lunes, 31 de agosto de 2020

El Gallo Claudio, el Gallo Pelón


CAROLINA JAIMES BRANGER
EL NACIONAL
Todos conocemos los dibujos animados de Warner Brothers como Looney Tunes y Fantasías animadas de ayer y hoy. En una de ellas aparecía un gallo llamado Claudio, en español. Claudio era grandote y tontón, pero divertido. Hizo populares frases como “no soy una gallina, hijo” y “es una broma, digo, es una broma, hijo”.
En Venezuela tenemos un Claudio, no gallo, sino Fermín, cuyo partido Soluciones tuvo la “brillante solución” de lanzar como candidato a uno de los más conspicuos generalotes de la revolución: Luis Felipe Acosta Carlez, famoso por sus lamentables actuaciones públicas, desde que eructó en cadena nacional cuando se llevó la mercancía de los almacenes de Polar y convirtió tamaño desaguisado en un triunfo. Incluso le sirvió como eslogan de su campaña electoral para la gobernación de Carabobo, que ganó en 2003.
Más o menos en la misma época, cual guapetón de barrio, había ordenado golpear salvajemente a las Mujeres de Negro, una ONG valenciana, que protestaban en la calle. Él mismo arrastró a Elba Power Diamante sin miramiento alguno. Yo vivía en Maracay en aquel momento y una mañana que fue a una entrevista en la televisora regional TVS, un grupo de mujeres maracayeras fuimos a darle un cacerolazo en la puerta del canal en desagravio a nuestras compañeras de Carabobo. Cuando él salió, el escándalo fue mayúsculo. Una de las mujeres le lanzó unas pantaletas, que él recogió del piso, se las acercó a la cara -no sé si para besarlas u olerlas- y se las entregó a su mujer, quien lo acompañaba. “Toma, mi amor, para que te pongas estas pantaleticas, que están bien bonitas”. Ella se quedó congelada, ni se movió. El las dobló y se las metió en el bolsillo.
Cuando era gobernador, su machismo e idiotez lo llevaron a publicar unas vallas en 2007, donde aparecían mujeres en bikini o ropa interior que decían “incitar al sexo genera violaciones”. Algo así como justificar el salvajismo de los hombres y encima, culpar a las mujeres y demostrar su completa ignorancia en cuanto a derechos de las mujeres se refiere.
¡Cómo sería Acosta Carlez que el mismo Chávez lo calificó como “un triste y mal ejemplo” y pocos meses más tarde fue expulsado del PSUV! Encima, ha sido vinculado en repetidas ocasiones al narcotraficante Walid Makled.
Pero Claudio Fermín ahora dice que “no sabía nada de eso”. ¿Cómo designa como candidato por su partido a alguien que no conoce? Yo pensaba que cuando un partido va a postular a alguien para cualquier cargo, mínimo lee su currículo, ¿o no?
¿Dónde estaba Fermín todos esos años? ¿En Narnia? ¿En Ganímedes? ¿En Plutón?… Y los demás miembros de su partido… ¿tampoco sabían quién es Acosta Carlez? Que eso lo diga alguien que vive en la Venezuela profunda, lo puedo hasta creer… ¿pero Claudio Fermín?… Yo en un tiempo lo consideré un político serio e inteligente. Pero ahora a quien se me parece es al Gallo Claudio: mentecato y necio y sin la gracia que tenía el personaje animado.
Claudio, ahora que pretendes meternos un cuento de camino… ¿quieres que te cuente el cuento del Gallo Pelón?
@cjaimesb

JAMES STORY: EL APOYO INTERNACIONAL SE LOGRA CON LA UNIDAD EN TORNO A JUAN GUAIDÓ

Por Raúl Castillo / eldiario.com
La posición de Estados Unidos es clara: el apoyo internacional se logra únicamente con la unidad en torno a Juan Guaidó y a los poderes legítimos. Así lo dijo en entrevista exclusiva para El Diario James Story, actual encargado de negocios de la Oficina Externa de EE UU para Venezuela. Cree que “hay personas que piensan que pueden salir de las cenizas si hacen autoataques a la oposición democrática”. Insiste en que quienes piensan en participar en las elecciones que convocó el régimen de Nicolás Maduro para el 6 de diciembre “no deberían venderse barato”.
—Este viernes 28 de agosto dictaron casa por cárcel al diputado Juan Requesens. En primer lugar, ¿cómo valora este hecho? Y, en segundo, ¿ha hablado con el régimen de Nicolás Maduro sobre la posible excarcelación en los próximos días de los exdirectivos de Citgo?

—Sobre el caso de Requesens, yo digo lo siguiente: diálogos falsos no resuelven las cosas. Me alegro que Juan Requesens se encuentre en su casa, pero hay dos cosas importantes. Uno, es que si le dejaron salir es bastante obvio que él no formó parte del show del drone en agosto de 2018, porque cómo pueden dejar salir a una persona si estuviese involucrado en un atentado de magnicidio como dice el régimen. Y dos, la manera de encarcelar al diputado fue inconstitucional y sus derechos siguen siendo acusados con casa por cárcel. Ya lleva más de dos años encarcelado, y dejar que esté en su casa, no indica que ahora él tiene sus derechos.

