miércoles, 18 de diciembre de 2019

Venezuela: Crece el malestar en la FFAA por el trato contra tres importantes generales encarcelados por razones políticas


Por Sebastiana Barráez / infobae.com

Las medidas implementadas contra dos generales del Ejército y uno de la Guardia Nacional, detenidos por razones políticas, ha ido elevando el nivel de malestar entre oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). No les permiten contacto físico entre ellos, ni con sus familiares ni con nadie. Desde hace unos días establecieron normas que van desde la reducción de las horas de visita, que solo reciben una vez a la semana, así como la drástica disminución del tiempo de consulta con sus respectivos abogados.
Esas decisiones afectan al general en Jefe Raúl Isaías Baduel, quien fue comandante del Ejército y Ministro de la Defensa, siendo uno de los aliados de la revolución bolivariana y amigo personal de Hugo Chávez. A Baduel lo incluyen en todas las conspiraciones reales o ficticias contra Nicolás Maduro. A veces lo han mantenido mucho tiempo desaparecido e incomunicado, ante la desesperación de su familia. Tanto Maduro como otros funcionarios del Gobierno intentan descalificarlo señalando que está preso por problemas de corrupción, lo cual es falso. Baduel está detenido por sospechas de conspiración y así está imputado. En el 2018 Maduro expulsó a Baduel de la Fuerza Armada a la vez que lo degradó.
En agosto del 2019 Margareth Baduel denunció el trato que ha recibido su padre durante los once años que lleva detenido. En ese momento, ella señaló que su padre tenía días “sometido a un aislamiento total. No tiene acceso a hablar con ninguna persona. Está 24 horas encerrado en un espacio reducido, sólo con una colchoneta. No lo dejan tener ni la Biblia. El único contacto con la luz natural es a través de una reja”.
“Lo sacaron abruptamente el 12 de junio de La Tumba a la sede de la policía militar en el Fuerte Tiuna; nunca nadie nos confirmó dónde. El domingo 21 de julio pudimos verlo por primera vez después de casi dos meses de desaparición forzada. Hablamos por medio de un teléfono a través de un vidrio en un lugar muy pequeño, donde no se puede tener ningún tipo de contacto físico”, contó su hija Margareth.
Otra de las víctimas de los atropellos de la DGCIM es el Mayor General (Ej) Miguel Eduardo Rodríguez Torres, quien fue jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) y Ministro del Interior y Justicia. Ellos son generales retirados.
El Mayor General fue detenido en marzo 2018 y recluido en la DGCIM, desde donde fue sacado hace unos meses y recluido en la cárcel de Fuerte Tiuna. Allí se declaró en huelga de hambre como presión para que su pareja, quien fue detenida en mayo de 2019 en la DGCIM, fuera liberada luego de recibir torturas.
El general de Brigada de la Guardia Nacional Bolivariana, Héctor Armando Hernández Da Costa es un oficial activo, alférez mayor de su promoción, con una destacada carrera militar que demostró en su lucha contra grupos irregulares en el comando de la Guardia Nacional en San Antonio del Táchira y como jefe del Comando Antidrogas de la GNB. 
La Dgcim ordenó castigarlos
Los tres generales -Baduel, Rodríguez Torres y Hernández Da Costa- están imputados por Traición a la Patria e Instigación a la Rebelión y permanecen en una cárcel de máxima seguridad, a cargo de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), que construyeron al reformar parte de la Policía Militar en Fuerte Tiuna.
La intención inicial de esa cárcel, ubicada dentro de la principal instalación militar del país, como es el Fuerte Tiuna, fue tener listo un lugar para recluir a Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional.
Desde hace unas semanas intensificaron el trato brutal contra los tres generales, a quienes se les ha violado sus derechos humanos, el derecho al debido proceso, el derecho a las llamadas telefónicas, a recibir atención médica, a recibir sol, entre otros.
Desde que uno de los custodios del general Rodríguez Torres murió a causa de una bacteria, sin que la familia haya recibido una explicación convincente por parte de las autoridades de la Dgcim, los otros funcionarios asignados a esa cárcel en Fuerte Tiuna no quieren ni siquiera entrar al área de las celdas.
En la Dirección General de Contrainteligencia Militar hay dos funcionarios con poder: el general Terán Hurtado, Director de Investigaciones y el mayor Granko Arteaga, jefe de la Dirección de Asuntos Especiales. A uno de esos dos personajes se le ocurrió aplicar castigo contra los tres generales.
El caso es que a los tres detenidos no les han permitido ninguna llamada telefónica desde que están en esa cárcel de máxima seguridad. No los llevan a que reciban atención médica. Solo a Rodríguez Torres lo llevaron en una oportunidad al Hospitalito que hay en Fuerte Tiuna, justamente el día que murió uno de sus custodios; temían que el general fuese víctima de la misma bacteria que mató al custodio o que estuviera afectado de dengue hemorrágico.
No se toquen
Una de las torturas más brutales contra los tres altos oficiales es que no les han permitido, desde que están detenidos, el derecho a la visita conyugal, pero más aún es que les tienen prohibido cualquier tipo de contacto físico. Para ello colocaron un vidrio que separa a cada general de sus familiares y solo pueden comunicarse a través de un teléfono instalado en la estrecha salita.
No hay intimidad ni privacidad. Todo es vigilado con cámaras y micrófonos. El trato del personal de la DGCIM para con los detenidos y sus familiares es grosero y violento, con descalificaciones verbales, que llegan a los gritos y a las amenazas. La requisa se ha vuelto violatoria hasta la vejación y el irrespeto físico.
Entre las órdenes más recientes, está la reducción de las visitas familiares y de abogados. No los sacan a caminar ni a recibir sol. De cuatro horas semanales que tenían para que pudiera entrar la familia, se las redujeron a dos. La comida, que les lleva la familia, porque ahí no hay, se las dan una vez al día y a final de tarde, de manera que permanecen todo el día sin comer.

