, en las que la oposición por primera vez en la historia democrática del país elegirá un candidato único para enfrentar al mandatario que optará a una tercera reelección.
Ramón Guillermo Aveledo
Hay nueve precandidatos opositores haciendo campaña de cara a las primeras y ofrecen propuestas para resolver problemas como la criminalidad rampante y el bajo presupuesto para la educación. Quienquiera que gane seguramente seguirá contando con Aveledo para movilizar las alianzas de los partidos para las elecciones de octubre del 2012.
El gobernador estatal Henrique Capriles ha estado al frente de las encuestas entre los candidatos opositores, con otros jóvenes y enérgicos políticos como Pablo Pérez y Leopoldo López detrás suyo.
Aunque las principales encuestadoras locales ubican la popularidad de Chávez sobre 50%, Aveledo asegura que la oposición no se siente amilanada por esas encuestas porque “nosotros preferimos trabajar a partir de ese supuesto porque nos obliga a trabajar más y a pensar mejor”.
“Nosotros empezamos esta vez la campaña electoral, aun tomando las peores encuestas, en la mejor situación que nunca hemos empezado”, acotó.
Al hablar de las dificultades que enfrenta el bloque opositor de cara a los comicios del 2012, Aveledo admitió que la “mayor debilidad” está en que “tenemos menos recursos que el gobierno”, pero sostuvo que eso representa también un “desafío” porque los obliga a ser “muy eficientes en el uso de nuestros recursos”.
“Nuestros recursos… son incomparables con los del gobierno, pero la verdad es que el sol de la realidad no se puede tapar con el dedo de la propaganda”, indicó.
Respecto a la posición que tienen algunos analistas de que la ausencia de un líder de peso y gran carisma como Chávez entre los opositores representa una gran debilidad para el bloque unitario, Aveledo desestimó esa postura y dijo que “nuestro líder va a ser aclamado en las primarias… no va a ser ungido desde el cielo, no va a ser el otro frente a Chávez. No, va a ser escogido por la gente democráticamente“.
AP


PRIMARIAS

Comisión Electoral sorteó públicamente turno de candidatos

Leopoldo López se inscribirá primero y Antonio Ledezma será el último

Teresa Albanes introduce los sobres para el sorteo MANAURE QUINTERO
  EL UNIVERSAL
viernes 28 de octubre de 2011  12:00 AM
Dijo que son palabras de Ramón Guillermo Aveledo, pero las hizo suyas: " Se trata de salvar a una democracia amenazada", comentó Teresa Albanes, presidenta de la Comisión Electoral para Primarias (CEP), de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), citando reflexiones del secretario ejecutivo de la alianza, sobre la importancia de la unidad. 

Albanes quiso significar la importancia del acto sencillo que se efectuó ayer en la mañana: el sorteo del orden en el que los nueve aspirantes a las primarias presidenciales programas para febrero se inscribirán entre el 1 y el 3 de noviembre. 

Estuvieron presentes, en pleno, los miembros de la CEP y los representantes de los precandidatos. El sorteo se realizó con gran protocolo y los nueve sobres, contentivos de los nombres de los aspirantes, fueron depositados en una caja transparente. La presidenta recordó que ayer se cumplió un paso más del proceso que se inició el 2 de junio. En 15 minutos todo había sido consumado. 

Según el orden, el 1 de noviembre los turnos corresponden a Leopoldo López (VP), María Corina Machado (Ind) y Pablo Pérez (UNT). El miércoles 2, a Diego Arria (Ind), Henrique Capriles (PJ) y Cecilia Sosa (Ind) y el jueves 3 toca a Eduardo Fernández (Copei), Pablo Medina (Ind) y Antonio Ledezma (ABP). 

Sin embargo, posterior al sorteo, en razón de que el gobernador Pablo Pérez estará fuera del país el 1 de noviembre, se hizo un ajuste de común acuerdo con los representantes de Eduardo Fernández y Pablo Medina para hacerle un espacio al mediodía del jueves 3. 



Condición sine qua non 

Teresa Albanes recordó que el reglamento que rige todo el proceso de primarias se divulgó hace seis meses y que en él se establece como condiciónsine qua non el pago de una caución con la que los aspirantes ayudan a cubrir el costo del proceso. Dijo que actualmente ese monto está calculado en 1 millón 100 mil bolívares, pero que esa cantidad pueda sufrir ajustes dependiendo del número de aspirantes que finalmente concurran al evento y del número de máquinas que se requieran alquilar al CNE. Explicó que actualmente se está terminando el proceso de nucleación y pronto se tendrá con certeza el número de centros de votación que operarán a nivel nacional. 

Insistió Albanes en que todos los precandidatos están en la obligación de conocer las reglas que rigen el proceso y aceptarlas para competir. 

María Oteyza, miembro de la CEP, informó que se realizará una rifa para recabar fondos para los precandidatos que tengan dificultad de aportar su cuota parte. El boleto cuesta 20 bolívares y el sorteo será el 6 de febrero. 

Estuvieron, además de Albanes y Oteyza, Ramón José Medina, Nancy Hernández, Jorge Paparoni, Angélica Machado, Reinaldo Rasquin, Víctor Garrido y Andrés Stambouli. EG