domingo, 11 de diciembre de 2016

EL SOCIALISMO EUROPEO SE HUNDE

ENRIQUE SERBETO

ABC

Matteo Renzi y François Hollande, dos ejemplos de izquierda fracasada

El panorama del PSOE en España no es un caso aislado. En toda Europa, los principales partidos de la familia socialista atraviesan un periodo de graves turbulencias. La socialdemocracia histórica solo resiste -en coalición- en Suecia. En todas partes, incluso en el poder, la izquierda se tambalea cuando no se está desintegrando.

Fin de reinado en Francia

«Menos mal que los periodos presidenciales se han reducido a cinco años, porque si siguieran siendo de siete, sería terrible para el presidente François Hollande tener que aguantar dos años más», comentaba un eurodiputado francés muy próximo al gobierno de París. El presidente de la República que había logrado el sueño de la izquierda francesa de recuperar el Elíseo ha vivido desde prácticamente el minuto uno de la legislatura en una permanente cuesta por la que se han deslizado sus índices de popularidad. Hollande es el primer presidente de la V República que no se presenta a la reelección, ante la certeza de que no tendría la menor oportunidad de pasar siquiera a la segunda vuelta, incluso con la ventaja de manejar la campaña desde el poder. Este gesto ha dejado a la izquierda francesa sumida en una crisis de la que nadie sabe cómo saldrá. Según las encuestas, en las elecciones presidenciales de mayo del año próximo todo se jugará entre el candiato de centro-derecha François Fillon y la de la nacional populista Marine Le Pen. Es decir, el riesgo de que alguien como Le Pen pueda llegar a ser presidenta de Francia se debe a la descomposición de la socialdemocracia, que le ha dejado el campo libre.

Declive en Holanda

En las elecciones de 2012, el Partido Laborista Holandés (PvdA) fue el segundo más votado, con 38 escaños. Su líder, Diederik Samsom, tenía la clave para formar una mayoría de gobierno proeuropea con los democristianos y sus esfuerzos le valieron la recompensa de ser designado el político del año. Pero ese idilio duró poco. Según las encuestas, después de entrar en esa especie de «gran coalición», en la actualidad los laboristas tendrían con suerte unos 12 escaños, menos de la mitad de los que tienen. Y el partido que se anuncia como gran favorito para las elecciones que se celebrarán en la primavera del año próximo es el del Partido por la Libertad (PVV) del euroescéptico y antimusulmán Geert Wilders, que podría ser el más votado con alrededor de 36 escaños. En consecuencia, Samsom ha tenido que poner su cargo a disposición del partido y someterse a una votación que perdió a primeros de este mes. Lodewijk Asscher es ahora el líder y tiene apenas tres meses para recuperar el apoyo perdido.

Tras el «suicidio» de Renzi

En escaños, el Partido Democrático italiano es el más numeroso en el Parlamento de Roma. Pero en las encuestas se sabe que sería superado claramente por los populistas del Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo si hubiera elecciones. La dimisión -a causa de su suicidio político en forma de referéndum perdido- del primer ministro Matteo Renzi es el último episodio desgraciado de un partido que hace tan solo tres años marcaba el ritmo de los socialdemócratas europeos, hasta el punto de obligar a modificar el nombre del grupo parlamentario para distinguir entre «socialistas y demócratas». Renzi impuso varios nombramientos esenciales en Bruselas (la Alta Representante, el presidente del Eurogrupo o el portavoz del grupo parlamentario) y ahora que Italia está en un periodo de zozobra política y financiera, el PD busca un sustituto para hacerse cargo de un liderazgo muy desgastado por la personalidad de Renzi. De la batalla por la sucesión de Renzi puede salir aún más perjudicado. Y si hay elecciones anticipadas, aún más.

Populismo a la británica

Los laboristas británicos perdieron el poder en 2010 después de un largo periodo de gobierno en el que -sobre todo su líder Tony Blair- intentó definir un nuevo modelo ideológico para la izquierda tras la desaparición del socialismo real. Sin embargo, la llamada «tercera vía» no logró siquiera un esbozo de definición y desde la vuelta al poder de los conservadores, su retroceso no ha hecho más que acentuarse. Sobre todo debido a la pérdida de uno de sus feudos principales, Escocia, a manos de los nacionalistas. Su líder actual, Jeremy Corbyn, intenta reconstruir el proyecto a base de volver a un cierto radicalismo ideológico, más próximo a lo que representan los movimientos populistas de izquierda en el continente, tal vez pensando que la evolución de la sociedad les abocará a una confrontación directa con los populistas de derecha que han creado el partido por la independencia (UKIP) que ya ha logrado sacar al Reino Unido de la UE.

La sombra del SPD

El mítico SPD alemán era hace una década el referente de la izquierda en toda Europa. Su convivencia con la canciller Angela Merkel en sucesivas legislaturas de «gran coalición» ha sido buena para Alemania, pero no lo ha sido tanto para el SPD. Aunque los democristianos pierden posiciones en las encuestas que analizan los posibles resultados de las elecciones de otoño del año que viene -lo que es natural después de tres legislaturas en el poder- los beneficios no son para los socialdemócratas, que pierden también, sino para los populistas de Alternativa para Alemania (AfD) o incluso para la extrema izquierda. El SPD se prepara además para una batalla por el poder en el partido entre su actual líder, Sigmar Gabriel, y el presidente saliente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, que acaba de anunciar su intención de volver a la política alemana.

La ruina del Pasok

El Pasok ha sido el primer partido socialdemócrata aplastado por el populismo. De ser un histórico referente de la izquierda en Grecia, la fuerza hegemónica durante generaciones, ha pasado a la irrelevancia, a su desaparición física del espectro político. Su espacio ha sido completamente ocupado por un partido de extrema izquierda como Syriza que, de todos modos, tampoco ha conseguido mejorar la situación del país, porque su programa era aún más irrealizable que el de los partidos a los que se proponía sustituir. Pero, para colmo de humillación para el Pasok, el líder de Syriza, Alexis Tsipras es recibido con honores en las reuniones de líderes socialdemócratas europeos.

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