sábado, 30 de marzo de 2019

Falsas expectativas y Guaidó



ISMAEL PEREZ VIGIL


Ya he señalado en artículos anteriores que la generación de “falsas expectativas” es la amenaza más importante de la que debe cuidarse la administración del presidente Juan Guaidó, porque el incumplimiento de expectativas creadas conduce a la frustración, desmovilización, falta de motivación y a la larga a que muchos opositores se inhiban de actuar y que incluso algunos abandonen el país.
Por eso Juan Guaidó y la Asamblea Nacional deben ser muy cuidadosos en los ofrecimientos y las actividades que se planteen; no se pueden permitir que se repitan situaciones como la que ocurrió el 23 de febrero cuando la ayuda humanitaria no pudo entrar al país a pesar de que se había ofrecido que entraría de alguna manera.
La generación de falsas expectativas puede darse de dos maneras; bien por exceso de entusiasmo de la administración Guaidó al promover acciones de difícil cumplimiento o bien porque sectores de la oposición generen a través de redes sociales y otros medios, una matriz de opinión en favor de determinadas medidas que van creando una presión sobre la administración Guaidó y esas expectativas en la población en general.
Para nadie es un secreto que en la resolución de la crisis actual están planteadas varias alternativas. El presidente Guaidó y la Asamblea Nacional han definido una ruta que se compone de tres elementos que todos conocemos perfectamente: fin de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. No tenemos mucha claridad en cómo se va a concretar ese “fin de la usurpación”, pero se piensa que con la movilización nacional y el apoyo internacional se producirá una situación en la cual la dictadura ceda y esté dispuesta o la obliguen a negociar una salida que nos conduzca a un gobierno de transición y luego a un proceso electoral en el corto plazo, obviamente en condiciones que garanticen una elección libre, que como mínimo serian: Nuevo Consejo Nacional Electoral, liberación de presos políticos, legalización de partidos y habilitación de candidatos inhabilitados, supervisión y observación del proceso electoral por la comunidad internacional, revisión del registro electoral y garantía de voto para los venezolanos que están en el exterior.
Pero podemos afirmar que nadie sabe exactamente cómo se producirá ese fenómeno o esa alternativa; pero si podemos decir que esa es la opción que ha planteado de manera consistente la administración del presidente Guaidó.
Pero hay otro sector de la oposición, minoritario pero muy activo sobre todo en redes sociales y en algunos medios de comunicación, sobre todo los que provienen del exterior, que plantea una alternativa distinta: la solución del conflicto a partir de la intervención militar de una fuerza extranjera. Ese sector plantea o impulsa la posición de que el presidente Juan Guaidó convoque la intervención de una misión extranjera con base en el numeral 11 del artículo 187 de la Constitución.
Como “diáspora tóxica” califican algunos analistas políticos como, por ejemplo, Moisés Naím a esos sectores de oposición que, sobre todo desde el exterior, de manera muy persistente y por redes sociales pretenden imponer sus criterios y decir a quienes estamos en Venezuela cómo debemos actuar, que acciones debemos tomar y cuáles son las actividades de oposición que debemos llevar adelante.
Pero atención, los opositores “tóxicos” no solo están en el exterior. Algunos de los voceros de esta “diáspora tóxica” ya comienzan a hacer veladas o abiertas críticas al presidente Guaidó por su “falta de iniciativa”, por su supuesta “indecisión”, falta de “celeridad” en tomar las acciones que ellos consideran correctas, entre ellas solicitar la mencionada intervención militar. Como si esa fuera la única opción, no proponen otra cosa, no llevan adelante ninguna otra iniciativa, solo son “críticos” y “observadores de fotografías”.
Esta situación tiene su fundamento en que se ha dicho por parte de voceros nacionales, cercanos al presidente Guaidó, y por voceros internacionales de algunos países que reconocen a Juan Guaidó como presidente, que “todas las opciones están sobre la mesa” y por supuesto, la opción militar es una de esas opciones; y que de producirse, algún tipo de acción por parte del régimen venezolano, que traspase una supuesta “línea roja” que estaría trazada en su cerebro, se produciría algún tipo de respuesta más agresiva, por llamarlo de alguna manera, por parte de la comunidad internacional, acción que por supuesto, se supone sería de carácter militar. El problema es que la “intervención militar” no llega porque la libre interpretación de un artículo de la constitución lo prevea, o porque un “iluminado” del exterior o del país lo diga o porque la desesperación de alguien lo aconseje y desde luego, no llegan vía Twitter o WhatsApp.
Se da la paradoja de que los países que tendrían capacidad para algún tipo de acción militar, bien sea de manera individual o en conjunto, han dicho de manera clara que descartan esa opción, que no está planteada una intervención militar. Con lo cual es evidente que el hipotético llamado que pudiera hacer el presidente Juan Guaidó a una intervención caería en el vacío, no tendría un interlocutor válido para llevarlo adelante, lo cual nos lleva a lo que hemos venido hablando: convocar a una acción o plantear una iniciativa que no podría realizarse, conduciría sin duda alguna a la generación de falsas expectativas que traería como consecuencia lo que ya hemos hablado, más frustración, desmovilización, desesperanza, etc.
No hay duda que la desesperación tras 20 años de oprobiosa dictadura lleva a algunos a pensar o proponer salidas extremas, lo antes posible. Y queremos suponer que los que así lo hacen proceden con la mejor buena fe; pero queda en el aire una gran interrogante: Si cualquiera se puede dar cuenta y es fácil suponer que un llamado a una intervención militar no tendría respuesta positiva por parte de la comunidad internacional, que no sería tomada en cuenta, ¿Qué persiguen estos voceros o estos grupos que persisten e insisten en que se tome esta iniciativa? ¿Será que están jugando a la opción del fracaso del presidente Guaidó? y si es así, ¿Con qué propósito? ¿Qué es lo que persiguen? la verdad es que ésta es una interrogante que uno se tiene que formular.
Juan Guaidó representa el futuro; meses atrás, a finales de 2018, estábamos en un negro túnel, ¿A quién favorece una derrota hoy de la opción opositora? ¿Quién se beneficia con el fracaso de Juan Guaidó?
Politólogo

