miércoles, 30 de noviembre de 2016

COMUNICADO: Si el régimen no cumple, la MUD no asistirá al diálogo el 6D

Pueblo de Venezuela
Excelentísimo Monseñor Claudio María Celli, representante de la Santa Sede ante la Mesa de Dialogo
Excelentísimos expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández y Martín Torrijos, representantes de Unasur ante la Mesa de Diálogo

En Venezuela vivimos momentos terribles.  En las últimas horas nuestro pueblo se  vuelve más pobre minuto a minuto por los efectos de la destrucción de nuestro signo monetario y de toda la economía nacional, consecuencia de un modelo generador de miseria y de la actuación de un régimen ineficiente y corrupto. Mientras eso ocurre, el proceso de búsqueda de soluciones a través del diálogo se encuentra detenido por el incumplimiento del gobierno de los acuerdos logrados en las reuniones plenarias de la Mesa de Diálogo Nacional realizadas los días 30 de octubre, 11 y 12 de noviembre.  En nuestro país no habrá solución al problema del hambre creciente, ni a ningún otro problema, hasta tener una solución electoral que permita al país dotarse democráticamente de un nuevo gobierno, y el cumplimiento de esos acuerdos son pasos fundamentales para lograr tal solución electoral. Ante esa extremadamente grave situación, la Mesa de la Unidad Democrática se pronuncia ante el país y el mundo en los siguientes términos:

1) La Mesa de la Unidad Democrática, cumpliendo sus compromisos y por solicitud de los acompañantes de la Santa Sede para facilitar el proceso de diálogo, ha dado gestos claros de cumplimiento, al suspender acciones de calle y modificar la agenda parlamentaria postergando la evaluación de la Responsabilidad Política del Presidente Nicolás Maduro.

2) En fecha 15 de noviembre de 2016 los diputados de Amazonas Nirma Guarulla, Julio Ygarza y Romel Guzamana se desincorporaron permanentemente de la AN dejando sin efecto su juramentación realizada el 28 de julio de 2016. El mismo día, en la sesión de la Asamblea Nacional su Junta Directiva se dio por notificada dando efecto inmediato a la desincorporación solicitada por los diputados.  El día 22 de noviembre de 2016, el Presidente de la Asamblea Nacional remitió al Tribunal Supremo de Justicia comunicación confirmando la desincorporación de los diputados electos en el estado Amazonas.

3) Con estas acciones la Mesa de la Unidad Democrática cumplió su parte de los acuerdos realizados hasta ahora en la Mesa de Diálogo Nacional que se instaló el 30 de octubre en procura del objetivo central que el país democrático tiene en esa instancia: avanzar en la construcción de una solución electoral a la crisis.

4) Pero el gobierno NO ha cumplido, por lo que exigimos al Gobierno Nacional que cumpla sus compromisos sin mayor dilación.  En este sentido es necesario que ANTES  de la próxima sesión programada de la Mesa de Diálogo para el 6 de diciembre deben darse muestras claras de avance en cumplimiento de los siguientes temas:

a. Instar a la Sala Constitucional del TSJ a restituir las competencias constitucionales de la Asamblea Nacional, dejando sin efecto la condición del falso "desacato" y las sentencias que durante meses han restringido al Poder Legislativo nacional.

b. Nombrar dos rectores del CNE y sus respectivos suplentes, de común acuerdo entre las partes, de manera que comiencen a ejercer el 4 de diciembre de 2016 cuando vence el plazo constitucional de las rectoras Socorro Hernández y Tania D’Amelio.

c. Liberar presos políticos e instalar una Comisión de la Verdad cuya estructura sea acordada por las partes.

d. Abrir el canal humanitario y poner en marcha mecanismos transparentes de importación y distribución de alimentos, medicinas y suministros médicos urgentes para los sectores de la población afectados por la crisis.

e. Convocar en fecha acordada entre las partes, mediante sentencia de la Sala Electoral del TSJ, las elecciones en el estado Amazonas de forma de restituir la representación de ese estado en la Asamblea Nacional.

5) El gobierno debe cumplir los compromisos que ha adquirido ante el representante del Vaticano y demás facilitadores. Hasta que eso ocurra, la Unidad Democrática revisará su presencia en la Mesa de Diálogo Nacional en términos que anunciaremos públicamente el próximo 6 de diciembre. Sólo cuando el gobierno dé muestras claras de cumplimiento de los compromisos arriba enunciados, reanudaremos plenamente nuestra participación en la Mesa de Diálogo, y lo haremos ratificando nuestra agenda que promueva acordar mecanismos CONSTITUCIONALES, ELECTORALES, DEMOCRÁTICOS y PACÍFICOS para superar la profunda crisis política, institucional, social y económica que atraviesa VENEZUELA.

6) La MESA DE LA UNIDAD DEMOCRÁTICA permanecerá en contacto permanente con los representantes del gobierno, así como con los acompañantes del Vaticano y de Unasur, para verificar el cumplimiento de los acuerdos y de esa forma poder continuar con la agenda de la Mesa de Diálogo.

Cualquier instancia de diálogo, encuentro o negociación es inútil sin garantías de cumplimiento de los acuerdos alcanzados entre las partes en presencia de los acompañantes del Vaticano y de Unasur.  La contumaz negativa del gobierno a cumplir los acuerdos que le corresponden, son una clara muestra de que sus divisiones internas le impiden cumplir  y por eso se sienta en la mesa para ganar tiempo y engañar al pueblo, no para abordar seriamente los problemas con la intención de resolverlos.  Como la inmensa mayoría de los venezolanos, la Mesa de la Unidad Democrática quiere diálogo pero con resultados, resultados que permitan al país elegir democrática y constitucionalmente un gobierno de unidad nacional que sea capaz de detener la crisis económica, recuperar la gobernabilidad política, reconstruir la convivencia social y respetar integralmente los Derechos Humanos.

Mesa de la Unidad Democrática

Caracas, 30 de Noviembre del 2016
 
Fidel Castro: líder de la reacción conservadora

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               Trino Márquez



Fidel Castro pudo haber sido, junto a Rómulo Betancourt, el líder de la implantación y fortalecimiento de la democracia republicana en América Latina, en momentos en los cuales campeaban las dictaduras militares en buena parte del continente. Sin embargo, optó por convertirse en un tirano comunista omnipresente y omnisciente. Luego de fracasar, a comienzos de los años 60, en su intento de exportar su modelo revolucionario, afincado en la guerra de guerrillas, a otros países de la región, entre ellos Venezuela, pasó a convertirse en un  político conservador. Todo proceso de cambio revolucionario y modernizador lo descalificaba y atacaba con ferocidad. Se transformó en defensor de los regímenes comunistas más petrificados y de la ortodoxia marxista más estricta.

