viernes, 4 de septiembre de 2015

MADURO-CABELLO ENTIERRAN A VENEZUELA Y LA PATRIA GRANDE
HEINZ DIETERICH

La derrota electoral del gobierno venezolano en diciembre 2015 será el golpe final para el Desarrollismo y la Patria Grande, que Hugo Chávez, “Lula” da Silva y Néstor Kirchner –con el apoyo del Socialismo del Siglo XX (Fidel, Raúl)– pretendieron construir. Kirchner y Chávez ya fallecieron; Lula ha dejado de ser el centro de gravitación política del Brasil y la influencia hemisférica de Cuba es una sombra de lo que fue. Este agotamiento de líderes gigantes y fuerzas endógenas por la Segunda Independencia, coincide con un brusco y negativo cambio en los flujos del capital mundial. En los últimos trece meses la fuga de capitales de las trece economías emergentes más importantes ha sido por el orden de $940 billones, causando la devaluación generalizada de las monedas nacionales. El dramático deterioro de los terms of trade de materias primas “tercermundistas” (petróleo, minerales), que son vitales para las economías latinoamericanas, multiplica el impacto recesivo de la reversión de flujos de capital global. Todo esto ha llevado al fin de la Década de Oro del nuevo Bolivarianismo.
Ochenta años después del inicio de la lucha por la liberación nacional y social, dirigida por Mao Tse Tung y el Partido Comunista, China ha triunfado. Su devaluación del yuan es la exitosa declaración de independencia del capital financiero imperialista occidental. Le guste a la lumpen-clase política estadounidense y Donald Trump, o no: la larga marcha de China para recuperar su autonomía estratégica nacional –aún con 14 millones de muertos y 80 millones de desplazados por la agresión japonesa (1937-45)– ha terminado. Los países latinoamericanos, en cambio, siguen siendo esclavos de la arquitectura financiera-económica mundial. La oportunidad histórica de los grandes promotores criollos y la bonanza de la emergente China, han sido desperdiciadas. Queda enterrado nuevamente el sueño de la Segunda Independencia bolivariana o socialista, y el control del imperialismo gringo sobre el patio trasero vuelve a ser absoluto. A la luz del diferencial de poder entre América del Norte y Sur, parece cada vez más probable, que la liberación de los Estados vasallos latinoamericanos sólo se dé, cuando se acabe el Imperio Gringo; en un parangón histórico con el Imperio Romano y el Imperio Español.
  1. Oligarquía y soldadeska venezolana contribuyen a la destrucción de la Patria Grande
En la derrota de la lucha por la soberanía hemisférica hay una trágica corresponsabilidad de la oligarquía, de la soldadeska y del oportunismo y analfabetismo político burgués venezolano. Aunque Cabello y Maduro y su sustrato sistémico son el punto de viraje (tipping point) del Chavismo, se pueden diferenciar cuatro responsabilidades distintas en la destrucción del proyecto de Hugo Chávez.
La primera y más importante fue el golpe de Estado militar de 2002, orquestado por la oligarquía, el imperialismo, el sindicalismo parasitario y militares corrompidos antipatrióticos, contra el gobierno democrático, legal y legítimo de Hugo Chávez. La segunda fue el sabotaje de la oligarquía y sus golpistas a la Comisión de Paz, que el Presidente estableció después del fallido coup d´ etat, para lograr una nueva unidad nacional y la reconstrucción del país. La oligarquía aceptó el plan, sólo para después sabotearlo y volver a la subversión mediante paros y guarimbas, como recuerda el entonces Jefe de Gabinete Económico, Felipe Pérez Martí, a quién Chávez había puesto a la cabeza de esta operación Consenso NacionalAnte la reincidencia de la oligarquía en un crimen constitucional y de traición a la Patria, Chávez pasó a la ofensiva, gobernando con el poder del Estado y de la renta petrolera; pero, siempre dentro del marco de la constitución. Es importante tener presente esta génesis de la tragedia venezolana actual, cuando el país se encuentra ante una creciente ola de intentos goebbelianos de reescribir y falsificar la historia del proceso, incluyendo la del golpista Leopoldo López y sus cómplices nacionales (Saleh) e internacionales (Burelli).
  1. La responsabilidad de Hugo Chávez
La tercera responsabilidad es de Hugo Chávez. Cuando el modelo de dominación nacional, que él estableció en 2003, empezó a agotarse estructuralmente a partir de 2009, el Presidente no tomó las medidas para su necesaria refundación. La última cruz aparece en la agonía del Presidente, con el imperdonable nombramiento y acceso al poder de la dupla Maduro-Cabello. Con este nombramiento Chávez entregó el poder real del país a la inculta soldadeska y su avatar, el subteniente anticomunista Diosdado Cabello.
Como militar profesional, Chávez sabía, que la capacidad de planeación y visión estratégica en los militares sólo se da a partir del rango de teniente-coronel, pero, jamás en un subteniente. Por eso, y por la asesoría de un país tropical, no nombró en su testamento político televisivo a Cabello como sucesor, sino a Maduro. Pero, Maduro nunca había trascendido el status político de un activista “maoísta” dogmático que no lee libros. Y con los archivos “de presión” que posee el apparatchik Cabello, estuvo claro desde el inicio, que la inevitable dualidad del poder en la cúpula chavista, a mediano plazo, no iba a dejar otro papel para Maduro que él de un actor cantinflesco.