martes, 17 de diciembre de 2019

Ramos Allup: Estrategias del régimen no evitarán que el Parlamento elija a Guaidó como presidente

EL IMPULSO

El diputado ante la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, aseguró este martes que la estrategia que utiliza el régimen de Nicolás Maduro no podrá impedir que Juan Guaidó sea electo presidente de la Asamblea Nacional.
“Su operación consistió en tocar a algunos diputados, quienes cambiarían su voto o su posición cambio de dinero, yo no quiero ni siquiera creer en eso porque de verdad, por encima de nuestras diferencias, no creo que eso sea un medio eficaz para empuercar (sic) un recinto en el que todos desarrollamos nuestra actividad con nuestras diferencias y nuestros puntos de vista en contra”, expresó.
Sobre los cargos del TSJ oficialista a los 4 diputados, Allup reiteró que “cada vez que nos oponíamos a algunos de los despropósitos de Chávez o Maduro éramos enemigos de la patria y por ahí venía una imputación de carácter penal, que es lo que siguen haciendo ahora, yo me pregunto si estos 4 diputados de antier, ¿Qué delitos de traición a la patria cometieron?, ¿Qué delitos cometió Carlos Lozano?, lo que pasa es que descubrieron que el suplente de Lozano, ustedes lo engancharon, lo cuadraron. Jorge Millán no ha traicionado a la patria, ¿Se unió a alguna potencia extranjera para invadir aquí y quemarle el trasero a Nicolás?"