        Denunció por anarquistas a los estudiantes que, dirigidos por Daniel Cohn-Bendit,  impulsaron el Mayo Francés en 1968. Eran los jóvenes que plateaban “tomar el Cielo por asalto” y repetían “paren el mundo que me quiero bajar”. El Mayo Francés insurgió contra el establishment francés  y, dentro de él, contra la burocracia del Partido Comunista Francés. Fidel se aterró ante la posibilidad de que los jóvenes cubanos se dejasen tomar por el espíritu de sus iconoclastas pares europeos.

        Ese mismo año 68 apoyó la invasión a Checoslovaquia por parte de Ejército Rojo y sus aliados del Pacto de Varsovia, la destrucción de la Primavera de Praga y el encarcelamiento y fusilamiento de los dirigentes del socialismo con rostro humano. Luego de que Teodoro Petkoff escribiese Checoslovaquia: el socialismo como problema, radiografía de la burocracia soviética, execró al político e intelectual venezolano, atacándolo con una batería de insultos, como era su costumbre. Cuando, a comienzos de los 80, apareció Solidaridad en Polonia y emergió el liderazgo de Lech Walesa, se cuadró con el  general Jaruzelski, representante de la inamovible  casta soviética. Más tarde, cuando Mijail Gorbachov impulsó la glasnost y la perestroika, con el propósito de remozar el ateroesclerótico sistema  comunista ruso, Fidel Castro denunció la iniciativa como parte de un movimiento de los reformistas dirigido a desmontar las conquistas del proletariado ruso.  Una vez producido el colapso de la Unión Soviética y la desaparición del socialismo en los países de Europa del Este, declaró el inicio del período especial en Cuba, típico eufemismo a los que recurría con frecuencia, debido a que había sido suspendido el subsidio que recibía de Rusia, negándose a introducir cambios en el modelo que mostraran algún signo de apertura democrática. La transformación consistió en aumentar la persecución a los grupos opositores.

        Más tarde, durante la Primavera Árabe, que culminó con el derrocamiento de las dictaduras ancestrales y crueles en Túnez, Egipto y Libia, Castro tampoco asomó la menor voluntad de impulsar reformas democratizadoras.

Su conservadurismo no se redujo al plano político. También en el ámbito económico exhibió una rigidez de acero.  Las reformas de mercado promovidas por Deng Xiaoping en China a finales de los años 70, o las impulsadas por los dirigentes de otros países comunistas como Vietnam o Camboya, tampoco modificaron los petrificados criterios del máximo líder de la Revolución Cubana.

¿De dónde sacar, entonces, que el Dr. Castro Ruz fue un gran visionario hasta el final de sus días? Luego de este apretado e incompleto relato, la única conclusión que puede extraerse es que después de su estadía en la Sierra Maestra, Fidel Castro se convirtió en un conservador contumaz que reaccionaba con horror frente a todo proceso de cambio desatado en cualquier lugar de la tierra, y que él considerara un riesgo para su anquilosado sistema de partido y líder único, endiosado por unas masas sometidas a la férula de un aparato de seguridad sanguinario y presente hasta en las rendijas más profundas de la isla antillana.

Castro será juzgado sin piedad por los historiadores del futuro, una vez que la desmesura haya pasado. No será suficiente considerarlo un “personaje histórico”. Mussolini y Hitler también lo fueron, pero a nadie se le ocurre sostener que su paso por este mundo fue fructífero. Fidel Castro pudo haber sido una esperanza redentora para Latinoamérica y, especialmente, para la hermosa isla antillana. Sin embargo, se convirtió en su peor castigo. Hundió a Cuba en la más cruel de las miserias y en una inmensa cárcel durante una etapa en la cual el mundo experimentó cambios democratizadores y modernizantes espectaculares.

@trinomarquezc



LA HISTORIA Y LA ABSOLUCIÓN

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             Américo Martin

¿Lo absolvió la Historia? Sus incondicionales juran que sí y sus detractores –seguramente muchos más de los que alguna vez fueron- se baten por la negativa. En mi caso y en el de otros, la respuesta merece unas consideraciones previas, y la primera es que, en puridad y por fortuna, ni en el peor de los momentos nos sujetarnos del todo a ideologías intocables, partidos únicos o caudillos providenciales. Pese a estar inmersos en el dogma, muchas veces presentamos perfiles propios, lo cual desde luego no nos exime del disparate en que incurrimos.

Adquirimos nuestras convicciones actuales a lo largo de años intensos. Fue el resultado de rupturas padecidas en medio de esfuerzos de esos que no toleran respuestas ligeras o tajantes. Para decirlo con un manierismo propio de Carlos Marx, “la praxis” nos indujo a asumir con patética pasión lo que más tarde la misma “praxis” nos aconsejaría tachar de falso. Marx distinguía entre “prácticos” (gente de acción) y “teóricos” (gente de pensamiento) pero para efectos de su postulado rupturista y revolucionario optó por el concepto de “praxis”, que viene a ser una simbiosis entre el hacer teórico y el hacer práctico. El marxismo, el fidelismo fueron, pues, compromisos completos -de honor, diría- entre  pensar, sentir y hacer. De allí su arraigo. Como alguna vez dijera Emilio Castelar, el gran orador republicano del siglo XIX refiriéndose a las exageraciones desatadas  por la caída de los borbones:

-No sabían pensar, no sabían sentir.

A mi viejo amigo Antonio García Ponce le escuché explicar cuán difícil le resultó desprenderse del marxismo-leninismo

-      Fue como sacarse un chip metido hondamente en la cabeza. Y a ti te pasó lo mismo, Américo.

No se ha estudiado cual merece la forma como el marxismo, el fidelismo, el leninismo, el maoísmo configuraron el pensamiento y la acción de las juventudes hemisféricas que recibieron con júbilo la victoria de la revolución cubana. Los audaces “barbudos” trazaron una pauta en el vasto mundo del subdesarrollo. La pasión predominó sobre la razón, el corazón sobre el cerebro. Era la fallida hora de los “hot heads”, la hora en que la ardiente pasión se escapó del corazón para adueñarse de las cabezas, colocando bajo sospecha la fría y reflexiva razón. La voz de la experiencia convertida en eco inaudible y remoto. Por desgracia no será la última vez.

El fidelismo insinuaba más que proclamaba un sincretismo religioso. Evocando a Moisés, Fidel descendía de la montaña con las tablas de la Ley. Fidel y sus 12 apóstoles, que no fueron 12 sino muchos más, recordaría a los acompañantes de Cristo. Las barbas bíblicas, cuyo significado místico, según Azimov, es el de la luz de los rayos solares, la desaprensión en el comportamiento; todo nos hablaba de un fenómeno telúrico-milagroso, irrisoriamente  asociado al socialismo “científico”. Ciencia extrañamente mesiánica, esa. Era la entrada de la efímera confluencia cristiano-marxista y de la Teoría de la Liberación con el rostro de Camilo Torres. Un producto intelectual latinoamericano, que el Papa Juan Pablo II puso fuera de la órbita de la fe.