Sobre el caso de Citgo, según la Constitución de Venezuela, ya deberían haber tenido su oportunidad de enfrentar a la justicia. Ya son más de dos años y medio desde que esas personas no tienen acceso a sus derechos constitucionales.
Entonces, repito, para nosotros en el caso de Requesens y de otros presos políticos que tenemos entendido que van a dejar salir hoy, deberíamos prestar atención de que esto es algo del guión de Cuba y que hay actores internacionales que espero que no caigan en la trampa de pensar que dejar ir a su casa a presos políticos, indica que ahora el régimen está siguiendo la ley y está haciendo las cosas como debería.
—Y entre estas liberaciones que usted indica que se producirían hoy, ¿estaría también la de los exdirectivos de Citgo?
—No lo sé. No sabemos si ellos van a dejar a las personas de Citgo ir a su casa o salir del Helicoide. Recuerda que ellos estuvieron en su casa antes, y el régimen tomó la decisión de ponerlos a todos en el Helicoide. Una decisión que es bastante obvio que es una decisión política. Pero hay 385 -si no me equivoco-, presos políticos en Venezuela. Y dejar a algunos ir a su casa no indica que el régimen está haciendo las cosas correctas.
—¿Cree usted que es una concesión del régimen para impulsar la participación de algunos sectores de la oposición en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre? Usted ha dicho que esos comicios son una farsa, no sé si esto cambia su percepción.
— No. Esas elecciones van a ser una farsa porque no hay las condiciones mínimas para elecciones en el país, algo que más de 30 países acaban de firmar en un comunicado internacional, diciendo que no existen condiciones en Venezuela. La gran mayoría de los venezolanos -84% si no me equivoco-, dice que no quiere participar en un fraude.
Hay que tener mucho cuidado, porque el guión del régimen siempre ha sido dividir a la oposición, dejar entrar a algunas personas en falsos diálogos, comprar o convencer a algunos de participar y cada persona tiene que tomar su propia decisión. Pero mientras hay censura, represión, no hay máquinas de votación en el país, no hay un sistema, la mayoría de los partidos políticos han sido robados, la mayoría de los políticos han sido inhabilitados. Entonces lo que quiere el régimen es dividir, por supuesto, a la oposición y tratar de convencer a la comunidad internacional de que estas elecciones no son fraudulentas. Pero ya sabemos que lo van a ser, porque no hay condiciones.
El régimen atacó primero a la “derecha”, los adecos, Voluntad Popular, Primero Justicia, y después se fueron para la izquierda con PPT, PCV, Tupamaros. Y la pregunta que cada venezolano debería hacerse es cuándo vienen por ellos, porque si las personas no están 100% alineadas, el régimen siempre ataca. Lo que quiere es una oposición comprada, una oposición oficial que ellos puedan manejar.
— Pero, al parecer, están logrando esa división. El excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski ha insinuado que hay que participar. Da la impresión de que esto legitimaría la elección e iría en contra de su discurso, que afirma que no habría una oposición real. ¿Cree que sería un error que actores importantes de la oposición al régimen participen en esas elecciones?
— Yo creo que no deberían venderse barato. Hay que pensar cuáles son las condiciones para elecciones mínimas. El propio Henrique Capriles no puede participar. El propio Henrique Capriles fue inhabilitado. Su partido político no puede participar. Ellos no tienen cómo evitar la represión, cómo evitar la censura. No hay mecanismos para la votación. Entonces lo que sugiero es que nadie se venda barato.
Me alegro mucho, por ejemplo, que Juan Requesens se encuentre en su casa. Nunca lo conocí, infelizmente, pero a su hermana y familia sí, y me alegro que esté en su casa. Pero esto forma parte del guión de Cuba, al arrestar a políticos y dejarlos salir para tratar de someter a esas personas. Entonces la pregunta que tengo es cómo participar en un fraude. Para nosotros, ya sabemos, no hay condiciones.
Nosotros lanzamos el 31 de marzo un marco para la transición a la democracia. Ese marco ya tiene un gran número de países que apoyan un gobierno de emergencia nacional, como dice el presidente Juan Guaidó. Mostramos una voluntad política y tenemos 3 meses esperando una respuesta digna.

El cuento cubano del diesel venezolano


DAVID MORAN
LAPATILLA.COM
Los castristas, expertos en mentiras, inventaron tres cuentos. El primero el de la invasión, aquel que tropas estadounidenses llegarían a Cuba para apoderarse de unos cañaverales de azúcar. Con ese tienen 60 años.
El segundo el del bloqueo, el de una isla aislada, cuando hoy el 52% de los habitantes de la isla viven de las remesas que reciben del exterior, 90% de ellas provenientes de EEUU. Es cierto que nadie le vende a los castristas sino pagan de contado. Han sido unos maulas notables durante décadas, y hoy aparte del régimen de Maduro, nadie les fía. Y el tercero es que Pdvsa no puede producir combustibles, teniendo petróleo y 5 refinerías. Y más aún cuando todos los países que tienen refinerías, teniendo o no petróleo, con sanciones o no, la producen. El mejor ejemplo es la propia Cuba. Pdvsa dejó de producir localmente combustibles para alimentar una monumental red de corrupción y contrabando de extracción que alimentaba los laboratorios de cocaína protegidos por las Farc y el ELN y a la propia Cuba, que lo revendía en los mecados mundiales. En 2014, el entonces jefazo de Pdvsa confesó que por combustibles esa empresa había tenido ese año pérdidas por 14 mil millones de dólares, el valor de ¡una refinería completa!
Lo cierto es que Pdvsa si puede producir combustibles. Que nunca ha dejado de producir diesel (o gasoil), un combustible producto de la destilación del petróleo, el más básico de los procesos de refinación. Que se produce en Venezuela desde 1917 cuando en San Lorenzo, estado Zulia, se instaló la primera refinería del país.
Que del diesel que envían ENI y Repsol como parte de pago del gas del campo Perla, que operan conjuntamente con Pdvsa en aguas del Golfo de Venezuela, poco queda en el país y que el régimen monetiza reexportándolo a Cuba para su reventa por sus compinches castristas y que recientemente envían a las Bahamas, por el microscopio de la Ofac a las empresas fachadas cubanas.

Si los gringos, que se habían hecho la vista gorda de esos envíos de ENI y Repsol a Pdvsa deciden avisarle a sus amigos europeos que los detengan no dejará a Venezuela sin diesel, pero si a Pdvsa sin esas divisas.

Lo que dejaría o dejará a Venezuela sin diesel, es que Pdvsa siga explotando a sus trabajadores pagándoles 12 dólares mensuales de salario y sin condiciones de seguridad laboral. Nos quedaremos así sin petróleo ni gasolina, diesel o gas. Porque el dinero para el mantenimiento y las inversiones ya se lo robaron.
Recuerden, el socialismo es saqueo.