viernes, 29 de marzo de 2019

IN MEMORIAM DE RAMÓN ESPINASA

JORGE ZAJÍA

PETROLEUM

Estamos obligados por el compromiso que tenemos de dedicar todo nuestro esfuerzo y trabajo creativo para alcanzar una vida mejor, llena de futuro y felicidad, ceder este espacio para honrar la memoria de Ramón Espinasa, cuya muerte prematura ha causado un profundo pesar, desasosiego y tristeza en la comunidad petrolera venezolana y americana.

Ramón Espinasa era profesor en la Universidad de Georgetown en Estados Unidos y desde el 2008 se desempeñaba como especialista en el área del petróleo y gas de la División de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo. Trabajó durante 20 años en Pdvsa, desde 1979 a 1999, donde asumió diferentes funciones, el último cargo fue como Economista Jefe, de 1992 hasta su salida. 

En muchas oportunidades se le consultó acerca de la circunstancia en la que se encontraba la estatal petrolera de Venezuela y fueron varias las oportunidades donde manifestó que sus denuncias por el deterioro de la empresa a la cual le dedicó 20 años de su vida profesional y quien en diversas oportunidades al se consultado sobre la situación, expresó que “La producción de Petróleos de Venezuela está colapsando. Vengo diciendo que Pdvsa está herida de muerte”.

Del Tweet de la periodista Marianna Párraga (Reuters) reproducimos las siguientes palabras: “Con el corazón arrugado de tristeza anuncio el fallecimiento de Ramón Espinasa. Sus amigos y cercanos vamos a extrañar su gran generosidad, sabiduría, paciencia y maravillosa calidad humana. Mis condolencias a su hija Fernanda (@ferespinasa). ¡Qué falta nos vas a hacer Ramón en estos tiempos!”

Y de las múltiples manifestaciones de duelo y de dolor, de solidaridad, registramos estas de su compañero y amigo, Luis A. Pacheco (@pachecol): “Ramón Espinasa fue lo que todos aspìramos a ser: un hombre de bien. Hoy lo lloramos quienes lo queremos y admiramos. Las lágrimas nos ahogan, es solo natural, pero en el tiempo la alegría de su vida. Mucho que decir, pero por ahora: buen viaje, Ramoncito.” https://prodavinci.com/ramon-j-espinasa-vendrell-retrato-hablado/?platform=hootsuite

Francisco Monaldi, Fellow in Latin American Energy Policy & Lecturer in Energy Economics of Baker Institute for Public Policy Rice University, publicó:
Hoy fue un día muy triste para mi y para muchos de mis amigos y colegas, se nos fue mi muy querido amigo y mentor Ramon Espinasa

Brillante economista petrolero. Generoso maestro de varias generaciones de economistas. Hizo escuela en PDVSA y en el BID. Fue un gran venezolano, pero sobretodo una gran persona.