Fidel encarando a la primera potencia del mundo en nombre de 400 millones de latinoamericanos parecía romper la parsimonia de los partidos tradicionales. La socialdemocracia, la democracia cristiana y los Partidos Comunistas latinoamericanos sufrieron severas desgarraduras.

Cuando el caudillo emergente proclamó que la Historia lo absolvería, nadie le reprochó en voz alta tamaña muestra de egolatría. En sus palabras predominaba el reto a las potestades mundiales y la apariencia del despertar de la democracia en un subhemisferio durante mucho tiempo sometido por dictaduras militares clásicas.  El Fiscal pidió 20 años. En esguince que convirtió en marca de fábrica, el brioso reo pasó de acusado a acusador. Citando a Montesquieu rompió lanzas por la división y equilibrio entre los poderes. Refiriéndose a sí mismo, clamó que fue un rebelde para el noble propósito de restablecer la Constitución de 1940, tan pisoteada por la dictadura de Batista como aceptada por todas las corrientes del pensamiento existentes en la Isla. De nacionalizaciones, solo dos: electricidad y teléfonos. Con frases para el bronce, deslizó un programa satisfactoriamente democrático –ni una sola mención al socialismo- y  una promesa que aplastaron los paredones:

-      Para mis compañeros muertos no clamo venganza. No es con sangre como pueden pagarse las vidas de los jóvenes que mueren por sus pueblos

Implantar una dictadura perpetua, llenar las cárceles de presos, meter cultura y educación en un puño, establecer una ideología única, hundir la economía y las instituciones que fieramente defendieron tantos valientes cubanos; y -pese a la caída del Muro- morir aferrado a una utopía cuya falacia reconoció, no tiene absolución posible. Ya puede anticiparse que el dictamen de la Historia le será muy desfavorable, muy duro. ¿Reconoció la inaplicabilidad del socialismo? Desasido plenamente del mando y quizá con piquete contra sus sucesores, confesó que el modelo cubano no le sirve ni a los cubanos

Raúl anuncia su retiro en 2018. Quizá civiles sin historia guerrera asuman el tímido viraje del VI Congreso.  Díaz Canel, Murillo o Alarcón, deberían reflexionar sobre tres modelos viables: López Contreras (Venezuela), Adolfo Suárez (España) y Balaguer (República Dominicana). Favoritos de los feroces dictadores Gómez, Franco y Trujillo, restablecieron la democracia en lugar de repetir a los sepultados caudillos. A ellos, por eso, los absolvió la historia. A Maduro, en cambio…

-      Usted se parece a López Contreras, le digo a Adolfo Suárez cuando pude hablarle en Madrid.

-      ¡Hombre¡ ¿Y quién es López Contreras?

-      El Adolfo Suárez de Venezuela.
LA MUERTE DEL DINOSAURIO

ANDRES HOYOS

EL ESPECTADOR


Tengo edad suficiente como para haber pertenecido a una de las últimas oleadas engañadas por el mito barbado. Me aprendí las canciones de Carlos Puebla y no me espantaba ni siquiera la truculencia de la Nueva Trova cubana (“la era está pariendo un corazón”). Llegué a llamar “gusanos” a los exiliados de Miami y recité las “bondades” del régimen: la supresión del analfabetismo (ya era bajo en 1959), la universalidad del sistema de salud y la buena calidad de la educación. No se me ocurrió preguntarme para qué sirve tener salud y educación si después el Estado se te sienta encima y no te deja respirar. Muchos nos creímos eso del “hombre nuevo”. Pues bien, tras 57 años de dictadura el hombre nuevo es una criatura humillada, a la que no le faltan ganas de fugarse de su propio país.
La tan cacareada óptica de las “lecciones de la historia” aplica aquí. Si un régimen va camino a grandes logros, tal vez se olviden las tropelías que comete para llegar allí; si va camino a la ruina, sus crímenes resultan doblemente reprochables. La Revolución cubana importa sobre todo por lo que prometió y no entregó. Fidel Castro era un hombre lleno de talentos y capacidades. Por eso mismo, su megalomanía y su crueldad hicieron tanto daño. Una cosa es segura: quienes lo elogian desde afuera nunca tuvieron que someterse a los vejámenes de su dictadura.
La perniciosa noción de “nos obligaron” se usó en Cuba antes que en otras partes. Cuba, nos dicen, se volvió comunista obligada por embargo gringo. El embargo fue, en efecto, una estupidez monumental que sostuvo a Castro en el poder y le permitió hacer todavía más daño, pero no lo obligó a nada. La dura realidad es que el dinosaurio pasó del fidelismo al comunismo con naturalidad y, sobre todo, sin mirar atrás.
Al centro de la antidemocracia suele estar la violencia. Fidel Castro no inventó la lucha armada, claro que no. Lo que sí hicieron él y el Che Guevara fue simbolizarla y ponerla de moda. Esto es algo que ningún colombiano o latinoamericano con una pizca de autoestima les podrá agradecer jamás.
El último regalo envenenado que nos dio el dinosaurio a los latinoamericanos antes de morir fue enseñarles a Chávez y a sus huestes los trucos del Estado policial. Cuentan que Castro le enviaba babalaos al supersticioso y crédulo excoronel para manipularlo mejor. Mucho se habla de los avances cubanos en medicina, pero pocos mencionan la refinadísima técnica represiva que aprendieron del Bloque Soviético y que les permitió sobrevivir no ya al catastrófico “Período especial”, sino a todo lo demás. Dicho esto, no creo que el régimen salga incólume de la muerte de Fidel Castro, a menos que Trump cumpla sus estúpidas amenazas y entregue la isla en bandeja a Raúl Castro y su combo.
En todo caso, yo me quedo con la Cuba de los vivos, pese a lo maltrecha y vapuleada. Estoy seguro de que lo que la mayoría de los cubanos siente ahora es alivio. La lección, por si hacía falta, es que no hay dictadura buena, así venga llena de canciones y sea elogiada por intelectuales, escritores y artistas incautos. Esta lección, sin embargo, no parece aprendida todavía en este subcontinente propenso a las contorsiones ideológicas.
PS: Si usted vive en Bogotá o Medellín, lo invito este fin de semana a los dos conciertos que los malpensantes tendremos con la gran diva del tango, Adriana Varela.

andreshoyos@elmalpensante.com, @andrewholes
LUIS PEDRO ESPAÑA: "LO DEL HAMBRE ES SERIO, UN TERCIO DE LA POBLACIÓN PIDE PARA COMER"


