Eduardo Fernández
Ha pasado un poco por debajo de la mesa en nuestro país el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz de este año
Ha pasado un poco por debajo de la mesa en nuestro país el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz de este año.
¿Quiénes eran los candidatos? Había nombres tan importantes para ese premio como el de Ángela Merkel, canciller de Alemania, por su papel de mediación en la crisis humanitaria de los inmigrantes en Europa. También el papa Francisco por su infatigable defensa de la paz y del medio ambiente, y por su mediación en la reanudación de relaciones entre Cuba y los Estados Unidos.
Sin embargo, el jurado del Premio Nobel ha querido dedicar la distinción de este año a la sociedad civil de Túnez, el único país protagonista de las revueltas árabes que ha sido capaz de llevar su transición democrática a buen puerto.
Por eso el premio se lo han concedido no a una persona, sino a cuatro. El llamado Cuarteto Tunecino, las cuatro organizaciones de la sociedad civil que patrocinaron una salida dialogada a la aguda crisis política que vivía Túnez en el año 2013 y que amenazaba con dar al traste con el proceso de transición iniciado tras la primavera árabe en el año 2011.
El cuarteto lo componen el sindicato Ugtt (Unión General de Trabajadores Tunecinos), Utica, la organización empresarial del país, la Liga Tunecina de Derechos Humanos y la Orden de Abogados.
El Comité del Premio Nobel ha justificado la decisión de otorgar el premio al cuarteto por su “contribución decisiva a la construcción de una democracia pluralista”.
El famoso cuarteto fue formado cuando el país se hundía en una grave crisis política y no existían puentes de diálogo entre el Gobierno y la oposición. La polarización había llegado a tal nivel que se proyectaba sobre el país la siniestra sombra de un golpe de Estado.
La habilidad negociadora del cuarteto fue clave para rescatar la transición y construir el consenso que permitió llegar a buen punto.
Houcine Abassi, presidente de la Unión General de Trabajadores, un humilde y veterano dirigente sindical, declaró: “La sociedad civil simplemente cumplió el papel que le tocaba”. Y también dijo: “Este premio es un mensaje a la región sobre la fuerza de la negociación y el diálogo”.
En Venezuela, como en Túnez, estamos hundidos en una grave crisis política, económica, social y ética. La polarización ha llegado a un extremo que hace inviable cualquier intento de solución que no se organice sobre la base de un gran consenso nacional.
Ojalá el ejemplo del Cuarteto Tunecino y del Premio Nobel de la Paz ejerza alguna influencia entre nosotros.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
@efernandezve
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