Tuve el privilegio de ir con Mercedes, hace una semana, a despedirnos personalmente de él. Fue un momento muy bonito y emotivo, a la vez que triste y doloroso. Estaba rodeado de su familia y dos de sus más queridos amigos del colegio. Estaba en paz. Sembró mucho amor.

Un fuerte abrazo a su hija Fernanda Espinasa a la que tanto quiso, a su esposa Alicia y al resto de la familia.

Justo mañana empieza Plan País, la reunión anual de estudiantes venezolanos, en que Ramón estaba pautado a participar. Ya nos hace inmensa falta. https://prodavinci.com/ramon-espinasa-mentor-pensador-y-hombre-de-accion/

Rodrigo A. Peraza Darias, Investigador del Área de Desarrollo Económico del CENDES UCV, a quien le tocó trabajar estrechamente con Ramón, escribió:

Mantuve una estrecha y larga relación con Ramón Espinasa, a quien con frecuencia invitábamos al Núcleo de Economistas de Lagovén para que nos ilustrara sobre el acontecer energético mundial. Sus intervenciones eran muy concurridas. Paralelamente, solía invitarlo a mi asignatura “Economía Petrolera” en la CEAP-FACES-UCV. Luego, siendo yo Jefe de la Oficina Central de Presupuesto y él Economista Jefe de PDVSA, en ocasión de la Agenda Venezuela, compartimos en el equipo del gobierno de Venezuela (Caldera 2), la discusión del programa de ajuste.  Vehemente en sus ideas y posiciones, y muy agudo en sus análisis, sin duda que perdemos un gran conocedor y una perspicaz inteligencia, que siempre dejó en documentos para la posteridad. Su repositorio testimonial, documental y bibliográfico es de obligatoria consulta para muchos de los que nos movemos en el ámbito de la investigación del desarrollo. Un recuerdo fraterno al amigo y compañero de la industria petrolera venezolana y que Dios lo reciba en su gloria para el eterno descanso de su alma. QEPD.

Luis Giusti, ex Presidente de Petróleos de Venezuela, también hizo públicas sus palabras de reconocimiento a la trayectoria de vida de Ramón Espinasa, su compañero de trabajo y amigo:

NOTA DE LUIS GIUSTI ANTE MUERTE DE RAMÓN ESPINASA

 Querido Rodrigo: aprovechando tu nota, quiero hoy, aquí, 22 de marzo de 2019,   rendir homenaje póstumo a mi muy querido amigo, Ramón Espinasa, quien falleciera en el día de ayer víctima de una prolongada enfermedad. Doy gracias a Dios porque pude acompañarlo un rato en su lecho de muerte. Fue Ramón un economista fuera de serie, un iconoclasta, quien dedicó sus esfuerzos a colaborar con atinados diagnósticos y pronósticos acerca del mundo petrolero. Ramón trabajó conmigo por mas de 20 años, durante los cuales compartimos una fraternal amistad. Más allá de su inteligencia superlativa y su acertada visión del futuro, Ramón fue una persona de elevados principios y de excepcional bondad. Siempre tuvo puertas abiertas para todo aquel que le pidiera ayuda, con la amplia sonrisa que lo caracterizaba. Estoy seguro de que allá en las alturas, será precisamente esa sonrisa lo que ilumine su llegada al reino de Dios. Siempre lo tendré presente en mis oraciones. Lleguen mis sentidas condolencias a su hija, su esposa y todos sus familiares y amigos.  

