Ángel Alayón
1. Los números. Luego de veinte días de retraso, el Banco Central de Venezuela, en conjunto con el Instituto Nacional de Estadísticas, rompe el silencio y publica la cifra de inflación de noviembre y adelanta la de diciembre. La cifra de inflación de noviembre es 4,8% y la de diciembre es de 2,2%. Esto permite afirmar que la inflación de 2013 termina en 56,1%, una de las más altas del mundo. No olvidemos que, de acuerdo con el artículo 318 de la Constitución, el objetivo del BCV es “lograr la estabilidad de los precios y preservar el valor interno y externo de la unidad monetaria”.
2. La posición política. El comunicado se refiere al fallecido presidente Hugo Chávez como “nuestro líder”. Hasta donde alcanza mi conocimiento, los Bancos Centrales no tienen líderes. Los Bancos Centrales son instituciones públicas que deben regirse por la Constitución, independientemente de las preferencias políticas de los miembros que la conforman. Darle perfil político al BCV es perjudicar su credibilidad, pues nada impedirá que una parte de la opinión pública considere que sus acciones corresponden a los intereses de un sector político del país y no a los intereses de la República.
3. Lo que no se dijo. En este comunicado no se informó sobre el índice de escasez y el de diversidad para los meses de noviembre y diciembre. Hay un gráfico de escasez en el que se puede inferir que ese factor aumentó. La escasez ha estado sobre el 20% de forma consistente durante todo el 2013 y es, sin duda, una de las consecuencias más perniciosas de los controles de precios y del manejo cambiario. Siembra muchas dudas el hecho de que no se hayan hecho públicas las cifras de estos indicadores. Cuando hay escasez, los índices de precios subestiman el verdadero costo de adquirir un producto para el consumidor y uno de los efectos más obvios de la disminución forzada de precios es la caída de los inventarios, sin cuya reposición efectiva afectará la diversidad y escasez en el futuro.
4. La teoría de la formación de precios. El comunicado asocia la formación de precios con las variables políticas, dando a entender que la inflación es un fenómeno que responde a una intención política de personas o empresas que pretenden perjudicar al gobierno. El comunicado obvia cualquier explicación de la inflación que se relacione con la expansión de la liquidez monetaria, la disminución de las importaciones, el financiamiento del BCV a PDVSA y a otras empresas estatales, la devaluación del Bolívar o la eliminación del SITME, por ejemplo. También el BCV adopta del gobierno la explicación de las ganancias exageradas para explicar el crecimiento de los precios, cuando en todo caso las ganancias extraordinarias son un problema microeconómico mientras que el crecimiento de los precios se corresponde con un fenómeno macroeconómico.
5. El lenguaje. El comunicado adopta la narrativa y el lenguaje que ha utilizado el Gobierno Nacional para explicar los desequilibrios económicos del 2013. Se habla de ataques especulativos del sector privado, de guerra económica y de la ofensiva contra la guerra económica, frases y conceptos posicionados desde el Gobierno para explicar la actual situación económica y sus acciones. Esto es inusual en los Bancos Centrales, quienes mantienen un discurso independiente del Ejecutivo, a pesar de que se compartan objetivos y se coordinen acciones. Contrasta el lenguaje utilizado en este comunicado con el que usualmente el mismo Banco Central de Venezuela utiliza para comunicar la variación de la inflación, un lenguaje sobrio y técnico, alejado de lo político.
6. Lo contrafactual. El comunicado intenta vender como un éxito las cifras de 4,8% de inflación en noviembre y de 2,2% en diciembre. Lo hace preguntándose cuáles hubieran sido los precios sin ofensiva contra la guerra económica. De acuerdo con el BCV, de no haberse producido las fiscalizaciones del gobierno, la inflación en noviembre habría sido de 6% y la de diciembre de 4,2%. ¿Puede considerarse un éxito la llamada ofensiva contra la guerra económica? Nunca ha sido fácil comunicar un éxito basado en lo contrafactual, y menos cuando los resultados siguen siendo lamentables.
7. Sobre el impacto de las medidas. El BCV le da peso a la opinión pública sobre las medidas. Dice que 7 de cada 10 venezolanos las apoya. Pero, posteriormente, dice que “No obstante, las principales medidas de intervención y fiscalización se focalizaron en rubros cuya ponderación en la canasta del IPC es relativamente modesta en la estructura del indicador”. El BCV advierte que no se tomaron acciones en rubros como alimentos y bebidas, transporte y restaurantes y hoteles, rubros que representan el 64,8% del IPC y agregan que “se requiere calibrar y ponderar el tipo de acciones a desarrollar para contener y rebajar los precios que la conforman”.
Este punto es central: la categoría de Alimentos y Bebidas Alcohólicas tiene sus precios regulados desde el año 2003 y representa 41,09% del IPC. El Gobierno no tiene mucho margen de maniobra para bajar los precios allí donde ya los regula y donde ya hay escasez.
8. Acciones correctivas y prospectivas. El comunicado termina con un llamado genérico al gobierno a “seguir promoviendo e incentivando a la producción nacional de alimentos”. Luego llama la atención que en tres párrafos diferentes habla de la construcción de nuevos indicadores y cambios metodológicos, por ejemplo:
a. “El BCV seguirá aportando todas sus capacidades institucionales y su apoyo metodológico a los
efectos de construir nuevos indicadores que permitan reflejar analizar e interpretar la nueva
realidad económica y social que vive el país”
b. “En cuanto al INPC, el 2014 será un año propicio para medir aspectos no recogidos con la metodología convencional”
c. “En conjunción con el INE, es conveniente explorar nuevas herramientas que permitan apreciar el impacto social de las actividades del Gobierno en el bienestar de la población, para evidenciar el efecto de compensación que ha generado la política social ante las perturbaciones económicas”.
¿Qué significan estos cambios? ¿Pretenden alejar la medición de precios en Venezuela de la metodología estándar internacional? Argentina lo hizo… y ahora está trabajando con una comisión del Fondo Monetario Internacional para adaptar una nueva metodología que realmente refleje los cambios en los precios.
9. La política, una vez más. El comunicado cierra con una declaración política e ideológica: “El BCV reafirma su posición al lado del pueblo venezolano, sumando esfuerzos para la construcción protagónica del socialismo como nuevo orden económico nacional”. ¿Debe el Banco Central de Venezuela trabajar por la “construcción protagónica del socialismo”? Eso no es lo que dice la Constitución.
10. Sobre la reputación. “La mujer del César no sólo debe ser honrada, sino parecerlo” es una máxima que Plutarco le atribuyó a Julio César, quien alguna vez mandó y supo de reputaciones lastimadas.
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