BURBUJAS Y CONTRASTES


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LUIS MANUEL ESCULPI



Este diciembre en el Ávila no sólo se encendió la tradicional Cruz, también se iluminó con rayos láser, el hotel Humboldt ahora clasificado como siete estrellas, como ya hace algún tiempo había anunciado Nicolas Maduro. Es lógico suponer, que a los eventos en esta nueva etapa, los altos costos solo podrán pagarlo enchufados, connotados empresarios y sus familiares vinculados al régimen.
En Bello Monte, más exactamente en las proximidades del río , donde alguna vez anunció una vocera oficialista que podríamos bañarnos : el Güaire, también fue iluminado. La verdad es que en otras oportunidades ese sector fue decorado con luces navideñas, pero también es cierto que en ese tiempo no existía la crisis eléctrica tal como hoy se vive en el país.
El régimen intenta crear una ilusión de normalidad y recuperación económica, promoviendo unos nichos o burbujas al que solo tiene acceso, un mínimo sector de la población, como en el caso de los nuevos bodegones o la concurrencia a restaurantes de lujos en la capital. Algunos economistas, analistas y encuestadores sorpresivamente tienden a generalizar el fenómeno, olvidando las penurias que sufre la mayoría de la población. Ignorando las constantes alertas de organizaciones como Cáritas y de Susana Rafalli sobre la terrible desnutrición infantil, solo para citar un dramático ejemplo de la gravedad de la crisis económico y social por la que atravesamos.
La existencia de “burbujas” en algunas zonas del este caraqueño y en otras ciudades, no pueden considerarse como un indicativo de mejoría sustancial. Bastaría con observar un vídeo que circula por las redes sociales, donde la representante de un consejo comunal, al distribuir los famosos perniles rusos, le solicita a los vecinos en cola la grabación donde agradezcan a Maduro por el beneficio recibido. Llama la atención que la situación descrita no sucede en una zona de las más depauperada del municipio Libertador, sino en la urbanización Juan Pablo II en Montalbán.


Estos inmensos contrastes permiten la percepción de la existencia de dos países, en la realidad hay una ínfima minoría privilegiada de funcionarios y empresarios corruptos, disfrutando de beneficios inalcanzables para la mayoría que padece la pavorosa hiperinflación, viviendo el día a día, la grave situación de la salud y la crisis de todos los servicios públicos.
Leí un comentario donde se subestimaba el problema de la corrupción, basado en los argumentos por una parte “ella siempre ha existido” y por la otra que la población no le concede especial importancia a esa aberración. En primer lugar es necesario señalar que los niveles de corrupción de los últimos veinte años, no tienen antecedentes en nuestra historia y en segundo término consideramos que independientemente de la valoración en las encuestas, la denuncia y el combate contra la corrupción además de un deber de las fuerzas alternativas, en mucho de los males que hoy sufrimos están asociados al grave despilfarro y al robo descarado de los dineros públicos.
En lo que resta de año el régimen y sus aliados harán todo tipo de maniobra,utilizarán cualquier tipo de artilugio, emplearán variadas artimañas para intentar impedir la reelección de Juan Guaido como presidente de la Asamblea Nacional. Objetivo que pese a todas las trampas no lograrán.
Esta es nuestra última columna del año, nos resta desearle a nuestros pacientes lectores, que pasen estas navidades lo mejor posible a pesar de todas las dificultades que confrontamos. Esperamos que el año próximo sea propicio para consolidar los avances logrados, superar los errores, dificultades y limitaciones, despejar la ruta del cambio político para reconstruir las instituciones democráticas, recuperar las libertades, la reconciliación entre los venezolanos y así poder progresar en paz.
Hasta la próxima, ya será en el mes de enero.


Venezuela: Asamblea Nacional aprobó reforma parcial del Reglamento de Interior y de Debate



lapatilla.com
Este martes, el presidente encargado de Venezuela y del Parlamento, Juan Guaidó, luego que culminará la sesión sobre la pretensión del régimen de Nicolás Maduro de disolver la Asamblea Nacional (AN), dio inició bajo votación, la consideración de reforma parcial del Reglamento de Interior y de Debate, la misma siendo aprobada por las dos terceras partes del AN.
Con 93 diputados presentes en la sesión, se permite que con dicha modificación, diputados en el exilio puedan participar en los debates del parlamento de forma virtual.
“He recibido una carta que solicita modificar el Reglamento de Interior y de Debates, lo cual haremos como punto único en una sesión extraordinaria que se iniciará inmediatamente”, fue lo expresado por Guaidó instantes antes de comenzar el debate.
Posterior a esto, la Diputada a la Asamblea Nacional por el estado Cojedes, Dennis Fernández, destacó que “Un grupo de diputados solicitamos la revisión del Reglamento de Interior y Debates para una reforma parcial, no es una tragedia”.
“La tecnología ha crecido a pasos agigantados, ejemplo de ello es esta misma  AN: cuando nos despojaron de ANTV nos conectamos a diversas personas alrededor del mundo, es adecuar al Parlamento a nuevas tecnologías”, acotó.

