¿Votar o no votar? No es la cuestión
SIMON GARCIA
A pesar de las jugarretas que atravesarán los sectores del régimen o la minoría extremista que delira con el abstencionismo y la pretensión de sustituir a la MUD, el pueblo puede alcanzar una hazaña similar a la de diciembre de 2015. Y si los golpes enseñan, presionar solidariamente a nuestra dirección política para que viejos errores no desnaturalicen una nueva victoria.La verdadera disyuntiva no es dividir al mundo entre quienes van a votar y los que no. Ambas decisiones pueden ser justificadas racionalmente por quien las tome. Pero lo que está en juego es si la sociedad va a defender la democracia o va a rendirla a la tentativa totalitaria. La pregunta es ¿se quiere que esta tragedia siga o termine?
A la gritería extremista le da volumen el dato de que la abstención promedio en regionales es de un 30% y el propósito de adueñarse de ese resultado. Actúan como el pícaro que no tenía como hacer una caravana y después de atravesar su carro en el puente de entrada, cruzó el pueblo encabezando una larga cola de carros.
Los mariscales con binóculo, que miran la lucha mientras campanean un tuiter, viven la fantasía de un triunfo de Maduro que descarte la lucha pacífica y abra paso a una ficción insurreccional o una de Coroneles a falta de la de vaqueros. Pero la cucaracha ya no puede caminar.
Todo ese pelotón de los que quieren dirigir a la oposición, sin gente ni batallas, no entienden que lo que separa al país es si va a decidirse a sacar de sus regiones a los gobernadores nocivos para sus Estados. El objetivo, por los votos, la protesta, la calle o la presión internacional, es lograr un país diferente al que nos impone una cúpula que resiste al cambio porque quiere conservar sus privilegios y negociados ilegales. Tenemos que conquistar otro futuro.
El significativo porcentaje de venezolanos insatisfechos y molestos con la MUD van a votar para castigar a los que destruyen el país, para descentralizar la política y democratizar importantes espacios regionales. Su interés es mantener la lucha por el rescate de la Constitución desde condiciones de mayor fortaleza y ampliar un liderazgo que se mida en su calidad para expresar y unir a las sociedades regionales.
Votar es acercar la formación de un nuevo gobierno nacional y proporcionarle anticipadamente el soporte de una mayoría de gobernaciones. Votar es también reforzar las iniciativas de gobiernos del mundo y organismos internacionales que desean que los venezolanos encontremos, con urgencia y hechos concretos, un camino común para resolver pacíficamente el problema de una transferencia del poder nacional bajo la aplicación de normas de convivencia democrática.
Esto es posible porque hay un renacimiento de la cultura cívica y porque la política ha comenzado a ser oficio de vivir, empeño de actuar con honestidad y dignidad, como lo ejercería Pavese al reflexionar sobre su literatura.
@garciasim
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