LA OPINION DE POMPEYO
JUICIO CONTUNDENTES
Hemos seguido últimamente con mucha atención las palabras del Papa Francisco y de su Secretario de Estado Pietro Parolin sobre Venezuela. Con Parolin tuvimos la oportunidad de conversar cuando era Nuncio Apostólico en Venezuela. En cuanto a la iglesia católica venezolana hemos visto su firmeza al caracterizar a este régimen como una dictadura a través de sus voceros como los cardenales Jorge Urosa y Baltazar Porras, el padre Luis Ugalde, el Rector de la UCAB el padre José Virtuoso, el obispo emérito de Mérida Baltasar Porras y el de Falcón Monseñor Roberto Lückert. Es indudable que esta posición de la iglesia, que la ratifica Monseñor Diego Padrón presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, tiene un peso específico en un país mayoritariamente cristiano.
En este comentario queremos destacar las últimas declaraciones del Cardenal Urosa y de Monseñor Ovidio Pérez Morales a S. Nederr de El Nacional. Dijo el cardenal Urosa: “He expresado mi opinión de que esto es una dictadura. El Bloqueo de la Asamblea Nacional, de mayoritaria opositora desde la elecciones legislativas del 6D, es una muestra de ello. (…) Y ahora el intento de cancelar las elecciones regionales.”
Monseñor Ovidio Pérez a su vez denunció que el CEN tiene un pecado original porque su composición no obedece a los principios de igualdad y equilibrio establecidos en la Constitución: “El ente comicial funciona como una agencia del Ejecutivo por lo cual aplica y pone trabas a la expresión libre del ciudadano y agregó que en Venezuela se vive un totalitarismo que va más allá de una dictadura. La dictadura busca el control político, el gobierno busca eliminar la disidencia que amenace el control político y busca ejercer el control político, económico, cultural, comunicacional y en todos los ámbitos.”
Soy un libre pensador respetuoso de todas las religiones. En la situación crítica que vive Venezuela nos permitimos sugerir –como una contribución al debate– que la iglesia se convierta en el centro de un cambio político (no sé si esto le estará permitido). Insistimos en la idea del cambio político, de la firma de un acuerdo nacional que involucre a todos los actores disidentes, inclusive a sectores del chavismo frustrados, a la familia militar que sufre las consecuencias de este desastre a que Maduro-Cabello han llevado al país. En todo caso en nuestra opinión ese cambio político necesita a la iglesia, así como también a los militares institucionalistas.
Cambio político, gobierno de unidad nacional
Pompeyo Márquez
Valoramos las acciones adelantadas por Chuo Torrealba y la MUD toda. Antes que nada, consideramos por experiencia propia lo difícil que es poner de acuerdo a 59 organizaciones partidistas algunos de las cuales –y me perdonan el juicio–se asemejan mucho a “partidos de maletín”. Lo vivimos en la fase final de la Coordinadora Democrática cuando esta tomó el rumbo electoral y mi amigo Enrique Mendoza se fue a su campaña por la gobernación y dejó en nuestras manos la posición que él ocupaba.
La reestructuración de la MUD no es solamente ampliar el G4 sino también incluir a sectores activos de la disidencia entre los cuales mencionamos a la iglesia, un gran número de los empresarios y un sector importante del sindicalismo; la incorporación de sangre joven a través del movimiento estudiantil, que desde 1914 con énfasis en 1928, siempre se ha enfrentado en posiciones protagónicas contra las dictaduras militares y a favor de la democracia; los rectores de las universidades; los presidentes de gremios; aquellas ONGs que sean partidarias del cambio político; las Academias cuyas sedes fueron asaltadas y destrozadas impunemente; el gremio de la prensa entre otros; en una palabra un gesto que plasme ante el país y el mundo la unidad nacional que se levanta contra esta dictadura militar y su barniz civil patentizado por Maduro.
No hay dudas que un 95%, declara que la situación del país es mala y que la tendencia que esta dictadura le imprime a la dirección del país, es para peor. Hay que plantear en nuestra opinión, un adelanto de elecciones, esto no debe aplazarse por mucho tiempo. Venezuela se desmorona bajo este régimen de mentalidad totalitaria que ahora no quiere que expresemos con elecciones nuestro deseo de resolver la crisis: conquistar la democracia y la libertad; garantizar la seguridad personal; instrumentar medidas de emergencia que inicien la recuperación del aparato productivo con un sentido de equidad que reduzca la pobreza, que atienda prioritariamente el hambre y la desnutrición entre los niños y los adultos mayores e instrumente medidas hacia la clase media hoy sumamente golpeada. Terminar de comprender que el sistema de salud está colapsado y los cambios curriculares que pretendían introducir en la educación muestran de cuerpo entero a un régimen que está de espaldas a la realidad mundial, del conocimiento.
En síntesis, plasmar en un acuerdo nacional los principales puntos para salir de la crisis. Reconstruir el país, salvar a Venezuela es tarea de todos. Habría que añadir a este comentario que estas son ideas de una persona que va a cumplir 95 años, de los cuales 80 le ha dedicado a las luchas sociales.
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