domingo, 30 de agosto de 2020

LOS COMPLOTS DE PUTIN

Vladislav Inozemtsev*

LA RAZÓN

Dos acontecimientos han dominado la agenda informativa y política de Rusia en agosto, un mes “desdichado” para el país. El 9 de agosto, las elecciones en la vecina república de Bielorrusia las ganó la candidata de la oposición unida, Svetlana Tikhanovskaya, y como el ex presidente Alexander Lukashenko se negó a dejar su puesto se autoproclamó vencedor. Desde hace tres semanas, Bielorrusia se ha convertido en un escenario de protestas que va en aumento.
El 20 de agosto, el crítico más destacado del régimen de Putin, el fundador de la Fundación Anticorrupción, Alexei Navalny, cayó gravemente enfermo a bordo de un avión con destino a Moscú cuando volaba sobre la Siberia occidental, presuntamente envenenado por algún tipo de organofosforados que se utilizaba en el pasado en las operaciones secretas del Kremlin en Europa.
Las elecciones en Bielorrusia y el envenenamiento de Navalny parecen ser temas muy diferentes, pero ambos están relacionados con el temor de Putin a unas elecciones libres y justas.
Bielorrusia, como he argumentado muchas veces, fue durante años un país donde se inventaron e implementaron las tácticas políticas que luego se usaron en RusiaEl surgimiento de una oposición exitosa en Bielorrusia perturba bastante al Kremlin. Además, el caso bielorruso fue único porque todas las figuras influyentes de la oposición fueron encarceladas o expulsadas del país, pero la gente votó en masa por un ama de casa solo por deshacerse del Lukashenko.
En Rusia pasó exactamente lo mismo hace dos años ya que en varias regiones la gente votó por gobernadores sólo porque no pertenecían al partido gobernante, Rusia Unida (uno de estos gobernadores fue arrestado el 9 de julio y su detención provocó las mayores protestas en Rusia en los últimos años).
El liderazgo de Rusia prohíbe una y otra vez que los candidatos de la oposición se postulen a las elecciones. En 2018, Navalny inventó lo que luego se llamó “Smart Voting”: un sitio web que examinaba a los candidatos que ya estaban registrados para cualquier puesto electo por su actitud hacia Estados Unidos y su vinculación con la clase dirigente local. El resultado, el opositor ruso llamó a votar por los candidatos menos asociados a las élites gobernantes, fuera quien fuera. Tras las elecciones locales y regionales programadas para el 13 de septiembre, las visitas al sitio web de “Smart Voting” aumentaron a más del doble.
La verdad incómoda es que el descontento popular no puede contrarrestarse con movimientos puramente administrativos. Si hay un malestar, los poderes públicos deben dirigirse a las fuentes ha generado ese malestar.
Hoy en día es tan descabellado apoyar al Lukashenko en la lucha contra su propio pueblo como intentar matar a Navalny, quien impulsó el voto disidente en Rusia. La primera opción no ayudará a “restablecer la estabilidad” en Bielorrusia; la segunda no evitará que los candidatos del “establishment” pierdan a medida que decaiga el apoyo general a la clase política actual.
No obstante, en el Kremlin nadie tiene en cuenta esto. En estos últimos días se han producido muchas intervenciones de expertos y políticos rusos asegurando que ni la intervención en Bielorrusia ni el envenenamiento de Navalny “están entre los intereses del Kremlin”. Pero, en mi opinión, hemos visto muchas situaciones similares en los últimos tiempos.
Escándalos que han dañado significativamente la posición de Rusia en el mundo pero que no han dejado de producirse. Me refiero a envenenamientos y asesinatos de disidentes tanto dentro como fuera de Rusia, pasando por la interferencia en las elecciones en todo el mundo, hasta intervenciones militares en países extranjeros.
Esto me lleva a la conclusión de que Putin utiliza información contradictoria y, como señaló una vez la canciller Merkel “vive en otro mundo” o está demasiado apegado a su plan personalista al margen de los beneficios del país. Quizás ambos factores estén presentes. En cualquier caso, estoy convencido de que el Kremlin mantendrá este patrón de comportamiento.
En este sentido me parece increíblemente “blanda” la posición de los países occidentales frente al Kremlin. Después del caso Skripal se aplicaron algunas sanciones personales, pero éstas fueron una rara excepción; no se hizo nada tras los asesinatos políticos ocurridos a principios de este año en Viena y Berlín. Después de que el Navalny fuera llevado a Berlín para recibir cuidados intensivos, la canciller Merkel insistió que “Nord Stream 2 debía completarse” ya que “no es apropiado vincular este proyecto operado por empresas con la cuestión de Navalny”.
Si bien Rusia parece el país más peligroso en el uso indirecto de prácticas terroristas, ya nadie habla de incluirlo en la lista oficial de patrocinadores estatales del terrorismo. El presidente Marcon le dijo recientemente al presidente Putin que la intervención de Rusia en Bielorrusia “no sería bienvenida”, pero dudo que tal lenguaje pueda evitar que suceda si el Kremlin decide entrar en el país.
En mi opinión el presidente ruso simplemente está haciendo lo que el mundo le permite hacer, y nada más.
Otro asunto que no debe pasarse por alto es la lógica comercial detrás de la política exterior rusa. Bielorrusia es interesante para Rusia, entre otras cosas, porque el apoyo a Lukashenko puede intercambiarse por activos tangibles allí. El cabildero más fiel de Lukashenko dentro de la élite rusa es, no por casualidad, German Gref, el director ejecutivo del banco más grande de Rusia, Sberbank. Dos de los principales deudores del banco parecen estar muy interesados en los asuntos bielorrusos: uno, Mikhail Gutseriev, fue el único proveedor de petróleo ruso a Minsk en enero y febrero cuando el Kremlin implementó un embargo efectivo para los envíos de energía. Otro, Dimitry Mazepin, propietario de Uralchem Co., sobreendeudado, pidió recientemente la creación del Comité del Salvador para Bielorrusia con el objetivo de crear el gigante conglomerado de fertilizantes Belaruskaliy valorado en 30.000 millones de dólares.
La lucha de Navalny contra la corrupción también atraviesa muchos intereses vitales de los oligarcas y funcionarios rusos, por lo que reiteraría una simple verdad: hay muy pocos intereses políticos en Rusia sin intereses financieros que los respalden.
Rusia en estos días parece ser un estado comercial capturado por su élite de poder y utilizado para hacer frente a sus oponentes políticos, perpetuando la práctica de saqueo de las finanzas públicas y extendiendo su control político sobre los territorios vecinos. Rusia no es un “país normal” y todos los políticos europeos deberían tener esto en cuenta.
*Profesor de Economía, Director del Centro de Estudios Post-Industriales de Moscú, Rusia.
Ante la farsa    

     
RAMON PEÑA

                                                         
“Tenemos que ganar por cualquier medio, después de ganar ¿quién nos preguntará por el método? 

De Hitler a Goebbels

La farsa electoral está montada. Todo dispuesto para que no haya contrariedades. La sola preocupación de los dueños del espectáculo es que el virus chino les enrede la puesta en escena. Pero eso también está previsto, si la propagación se descontrola, contarían con el monopolio de las estadísticas y la información para “normalizar” las condiciones. Los sparrings –con uniforme de opositores- ya se subieron al ring, recorren el país en febril campaña y recolectan candidatos para las 277 curules. Esta semana, uno de ellos nominó como diputado a un general retirado, cuya gloria homérica fue aquella sonora expresión gastro bucal, ante las cámaras de TV, cuando allanaba una planta industrial en Valencia por órdenes de Chávez. 

Algunos de estos sparrings visten los colores de partidos de la democracia, colonizados mediante bribonadas del supremo bufete jurídico del régimen. Los agraciados, ahora flamantes dueños de organizaciones políticas, algunas fundadas hace ochenta años, son ciudadanos que descifraron sabiamente que, entre la honestidad y la deshonestidad, hay solo dos pasos: la necesidad y la oportunidad.

Cualquiera sea la reacción de la Venezuela democrática, entre participar de esta farsa, o abstenerse, ambas están en los cálculos del Golem gobernante, quien sabe interpretar la frase del epígrafe. Le sirven, por igual, para mantenerse en el poder. Y también para quitarse, al fin, el estorbo de una legítima Asamblea Nacional reconocida por las democracias de Occidente.