Liberen a Guaidó

Frank E Payares M
@payaresfrank
Caracas, 15 de diciembre de 2019

Mi apreciado y respetado amigo Alfredo Padilla desde hace varios meses ha sostenido la idea de liberar a Juan Guaidó de disciplina partidista. Se trata de un recurso político utilizado en el pasado para permitirle al Presidente recién electo tomar y ejecutar decisiones políticas sin las cadenas estatutarias del partido al cual pertenecía, permitiendo de esta manera acercarse en su estrategia de gobierno a sectores y políticas mucho más amplias.
JG está a punto de ser reelegido como Presidente de la AN; es posible que esto sirva para darle fortaleza y continuidad a un liderazgo personal en la oposición.
El jefe de VP debería propiciar esta liberación de disciplina partidaria y darle fortaleza al liderazgo de Guaidó, que al parecer es el político con mayor empatía y conexión con los ciudadanos,  con capacidad para conducir el proceso hacia la transición democrática.
Lo anterior no sería lo único por hacer, JG y los factores de oposición tienen como responsabilidad construir una dirección política amplia y capaz de conducir la política en 2020. Esa dirección debe abrirle espacio protagónico a la vanguardia social, de manera que partidos y dirigencia social se conviertan en los conductores del movimiento de liberación democrática de nuestro país, sin secuestro de ningún sector.
Nadie es poseedor de La Verdad, lo que parece tener espacio y posibilidades de desarrollo victorioso es la capacidad de conversar verdades y construir acuerdos entre los factores políticos y sociales. Los ciudadanos venezolanos demandan acciones responsables y efectividad política.
Los esbirros han hecho todo para irse, le corresponde a los demócratas hacer todo para iniciar la construcción de la democracia que Venezuela demanda.
La sinfónica que unió el talento de venezolanos y colombianos

EL TIEMPO, BOGOTÁ

El final de 2017 parecía prometedor para Luis Farfán. Tocar su amado corno francés con la orquesta de la Universidad Distrital de Bogotá, la Filarmónica y la Sinfónica Nacional lo ilusionaron con un sueño: poder vivir de la música en Colombia, tal como lo hacía en Venezuela antes de convertirse en otro migrante en busca de oportunidades. Pero llegó el mes de enero de 2018 y ese sueño se apagó. Vinieron el hambre, la estrechez y la angustia por sobrevivir.
Entonces este concertista y luthier (fabricante y reparador de instrumentos) formado en el famoso Sistema de Orquestas de Venezuela, creado por el fallecido maestro Luis Alberto Abreu, sintió que jamás volvería a tocar el cielo con su corno, como lo hizo cuando se presentó en el mismísimo teatro Scala de Milán (Italia). Al contrario, se vio obligado a vender el instrumento, su gran amor, para comprar una motocicleta y empezar a repartir domicilios a través de aplicaciones digitales.
“Ese día dejé de ser yo. Tenía que comer, pero mi sueño era hacer música, vivir de ella como en Venezuela. Perder mi corno era perder mi esencia, lo que soy. No se imagina la tristeza que eso significa”, relata este joven moreno, de 26 años, alto, de barba tupida y con marcado acento venezolano. El músico parecía morir para darle paso al sobreviviente.

Algo similar le sucedía a Angélica Rivera. Colombiana, de 40 años, cabello blanco con matices púrpuras, actitud y pinta de rockera y que siempre ha amado cantar. Lo hace desde los 9 años. Es una soprano profesional que disfrutar estar un escenario. Allá está su vida. Pero su pasión le ha generado un precio alto. No ha sido fácil hallar su lugar.
La competencia despiadada entre sus pares, los rechazos y las humillaciones porque “no se te oye” o “ella canta mejor”, la han golpeado tanto que sufre de depresión.
Esa condición la obliga a retarse cada mañana. No puede abrir los ojos sin tener un motivo que la haga feliz. Algo que la eleve y la haga disparar su pasión. Eso sólo lo logra cantando en un escenario.