AHIANA FIGUEROA

EL ESTIMULO

Pocas esperanzas por la posibilidad de que la situación política y económica mejore para 2017, es la percepción que tiene la mayoría de los venezolanos de acuerdo a una encuesta realizada por la Universidad Católica Andrés Bello.
El director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, Luis Pedro España, indicó que para 50,1% de los venezolanos no se está solucionando el problema de la escasez, mientras que 40,3% de los que se definen ser de una tendencia oficialista señaló que el desabastecimiento se solucionará en los próximos meses.
Resaltó además que 68,3% de los encuestados dijo haber pedido dinero prestado a un familiar o amigo para comprar alimentos, mientras que 36% señaló haber vendido algo para llegar a fin de mes y 8% afirmó haber recogido comida de la basura.
“Lo del hambre es serio, un tercio de la población pide para comer”, acotó España en el foro Venezuela entre el cambio y más de lo mismo Escenarios 2017, organizado por la firma Ecoanalítica.
De acuerdo a los consultados, los productos que menos se consiguen son la harina de maíz (Harina Pan), el arroz, la mantequilla y la pasta.
Recalcó el sociólogo que la crisis económica en Venezuela ha generado una caída de 80% en los ingresos de los venezolanos  y ha empobrecido a más de la mitad de la población. “Ningún país de América Latina tiene los niveles de pobreza que tiene Venezuela porque ningún país tiene los niveles de inflación y de recesión que tiene actualmente el país”.
De acuerdo al estudio presentado por España, 8 de cada 10 venezolanos dijo que la situación es muy mala. “El gran consenso nacional es que el país está mal, para el 62,1% a Venezuela le va muy mal“.
Ante la consulta sobre qué harán durante la Navidad, 9 de cada 10 venezolanos dijo que lo pasaría en casa, mientras que para 38,5% de los encuestados las fiestas navideñas estarán peores que las del año pasado.
Autobús al fondo de un barranco


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Me comparo con los compañeros de oficio, los muchos articulistas que todavía, ¡gracias a Dios!, animan el periodismo mundial, y me achico, avergonzado, porque soy todo menos el sesudo y atinadamente predictivo analista que me gustaría ser. Ahí tiene usted el asunto que por estos días acapara la atención mundial: la muerte de Fidel Castro. ¡Y yo sin nada que decir!
Muere un hombre que le ha jodido la vida a millones de seres humanos, un hombre excepcional, sin duda, una figura que no desluce, en cuanto a crueldad, como cofrade de Stalin y Mao, y me encuentro con que no tengo nada que opinar, al menos nada que llene un artículo de tan solo 600 palabras. Lo peor es que no puedo siquiera consolarme pensando que la vaina me ha tomado por sorpresa: “el caballo” estaba, desde hace años, “mascando el agua”, como suele decirse en Venezuela. Me recrimino porque, siendo así, he podido mostrarme más previsivo y hace tiempo he debido emborronar notas para el previsible comentario póstumo. Pero, no; ¡nada!
Tan solo una imagen me viene a la cabeza al pensar en la muerte de Fidel Castro y en la Revolución cubana. Es la de un viejo autobús lleno de gente, caído sobre su techo, las ruedas aún girando tras rodar al fondo de un barranco. Los contados sobrevivientes escapan por las ventanillas y se alejan del colectivo a punto de estallar, gateando de prisa entre las breñas, ensangrentados y aullando de dolor. Releo lo anterior y me digo que, una vez más, abandonarse a la escritura automática puede rendir frutos. A mí, al menos, me ayuda a figurarme quiénes somos los latinoamericanos. Esta imagen del autobús al fondo del barranco vuelve a mí cada vez que ocurre algo que, como la muerte de Fidel Castro, me invita a echar un retrospectivo vistazo mental a los muchos hitos de la historia política de nuestra América independiente. Invariablemente, eso es lo único que alcanzo a ver: un accidente carretero, con muchas víctimas sin nombre, y del que nadie se hace responsable.
Me ocurre que, desde niño, tengo un ojo para esa nota de relleno que todos los días (y no es un decir) puede leerse en la página de sucesos de cualquier tabloide latinoamericano. Como cada vez hay menos diarios de papel, lo sé, y por eso la nota se ha mudado a los medios digitales: un colectivo sin frenos, conducido por un ebrio o por un hombre “con problemas personales”. Ese frenético que no ha dormido lo suficiente se las arregla para que un vehículo al que no le han hecho mantenimiento desde hace por lo menos 200.000 kilómetros caiga al vacío desde el voladero que puede ser un puente sin defensas o una curva resbaladiza y en pendiente.
La retórica de nuestros adalides y próceres, desde Gaitán y Perón hasta Castro y Chávez, recurre en aquello de “subirse al autobús de la Historia” que, como dice la canción de don Agustín Lara, pasa solamente una vez. Instan a los desprevenidos a abordar el funesto autobús como si declamasen aquel verso de Hebbel que recomienda estar atentos a reconocer al “auriga de nuestra estrella”.
La atávica aquiescencia latinoamericana para con los “hombres fuertes” seguirá, me temo que aún por mucho tiempo, rindiendo culto a los sangrientos visionarios del volante quienes, so pretexto de vencer la injusticia, abatir la pobreza y combatir el imperialismo yanqui, conducen colectivos llenos de gente que, entonando himnos y consignas, corren derechito al despeñadero de lo que, entre nosotros, nos gusta llamar Historia.