  • Luis Pulgar y Ramón se conocieron desde niños y juntos fueron a la Escuela y al Liceo La  Salle de Caracas; de allí que deseamos difundir este relato, publicado en Prodavinci, que registra sus vivencias de toda una vida juntos:
    https://prodavinci.com/ramon-espinasa-el-ser-humano/

Por último, por ahora, del WhatsApp de la SVIP (Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleos), reproducimos lo colocado por su administrador Luis Ferrer: “En Memoria a Ramón Espinasa, QEPD, compartimos su última contribución a Venezuela “Lecciones y propuestas para la reconstrucción del sector petrolero (venezolano): A 75 años de los acuerdos de 1943”, publicado en Prodavinci en Marzo del 2018:


Steven Pinker, ilustrado

CARLOS RODRIGUEZ BRAUN

El último libro del psicólogo canadiense y profesor de Harvard, Steven Pinker, titulado En defensa de la Ilustración. Por la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso (Paidós), ha suscitado el debate sobre si es liberal o intervencionista. Pinker es un ilustrado, con lo cual la respuesta correcta es: ambas cosas. 
En efecto, la Ilustración tuvo elementos liberales en contraposición con el Antiguo Régimen. El lector encontrará en las 744 páginas de este libro mucho liberalismo. Pinker critica a los antiliberales incapaces de reconocer el avance del mundo gracias a la libertad —en una línea similar a la de Johan Norberg en Progreso. Además de apartarse de las jeremiadas catastrofistas, ataca el socialismo real: “De los setenta millones de personas muertas en las grandes hambrunas del siglo XX, el 80 por ciento fueron víctimas del comunismo, por su colectivización forzada, confiscaciones punitivas y planificación central totalitaria”. 
Saluda a Adam Smith y a la noción ilustrada de la necesidad de reglas e instituciones para canalizar los impulsos individuales en aras de beneficios generales: desde la libertad de pensamiento, la cooperación y los derechos humanos, hasta la ciencia, la educación, la democracia y los mercados. Cree que la riqueza conducirá a un medio ambiente más limpio y defiende la energía nuclear. Rechaza el mantra progresista de la desigualdad, y niega que tenga que ver con la violencia: aumentó la desigualdad en EE.UU. pero bajó la violencia, y en Venezuela bajó la desigualdad y aumentó la violencia. Tampoco es verdad que la desigualdad cause la infelicidad: las personas en las sociedades desiguales tienden a ser más felices. 
Pinker proclama que “en todo el mundo la gente se ha vuelto más liberal”, niega que los conservadores tengan más prejuicios que los progresistas, se asombra de que el 18% de los profesores en ciencias sociales en EE.UU. se identifiquen aún como marxistas, y apunta a la cultura intelectual dominante como enemiga de la libertad. 
Dirá usted: es un liberal irredento. Pues, no. Muchos en la izquierda abominan de él, pero se equivocan. Es un liberal ilustrado, es decir, con ingredientes antiliberales. Puede denunciar a veces la corrección política (véase la desopilante gansada sobre los glaciares y el feminismo en el capítulo 22), pero el grueso de los mensajes del libro se ubican en el centro, empezando por la lucha contra el cambio climático, en la que Pinker está entre los negacionistas y los radicales que quieren afrontarlo liquidando el capitalismo.
Pinker ridiculiza a Hayek, apoya la subida de los tipos marginales del Impuesto sobre la Renta, critica la religión y aplaude el Estado de bienestar. Dice: “el capitalismo de libre mercado es compatible con cualquier suma de gasto social”. Prefiere la equidistancia entre comunistas y liberales, y apuesta por el oneroso intervencionismo de los Estados europeos.
Este artículo fue publicado originalmente en Expansión (España) el 26 de marzo de 2019.





La Tragicomedia













EDUARDO FERNANDEZ


Una de las más famosas obras de William Shakespeare ha sido titulada en español como “Comedia de equivocaciones”. En las últimas tres décadas los venezolanos hemos asistido no a una “comedia de equivocaciones”, sino a una “tragedia de equivocaciones”



Tragedia que yo divido en cuatro capítulos. El primero, fue el colapso de la democracia venezolana. Entre 1958 y 1998 los venezolanos vivimos un paréntesis de Republica Civil sin precedentes en la historia de nuestro país. Creímos que ya teníamos democracia para siempre. Olvidamos que “la libertad es eterna vigilancia”. El liderazgo nacional no fue capaz de advertir los signos de la decadencia. Sobre este primer capítulo recomiendo la lectura de un libro que se llama: “Como mueren las democracias” escrito por dos profesores de la Universidad de Harvard: Levitsky y Ziblatt.

El segundo capítulo lo llamaría, la llegada del populismo. Un militar golpista, en lugar de haber sido enjuiciado y sentenciado, como ocurrió con el coronel Tejero en España, se convierte en líder político con un discurso populista y con la complicidad de los más variados factores de la opinión pública nacional. Asumió la ruta electoral y ganó las elecciones.

