FREDDY NUÑEZ
He dedicado
varios artículos a señalar que el régimen hará cuanto sea posible para tratar
de impedir las elecciones. Los venezolanos
dispuestos a evitar que continúe la destrucción nacional, tenemos que
enfrentar las diversas maniobras que están intentando para continuar aferrados
al poder. Este régimen caracterizado por la inescrupulosidad y la vocación
totalitaria está consciente de que le será imposible impedir el triunfo de la
oposición el domingo 6 de diciembre, y apelara a cualquier expediente interno o
externo para tratar de boicotear el proceso, e incluso, evitar su realización.
Los distintos episodios generados por el régimen en relación con Colombia,
España, Guyana, Estados Unidos, por citar los más relevantes, denunciando inexistentes
conspiraciones internacionales y desestabilizaciones de todo tipo, en
contubernio con factores opositores, forman parte de la única conspiración en
marcha, la del régimen contra la gran mayoría de los venezolanos sometidos a
todo tipo de privaciones y humillaciones. La declaración del estado de
excepción en municipios fronterizos del estado Táchira, tiene el tufo mefítico
de un ensayo preparatorio para la suspensión del proceso electoral. Tal como
dice el contundente comunicado de la Mesa de la Unidad Democrática: “ Este
insólito por desproporcionado decreto de Estado de Excepción, emitido a solo
109 días de unas cruciales elecciones parlamentarias, puede ser la vía de
escape usada por el oficialismo para evitar una derrota tan inminente como
segura”. Hay que enfrentar con una sólida unidad opositora, cualquier maniobra
del régimen. No hay encuesta seria que no señale un repudio creciente al
gobierno, producto del desastre económico que han creado y que se traduce en
escasez galopante y precios impagables. Hoy, cerca del 78% de los venezolanos
según refieren las encuestas, exige un cambio que el régimen causante de todas
las desgracias del país no puede dar. El poder reside en el pueblo, y es a
través de elecciones como se expresa la voluntad soberana de los ciudadanos. Es
así como se dirimen las diferencias en
el mundo civilizado. Las elecciones deben realizarse y debemos insistir
en la presencia de observadores internacionales equilibrados e imparciales. La
aberrante negativa a permitir esta observación expresada por Maduro y acatada
con ejemplar servilismo por el CNE, solo evidencia la intención de impedir que
se constate in situ, el ventajismo grotesco del régimen que ha caracterizado
los procesos electorales en Venezuela, en flagrante violación de la constitución
y leyes de la república. Negarse a la observación internacional obliga a pensar
en turbias intenciones del régimen, contando
con el consejo nacional electoral. No
pararan de intentar maniobras. En sus malolientes alforjas solo quedan los restos
del arsenal tomado de la vieja escuela
de la política del terror soviética. Para ellos siguen vigentes los métodos que
produjeron los “procesos” de Moscú y de toda la Europa del este, mentir
siempre, inventar historias, falsificar la verdad, sembrar dudas, encanallar la
cotidianidad, humillar y vejar, amenazar al individuo, a la familia. Destruir
la dignidad del “enemigo”, hasta convertirlo en un guiñapo. Silenciar con la cárcel, con la tortura, con
la muerte. Pero no alcanzan a entender que estamos en el siglo XXI, y más
temprano que tarde, todo se sabe, es casi imposible esconder la verdad. Pero lo
más importante, en Venezuela hoy, esas mentiras que los han llevado a pretender
convertir en “héroes” a muchos delincuentes, y en monstruos a la dirigencia
opositora, ya no se las cree nadie. Hasta de las mentiras han abusado. No
pueden ocultar la realidad inventando truculencias. Crearon un país al que
define una corta expresión, NO HAY, y contra eso no hay historias que valgan.
Freddy Núñez
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