martes, 29 de noviembre de 2016

CASTRO FUE TODO MENOS UN VALIENTE

ANDRES OPPENHEIMER

MIAMI.- No es elegante criticar a alguien que acaba de morir, pero viendo los mensajes de jefes de Estado de todo el mundo que exaltan la supuesta valentía del fallecido líder cubano Fidel Castro, hay que decir la verdad: Castro fue todo menos un valiente. Por el contrario, fue un cobarde.
En primer lugar, fue un cobarde porque no permitió elecciones libres en 57 años, desde que asumió el poder, en 1959. Sólo alguien que tiene miedo de perder no se anima a medirse en elecciones libres.
En segundo lugar, Castro fue un cobarde porque nunca permitió un solo diario independiente o estación de radio o TV no gubernamentales. Sus críticos ni siquiera tenían acceso a los canales oficiales. Era como si no existieran.
Castro daba la enorme mayoría de sus entrevistas a periodistas, modelos o figuras deportivas que le rendían pleitesía. Y las pocas entrevistas que dio a los periodistas serios fueron monólogos, en los que él habló todo el tiempo.
El temor de Castro de perder su imagen omnipresente de máximo líder era tal que había prohibido a los medios hablar sobre su vida privada. Tenía que ser retratado como un semidiós que había sacrificado su vida para el bien público. Durante décadas, el nombre de su esposa y sus hijos fueron un secreto de Estado.
En un viaje a Cuba a principios de los años 90, un periodista del diario Juventud Rebelde me dijo que había sido reprendido por su jefe por tratar de publicar una foto de Castro cenando. El comandante nunca podría ser mostrado comiendo, me dijo el periodista.
Incluso las circunstancias de la muerte de Castro pueden haber sido un montaje gubernamental: los medios oficiales cubanos dicen que murió el 25 de noviembre, que es el mismo día en que Castro y sus guerrilleros salieron del puerto mexicano de Veracruz en el yate Granma, en 1955, para iniciar su insurrección armada en Cuba. ¿Habrán trucado la fecha de su muerte para mostrarla como un viaje heroico hacia el más allá?
Tercero, Castro fue un cobarde porque no permitió ningún partido político independiente. Según la Constitución cubana redactada por Castro, sólo el Partido Comunista -que él presidió durante décadas- está permitido en la isla.
Castro usó el embargo comercial estadounidense como una excusa para prohibir partidos políticos independientes o la libertad de reunión. Incluso después de que entregó la presidencia a su hermano Raúl, aunque siguió siendo una poderosa figura detrás de bambalinas, el régimen cubano intensificó la represión a la oposición pacífica, a pesar de la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba que inició el presidente Obama en 2014.
Según la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional de Cuba, un grupo no oficial, los arrestos políticos documentados se han disparado de 6424 en 2013 a 9125 en este año.
En cuarto lugar, Castro fue un cobarde porque nunca permitió a las instituciones financieras internacionales monitorear o verificar las alegres estadísticas económicas de su gobierno. Castro se jactaba de que Cuba redujo la pobreza y mejoró la salud y la educación, y gran parte de la prensa internacional se lo creyó sin cuestionamientos. Pero, a diferencia de la mayoría de los países, Castro nunca permitió que el Banco Mundial u otras instituciones internacionales creíbles realizaran estudios independientes en la isla.
En quinto lugar, Castro nunca permitió a organizaciones internacionales de derechos humanos llevar a cabo investigaciones in situ sobre los abusos contra los derechos humanos. Según el grupo de investigación Cuba Archive (cubaarchive.org), Castro fue responsable de 3117 casos documentados de ejecuciones y 1162 casos de ejecuciones extrajudiciales. En cualquier otro país, habría sido declarado un criminal de guerra.
Lo siento, pero no me impresiona para nada la narrativa convencional de que Castro fue un valiente revolucionario que desafió a 10 presidentes de Estados Unidos y sobrevivió a innumerables intentos de asesinato.
Los líderes valientes son aquellos que tienen el valor de competir con otros en elecciones libres. Castro era un cobarde que nunca se atrevió a permitir que su gente ejerciera sus derechos básicos y que condenó su isla a la miseria.
Su muerte tendría que ser un recordatorio de que no hay tal cosa como un dictador bueno. Ya se trate de un autócrata derechista como Augusto Pinochet o de un izquierdista como Castro, todos los dictadores son malos y, en el fondo, cobardes.

Encuestadores Afirman Que Los Venezolanos No Tienen Fe En El Diálogo


La gran mayoría de los venezolanos no tiene fe en que el diálogo sea una salida para los problemas de la población, señaló Félix Seijas, director del Instituto Delphos. “Consideran que el gobierno jamás cederá en los puntos neurálgicos para destrancar el juego”. Su opinión coincide con la de otros especialistas que advierten, además, que una parte importante de los opositores ve como un error la suspensión de las acciones de calle y desde la Asamblea Nacional. “La mayoría lo resiente y cree que se perdió un tiempo valioso y que ese hecho decretó la muerte del referéndum revocatorio en 2016”.
Seijas precisó que en los sectores C y D sí se ve como una vía expedita para solucionar la situación económica. Especificó que la oposición se divide en partes prácticamente iguales entre quienes creen que debe considerarse el diálogo como una opción, aunque en la práctica no sirva de mucho, y aquellos que piensan que la Mesa de la Unidad Democrática no debería sentarse. “Ahora bien, de estos últimos los que piensan que la MUD es incapaz e incluso traidora son minoría”.
Reveló que el nivel de confianza en los dirigentes de la oposición disminuyó desde que se sentó en la mesa de diálogo, mas no el apoyo electoral. Tampoco logró identificar un actor político opositor que se haya beneficiado con el diálogo. “Quienes participan en la mesa son vistos con recelo”.
A su entender, la gran mayoría de las personas percibe desunión en la coalición opositora. “El sentimiento general es de desconcierto. Por tanto, si la alianza opositora no muestra cohesión, así como victorias concretas en el diálogo, y no mejora en el tema comunicacional, el sector ‘ninguno’ debe seguir aumentando y volviendo más frágil el apoyo electoral de la MUD y su capacidad de convocatoria”.
Marcos Hernández López, director de Hercon Consultores, coincidió en que la percepción del diálogo en los opositores es negativa. “La mayoría advierte una ganancia estratégica-situacional de un gobierno agotado, sin proyección de gestión eficiente, pero que le ha permitido ganar tiempo para conservar el poder”.
Indicó que las dos reuniones realizadas por la mesa del diálogo no han producido las señales que espera el 80% de los venezolanos. Destacó que la MUD debe fijarse plazos para decidir si continúa en este proceso. “Se está jugando su credibilidad, liderazgo y su trascendencia como actor para el cambio político en este complejo momento histórico. El 6 de diciembre (fecha de la próxima reunión) debe haber un resultado concreto en cuanto al cronograma electoral y los presos políticos”.
Aseguró que el gobierno baraja fórmulas estratégicas que le permitan dividir a la oposición y debilitar los liderazgos como, por ejemplo, presentar a Voluntad Popular como el ala radical y a Un Nuevo Tiempo como el conciliador, pero traidor a la MUD. Lo mismo intenta con Henri Falcón, quien repuntó en los sondeos de su encuestadora, ubicándose como la cuarta opción en unas eventuales primarias con 8,8%, detrás de Leopoldo López (25,1%), Henry Ramos Allup (13,6%) y Henrique Capriles (11%).
“La MUD no debe perder de vista que su objetivo es salir del gobierno, que la paciencia es limitada en un contexto nacional lleno de ansiedad”, recalcó el director de Hercon Consultores.
Relevante desmovilización
Edgard Gutiérrez, coordinador de Venebarómetro, subrayó que lo que se percibe en la opinión pública es muy claro: desconcierto y frustración, por lo que con respecto al futuro cree que la oposición deberá afrontar lo que pudiera ser una relevante desmovilización de sus electores. “Ya esos efectos los hemos vivido: ante escenarios de derrota como los de 2012 y 2013, la abstención conspira contra las oportunidades de los candidatos de la MUD. Debe explicarse muy bien la nueva estrategia para que la gente se mantenga firme y movilizada”.
A su juicio, la tensión social aumentará, pero todavía no es claro cómo la oposición capitalizará ese descontento. “No hay evidencia hoy que sustente que la gente piense que se hipotecó la voluntad popular, pero podemos partir de la premisa de que si la oposición no alcanza lo prometido puede ser el inicio de un proceso de desmovilización que va a costar mucho cambiar. Ese es uno de los retos en lo inmediato para la dirigencia opositora, que hoy es cuestionada y que deberá revisarse a profundidad”.
Para el coordinador de Venebarómetro, los liderazgos más duros, como el de María Corina Machado, podrían salir beneficiados a mediano plazo, solo si proponen una ruta alternativa de conducción política. “Los liderazgos que apoyaron el diálogo podrían definitivamente irse a la baja”.
El dato
Hinterlaces es la única encuestadora cuyos resultados indican que la población está a favor de las negociaciones entre gobierno y oposición. Un trabajo de campo hecho entre el 4 y el 15 de noviembre mostró que 79% de los venezolanos está de acuerdo con que haya diálogo.
¿ESTADO DELINCUENTE O NARCOESTADO?


