La criminalización de la protesta
Ante la represión desatada por el régimen para acallar la protesta ciudadana, hacemos un llamado a los demócratas de la región y del mundo para mantenerse vigilantes sobre esta situación a fin de evitar que los hechos se desborden con consecuencias impredecibles para la paz y la convivencia entre los venezolanos.
Los
estudiantes, trabajadores, periodistas, organizaciones sociales, y los
venezolanos todos, en ejercicio del derecho legitimo de protestar, garantizado
por los instrumentos internacionales y en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, están siendo víctimas de una violencia desmedida,
promovida por quienes hoy dirigen el país.
La criminalización
de la protesta ha creado un ambiente difícil que puede producir escenarios
absolutamente indeseados por los venezolanos, acostumbrados a vivir en paz.
Hace
pocos días, reconocidas organizaciones internacionales de defensa de los
derechos humanos, denunciaron el acoso e intimidación a los medios; las
detenciones arbitrarias a los opositores; los abusos policiales y el uso
excesivo de la fuerza para reprimir a los opositores.
Asimismo,
es preocupante que los medios de comunicación independientes, acosados por las
políticas intimidatorias y discriminatorias del régimen de Nicolás Maduro, se
vean limitados en su rol de informar de forma veraz, objetiva y oportuna sobre
lo que realmente ocurre en el país, a causa de las restricciones para obtener divisas
para las importaciones de papel. "Me
llamarán dictador, pero a la prensa le llegará su hora" dijo hace pocos
días Nicolás Maduro. A confesión de partes relevo de pruebas.
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