El mejor aliado de esta farsa sería la indiferencia, creer que las consecuencias de la malignidad no tocarán nunca nuestras puertas. Pero, mientras no haya cambio político, crecerá, se profundizará y extenderá sin distinción el drama humanitario. Es impostergable la construcción de un pacto unitario y la definición de rutas y métodos para la movilización, desobediencia y resistencia de los venezolanos demócratas, sin excepción.
UN DISCURSO EQUIVOCADO


Rodolfo Izaguirre
RODOLFO IZAGUIRRE

EL NACIONAL

Hubo un momento en la más reciente etapa de nuestra historia política, poco antes o inmediatamente después de la caída del régimen despótico de Marcos Pérez Jiménez en  que comenzamos a disfrutar de la presencia de ciudadanos. No sé, ciertamente, si fue durante el gobierno  de Isaías Medina o gracias a los intolerantes desafíos de Rómulo Betancourt. Pero llegamos a sentirnos ciudadanos del país venezolano. Dejábamos atrás o, al menos, iniciábamos el camino hacia adelante que nos alejaba del país primitivo de los caudillos que proliferaron a sus anchas durante todo el siglo XIX, obligando a una hambrienta y esmirriada población a escuchar la única y áspera voz de mando de la nefasta persistencia militar que aún sigue viva bajo el socialismo del siglo XXI.
Estoy por creer que el menguado aunque altanero discurso de Hugo Chávez no se dirigía a los venezolanos sino a los países latinoamericanos, desde Colombia para abajo, abrazando a Ecuador, Perú, Paraguay, Brasil, Bolivia, exceptuando tal vez a la Argentina que se hizo a sí misma con el apoyo de una inmigración europea calificada. ¡Argentina merece atención! Geográficamente está mal situada, al fondo, muy lejos de la calle real por donde transitamos los venezolanos. Argentina tiene que gritar para ser escuchada. !Nosotros no! Nos basta con estar y creemos asegurar nuestra presencia.  Argentina tiene que hacer señales de humo, gesticular, agitar banderines, bailar tango para que la vean. Se encuentra en la profundidad americana. Pero el venezolano, a diferencia de los países andinos o del altiplano, no besa de rodillas el anillo o la mano del obispo, porque tampoco la tiende monseñor con intención de envanecerse a cada instante. El venezolano no se humilla ante el taita o el padrecito; no se arredra ante el patrono o el magistrado; no habla de usted, tiende a ser ciudadano. En el resto del continente se ven obligados a languidecer antes de lograr la entrevista con el poder. El poeta y periodista colombiano José Pubén quedó pasmado de estupor cuando entrevistó a Uslar Pietri no en las oficinas de ARS sino abajo en la calle, en la cafetería, y Uslar le daba cariñosas palmadas en la espalda diciendo: !Amigo Pubén! ¡En Bogotá eso es imposible!
Lo que hizo Chávez fue aplastar las instituciones del país y clausurar nuestra vocación democrática disolviendo su carácter ciudadano para que su desaforada conducta se ajustara a una realidad política, social y cultural que dejaba de ser nuestra. Su discurso no estaba dirigido a mí. Estaba dirigido a los tristes habitantes de Latinoamérica.
Los venezolanos que vimos llegar a Hugo Chávez gesticulando como si fuese un desafortunado Zeus vociferante creímos perder la reciedumbre ciudadana, pero reconozco que la estamos recuperando cada vez con mayor decisión y tenacidad a medida que se suceden los desdichados fracasos del régimen y se descubren sus contubernios terroristas y sus manejos con el narcotráfico.
En lo único que disiento del venturoso e inobjetable plan de Gustavo Coronel de fabricar ciudadanos cumpliendo un tiempo de al menos dos generaciones de novedosa educación con el propósito de prescindir de los “habitantes” es en las cifras de ciudadanía que distribuye porque sostiene que apenas son 2 millones los criminales que maltratan al país. Personalmente creo que deben ser 5 veces más si reunimos a los enchufados que al mismo tiempo que chupan y roban se declaran opositores. Son más detestables porque tienen conciencia de su desventurada y maltrecha ciudadanía.
No pretendo endiosarme, pero tengo conciencia de mi ciudadanía. No soy un “habitante”, tampoco quiero ser considerado como un “usuario”. Nunca quise que me confundieran con un burócrata del Conac sino como un hombre de cultura. Y me tocó conocer a un presidente del Conac que creía que los bailarines usaban zapatillas de punta que están destinadas exclusivamente a las bailarinas, y a un ministro de Fomento que no tenía la menor idea de los valores cinematográficos y me echó a patadas de su despacho. La ignorancia de los dos funcionarios revelan que carecían de cultura y de ciudadanía. Tendrían que ser los primeros en ser atendidos en la fábrica de ciudadanos que propone Gustavo Coronel.
Chávez tuvo que liquidar a los verdaderos ciudadanos del país, demoler las instituciones y arrasar con la cultura para que su discurso anclara y se ajustara al país que él convirtió en atrasada región latinoamericana que besa la mano del poderoso, rinde pleitesía al mandamás y rebusca en la basura algo qué comer.
Durante toda mi vida útil me empeñé en ser ciudadano. Gasté buena parte de mi energía enfrentado a un Estado que me obligaba a ser funcionario obediente, es decir, a ser un mal ciudadano. Un Estado que me robaba haciendo trampas cada vez que declaraba mis impuestos sobre la renta. Aturdido, desesperado pregunté una vez si era posible demandar al Estado por obstaculizar mi trabajo, por detener el avance de mi propio vigor cultural y me dijeron que desistiera, que no era posible. De esa manera fuimos preparando y abonando la delirante ferocidad populista y latinoamericana de Hugo Chávez cimentada luego por la impresentable cohorte mafiosa que se apoderó del país aplastando cualquier asomo de ciudadanía.
¿Y SI VOTAMOS?
Fernando Rodríguez
FERNANDO RODRIGUEZ
EL NACIONAL
Si usted, opositor, decide votar, por alguna razón como que la abstención es algo así como lavarse las manos a lo Poncio Pilato o perder un partido de fútbol por forfait, no obstante, es inevitable que pasen por su mente algunos pensamientos.
Puede que recuerde más de veinte años de vejaciones cívicas y crímenes constitucionales de los cuales ha sido víctima. Si no, le viene a la mente y lo tortura el inevitable y sempiterno tema de lo que usted era económicamente antaño y lo lamentable que ha terminado por ser. Y seguro que más allá de esas generalidades le da por enumerar la letanía de los abusos específicos de esta prostituida elección: CNE impropio, partidos saqueados, inhabilitados y presos, asalto a la Asamblea para fracturarla, alacranes, repudio internacional, palo para los socios fieles de tantos años…Pero usted va a votar para no quedarse en casa digamos que mirando los toros desde la barrera o dándole curso a su patológica adicción a las series de Netflix. Y obsesivamente el miedo porque es viralmente bastante vulnerable (diabetes y 68 primaveras), ajustando maníacamente su mascarilla y buscando que nadie se le acerque mucho, cosa difícil con esa gentará. No sabe muy bien por quién votar porque usted siempre lo ha hecho por AD, como sus padres, pero AD no es ahora AD, es un tapabocas de AD.  Su idea era votar nulo, pero le dijeron que lo que valía para la abstención valía para el nulo: inmovilismo, complicidad. De todos modos, tiene en su bolsillo un papelito con un dato para votar por uno de los partidos de la mesita que le dio su ahijado, aunque le pareció tan raro que le remachara que así sí va a votar por la oposición realista y nueva, siendo que dice que es un futuro líder mayor del PSUV. Pero no piense tanto, el pasado es el pasado y vamos a acabar con el odio y a trabajar y a progresar, todos juntos.
Como al parecer además del idiota del parágrafo anterior hay todavía gente decente que tiene malos pensamientos, yo voy a expresar algunos problemas con eso del voto. Por ejemplo, cómo se le va a explicar a los cincuenta y tantos amigos internacionales de Guaidó y la oposición que han condenado por astrosa y pirata la elección y que, bueno, a pesar de todo, vamos a votar así no más y los vamos a dejar colgados de un clavo. Qué vergüenza con esos señores y qué ingratitud. La verdad es que no han logrado su objetivo, el nuestro en realidad, pero hay que ser muy desagradecido para obviar tantos esfuerzos y buenas y beligerantes intenciones. Primer escollo.
No hay que dejar de lado, Henrique Capriles lo subrayó, el problemón de la pandemia. El gobierno le ha dado recientemente por simular que ya el virus comienza a ser derrotado por la espada de Bolívar y la mirada atenta de Hugo Chávez. Vamos a pensar en volver dentro de poco a la educación presencial, están arreglando el aeropuerto para reiniciar los viajes por el ancho mundo, se afloja el encerramiento y las cifras de casos y de difuntos caen a un ritmo acelerado e inexplicable y ya hemos entrado, coleados, en el fascinante y elitesco  mundo de las vacunas salvadoras, de manos de los rusos. Ahora bien, tengo un amigo, versado como el que más en estos asuntos, que me asegura que todo eso es un teatro de mala muerte y que, por el contrario, estamos subiendo aceleradamente la cuesta y que la diferencia entre las cifras oficiales y las reales es enorme. Aun así, andan persiguiendo y juzgando bonchones de fiestas de seis personas, qué no se puede esperar de esa grande y revuelta celebración cívica de millones de ciudadanos.
El plan, este sí con los pies en la tierra es que un líder providencial va a llamar a las masas a las urnas y como son la inmensa mayoría aplastarán a Maduro definitivamente y el general Padrino, remember a Pinochet, que diría: lo sentimos Nicolás, tú montaste este berenjenal. Lo cual, después de las calculadas y que diría gubernamentales y la irrevocable decisión de muchos, muchísimos, de no votar ni a tiros en esas denigrantes condiciones es un cuento que nadie se come, ni el propio Mesías. Lo que tendremos pues es una Asamblea con mayoría, probablemente calificada, del PSUV, unos cuantos opositores alacranes y traidores y una minoría de seguidores con los pies en la tierra. Algunos de estos serán perseguidos y hasta encarcelados como ya es costumbre; el fraude gubernamental nunca termina con el acto electoral.
Luego, robustecidos, iremos a las regionales. Y creceremos. Además, haremos causa común con la mesita, tan bonita, tan chiquita como tú.