CARLOS TABLANTE

La expresión narco-Estado ha tomado fuerza a raíz del veredicto que por unanimidad emitió una corte de los EEUU contra los sobrinos de la pareja presidencial por narcotráfico.
Más que un narco-Estado nosotros consideramos que Venezuela es un Estado delincuente, como lo hemos dicho desde la publicación del libro homónimo en 2013.
Utilizar el término narco-Estado de manera simplista es un error, frente a un problema tan complejo como el tráfico internacional de drogas que es un delito que no tiene fronteras por lo que no se puede hablar de países víctimas o victimarios. Colombia sigue siendo el principal productor de cocaína, EEUU, el mayor consumidor y México el lugar donde operan las peores organizaciones criminales de narcotráfico. Venezuela continúa como país puente con un significativo aumento del consumo que se vincula a otras actividades delictivas.
Esa tercera frontera que existe entre Colombia y Venezuela, donde conviven diversas actividades criminales como el secuestro, la extorsión, el contrabando y otros ilícitos, tiene su base principal de apoyo en la corrupción política a través de información privilegiada, sobornos, tráfico de influencias, etc. Una prueba de ello, es que el contrabando de gasolina se realizaba con la complicidad de efectivos militares. Lo mismo ocurre con el tráfico de drogas. Las fronteras de Venezuela están controladas por la delincuencia organizada y su brazo ejecutor son algunos efectivos de la FAN que se van rotando en las responsabilidades de comando en puntos claves del territorio, generando así poderosas alcabalas que permiten el libre desenvolvimiento de los grupos delictivos a cambio del pago de peajes. Prueba de ello es el caso de Walid Makled que logró penetrar las más altas esferas del poder y que a pesar de los gravísimos señalamientos que ha hecho en cuanto a nexos y complicidades, nada de ello se ha aclarado.
A esto hay que añadir la presencia de las FARC y el ELN y otros grupos paramilitares y la acción de las BACRIM (bandas criminales emergentes de Colombia) que, en la medida que ven reducidos sus espacios en territorio colombiano, realizan un trasvase hacia Venezuela.
Mientras el foco de la represión policial y judicial se dirige contra los consumidores, la mayoría presos sin recibir ningún tratamiento como lo prevé la ley al considerarlos enfermos, los grandes traficantes se mueven con absoluta impunidad porque poseen el poder del dinero.
Si revisamos las cifras del MP veremos que, por ejemplo, en 2010 se registraron 17.090 casos de detenciones por posesión de drogas (en su mayoría consumidores pobres) y por el contrario se realizaron solo 32 aprehensiones por tráfico de drogas.
Es decir, más del 80% de los expedientes por drogas son por consumo donde no hay dinero para comprar protección policial y judicial. No hay una política de Estado de prevención social integral y de tratamiento y rehabilitación, ni tampoco de represión efectiva, es decir, el Estado de lo ilegal se ha hecho más fuerte y se tragó al Estado de Derecho, lo que hemos caracterizado como un Estado delincuente donde una de sus peores marcas es lo que algunos, debido a los últimos acontecimientos, llaman narco Estado.
La corrupción política y la impunidad se han adueñado del país y el autócrata, llámese Chávez o Maduro, han impuesto desde el liderazgo hiper presidencialista un modelo de pensamiento único, de partido único, donde el Estado es el partido y el partido es el Estado.
En esa relación perversa se ha sustituido el Estado de derecho, la legalidad y el orden constitucional por un Estado delincuente (cleptocracia o kakistocracia) que es lo que hemos caracterizado como una mezcla entre el Estado forajido (violador de leyes y tratados internacionales) y el Estado fallido (el que no satisface las necesidades básicas existenciales de la población), lo cual está más que evidenciado en la terrible escasez de medicinas y alimentos, la violencia e inseguridad desbordadas y en general, el colapso institucional que todos padecemos.
Las llaves que le abren la puerta al tráfico de drogas en Venezuela son la corrupción política y la impunidad. El narcotráfico es un componente importante de las actividades delictivas del país, más no el único. En nuestra opinión, el principal es la corrupción política, en la cual se licúan los diversos intereses en base a una relación perversa entre lo ilegal y lo legal. En Venezuela no hablamos de carteles ni de mafias ni de estructuras rígidas porque lo que existen son redes que se relacionan de manera horizontal y vertical, que se hacen y se deshacen de acuerdo a la dinámica del delito en cada caso.
Sin embargo, destacamos la presencia de una especie de partido militar que se ha convertido en una casta corrupta que tiene el control de todas las instituciones desde las que se resguardan las fronteras, los puertos y aeropuertos, hasta las que manejan las finanzas públicas. Es decir, si ha habido empresas de maletín responsables del saqueo cambiario es porque han contado con la complicidad de la GN y el Seniat. La misma ruta y modus operandi utilizadas en este esquema para defraudar al país, seguramente se ha usado también para el tráfico internacional de drogas.
Los sobrinos de la pareja presidencial entraron en el negocio del tráfico de drogas precisamente de la mano de la corrupción política: información privilegiada, sobornos, tráfico de influencias y cobro de comisiones a contratistas y proveedores del Estado, en especial, Pdvsa. Una evidencia más de la corrupción política en el caso de los sobrinos es el contrato otorgado por PDVSA de más de 132 millones de dólares al empresario Wilmer Ruperti y que esté a su vez asumiera el pago de los costosos abogados de la defensa.
Aprovecho para alertar a la pareja presidencial sobre los presuntos vínculos con actividades ilícitas de otros familiares cercanos. Se menciona insistentemente a Nicolás hijo y a otro sobrino, Carlos Erik Malpica Flores, de ser gestores de tráfico de influencias y otras acciones reñidas con la ética pública.
El tráfico internacional de drogas y los homicidios son las caras más visible del maridaje entre la corrupción política y la delincuencia organizada. Las redes delictivas se han apoderado de las principales ciudades. Un ejemplo es la situación de las cárceles del país donde los grupos dirigidos por los denominados pranes coordinan y ejecutan las más diversas y horribles actividades, la mayoría de ellas relacionadas directa o indirectamente con el tráfico de drogas, desde prisiones convertidas en guaridas.
En el proceso de transición y cambio que vive Venezuela hacia un nuevo gobierno, urge tomar medidas como la reforma del Estado, dándole prioridad al sistema de justicia para dotar al país de un verdadero Poder Judicial autónomo, idóneo y capaz de ofrecer seguridad jurídica a todos. Una verdadera carrera judicial que sustituya a los jueces provisorios por jueces titulares respetables. Leyes de financiamiento de partidos políticos y campañas electorales para evitar que el financiamiento con dinero ilícito privatice la política y la someta al dominio perverso de la delincuencia organizada. Creación de un cuerpo policial de élite para la investigación de la delincuencia organizada, sobre todo, para rastrear, ubicar y confiscar los bienes patrimoniales relacionados con el delito. Una unidad de análisis e inteligencia integrada por profesionales idóneos bien remunerados de distintas disciplinas, representantes del BCV, Tesorería, Pdvsa, ministerio de Finanzas, SUDEBAN, entre otros, con recursos suficientes para quitar a las organizaciones criminales su principal fuente de energía y oxígeno que no es otra que el dinero producto de sus actividades criminales.
Docencia social y escenarios sorpresa

