¿QUE QUIEREN LOS ABSTENCIONISTAS?
Eduardo Casanova
Decían los griegos que los dioses, cuando querían destruir a alguien, primero lo cegaban. Los que proclaman la abstención para las elecciones municipales del 8 de diciembre de 2013 parecen confirmar esa aseveración. No ven que cada voto que no sea por los candidatos de la Unidad es un voto que favorece al gobierno de Nicolás Maduro. No ven que hay que tratar de demostrar a toda costa que los partidarios de la democracia somos mayoría, para que el mundo lo sepa y, sobre todo, para que lo sepan quienes sí pueden hacer algo real y efectivo por apartar del poder a los enemigos de la democracia. ¿Que el CNE dominado por los chavistas puede hacer un fraude brutal? Puede ser, pero que hacerlo les cueste, y que tengan que hacerlo a lo bestia, dejándose ver las costuras. ¿Qué todos los poderes están secuestrados por los chavistas? Es cierto, pero si demostramos que los demócratas somos una verdadera mayoría es posible que en poco tiempo podamos revertir esa aberración. ¿Que muchos de los candidatos de la Unidad no son los ideales?, es verdad, pero en cualquier caso son mucho mejores que los del PSUV. ¿Que en Venezuela hay un porcentaje alto de ignorantes que no ven más allá de sus narices y se dejan engañar por el gobierno? Es también posible, pero sí, como dice la canción de “Los amigos invisibles”, eso es lo que hay. Una de las grandes ventajas de la democracia es que siempre es perfectible, mientras que las dictaduras, especialmente la dictadura comunista, no lo son. En democracia se vive con luz, en comunismo se muere en la oscuridad. No es cierto que Venezuela ya esté ya dominada por los comunistas. Los gobiernos de Chávez y Maduro no han sido otra cosa que regímenes de corrupción, deshonestidad y abuso de poder, que no han sabido gobernar, pero han hecho todas las trampas posibles para mantenerse en el poder. El gobierno comunista de Cuba los chulea, vive de ellos, y hace lo inimaginable por mantenerlos en el poder, tarea en la cual, inconscientemente, lo apoyan los abstencionistas. Abstenerse es ayudarlos a que sigan en el poder, por muy ilegítimos que sean. Con rabia, con un pañuelo en la nariz, como quiera que sea, todo ciudadano que prefiera la democracia a la tiranía comunista debe votar el 8 de diciembre por los candidatos de la Unidad. Cualquier otra actitud es de suicidas. De suicidas ciegos por obra y gracia de los dioses crueles, que buscan la infelicidad de todos los venezolanos. Y los más infelices de todos van a ser los abstencionistas, pues además de padecer lo que todos padecemos, van a sufrir de conciencias culpables, y cuando recuperen la visión no van a poder verse en un espejo sin llorar su propia idiotez.
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