REVOCATORIO:
UN NUEVO GOBIERNO
FREDDY NUÑEZ
Salomón
Rondón, figura estelar de la vinotinto, dio recientemente unas declaraciones a
un periódico inglés, donde expresó su angustia por la terrible inseguridad que
se vive en Caracas. No dudó en calificarla de invivible. Dejo traslucir su
preocupación por la permanente violencia desatada. Este drama lo padece toda
Venezuela, por eso escuece tanto el cinismo del régimen al pretender aparecer
ante el mundo como un factor comprometido con la paz en Colombia, fungiendo de
“acompañante” en las conversaciones entre ese país y los grupos
narcoterroristas, cuando aquí los ciudadanos estamos a merced del hampa. Ya hay
zonas incluso, sometidas a toque de queda por las bandas organizadas. Hay cifras que lo dicen todo: En Colombia,
luego de 54 años de conflicto armado entre gobiernos y grupos terroristas
equipados con armamento sofisticado producto del narcotráfico, el secuestro, la
vacuna etc, se contabilizan 220 mil muertos. En Venezuela, durante los últimos
16 años de “revolución bonita”, las estimaciones de ONG estudiosas del tema,
tasan la cantidad de homicidios cometidos en 250 mil. Según las cifras del
organismo de la ONU que estudia la materia, en el odiado imperio, con más de
300 millones de habitantes, el promedio de homicidios por cada 100 mil
habitantes, es de 4.7; en nuestro país, según el Observatorio Venezolano de la
Violencia, en el año 2015, se alcanzó un promedio de 90 homicidios por cada 100
mil habitantes. La expectativa del país luego de las elecciones del 6D, de que
el régimen asumiera con responsabilidad democrática la voluntad expresada por
el pueblo, y propiciara acuerdos básicos de gobernabilidad con la Asamblea
Nacional, ha sido rechazada y violentada por este. Al propio tiempo, continúan
exhibiendo una ineptitud colosal que solo garantiza la profundización de la
crisis. “El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que oiga”, ya la
ciudadanía ha comenzado a expresar su desesperación ante la falta de medicinas
y alimentos, y en el caso de la inseguridad, los linchamientos y los intentos
de tal son manifestaciones de ella. El aumento de las colas y los brotes de
violencia que ocurren en ellas, indica
la convicción de que la situación general solo puede empeorar. Pareciera que
vivimos una película de terror, donde siempre se está en tensión, a la espera
del nuevo sobresalto, de la nueva tragedia. La realidad nacional configura un
cuadro que apunta a la urgente necesidad de cambiar el gobierno. No se trata
solo de revocar a Maduro, se trata de eso y de concretar la celebración de
elecciones que le permitan al país buscar opciones de gobierno para acometer
con rapidez las tareas de sacar al país del barranco. El esfuerzo nacional de
convocar y movilizar al país con el objetivo del referéndum revocatorio, debe
ser asumido por todos, no solo por Capriles. No hay excusas. Por allí he leído
el irresponsable argumento según el cual hay que dejar que el país explote,
para dejar al gobierno como único responsable, y llegar tranquilamente a diciembre
a ganar las gobernaciones. Lo que ocurra de aquí a diciembre arrastrará a todo
el mundo. Vicente Bello, a quien conozco desde hace años como persona
responsable y profesional electoral eficiente, declaró recientemente que desde
el punto de vista técnico y de los tiempos, es perfectamente posible efectuar
el revocatorio este año. Eso sí, hay que movilizar al país, señalarle la ruta
menos susceptible de ser boicoteada por el gobierno. Que ese 80% que exige
cambio, según las encuestas, se exprese exigiendo su celebración. No entendería
el país que con una correlación de fuerzas abultadamente desfavorable al
gobierno, los partidos eludan su responsabilidad. ¿Dialogar con el gobierno?
Siempre. Pero teniendo claro que el interés nacional es salir de la crisis, y
esto solo es posible cambiando el gobierno. El problema no son solo los
incapaces y corruptos que todo lo han destruido, se trata de cambiar este
modelo económico fracasado en el mundo y que solo garantiza una vida miserable
llena de necesidades.
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