  1. The end of the trail: el fin de Cabello-Maduro
Todas las grandes rebeliones en la historia comienzan por la economía. Pero, la troika Cabello-Maduro-Arreaza no tiene la más mínima idea de economía. No entiende que la crematística de mercado es un sistema cibernético (de retroalimentación) que gira en torno al llamado market clearing price. Y que su única posibilidad de sobrevivencia política consiste en acercar gradualmente sus absurdos precios administrativos, particularmente del dólar, a ese atractor del sistema; con protección social adecuada para las clases populares y medias. Con el bloqueo de este atractor megasistémico, colapsó el tejido productivo y circulatorio, de tal forma que a la troika le quedan apenas tres opciones económicas para diciembre: a) acudir al FMI, lo que políticamente sería su fin; b) conseguir un crédito stand-by de 50 mil millones de dólares de China, para realizar las reformas necesarias; aunque Venezuela todavía tiene activos estatales monetarizables,por un monto de $60 mil millones, las discusiones internas del gobierno chino se inclinan a cerrar la pipeline monetaria hacia ese barril sin fondo; c) imprimir más billetes. Esto es lo que está haciendo Miraflores, llevando al país hacia la hiperinflacíon y el colapso total.
  1. El Imperio contraataca: la inversión del desarrollismo bolivariano
El brusco cambio económico global a favor de los países desarrollados y de China, el fin de la bonanza de los commodities latinoamericanos y la desaparición fáctica de los promotores gigantes de la Patria Grande, llevarán al regreso de los gobiernos neoliberales-oligárquicos pro-imperialistas en América Latina, y la gradual paralización y reversión de los avances en la integración hemisférica y protección social popular. En algunas regiones, la reversión de los avances sociales desarrollistas probablemente tendrá por corolario el uso selectivo o masivo del terrorismo de Estado. Para Cuba y Nicaragua, la caída del “chavismo” generará un panorama ominoso. Para la Patria Grande, ante la ausencia de movimientos de masas organizados, líderes políticos de altura, una inteligencia revolucionaria, con secular atraso tecnológico, una “izquierda” jurásica, y el eclipse total de proyectos viables de autodeterminación hemisférica, hay pocas esperanzas para la Segunda Independencia.
Ante esta dinámica, Venezuela pudiera haber sido un factor clave anti-cíclico contra el triunfal regreso del Tío Sam. Pero, ni la mayor riqueza petrolera del mundo, ni los sesenta mil millones de dólares de crédito de China, ni la emergencia de un nuevo polo de desarrollo en el sistema mundial (BRICS), son suficientes para romper las cadenas de la esclavitud, cuando la ignorancia gobierna.
  1. Intervención en la frontera: cortina de humo
La quijotesca insistencia de Cabello-Maduro y sus asesores externos, de poder sobrevivir al debacle electoral de diciembre con la trillada mentira de la “guerra económica” y de los enemigos de la Revolución, hoy día ya sólo convence al 20% de los venezolanos. Aún así siguen por la ruta del despeñadero, expulsando brutalmente a refugiados colombianos pobres en la frontera, en nombre de la lucha contra el paramilitarismo. Tratan de levantar una ola chovinista contra “la oligarquía” colombiana, cuando las dos oligarquías que no tocan, son la colombiana y la venezolana.
Declaran cada vez más estados de emergencia en la frontera, esperando vanamente que azuzando las fricciones con Guayana y Colombia aparezca un pretexto para postergar las elecciones y que, milagrosamente, se recupere el precio del petróleo. Nada de esto va a suceder y con las bayonetas y mentiras no lograrán engañar más a la población, como muestran todas las encuestas de opinión.
Externamente hay creciente pérdida de apoyo de la clase política latinoamericana, desde Brasil a la UNASUR, mientras que China, lender of last resort (última fuente crediticia mundial disponible), se aleja de un gobierno irresponsable y en caída libre, como muestra el último viaje de Maduro sin grandes logros. Internamente crece la frustración en sectores de las Fuerzas Armadas y el encarcelamiento de Leopoldo López ha convertido a un señorito golpista en la preferencia electoral opositor número uno, seguido por Henry Falcón y Capriles.
  1. Nada nuevo bajo el Sol – de América Latina
De ahí que la mesa está puesta para un opulento banquete de la oligarquía y del imperialismo. El pueblo ausente, pagará las cuentas y El Libertador, avergonzado por todos aquellos que, manoseando su nombre, enterraron de nuevo a la gloriosa causa de la Patria Grande. Nihil novum sub sole – Nada nuevo bajo el sol… de América Latina… Por ahora.

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