sábado, 29 de agosto de 2020

Inteligencia y esfuerzo sobre humano

Aveledo, Ramón Guillermo (@aveledounidad) | Twitter
RAMON GUILLERMO AVELEDO
EL IMPULSO
Por elemental angustia venezolana, deseo que la convocatoria pública de Juan Guaidó produzca buenos resultados. Si algo echamos de menos en el liderazgo político alternativo es unidad y estrategia. Es justo reconocer al joven político guaireño valentía y dedicación, al lo cual sumaba en 2019 una novedad que lo favoreció y objetivo reconocer también las dificultades nada despreciables que su llamado deberá vencer.
La unidad la he defendido y la defiendo, en torno a una estrategia para producir el cambio político que Venezuela necesita y que la realidad reclama a gritos desde su profunda crisis social, económica, sanitaria e institucional. La írrita convocatoria electoral está atravesada, pero ella por sí sola no marca un antes y un después, si la oposición sabe qué hacer y lo hace. La estrategia tampoco puede agotarse en crear una alternativa al voto parlamentario. Es preciso que mire más lejos y más adentro.
En el boxeo los pegadores buscan resolver rápido los compromisos con un golpe decisivo, mientras aquellos púgiles que dependen de su habilidad técnica, saben que ese no es el camino, se cuidan de recibir ese manotazo final y preparan su victoria. En un libro excepcional, Norman Mailer relata El Combate en Zaire (Hoy República Democrática del Congo) entre Muhamad Alí y George Foreman. Ali que en su juventud combinaba las dos virtudes, ya desgastado por el tiempo y afectada su salud, no podía hacer lo mismo de antes y trazó una estrategia para debilitar a su potente y peligroso oponente, aguantar y al final vencerlo. Parecía imposible, pero lo logró. Eso fue hace 46 años. Los actuales dirigentes opositores no habían nacido, estaban muy pequeños o pequeñas o algunos no lo recordarán, por lo mismo es lectura que les recomiendo. Porque ese es el tamaño de su reto.
No se ve fácil el camino que urgentemente debe recorrer el llamado de Guaidó. Estamos en el peor momento para el país, pero también para el liderazgo opositor, cuya credibilidad está muy afectada como lo está la del poder. La sociedad agobiada por sus preocupaciones ve con indiferencia la política, tanto la oficial que rechaza como la alternativa de la que duda. Y se nota una diferencia entre la dirigencia que está aquí y la que está el exterior, lo cual complica el cuadro. A riesgo de parecer ingenuo, espero que antes de este llamado público, haya habido contactos para preparar el camino, ello ayudaría a su viabilidad, pues no sería un emplazamiento impactante sino una convocatoria verdadera. Los contratos de adhesión sólo son posibles cuando no hay otro modo, como en los seguros o las tintorerías, en este caso no ocurre ni lo creo deseable.
Para que funcione, como deseo, el llamado de Guaidó, superando distancias y brechas de confianza, harán falta, en convocante y convocados, grandes dosis de disposición unitaria sincera, coherencia fáctica en el compromiso verbal y consistencia para llevarlo adelante, con paciencia y perseverancia. Para eso, siempre, autocrítica suficiente; capacidad de revisión y ajuste constante.
No puede pedirse una estrategia destapada, es necio sumar al poder otra ventaja a las que tiene y utiliza sin escrúpulos, pero sí la transmisión convincente a la sociedad civil y al sector castrense, de que el liderazgo democrático entiende la situación, se ha puesto de acuerdo en qué hacer y lo hace.
El tiempo es el único recurso natural verdaderamente no renovable.
Ramón Guillermo Aveledo
LA PROPUESTA DE CAPRILES. ¿TOMANDO DISTANCIA?