Tanto Luis como Angélica parecieron alejarse, en medio de tiempos oscuros, de su destino. Sintieron que jamás volverían esos tiempos de aplausos o de vibrar con los sonidos de una orquesta en armonía perfecta. Hasta que apareció la Orquesta Sinfónica  de la Juventud, integrada por músicos colombianos y venezolanos.
Orquesta Filarmónica de la Juventud
De izq a der: Luis Farfán, Fernando Buitrago, Daniel Molina, Osiris Rozo y su hijo Ian, Angélica Riveros, Natalia Bernal y Arex Aragón.
Foto:
CÉSAR MELGAREJO/ EL TIEMPO
Así nació el proyecto
En los últimos años, las calles y los buses de Bogotá se llenaron de música clásica y popular tocada por talentosos venezolanos, muchos de ellos, profesionales curtidos en los mejores escenarios del mundo y que ahora deambulan en busca de alimentar su cuerpo, pero también su pasión por los acordes.

El centro de Bogota, y los articulados de TransMilenio, ahora son engalanados por violinistas, chelistas, fagotistas, coristas líricos y exponentes del folclor popular. Todos tienen un común denominador: sus impecables interpretaciones.

A su lado, como siempre, buscan su lugar los talentos colombianos. Al igual que sus hermanos venezolanos, interpretan con maestría instrumentos clásicos. Muchos de ellos jóvenes estudiantes recién egresados en busca de oportunidades que, en Bogotá, pintan escasas porque son pocas las orquestas de este tipo. La Filarmónica de Bogotá y la Sinfónica Nacional reúnen apenas 180 músicos. Pocas plazas para los más de 368 graduados que esta profesión deja cada año en la capital.
Pero todos, en calles y plazas o en pequeños escenarios particulares, conforman una rica mina de talento que espera ser unida y armonizada. En el caso de los migrantes venezolanos bastaba con que alguien tuviera la iniciativa. Y eso sucedió cuando un nutrido grupo de maestros y músicos del país vecinos se encontraron por casualidad y crearon un grupo en la red de comunicación Whatsapp llamado Músicos en Bogotá.

Entre ellos estaban Arex Aragón, violinista y cuya familia fue fundadora del Sistema de Orquestas de Venezuela; Eduardo Ortiz, director de orquesta y docente en su país; Graciela Miranda Wagner, fagotista solista egresada del London College of Music; Alvaro Carrillo, contrabajista y especialista en gerencia y gestión de orquestas, y Álvaro Barazarte, director académico por 18 años del prestigioso Conservatorio de Música Simón Bolívar.

“Empezamos a descubrirnos, a ver que éramos muchísimos los que estábamos en la ciudad y compartíamos la experiencia y trayectoria en escenarios de todo el mundo. Por eso decidimos reunirnos”, cuenta Arex Aragón, quien recuerda ese primer encuentro como el germen de lo que luego se convertiría en una orquesta y un coro filarmónicos binacionales con más de 130 músicos de ambas nacionalidades.
Primeras presentaciones
Esa semilla tuvo su primer fruto en mayo de 2019, cuando se juntaron en la plaza de Usaquén, en el norte de la ciudad, para rendir homenaje al maestro Abreu, quien había fallecido poco más de un año antes, el 24 de marzo de 2018. El concierto, el primero de una orquesta binacional, fue un éxito.

“Entonces, supimos que había que hacer algo. Teníamos la gente y la experiencia. Además, en Colombia existe la necesidad para los músicos jóvenes colombianos de tener un espacio para seguirse formando. Así que el objetivo era unir los dos grupos poblacionales, para que los artistas de acá se integraran a una orquesta profesional con estándares altísimos de calidad y los venezolanos, que están en otros oficios, puedan regresar a tocar. Para ellos, esto es su paraíso”, relata Aragón.

Y así, en septiembre pasado, crearon la Fundación para la Integración Musical de Colombia Fundimusicol. Y con ella nacieron la Orquesta Sinfónica de la Juventud y el Coro Sinfónico de la Juventud. Y ya cuentan con seis presentaciones y varias más en camino. Uno de sus mayores ganchos es unir la música clásica con melodías populares como 'Colombia tierra querida' y 'Alma Llanera'.
Actualmente, el 46 por ciento de los integrantes del coro y la orquesta son venezolanos, todos pertenecientes al Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de ese país. Otro 35 por ciento son colombianos y el 19 por ciento restante comparten la doble nacionalidad, al ser de familias retornadas, es decir, migrantes colombianos que se fueron al vecino país en los 80, tiempos del auge económico venezolano y el conflicto armado colombiano, y que hoy debieron regresar por culpa de la crisis política, social y económica.

