MARÍA PARILLI
Rodrigo Agudo, asesor con amplia experiencia en el sector agroalimentario, aseguró que el campo venezolano atraviesa la peor crisis en los últimos 70 años, impactado por procesos inevitables como las adversidades climáticas, y otro factor “perfectamente evitable”: la “improvisación” del Gobierno en el manejo de las políticas dirigidas a esta importante actividad económica de origen rural.
Al experto le preocupa que con las dificultades actuales, el 2015 todavía puede ser “mejor” en comparación a lo que se avizora para el 2016, ya que el Gobierno no cesa en la intervención estatal dentro del sector agroalimentario, pese a que su visión o modelo ha dado resultados desfavorables como ocurrió con la extinta Unión Soviética, segunda potencia mundial que colapsó por hambre y la imposibilidad de sostener la actividad agrícola.
Lamentó que “tristemente” Venezuela entró en el siglo XXI con ese mismo concepto “equivocado”, generando “falsas expectativas” con base a una bonanza petrolera que ha resultado insostenible en el tiempo. “Aunque suene duro, creo que el único legado del ausente presidente (Hugo Chávez), es que demostró que el comunismo ni con real funciona”, afirmó.
Venezuela atraviesa una coyuntura, ante la cual es necesaria una reorientación del modelo económico, porque “el hambre no es que viene, sino que llegó y lo está sufriendo la sociedad venezolana”, según expresó el asesor agroalimentario, al responsabilizar al Gobierno de la situación, por sus políticas “mal orientadas y sustentadas bajo principios equivocados, donde el rol protagónico en la actividad productiva lo tiene el Estado, en lugar de los productores”.
Agudo criticó los subsidios que el Gobierno adoptó como medidas para cancelarles a los productores, a pesar de la “corrupción” que genera y que actualmente “ni siquiera tiene para pagar el flete de las importaciones petroleras, pero lo más triste es que la dirigencia lo cree en alguna forma y no exige el cambio profundo que se necesita en términos de empezar a rescatar lo hecho en Venezuela”.
También cuestionó que aunque Venezuela figure entre los países con mayor pobreza, el Ejecutivo no tome en cuenta los planteamientos que han elevado gremios como Fedenaga para reactivar la producción primaria, obviando que “prácticamente la actividad agropecuaria es la única a nivel interno que puede garantizar la reactivación económica, porque los costos de inversión en la minería o la industria son mucho más elevados”.
Disminución
El asesor agroalimentario destacó que en términos reales la producción local cubre alrededor de 40 % y 45 % del consumo interno, aunque en “términos nominales apenas 20 % o 25% porque el país está pasando hambre, la población está consumiendo la mitad de lo que debe, lo que nos debe llamar a la reflexión: no podemos seguir viviendo como buenos y malos, patriotas y realistas, izquierda y derecha; tenemos que ver hacia el futuro y ponernos de acuerdo en trabajar en las identidades que tenemos y ver cómo manejamos los disensos sin beligerancia ni odio”.
http://ultimahoradigital.com/
Al experto le preocupa que con las dificultades actuales, el 2015 todavía puede ser “mejor” en comparación a lo que se avizora para el 2016, ya que el Gobierno no cesa en la intervención estatal dentro del sector agroalimentario, pese a que su visión o modelo ha dado resultados desfavorables como ocurrió con la extinta Unión Soviética, segunda potencia mundial que colapsó por hambre y la imposibilidad de sostener la actividad agrícola.
Lamentó que “tristemente” Venezuela entró en el siglo XXI con ese mismo concepto “equivocado”, generando “falsas expectativas” con base a una bonanza petrolera que ha resultado insostenible en el tiempo. “Aunque suene duro, creo que el único legado del ausente presidente (Hugo Chávez), es que demostró que el comunismo ni con real funciona”, afirmó.
Venezuela atraviesa una coyuntura, ante la cual es necesaria una reorientación del modelo económico, porque “el hambre no es que viene, sino que llegó y lo está sufriendo la sociedad venezolana”, según expresó el asesor agroalimentario, al responsabilizar al Gobierno de la situación, por sus políticas “mal orientadas y sustentadas bajo principios equivocados, donde el rol protagónico en la actividad productiva lo tiene el Estado, en lugar de los productores”.
Agudo criticó los subsidios que el Gobierno adoptó como medidas para cancelarles a los productores, a pesar de la “corrupción” que genera y que actualmente “ni siquiera tiene para pagar el flete de las importaciones petroleras, pero lo más triste es que la dirigencia lo cree en alguna forma y no exige el cambio profundo que se necesita en términos de empezar a rescatar lo hecho en Venezuela”.
También cuestionó que aunque Venezuela figure entre los países con mayor pobreza, el Ejecutivo no tome en cuenta los planteamientos que han elevado gremios como Fedenaga para reactivar la producción primaria, obviando que “prácticamente la actividad agropecuaria es la única a nivel interno que puede garantizar la reactivación económica, porque los costos de inversión en la minería o la industria son mucho más elevados”.
Disminución
El asesor agroalimentario destacó que en términos reales la producción local cubre alrededor de 40 % y 45 % del consumo interno, aunque en “términos nominales apenas 20 % o 25% porque el país está pasando hambre, la población está consumiendo la mitad de lo que debe, lo que nos debe llamar a la reflexión: no podemos seguir viviendo como buenos y malos, patriotas y realistas, izquierda y derecha; tenemos que ver hacia el futuro y ponernos de acuerdo en trabajar en las identidades que tenemos y ver cómo manejamos los disensos sin beligerancia ni odio”.
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