Alternative Text
ISMAEL PÉREZ VIGIL

Descartada la participación electoral de la oposición democrática, la discusión debería derivar hacia la estrategia para los meses que quedan de este año (que todos deseamos que termine rápido) pero sobre todo para lo que será el derrotero opositor a partir de enero de 2021, para lograr el objetivo de restaurar la democracia y el Estado de Derecho.
El punto focal de esta discusión es la propuesta de Juan Guaidó, que ha invitado a algunos líderes opositores y a las organizaciones de la sociedad civil a la creación de una hoja de ruta para enfrentar al fraude y elaborar una agenda concreta de lucha y movilización, que ha sido resumida como “la construcción de un pacto unitario”.
Teniendo como referencia la propuesta de Juan Guaidó y el Frente Amplo, me voy a concentrar en el documento de Henrique Capriles Radonsky, dado a conocer el 24 de agosto, que contiene una crítica a la propuesta Guaidó, aunque no llega a formularla de manera explícita. Desconozco la real intención de Capriles con su documento pero, a mí al menos, me parece que trata de “tomar distancia”, de diferenciarse de lo planteado por Juan Guaidó y el Frente Amplio.
El documento de Capriles comienza por matizar el concepto de “unidad”, esbozado en la propuesta Guaidó, aludiendo a que es un error que la misma se pacte entre políticos, como de alguna manera se deduce del planteamiento de Guaidó, e introduce cinco puntos, que, como se quieran leer y a pesar –como ya dije– de que no lo esboza de una manera clara y directa, los cinco puntos son sin duda alguna una propuesta alternativa.
El documento Capriles, que él titula “A nuestra Venezuela sobre la unidad y los tiempos por venir”, al no tener una propuesta clara, me parece que su intención es otra, diferenciarse o tomar distancia. Pero, escudriñando en él se puede decir que propone buscar cuáles serían las acciones para unificar las fuerzas y lograr ser una alternativa real al “poder que hoy controla Maduro”. Veamos, en orden, los cinco puntos que propone Capriles, en comparación con algunos de los propuestos por Guaidó.
En el primer punto, la ruta Capriles “es la de escuchar a la gente”, a diferencia de lo propuesto por Guaidó que ha invitado a llegar a un acuerdo a los principales líderes del país, nombrando incluso a algunos de ellos, y a las oenegés involucradas en la actividad política.
En el segundo punto, la ruta Capriles dice que no debe significar “más sacrificios para las familias venezolanas” y alude a temas como la falta de gasolina y otros aspectos, que podrían significar una cierta crítica a algunas de las sanciones internacionales, que es un tema que si bien no figura en la propuesta Guaidó, sabemos que en otras ocasiones él ha insistido en la importancia de las sanciones internacionales como elemento de presión sobre el régimen venezolano, para obligarlo a negociar una salida.
En el tercer punto el documento Capriles señala que los recursos que tiene la nación en el exterior tienen que usarse con “criterio” y de forma “transparente”. Aquí Capriles implica la existencia de cuantiosos recursos en el exterior –que el Gobierno Interino ha negado–, y un cierto “manejo” no adecuado de esos recursos, con lo que algunos críticos han acusado a representantes del Gobierno Interino. Pero una vez más, Capriles tampoco es claro ni directo; como todos los señalamientos de este tipo, hace una afirmación genérica, como dicha al paso, o “dejada caer”, sin hacer una denuncia concreta ni aportar elementos probatorios. El gobierno interino ha dicho que los recursos del exterior son manejados por agencias internacionales y que ellos no tienen acceso directo a los mismos; Capriles abona la duda, pero no aporta elementos correctivos o probatorios.
En el cuarto punto, de una forma un tanto enrevesada, Capriles finalmente llega a dos temas con los que se diferencia claramente de lo planteado, no solo por Guaidó, sino también por la oposición democrática. Un tema es el planteamiento que se atribuye a algunos partidarios del Gobierno Interino, que han especulado con la posibilidad de la prolongación del mandato de la actual Asamblea Nacional –y en consecuencia la del Presidente Encargado–, a partir del 5 de enero de 2021, con base en que las elecciones del 6D, que al haber sido convocadas por un CNE designado por el TSJ, por no ser libres, por haber sido intervenidos los partidos políticos de oposición, no serían legitimas. Aquí el documento Capriles sí es claro y directo al señalar que hay “una realidad que no se puede obviar: el próximo 5 de enero de 2021 la Asamblea Nacional, electa por el voto de nuestro pueblo, culmina su período”.
El segundo tema planteado en el punto cuatro del documento Capriles, sin una solución de continuidad con el anterior, establece también su separación y diferencia con respecto al tema electoral; apoyándose incluso en lo señalado por los obispos –en el último documento de la CEV, el cual cita– parece defender la necesidad de una participación electoral.
Capriles dice que hay que negarse a aceptar la estrategia del régimen que diseñó unas parlamentarias para que la oposición no participe, que hay que negarse a cometer dos veces el mismo error –en alusión a la abstención opositora en las parlamentarias del año 2005– y defiende los procesos electorales como medios de movilización política, por lo que supondría que su estrategia sería luchar por unas condiciones electorales mínimas y no “la abstención y la resignación”.
En el documento no se asume tampoco, completamente, esa alternativa. Sin embargo, en días posteriores hasta se ha llegado a especular que el grupo que él apoya –La Fuerza del Cambio– inscribiría candidatos para participar en el proceso electoral. Al momento de escribir esta nota eso no ha ocurrido, pero el plazo para inscribir candidatos vence el viernes 4 de septiembre, por lo que habrá que esperar el desenlace de esta información. Lo que también es cierto es que el documento Capriles deja abierta una ventana a la duda al aludir a que los efectos de la pandemia podrían implicar la suspensión o aplazamiento del proceso, con base en el objetivo superior de cuidar la salud del pueblo venezolano.
Finalmente, en el punto cinco, se establece otra clara diferencia entre las propuestas de ambos líderes. Los voceros de quienes apoyan a Guaidó nos hablan de que hay que hacer una consulta “virtual”, que abarcaría varios temas, en los que aún no hay acuerdo; mientras que Capriles es enfático en señalar que “como líderes políticos nacionales, tenemos que poner los pies sobre la tierra y no seguir alimentando fantasías que lo único que generan es más frustración y desconfianza en los venezolanos… (y que) … Es un grave error pretender diseñar y convocar a una suerte de consulta “virtual” …”
Además de los cinco puntos señalados, el documento Capriles deja colar en varias frases sus diferencias, no solo con la propuesta Guaidó, sino también con lo que este representa. Por ejemplo, en esta que es muy significativa: “Nosotros no somos Gobierno ni estamos en el Gobierno: estamos en la oposición y queremos un cambio por la voluntad del pueblo venezolano”.
Creo que en este punto Capriles peca de extremar las diferencias. ¿Qué estará implicando aquí el documento Capriles? Porque por la forma en que está redactada esa frase, nada anodina, pareciera implicar que desconoce al llamado Gobierno Interino y de alguna forma reconoce que el único gobierno es el de Nicolás Maduro, que es quien realmente ejerce el “poder”.
Pero al final, debo lamentar que ninguno de los dos documentos avanza mucho en la tan esperada propuesta de una nueva estrategia para la oposición y nos dejan aún a la espera de una opción de movilización para la oposición democrática. Personalmente hubiera preferido algo más elaborado de parte de Juan Guaidó; pero, como bien dice un amigo, sí Juan Guaidó hubiera planteado algo más acabado, no faltaría quien lo criticara diciendo que: “están decidiendo por mí”.
A nivel de intenciones, sin duda Juan Guaidó se siente, y está, en deuda con el pueblo venezolano al no haber funcionado la estrategia propuesta en enero de 2019 –con base en la cual nos movilizamos por el país millones de venezolanos– ni haber funcionado tampoco ninguna de las acciones emprendidas, en febrero y abril o con los procesos de diálogo en Barbados y Noruega. No obstante, aunque incompleta, su propuesta al menos es una propuesta unitaria y esa es ya una estrategia fundamental.
Con relación a la propuesta Capriles, debo decir que mi conclusión es que tal parece que su objetivo no era plantear realmente una estrategia, sino marcar sus diferencias y posiblemente adentrarse en la disputa del liderazgo opositor, buena parte del cual el excandidato presidencial cree conservar. No sabemos aún si se concretara o no en una participación electoral el 6D por parte de Capriles y sus seguidores, pero su propuesta es una afirmación solitaria que no nos hace avanzar mucho en una tarea que debe ser solidaria.
En aras de la unidad de la oposición democrática –dígase lo que se diga, fin estratégico fundamental, aunque no único–, nos gustaría ahorrarnos la amarga discusión que se puede derivar de los documentos de ambos líderes, ¿Será esto posible?