El tercer capítulo estaría dedicado a la progresiva instauración del poder absoluto, de nuevo con complicidades insólitas y al desarrollo de un gobierno que destruye la economía nacional, incrementa la pobreza,  despilfarra una inmensa riqueza fiscal y  desata una ola de corrupción sin precedentes en la vida del país.

El cuarto capítulo estaría  dedicado a examinar la dificultad que hemos tenido los venezolanos para construir una alternativa democrática capaz de enfrentar y sustituir al régimen del “socialismo del siglo XXI” que hemos padecido en los últimos 20 años.

Es famosa la frase de Mariano Picón Salas según la cual Venezuela tuvo que esperar hasta diciembre de 1935, cuando el General Gómez resolvió morirse, para entrar en el siglo XX. No sé cuántos años más tendremos que esperar los venezolanos de este tiempo para entrar en el siglo XXI. Una Alternativa Democrática significa como lo he dicho muchas veces, una propuesta atractiva e ilusionante, una dirección política unida y coherente, una organización eficiente, una estrategia inteligente y un liderazgo esclarecido e incluyente.

Venezuela está en vísperas de un gran cambio. Un cambio hacia una Democracia plena y efectiva. Un cambio hacia una economía próspera, capaz de generar riquezas para todos y oportunidades de trabajo para todos. Un cambio orientado por la Justicia Social para superar la pobreza y la miseria. Un cambio para rescatar los valores morales y los principios éticos en la vida nacional.

El cambio viene. Ojalá sea lo más pronto posible y lo menos traumático posible.

