LA POLÍTICA Y LO ELECTORAL
Leandro Area
Pasadas las presidenciales, hoy el debate político en Venezuela se concentra nuevamente en lo electoral, pero esta vez en la escogencia de gobernadores de estado y diputados a los consejos legislativos regionales. La ambición se instala en ese trámite. ¿Se obnubila? Mientras tanto el gobierno nacional, en paralelo, hace del triunfo obtenido el 7 de octubre, un resorte político para legitimar su pretensión de imponer una sociedad socialista que tiene, ahora, como punta de lanza la idea del poder comunal.
La oposición, por su parte, busca construir un dique de contención frente a ese proyecto, protegiendo los territorios ciudadanos ya ganados o más aún, abriendo nuevos espacios. Está por verse si el triunfo de Chávez en las presidenciales tendrá efecto sobre los resultados regionales. Las cuentas posteriores al 16-D permitirán conclusiones, nunca indiscutibles. Luego, en la agenda del CNE están las siguientes elecciones que se suponen para abril y que tienen como propósito la escogencia de alcaldes y concejales. El gobierno traza una estrategia para posponerlas con el fin de avanzar en su proyecto de poder comunal que vendría a dar al traste con el mandato popular que los alcaldes y concejales reciben, democrática y constitucionalmente, de los ciudadanos para tomar decisiones de interés colectivo en sus respectivas localidades.
Mientras esto ocurre quedan pendientes algunos temas que, por más que se quieran obviar u olvidar, no deben dejarse de lado. Cabezas de avestruz. El de la previsible abstención es el más importante, que pudiera ser significativa, ojala que no, si el votante opositor considera que su voto no tiene la fuerza suficiente para voltear una tortilla ya cocinada de antemano con los aliños provenientes del fraude, el ventajismo oficial, el papel descarado del CNE, y otros elementos vinculados a la frustración provocada por la derrota y el consecuente desánimo, resignación y apatía. La abstención dentro del chavismo es otro cantar. Avaricia ya saciada.
Lo importante ahora es tener claro que además de esa agenda electoral que incluye a diciembre y eventualmente a abril y que ahora nos invade y hasta cierto punto paraliza, no debe hacer olvidar las prioridades de la agenda política, cuyo tema prioritario y único quizás, sigue siendo: “democracia o dictadura”.
Más allá de lo electoral, detrás de esa portada de juego democrático, enfrentamos una convicción convertida en acción permanente que va logrando instalar paso a paso un sistema de vida con el cual por lo menos la mitad del país no está de acuerdo. A pesar de que nevera mate dignidad.
Lo electoral no es sino uno de los escenarios de la política, y en Venezuela, uno de los países donde se concentra el mayor abuso del poder por milímetro cuadrado del planeta sobre sus ciudadanos, siguen vigentes formas de lucha que van más allá de lo electoral y que incluyen oposición, si, pero además resistencia, impaciencia organizada y lucha por la democracia.
Leandro Area