viernes, 11 de diciembre de 2015

JULIO BORGES:  el pueblo quiere un cambio radical en lo económico y lo social
 
FOTO EFE
 
Primero Justicia, con 33 diputados, será el partido de la oposición con más legisladores en la nueva Asamblea Nacional. Julio Borges, su  coordinador nacional, se muestra satisfecho y asevera que eso fue posible gracias a un trabajo de años persuadiendo a quienes apoyaban al oficialismo.
Al hablar va directo al grano y lo hace con pausa, seguro de lo que quiere: enfocarse en presionar al gobierno para que solucione la crisis económica y ofrecer soluciones que contribuyan a lograrlo.
Cambiar al presidente Nicolás Maduro no es su prioridad: “A veces el camino que parece más corto es el más largo, y el que parece más largo es el más corto”, advierte.
Lo cierto es que Borges podría convertirse en el próximo presidente de la Asamblea Nacional, idea que le gusta. Todo podría decidirse hoy, cuando se reúnan los 112 diputados de la MUD.
—¿Se sorprendió con el resultado de 112 diputados?—Totalmente. Hemos desarrollado una tecnología electoral muy importante y conocemos el comportamiento de cada centro y cada mesa en el país. Sabíamos el esfuerzo que iba a hacer el gobierno por arrebatar y hacer prórroga. Fuimos conservadores y poníamos signo de interrogación donde estábamos empatados, donde la brecha era muy corta o donde sabíamos que podía haber violencia. Eso nos daba un margen de 95, máximo 100 diputados. Pero hubo un aluvión de votos que sobrepasó las expectativas.
—¿Fue un voto castigo nada más o influyó esa tecnología electoral?—El voto castigo hubiese ocurrido si la gente quiere esto mismo pero mejorado. No es voto castigo, es un grito muy claro que dio el pueblo de que quiere un cambio radical en lo económico y lo social.
—Si la gente espera un cambio radical, ¿cómo no defraudar si la Asamblea no puede llenar los anaqueles de comida?—El país es consciente de que dimos un salto gigantesco, pero viene un camino lleno de dificultades. La pregunta es si el gobierno va a leer como debe el grito que dio Venezuela el 6-D. El gobierno debe demostrar que está metabolizando esa expresión del pueblo, sobre todo en lo económico. En las próximas semanas la escasez de medicinas y comida se va a poner peor, el gobierno no está dando dólares. Si el gobierno no hace nada, el pueblo va a sufrir. Nosotros vamos a presionar para que esos cambios se den, proponer cambios concretos para que la economía mejore.
—¿Basta con presionar y proponer para satisfacer a la gente?—Sí, porque tenemos lo más importante: el apoyo popular. El gobierno debe decidir si será parte del cambio o un tapón.
—Nicolás Maduro insiste en que la culpa es de la guerra económica. ¿Interpretó bien los resultados?—El gobierno niega la realidad, pero tendrá que asimilar eso y aceptar que es él quien debe dar los pasos más importantes para el cambio. De ahí que haya surgido esa renuncia del gabinete.
—¿Y si el gobierno decide no cambiar y se dedica a frenar desde el TSJ todo lo que ustedes propongan?—Es imposible que un gobierno que perdió de esta forma, con esta situación económica, sin popularidad, esté en capacidad de frenar una Asamblea Nacional que nació con este apoyo popular, con mayoría calificada y claridad sobre lo que hay que hacer.
—Primero Justicia es el partido de la oposición con más diputados, ¿a qué se debe?—Siempre hemos pensado que lo que parece el camino más largo es a veces el camino más corto, y los que parecen más cortos a veces son los más largos. Hay que construir un movimiento popular, organizado en todo el país, que genere una nueva mayoría. Hemos sido criticados y estigmatizados, pero Dios nos dio la oportunidad de demostrar que era el camino correcto.
—¿Eso le garantiza ser presidente de la Asamblea?—Debemos decidir muchas cosas: la nueva directiva, la agenda legislativa, el jefe de fracción y la gobernabilidad. Creo que debemos crear reglas de juego en las que todos tengan la misma participación.
—¿Le gustaría ser presidente de la Asamblea?—Obviamente me gustaría, pero eso queda subordinado a lo que se decida en la Unidad.
—Tener las dos terceras partes puede abrir agallas. ¿Cree que puedan surgir propuestas de cambiar a Maduro el año que viene?—Si sustituimos un sectarismo por otro sectarismo, estamos leyendo mal las cosas; pero si entendemos que lo primordial es persuadir al país de que hay que cambiar radicalmente el modelo económico, el ejercicio de los derechos humanos y la democracia, estoy seguro de que el cambio será más rápido.
—Pero si Maduro está aturdido, ¿no es mejor liquidar?—Aquí no venimos a aniquilar a nadie, el puñetazo lo da la gente y es el puñetazo electoral. Cuando alguien pierde una elección es imposible ocultar el ojo morado. Nosotros debemos asumir con humildad el triunfo. Ya logramos unir a la oposición, ahora toca unir al país.
—¿Entonces Maduro hasta 2019?—No se trata de eso, todo tiene sus dinámicas. Lo que parece más corto a veces es lo más largo. Lo importante es que ahora Venezuela tiene un volcán delante de sí, que es el volcán económico, y necesita que tengamos los cambios necesarios inmediatos.
—¿Se acabó el chavismo?—Está sufriendo un proceso interno muy duro. Si no se reinventan, tienen el peligro de desaparecer por estar desconectados del sufrimiento del pueblo.
—El chavismo siempre tiene un enemigo externo a quien culpar de todo lo que pasa. Pero ahora tiene el enemigo en casa, ¿será la nueva Asamblea la nueva culpable de todos los males?—No, porque nosotros vamos a tener la capacidad de tener una voz que exprese nuestros argumentos y nuestra verdad. Vamos a abrir un debate profundo en el que la gente podrá ver y contrastar la verdad. La gente sabe que el gobierno fracasó y exige cambiar la economía.
—El chavismo controlará la Asamblea por varios días más. Renovarán el TSJ y podrían extender la habilitante. ¿Cómo evitarlo?—Eso es una demostración de debilidad, desespero y descontrol. Perdieron y están corriendo a ver qué reforman, eso solo se convertirá en un bumerán que causará el repudió de la gente.

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