Según cuenta la información oficial de la Fundación, “el 32 por ciento de nuestros integrantes posee un empleo estable, mientras que un 39 por ciento está en condiciones de informalidad laboral. Contamos con un 12 por ciento de población estudiantil –la mayor parte ciudadanos colombianos–, la cual encuentra un espacio de práctica colectiva de calidad en el que pueden fortalecer y enriquecer sus aprendizajes”.

Una de ellas es Natalia Bernal, de 20 años. Esta estudiante de música de la Universidad Central de Bogotá ha encontrado en este grupo su espacio propio de crecimiento profesional. “La energía de esta orquesta es increíble. Hay una enorme hermandad. La primera vez que pisé este lugar me recibieron con los brazos abiertos, me alcanzaron una silla, me guiaron, me enseñaron. Esto es muy bonito. Nunca había tenido amigos venezolanos y ahora no solo tenemos amistad, sino que aprendemos juntos”, dice la joven bogotana.

Lo mismo piensa otro miembro del grupo: el corista Fernando Buitrago y estudiante de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Unad), quien reconoce que este es un lugar perfecto para evitar el peor miedo de los egresados colombianos: “En Colombia es muy difícil vivir del arte. Pero este es un lugar para crecer, con mucho futuro, con todo el potencial para triunfar”, cuenta Buitrago.
Orquesta Filarmónica de la Juventud
Osiris Rozo y Daniel Molina suelen interpretar juntos ritmos populares con giros clásicos
Foto:
CÉSAR MELGAREJO- EL TIEMPO
Volver a ser músicos
Osiris Rozo, su esposo Daniel Molina y su hijo Ian, de un año y medio de edad, hacen su aparición en la sede de la Iglesia Evangélica Luterana El Redentor, en Chapinero (norte de Bogotá), donde la Orquesta y el Coro lograron un espacio para ensayar. Llegaron a Colombia hace 7 meses. Ella es violinista profesional, pero por la crisis no se ha podido graduar. “Todos los maestros que me podían dar el cartón se fueron de país”, relata. Daniel es especialista en folclor venezolano. Toca el cuatro. Y ha encontrado su espacio en la Orquesta, especialmente en las piezas que mezclan música clásica con piezas tradicionales y populares.
Ambos trabajan como freelance por internet. Pero es en su lugar de ensayos donde realmente, según sus propias palabras, vuelven a vivir, a vibrar con lo que les gusta e ir más allá de tocar en un espacio donde –dicen– el público es ingrato: los buses de TransMilenio. “Jamás me imaginé hacerlo y es un contraste complejo. De pasar de un escenario grande, donde todos te escuchaban a un lugar en el cual a duras penas tres personas te ponen atención”, cuenta Daniel.

Pero los lunes, martes y viernes, durante dos horas, de 7 a 9 de la noche, todo cambia. “Esos días nos sentimos libres”, asegura Osiris. Y sus compañeros asienten. Todos coinciden en que quienes apenas comienzan por el camino de la música descubren que sí se puede soñar con vivir de su pasión, del oficio que escogieron. Y para aquellos a quienes la migración los hizo empezar de cero, ese tiempo les recuerda quiénes son y para qué están en el mundo. Les revive la fuerza de sentir la ovación en un escenario.

Que lo diga Luis Farfán, quien decidió que no importaba nada más que la música. Por eso, como si quisiera retroceder en el tiempo, vendió su moto para hacerse, una vez más, a un corno francés. Lo restauró y se decidió, en octubre, a tocar las puertas de la Orquesta Sinfónica de la Juventud. Y desde ese momento podría decirse que resucitó.
“Estar en la Orquesta es volverme a sentir músico. No hay momento más feliz en el día que el de ensayar. No importa si pedaleé mil horas bajo sol o bajo lluvia, porque acá recuerdo que yo no soy mensajero, que yo vine para ser músico”.

RAFAEL QUINTERO CERÓN