Angel Oropeza

Una vez que el gobierno decide suspender el referéndum revocatorio y cualquier válvula de escape electoral a la crisis, ¿qué cree que puede o debe hacer usted ahora?
La pregunta la hicimos en un estudio nacional que acaba de realizar la UCAB como parte de una investigación sobre actitudes de los venezolanos hacia su país y su realidad política. Las respuestas obtenidas obligan a una necesaria reflexión: 24,4% de los encuestados cree que no pueden hacer nada; 20,2% opinan que lo mejor es seguir las instrucciones de la MUD sobre lo que hay que hacer; 23,4% afirma que se dedicará ahora a sus cosas personales, y 25,3% no sabe o prefiere no contestar. Hay además 2 porcentajes marginales de respuestas: 5,2% que dice estar dispuesto a ir a la calle a enfrentar al gobierno y no moverse de allí hasta que Maduro se vaya, y un escuálido 1,5% que piensa celebrar porque el gobierno sigue mandando.
Si bien es importante que uno de cada cinco venezolanos está a la espera de directrices por parte del liderazgo democrático sobre qué hacer ahora, proporción de suyo bastante aceptable, no deja de llamar la atención que tres de cada cuatro, frente al escenario actual, no tengan respuestas, crean que no pueden hacer nada o piensen ingenuamente que pueden escapar de él escondiéndose en sus propios asuntos.
La investigación además arrojó, entre otros, 2 datos que merecen ser resaltados. Por una parte, ya alcanza a 93% la población que opina que su país está mal o muy mal. Pero además, un altísimo 78% piensa que ellos y su familia, en lo personal, también lo están. Hay que recordar que este dato sobre percepción de malestar propio se ha encontrado en la literatura sobre crisis sociales como un indicador peligroso de conductas antinormativas y violentas. Y si bien nadie ha podido nunca predecir eso que llaman “explosiones sociales”, dada la multicausalidad de factores que concurren en su aparición, lo cierto es que en nuestro país se está jugando a acumular mucha paja seca cerca de la chimenea.
Un venezolano así, que cree que su país está mal pero él también, y al que le cierran las válvulas para escapar de la crisis, se vuelve conductualmente un acertijo. ¿Cómo podría reaccionar si su situación de deterioro continúa, como es seguro que ocurra, y no se le abren opciones?
Al menos dos escenarios son posibles. Uno, que la desesperanza termine por agotar su capacidad de lucha y resistencia, y dé paso al acostumbramiento y la resignación ante lo que termina por considerar inevitable y superior a sus fuerzas. Este escenario, si bien es posible, no parece tan probable en el corto plazo, dadas las altas cifras de conflictividad social que se mantienen, retando incluso la tendencia histórica a disminuir en los últimos dos meses del año.
El otro escenario es la adopción de conductas anárquicas y violentas por parte de sectores de la población, como reacción desesperada y catártica ante la invisibilidad de opciones para superar su desamparo y su calvario. El riesgo de este tipo de respuestas, especialmente cuando ocurren de manera desordenada y sin norte, es que terminanen contra de la propia gente, y justificando la represión del gobernante y su eventual fortalecimiento.
Por supuesto, existe un tercer y deseable escenario, en el cual el descontento y la presión popular se conjuguen con el resto de las modalidades de la lucha política para que su efecto se potencie en términos de utilidad y fuerza. Pero recordemos que, de acuerdo con lo encontrado, tres de cada cuatro de los venezolanos no sabe muy bien qué es lo que habría que hacer para superar la crisis, y mucho menos cree que él pueda hacer algo.
Frente a este venezolano sufriente y confuso, es entonces prioritario asumir una estrategia apremiante de docencia social para darle direccionalidad política a este descontento, ofrecer una hoja de ruta creíble para la lucha con sentido, y tratar de canalizar la rabia para que no se devuelva contra la propia gente. Este es el reto más urgente de quienes no quieren jugar a escenarios sorpresa.

lunes, 28 de noviembre de 2016

LOS CUATRO PRINCIPIOS

EDUARDO FERNANDEZ

En un artículo anterior mencioné los cuatro principios o criterios de discernimiento, que inspiran al Papa Francisco: “El tiempo es superior al espacio”. “La unidad es superior al conflicto”. “La realidad es superior a la idea”. “El Todo es superior a la parte”.

El espacio es limitado. Venezuela, por ejemplo, es un país que cuenta con un poco menos de un millón de kilómetros cuadrados. Tenemos un espacio limitado. No sabemos desde cuando existe este espacio limitado que se llama Venezuela. Tampoco sabemos hasta cuando existirá. El tiempo es una dimensión superior al espacio. El tiempo es infinito, el espacio es limitado.

El segundo principio es: “la unidad es superior al conflicto”. Desde hace casi 20 años en Venezuela se ha impuesto la cultura del conflicto, de la confrontación; la estrategia del grupo que asumió el poder en 1999 ha sido la de privilegiar el conflicto por encima de la unidad. El propósito ha sido dividirnos entre buenos y malos hijos de la patria. Los buenos serían los que apoyan al gobierno. Los malos, los que adversamos al gobierno. “La unidad es superior al conflicto” y ojalá, un futuro gobierno que pudiera suceder al actual, tuviera en cuenta ese principio tan fundamental. Los países que tienen éxito son los que promueven consensos. Los países que fracasan son los que privilegian la confrontación.

