SILVIA AYUSO
Con el incremento de los viajes de estadounidenses hacia Cuba tras el anuncio de normalización de relaciones entre Washington y La Habana en diciembre, era solo cuestión de tiempo que una empresa como Airbnb
se apuntara al negocio que promete la isla y que tiene a todo el sector
del turismo frotándose las manos. Dicho y hecho: según ha anunciado la
plataforma en línea de alojamiento en viviendas particulares, a partir
de este jueves está funcionando también en Cuba.
Por el momento sin embargo, esta oferta está reservada solo a
ciudadanos estadounidenses, aunque la empresa dice que espera poder
ampliar el servicio a otras nacionalidades.
“Durante más de 50 años, Cuba ha estado fuera del alcance para la
mayoría de los estadounidenses”, dijo el cofundador de Airbnb Nathan
Blecharcyk, en un comunicado. “No podríamos estar más contentos de
anunciar que, a partir de hoy, los viajeros estadounidenses con licencia
podrán experimentar la cultura única y la calurosa hospitalidad que
hace tan especial a esta isla mediante nuestra nueva comunidad cubana”,
agregó.
La formulación del comunicado, en el que se habla de “viajeros” en
vez de “turistas”, revela sin embargo una de las muchas trabas que
todavía tiene el sector turístico de Estados Unidos respecto a Cuba:
oficialmente, los estadounidenses no pueden hacer turismo en la isla.
No obstante, desde que en enero el Gobierno de Barack Obama
flexibilizara los viajes, para los que ahora solo hay que calificar en
una de las 12 categorías permitidas -como viajes religiosos, de
negocios, educativos o culturales- sin tener que solicitar, como antes,
un permiso específico cada vez, las visitas a la isla se han
multiplicado.
Así lo ve Airbnb, que dice esperar “una demanda significativa de
alojamientos cubanos desde EE UU” desde los cambios de política
anunciados en diciembre. De hecho, la compañía asegura haber registrado
en estos meses un aumento del 70 % de las búsquedas de usuarios
estadounidenses para alojamientos en la isla, que ya es uno de los
destinos más buscados en América Latina. En 2015, “más estadounidenses
buscan (alojamiento en Cuba) que en Río de Janeiro, Buenos Aires o
Ciudad de México”, según Airbnb.
Y las cifras no pararán de crecer, sobre todo si en algún momento se
acaba con todas las limitaciones al turismo en Cuba impuestas por el
embargo, afirma la Sociedad Americana de Agentes de Viajes (ASTA),
que representa el 80 por ciento de todos los viajes vendidos en EE UU
mediante agencias de viajes. De acuerdo con sus estimaciones, si el país
levantara las restricciones al turismo a Cuba este año, al menos dos
millones de estadounidenses más visitarían Cuba hasta 2017.
Antes del anuncio de diciembre, la media de visitantes del país
norteamericano a la isla era de alrededor de medio millón de personas,
en su mayoría cubanoamericanos, quienes desde 2009 ya no tienen
limitaciones para viajar a Cuba.
Todo ello cuando la capacidad hotelera actual de la isla ronda las
60.000 habitaciones. Para suplir las carencias hoteleras, un problema
que viene de largo en Cuba, hace años que en la isla el alquiler de
habitaciones o viviendas es un negocio arraigado. Se conoce como “casas
particulares” y su precio suele rondar los 25 o 30 dólares. Es sobre
esta base que Airbnb está montando su red cubana, que dice tener ya más
de mil ofertas en toda la isla. El 40 % de esta oferta está en La
Habana, mientras que el resto de las casas particulares asequibles a
través de la plataforma están en Matanzas, Cienfuegos y Santa Clara,
aunque Airbnb se declara “ansioso de ampliar su presencia en otras zonas
de la isla en los próximos meses”.
La plataforma de alojamientos no es la primera, ni será la última, en
apuntarse a los negocios en Cuba. A principios de febrero, Netflix anunció que empezaba a ofrecer su contenido
audiovisual en la isla. American Express y Mastercard han empezado ya a
realizar las gestiones para poder permitir el uso de sus tarjetas de
crédito en Cuba, mientras siguen aumentando los aviones chárter a la
isla, a la espera que alguna compañía aérea estadounidense finalice los
detalles para operar vuelos directos.
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