LA OPINIÓN DE POMPEYO MARQUEZ
Ojo pelao, que sí se puede!
Estamos en presencia de todo tipo de campañas de contra información, al mejor estilo cubano que exhibe 54 años en el poder, el doble de la dictadura de 27 años de Gómez. El régimen apela a todo tipo de manipulaciones y para ello cuenta con “la hegemonía comunicacional”.
Uno de los objetivos es ganar tiempo y salirse con la suya mediante la más grosera burla a un pueblo que solo pide que se cumpla con lo que establece la Constitución en su artículo 72, derecho éste que no está en negociación. El “heredero de Chávez” se cree dueño del país. Ya es célebre la frase de que “procedo así, porque me da la gana”.
Se trabaja en varias direcciones: la primera, el diálogo, que no pasa de ser una pantomima para enmascarar lo otro, la segunda, la más brutal represión. Mientras los demócratas del mundo y la abrumadora mayoría de venezolanos piden la libertad de los presos políticos, Maduro redobla la persecución, atropella aún más los derechos humanos, los aparatos represivos “siembran” pruebas para justificar las detenciones, que son virtuales secuestros violatorios de todas las garantías consagradas en la Carta Magna y las leyes, para luego instrumentar juicios amañados, sin ninguna garantía para los acusados.
El caradurismo de quienes desgobiernan al país, llega a tales extremos de querer convertir la mentira en verdad; con el mayor descaro acusan a la oposición de no querer diálogo, pero al mismo tiempo desatan una cacería de brujas ante la pérdida de respaldo popular y ante una exigencia de cambio de gobierno, de régimen, de modelo económico.
Se puede afirmar que es todo un pueblo el que rechaza los métodos de gobernar de Maduro y la cúpula militar que lo maneja. Un vocero oficialista, con el mayor cinismo, dice que la oposición fracasará en su intento de volver a la democracia representativa, en realidad quieren perpetuarse en el poder y convertirnos en una República sin justicia, sin ley, sin Constitución, en una palabra, en un régimen dictatorial, totalitario; ocultar el destino de los dineros que pertenecen a los 30 millones de venezolanos y que son usufructuados por esa camarilla militar-civil que ha agudizado los sufrimientos de la mayoría aplastante de los pobladores de este territorio donde deberíamos todos, sin distingos, vivir en paz, en convivencia, con el respeto a todas las opiniones.
Hay que intensificar las movilizaciones para lograr la fecha de la recolección del 20%. Sí se puede revocarlo este mismo año y confluir en un gobierno de transición de unidad nacional.
Un pueblo unido es invencible
A medida de que se profundiza la crisis con “las soluciones” implementadas por Maduro y la cúpula militar, no encuentran más escapatoria que apelar a la represión más descarada. Hemos llegado a un momento en que en Venezuela hay más presos políticos que en Cuba. Los ojos de los demócratas del mundo están posados sobre nuestra Patria, pendientes de lo que va a suceder en el curso de estos días.
A un pueblo unido no se le puede “engatusar”. Conversando con unos amigos hacíamos mención a la fórmula de las tres T para resolver estas crisis: talento, tolerancia y testículos. La hoja de ruta trazada por la MUD es, en nuestra opinión, el camino correcto. A la represión se le derrota presentando una plataforma que una a todo el país y con objetivos muy claros como es el retorno a la democracia, el respeto a la Constitución, la recuperación del aparato productivo con el respeto de la propiedad privada y las garantías de una economía mixta, tal como lo pauta la Constitución vigente: inversión privada, nacional y extranjera, en combinación con la inversión estatal. Nadie está inventado con esto el agua tibia, ahí están los ejemplos de numerosos países que han salido de dictaduras, y han recobrado su soberanía, y salido de la barbarie al progreso, a la modernidad.
Venezuela ha superado situaciones similares en distintos momentos de su historia. Podemos citar a finales del siglo XIX el laudo español, cuando daba la impresión de que el país se hundía. El imperio británico aprovechándose de aquella situación iba a llegar hasta Upata; en este caso desde un primer momento se declaró írrito el arrebato del Esequibo. Bien, los venezolanos pudimos salir de trances que se extendiron incluso hasta un bloqueo por parte de los países acreedores; se dio el caso de que se habló a comienzos del siglo XX de un gobierno de Unidad y el mocho Hernández salió de la cárcel para un ministerio.
La sociedad mundial ha progresado y la tendencia principal de estos últimos años es hacia la democracia. Por supuesto, en el presente, el terrorismo se ha convertido en el principal enemigo de la paz, precisamente el 11 de septiembre se recordó el vandálico hecho de las Torres gemelas, y como dijo el presidente Obama, el mundo no sucumbirá ante esta amenaza de un enemigo “invisible” que atenta contra los derechos humanos, contra la vida y la seguridad de ciudadanos de cualquier parte del mundo.
Los Maduro tienen sus días contados, en pleno siglo XXI Venezuela no puede vivir en la barbarie, regida por la “ley de la selva” y es un hecho auspicioso cómo los demócratas del mundo respaldan la luchas que los venezolanos libramos por la democracia, que no dudamos en decir que unidos ¡sí se puede restablecer!
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