viernes, 28 de agosto de 2020

DE LA FUNDACIÓN ESPACIO ABIERTO PARA JUAN GUAIDO

Juan Guaido, Presidente de la Asamblea Nacional legítima hizo
un serio llamado "Para salvar a Venezuela y enfrentar el fraude".
Considera la unidad nacional una necesidad que no puede seguir
postergándose por ningún motivo, y hace un llamado a enfrentar
el conjunto de violaciones constitucionales y legales que el
régimen ha puesto en práctica a través de espurias instituciones
como el tsj y el cne, empeñados en forzar una fraudulenta
elección contra la legítima Asamblea Nacional, que les permita el
control absoluto del Estado Fallido en que han convertido a
Venezuela.

Guaidó, "convocó a un gran pacto unitario a todos los sectores
de la nación" para salir de la dictadura que destruye al país en
medio de varias crisis concomitantes. La pandemia que sacude al
mundo ha sido la excusa perfecta para imponer la represión con
desprecio de los principios más elementales del humanismo, y ha
evidenciado la absoluta precariedad del sistema de salud pública
del país. La Crisis Humanitaria severa castiga a todos los
venezolanos que perdieron la capacidad adquisitiva con
pensiones que no llegan a los 2US$ mensual.

Para la Fundación Espacio Abierto, organización dedicada a la
reflexión política en el país, es una obligación apoyar este
llamado a la Unidad. La entendemos como una necesidad
estratégica de construcción diaria donde cada venezolano tiene
una tarea que cumplir. La Unidad Nacional no es una consigna
sino un conjunto de acciones y compromisos que permitan
contribuir a la creación de un gobierno de emergencia que
conduzca al rescate de la Constitución Nacional y a verdaderas e
inobjetables elecciones libres para que el país asuma su futuro.
Los Partidos Políticos respondieron con serena responsabilidad y
rapidez al llamado Unitario, entendiendo que la urgencia de la
reconstrucción del país requiere del esfuerzo de todos. Toca a las
Organizaciones de la Sociedad Civil prestar el total apoyo en las
áreas de su conocimiento, experticia y experiencia a este llamado
unitario. Después de veintiún años trágicos para el país, de
destrucción de todas las áreas de la vida nacional, tenemos
confianza en que el liderazgo, en todas sus esferas, sin
exclusiones, asumirá este llamado a la unidad como la vía para
lograr un consenso que nos devuelva el Estado de Derecho.

La Unidad es el camino para reconstruir la Venezuela que el
chavismo destruyó. La Unidad es la única fórmula para devolver
al país la ilusión de vivir con dignidad. La Unidad es parte
fundamental del proceso para garantizar la refundación del país,
salvar la institucionalidad y crear condiciones propicias para que
el ciudadano pueda satisfacer sus necesidades materiales y
espirituales.

La Fundación Espacio Abierto se pone a la disposición del
acuerdo unitario para cumplir las tareas que se nos asignen.

La Junta Directiva

El régimen de Maduro aprovecha el coronavirus para "reprimir con mayor ferocidad"