Eduardo Fernández
@EFernandezVE
López Obrador es como el tero


HANNA FISCHER


Gabriel García Márquez, en su discurso de aceptación del Premio Nobel, señaló que lo real maravilloso de su literatura no es fruto de la imaginación sino de la realidad latinoamericana. Expresa que el delirio y la demencia de nuestros gobernantes es lo que nos ha caracterizado históricamente.
Para fundamentar sus dichos recuerda diversos episodios. “El general Antonio López de Santana, que fue tres veces dictador de México, hizo enterrar con funerales magníficos la pierna derecha que había perdido en la llamada Guerra de los Pasteles. El general García Moreno gobernó al Ecuador durante 16 años como un monarca absoluto, y su cadáver fue velado con su uniforme de gala y su coraza de condecoraciones sentado en la silla presidencial”.
El actual presidente de México –Andrés Manuel López Obrador– está llamado a integrar esa galería de personajes ridículos. Hace poco que asumió el poder y ya está dando muestras de poseer la misma inclinación bufonesca que los personajes que García Márquez menciona.
Sorprendió al mundo cuando con exhibicionismo –poco propio de un gobernante serio- en un video que publicó en Facebook pregonó: “envié una carta al Rey de España y otra al Papa para que se haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos”.
La excusa que dio para tan delirante posición fue, que a raíz de la conmemoración de los 500 años de la Conquista en 2021, “es el tiempo de decir vamos a reconciliarnos, pero primero pidamos perdón” por lo sucedido en aquel entonces. López Obrador (AMLO) sostiene que “hay heridas abiertas” debido a la Conquista y que “es mejor reconocer que hubieron abusos y se cometieron errores”. En consecuencia, les exige al rey Felipe VI y al Papa Francisco que pidan públicamente perdón por lo que hicieron sus antepasados varios siglos atrás, para poder alcanzar una reconciliación plena.
El contenido de la carta dirigida al rey de España es duro e incentiva la confrontación entre ambas naciones. Además, al utilizar el artificioso procedimiento de divulgarla a través de las redes sociales, denota que su objetivo es llamar la atención.
Es llamativo que este exabrupto de López Obrador se dé precisamente ahora. ¿Por qué? Porque hasta ese momento las relaciones entre México y España eran sumamente cordiales. El rey de España fue invitado y acudió a la ceremonia de investidura del presidente mexicano. Y no solo eso: en su discurso de toma de posesión en la Cámara de Diputados, el mandatario azteca declaró: “también agradezco, por los lazos de historia y de cultura que nos unen, la presencia de Felipe VI, rey de España”. Sus palabras fueron recibidas con un gran aplauso de los representantes del pueblo.
Además, hace tan solo dos meses que el presidente de España, Pedro Sánchez, visitó oficialmente México y nada hacía presagiar el actual desplante de López Obrador.
Las reacciones ante tan insólita exigencia no se hicieron esperar.
Carlos Martínez Shaw –miembro de la Real Academia de Historia- expresó que “pedir una disculpa a un jefe del Estado por actos realizados hace 500 años y que enfrentaron a unas sociedades que poco tienen que ver con las nuestras es extemporáneo y anacrónico […] si lo hubiesen pedido unas comunidades afectadas, podría tener un sentido, pero entre Estados roza el ridículo, es un salto cualitativo en esta clase de revisiones y puede acabar afectando a las relaciones entre ambos países”.
Carmen Sanz Ayán – integrante de la Academia- también calificó la posición de López Obrador de “ridícula” y consideró extraño que “él decida que España y México están peleados”.
Pero la observación más exacta sobre la actitud del presidente mexicano provino del escritor Arturo Pérez-Reverte quien afirmó que “si este individuo se cree de verdad lo que dice, es un imbécil. Si no se lo cree, es un sinvergüenza”.
A nuestro juicio, hay más de lo segundo que de lo primero. Y de ahí la relación que hacemos entre López Obrador y el tero.
El tero es un ave que habita en la mayor parte de América del Sur. Ostenta gran habilidad para disimular donde empolla porque el nido nunca está donde parece. Cuando alguien pone en peligro al nidal, realiza maniobras distractivas gritando con fuerza en otro lado para alejarlo.
Tan famosos son a raíz de ello, que se han convertido en metáfora de una cierta clase de personas. Por ejemplo, José Hernández le hace decir a su Martín Fierro: “Pero hacen como los teros / Para esconder sus niditos: / En un lao pegan los gritos / Y en otro tienen los güevos”.
Por consiguiente, dado que todo parece indicar que las palabras de López Obrador son tan solo una maniobra distractiva, habría que desentrañar qué es lo que pretende, cuál es su intención oculta.
Esa indagación nos lleva a preguntarnos qué es lo que cambió de dos meses a esta parte que podría haber influido en su ánimo. Debemos realizar esa pesquisa elevando la mirada y no quedarnos en lo específicamente mexicano.
Lo más notorio que está ocurriendo en estos momentos es que la permanencia de las dictaduras (los nidos con los huevos) de los Castro en Cuba y de Nicolás Maduro en Venezuela está en peligro. Y, aunque trate de disimularlo, López Obrador es un simpatizante de ambas (al igual que el Papa Francisco). Incluso, hay indicios de que estaría siguiendo los pasos de Hugo Chávez.
Por consiguiente, no sería descabellado pensar que Raúl Castro haya aconsejado esta estratagema, que tan buenos resultados le dio a su hermano Fidel.
Las mayores amenazas para las mencionadas tiranías provienen de Estados Unidos y los países europeos, entre ellos, España. Por consiguiente, López Obrador pretendería:
-Al mandarle también una carta a su aliado el papa Francisco, es probable que este acepte “pedir perdón en nombre de la Iglesia Católica” (quizás, eso estaría convenido de antemano). De ese modo, presionaría al rey de España y durante meses pondría el tema en los medios internacionales.
-Distraer la atención de los europeos de lo que está pasando en Cuba, Venezuela y Nicaragua, tratando de hacerlos sentir culpables por los actos realizados por sus antepasados. De ese modo, darles oxígeno a las mencionadas dictaduras.
-Poner en el centro de la discusión pública internacional –especialmente en Latinoamérica- el tema de los imperialismos. De ahí, establecer una conexión entre el Grupo de Contacto Internacional creado por la Unión Europea -que exige elecciones libres y con garantías en Venezuela y entrada de la ayuda humanitaria- con el imperialismo. O sea, deslegitimar ese esfuerzo y generar una reacción en contra.
-Crear artificialmente un enemigo externo para que los mexicanos se unan a su alrededor y así poder desplegar su propio programa dictatorial. Por cierto, una estrategia común entre los déspotas.
Esperemos, por el bien de nuestro continente, que ni los europeos ni los latinoamericanos -primordialmente los mexicanos- sean tan tontos de caer en esa trampa. La única actitud que cabe asumir ante la estrategia del tero desarrollada por López Obrador y sus cómplices, es la indiferencia.