“La realidad es superior a la idea”. A finales del siglo pasado fracasó en Venezuela el ensayo de una receta neoliberal. En los años que han transcurrido del siglo XXI se ha intentado aplicar un modelo socialista-marxista que también ha fracasado. Y es que “la realidad es superior a la idea”. No se puede pretender imponer ideas que desconozcan las realidades. La realidad terminará siempre prevaleciendo sobre la idea.

Finalmente, “el todo es superior a la parte”. Observo que la polarización gira entre dos “partes” que han dejado de lado al “todo”.

De un lado, un grupo aferrado al poder que solo considera su interés parcial de mantenerse en el poder. De otro lado, unos cuantos grupos asociados para superar sus debilidades, que solo parecen interesados en sus proyectos de poder partidistas o personales. Nadie parece estar pensando en el “Todo” que es Venezuela.  Todos parecen estar obsesionados por la “parte” que representa el proyecto particular de cada uno de ellos. Y, como dice el Papa Francisco, “el Todo es superior a la parte”. Venezuela es superior a los proyectos parciales del gobierno o de la oposición.

Seguiremos conversado.

Eduardo Fernández
@EFernandezVE
UNA PEQUEÑA PROPUESTA

LEONARDO PADRÓN

Un día de silencio. Eso quisiera proponer. Un día de abstinencia verbal. Un momento de introspección política. Una jornada de reflexión. Que afuera quede el rumor, los dicterios, la voz reactiva, el disparo desde la cintura. Que callen por 24 horas los discursos encendidos, la arrogancia, la estridencia. Incluso las voces asertivas. Que la lucidez se convierta en pausa. Tanta sabiduría, que se oculte un poco. Total, ya nadie entiende nada. Ya todo clama por su propia inutilidad. La confusión y el desconcierto son los anfitriones de la escena nacional.
Un día para dejar de gritarnos. Un día sin cuchillos en la prosa. Prohibidos los insultos en 140 caracteres. Clausurada la rabia digital. Abajo las emboscadas. Buscar un rincón de reposo. Una almohada contra la furia. Suspendidos los monólogos. Para oírnos, mejor detenernos en una pared blanca.
He aquí nuestra tragedia. No nos estamos dando chance de oírnos adentro. No le vemos la cara directamente a los errores. No nos ocupa procesarlos. Seamos oposición o régimen. Diálogo o anti-diálogo. Preferimos poner más palabras sobre las ya inservibles. Hojarasca y pólvora. Gritos, vituperios, ruido. Nada que sea útil para un país que se rompió en mil pedazos.
Entonces, pedimos encarecidamente, que calle por un día el idioma. Que todo sea pensamiento. Bajen sus armas los opinadores, los articulistas, los blogueros. Que se muerdan el labio los políticos. Que escampen los diputados. Que el TSJ se tome un día libre para acumular su propia basura. Que el presidente conozca esa decencia que es el silencio.
Se impone un momento de repliegue para dejar que hable la realidad. Hagan silencio y escucharán el sonido del hambre (las tripas que crujen, las manos que atacan la basura, la gente que no pide dinero sino algo de pan). Que se escuche solo el grito del enfermo. Que nos llegue nítidamente la voz del médico repitiendo que no hay. Lo que sea que cura, no lo hay. Que tengamos el coraje de oír las balas rompiendo la piel de los nuevos muertos. Que se escuche el petróleo bajo tierra, enloquecido, manoseado, saqueado. Que se sienta la santamaría que baja por última vez y anuncia otra empresa en off. Que se entienda el sonido de las maletas cerrándose para despegar. Que se perciba, en este silencio en cadena nacional, el opio de la depresión colectiva. Apaguemos los micrófonos, las cámaras, abandonemos la zona de wifi. Cierra tu voz. Quedémonos quietos. Shhhhh. 24 horas. Y pensemos.
A ver si así terminamos de entender que hay un país muriéndose. Que no se puede dialogar tanto sin conseguir al menos una palabra que sirva. Mejor callarnos todos un momento, un minuto no, un día entero. Necesitamos recogimiento. Calmar el estruendo. Aplacar los adjetivos. Ver alrededor. Sopesar todo lo que se ha dicho y lo que no se ha hecho. Contemplar con sinceridad el desastre. Ver, entre los escombros, los sacos de injuria de uno y otro lado. La maledicencia general nos cubre. Nos hemos descalificado con saña y capricho. Somos el mambo del odio. La gramática salvaje. Nos hace falta la inteligencia que amerita todo silencio. Para trascenderlo. Y entender que aún la más aviesa dictadura no puede tener una relación tan profesional con la humillación como forma de gobierno sin que los ciudadanos reaccionen. Así sea en el último instante.
Un poco de silencio. Nos haría falta. Para calmar el estruendo como forma de ser. Para lograr de una buena vez, con un tanto de concentración, la coherencia necesaria para sacar a Venezuela de la más oscura de sus pesadillas.
Hacer silencio. Y pensar.
Leonardo Padrón
MUD: Cuba y Venezuela en la era post-Fidel: lo que ha muerto es un sistema!

1) La Mesa de la Unidad Democrática saluda al pueblo cubano en ocasión del fallecimiento de Fidel Castro Ruz, que para todos los cubanos fue durante más de medio siglo referente único y excluyente de poder político en su país, y para muchos fue además sinónimo de fusilamientos, expropiaciones, carcelazos, hambre y persecuciones.

2) Cuba sufre desde hace 60 años y Venezuela desde hace 18 la dominación progresiva de toda la sociedad por un gobierno que en nombre de supuestos avances para las grandes mayorías degrada al ser humano restringiendo libertades de todo tipo. El saldo histórico de ambas realidades es claro: Sojuzgar a un pueblo en nombre de "el pueblo" solo conduce a la tiranía. La dictadura del "proletariado" termina siendo la de un partido, la dictadura del partido termina siendo la de una cúpula y la dictadura de la cúpula deviene en un régimen personalista, corrupto y feroz. 

3) Eso es lo que ha muerto. Ha muerto no solo un sistema socio-económico o una ideología fallida. Ha fallecido el mesianismo, ha muerto la idea misma de que dividir a un pueblo y someterlo por hambre y por miedo puede eternamente garantizar el poder a una cúpula o a un demagogo. Cuba y Venezuela son pueblos hermanos y como tales nos hemos acompañado a lo largo de la historia. Ambos pueblos ven ahora la posibilidad de progresar en paz recuperando los derechos políticos, económicos y sociales que sus respectivos gobiernos les niegan. 

4) Como alternativa de poder en Venezuela la Unidad Democrática tendrá relaciones con el Gobierno que esté a cargo en La Habana. Esperamos que esas relaciones garanticen la soberanía de cada país al tiempo que faciliten la vida en democracia y el progreso sostenido de nuestros pueblos.

Por la Mesa de la Unidad Democrática, 

La Secretaría Ejecutiva

Caracas, 27 de noviembre de 2016