Daniel Lozano
EL MUNDO
Asfixia con bolsas de plástico y productos químicos, descargas eléctricas en párpados y genitales, golpizas con tablas, encadenamientos bajo el sol o con temperaturas extremas... Y todo ello con el beneplácito de jueces y fiscales. Esto es sólo parte del relato de las atrocidades sin fin del chavismo, que ha aprovechado la pandemia para extremar sus mecanismos de terror con el objetivo de reprimir a las voces disidentes y de intensificar el control férreo sobre la población.
Así lo ha documentado Human Rights Watch (HRW), cuyo último informe desvela el recital de abusos desde mediados de marzo contra trabajadores de la salud que cuestionan el manejo gubernamental de la pandemia, abogados de derechos humanos que brindan apoyo a manifestantes, periodistas críticos que se atreven a contradecir la versión oficial y opositores políticos. "El estado de excepción ha hecho que las fuerzas de seguridad y los grupos armados partidarios del gobierno, que ya cuentan con un récord deplorable de torturas y ejecuciones extrajudiciales, sientan que tienen la facultad de reprimir con mayor ferocidad a los venezolanos", resume José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW.
Según los datos recopilados, al menos 162 personas sufrieron hostigamiento y persecución mientras el Foro Penal ha reportado 257 detenciones arbitrarias entre marzo y julio. Una de las herramientas favoritas contra todos ellos, incluidos ciudadanos que publican estados críticos con Nicolás Maduro en su WhatsApp, es la ley contra el odio aprobada por la ilegal Asamblea Constituyente. "Es absurda y excesivamente amplia", critica el informe de HRW, usada además para que sean procesados a quienes la revolución considera sus enemigos por "un poder judicial sin la más mínima independencia".
Junior Pantoja (58 años) figuraba en la lista de los 257 detenidos. Este ex concejal de la centrista Primero Justicia y administrador de cuatro comedores populares en el caraqueño Petare, una de las mayores favelas de América Latina, es el que peor suerte ha corrido. Fue detenido durante un operativo en mayo y acusado de portar cinco municiones en el bolsillo de su camisa, municiones que testigos aseguran le fueron "sembradas" por los agentes.
Durante 46 días de prisión preventiva, su salud se deterioró rápidamente: anemia, problemas renales, hinchazón en las piernas y ansiedad. A finales de junio un tribunal sobreseyó su causa, pero su suerte ya estaba echada: Pantoja falleció este mes tras sufrir complicaciones respiratorias que agravaron su salud.
"Pantoja es un ejemplo de hasta dónde está dispuesto a llegar el régimen contra aquellos que tienen algún vínculo con la oposición, pero que en esencia son líderes comunitarios que están tratando de velar por el bienestar de su comunidad. Las circunstancias de su muerte no han sido corroboradas, puede ser que esté relacionado con el coronavirus. Ante la opacidad del régimen puede que sea una de las tantas víctimas de la desidia del Estado", aseguró a EL MUNDO Tamara Taraciuk, subdirectora para las Américas de HRW.
Uno de los delitos de Pantoja fue recibir en uno de sus comedores a Juan Guaidó, presidente encargado del país, "por lo que quedó marcado como opositor al régimen en este afán por controlar a la población con sus fuerzas de seguridad y con el aparato judicial y sus colectivos armados", añadió Taraciuk.
Henderson Maldonado (30 años) también sufrió la ira de la revolución simplemente por ser abogado de derechos humanos. Militares de la Guardia Nacional (GN) le detuvieron en marzo por tomar testimonio de las agresiones contra un grupo de enfermos de cáncer y renales, quienes hacían cola para conseguir tickets de gasolina en Barquisimeto, en el centro del país. Trasladado a la sede central de la GN, el coronel Franklin Meléndez le golpeó en el rostro mientras le insultaba y le llamaba apátrida nada más conocer su profesión. Le esposaron a una columna durante cinco horas mientras le golpeaban en la cabeza y en las manos con una botella de agua helada.
El también abogado de derechos humanos Iván Virgüez (65 años) fue trasladado en abril a una comisaría de Yaracuy donde le censuraron por sus críticas en Facebook contra el manejo de la pandemia y la escasez de gasolina. La policía lo esposó a una tubería metálica suspendida a 60 centímetros del suelo en un patio bajo el sol durante dos horas y después le mantuvieron durante 26 horas esposado y sin poder usar el baño. Permanece en arresto domiciliario por desacato, difamación e instigación a la rebelión.
"En Venezuela la impunidad es un escándalo, la justicia es un apéndice del Ejecutivo, que queda en evidencia con estos casos, donde se ve que el coronavirus no es más que un pretexto para avanzar sin vergüenza con un estado policial que busca controlar a la población y la información que circula en Venezuela cuando compromete a las autoridades", resumió Taraciuk para este periódico.
QUÍTATE DE LA VÍA, PERICO






JEAN MANINAT







Y luego no vaya a decir
Oye que a ti no te lo advirtieron

Pero luego no vaya a decir
Oye que a ti no te lo advirtieron


Ismael Rivera.




¿A quién se le habrá ocurrido la infeliz consigna de “Únanse o apártense”? ¿De cuál laboratorio de guerra boba habrá salido? ¿Será de la fértil imaginación de quien celebrara con júbilo desde una embajada que fuese trending topic en las redes sociales? ¿O habrá salido de los tenebrosos laboratorios del G2 cubano para perjudicar a la oposición? Podemos jugar un rato a las teorías conspirativas para distraer el confinamiento.



Porque hay que tener los cables lo que se llama bien cruzados para concebir semejante eslogan a nombre de una epifanía unitaria que habría iluminado a la dirigencia opositora, un espíritu ecuménico que uniría posiciones diversas en un nuevo esfuerzo liberador del país. Una fiesta de comunión precedida por un comité de recepción que dictamina: tú sí, él no, aquel tampoco, el de más acá ok, el de más allá está en veremos, yo sí, nosotros también, ellos niente, vosotros never.



(¡Ojo! Se entiende que se busque cierto control de calidad de la membresía, los clubes privados más rancios recurren al método de la bola negra para salvaguardar el linaje de sus miembros. Pero estamos hablando de una supuesta recomposición política, no de un prestigioso coto privado).



Desde esta columna hemos sugerido, suplicado a la dirigencia opositora que se tomara un respiro para hacer un balance de sus acciones, de lo logrado y lo no alcanzado en los últimos cinco años. Pero por los indicios que tenemos, el ejercicio comenzó con mal pie. Se trataría de lograr un acuerdo entre quienes están de acuerdo en no participar en las elecciones parlamentarias de diciembre. Lo cual deja de lado la principal discusión que tiene -de nuevo- la oposición: participar o no en elecciones bajo las actuales y adversas circunstancias. Y los argumentos son de sobra conocidos -incluyendo la reciente iniciativa Caleca- como para intentar reproducirlos aquí con justicia.



Al menos uno espera como resultado el entierro definitivo del mantra, de las aspiraciones belicistas y los sueños de invasiones extranjeras, del lastimoso solos no podemos, de la carta permanentemente escondida bajo la manga. Quisiéramos el regreso a la política, a sus labores y sus tiempos. No es mucho pedir.



La insolencia perdonavidas del “Únanse o apártense”, nada bueno propicia, más bien anuncia una disposición a la arbitrariedad, a la cancelación de los que no piensan igual, un desdén por el debate democrático y sus contrastes. Si así se comportan en la penuria política en la que se han autoconfinado, no quisiéramos pensar cómo serían de llegar a gobernar. Ojalá los sectores democráticos de la oposición se desmarquen de tan lamentable espíritu, y se recobre el de 2015. Nos haría mucho bien.






¡Únanse o apártense grita el díscolo conductor con los ojos afiebrados! Quítate de la vía Perico, que ahí viene el tren.



@jeanmaninat