"No hay que comerse el cuento de que Diosdado Cabello está caído como riegan cada vez que Chávez le reclama en público. Para más molestia del líder el teniente ministro no se levantó de su silla ni gritó ¡entendido! ni se sonrojó cuando el caudillo le demandó la falta de seguimiento a las obras mientras le echaba la culpa a dos de sus viceministros. Posteriormente a ello, Diosdado no dejó de hacer chistecitos con la virreina Faría sentada a su derecha. Menos aun se quitó la gorra con el logo -barras y estrella- previamente criticado por su jefe. Ayer le dio otro cargo, para que tenga más puestos que un autobús, encargándolo de Conatel."
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