TRINO MARQUEZ
El
símbolo más ominoso de la destrucción de Pdvsa es la falta de gasolina y gasoil
en un país que, al parecer, posee las reservas probadas de crudo más grandes
del mundo. El decreto de racionamiento emitido por el régimen contempla el
consumo de 30 litros en algunos estados. No se sabe si esa cantidad es diaria,
semanal o mensual. Como siempre, la improvisación domina el estilo de mandar,
no de gobernar, que es otra cosa totalmente distinta a la practicada por esos
seres, quienes lo único que saben combinar muy bien es la ineptitud gerencial
con una voracidad insaciable para embolsillarse los dineros públicos.
Luego de tres lustros de haber acabado
con la meritocracia y haber elaborado varios planes socialistas, el último
cubre el lapso 2016-2026, la industria petrolera se encuentra en la ruina
total, al igual que el resto de la nación. El gobierno de Nicolás Maduro acabó
con una empresa que era símbolo nacional y mundial de eficiencia. Luego de casi
dos décadas en manos de los bárbaros, no hay gasolina para el transporte
público, ni para movilizar los alimentos de una región a otra, ni para
distribuir las materias primas, los repuestos
y los insumos que necesitan las empresas para operar con normalidad. No
hay combustible para repartir las pocas medicinas que llegan de otras latitudes
o se fabrican en el país. No hay
gasolina ni siquiera para repartir los Clap. La escases y el desabastecimiento
vistos en 2017 serán una tontería a las que se observarán en 2018.
Este caos no es circunstancial. No se
debe a un evento coyuntural que podrá superarse en el corto plazo, El gobierno
no tiene gasolina porque no la produce y porque el costo de convertir el crudo que
se encuentra en el subsuelo en
combustible es muy alto. Estamos en el peor de los mundos. El régimen carece de
divisas para traer gasolina de Brasil, México o Estados Unidos; y tampoco
cuenta con recursos para producir en gran escala la gasolina que se consume internamente.
Esta merma se registra en un período en el cual el consumo de gasolina y
combustibles en general ha descendido por la caída estrepitosa en la venta de
automóviles nuevos y usados, y por la enorme cantidad de vehículos automotores
que han salido de circulación por diversas razones: falta de repuestos, baterías
y cauchos.
En la Pdvsa profesional, cuando los
planes estratégicos eran formulados por especialistas con una sólida formación
técnica y teórica, los desaguisados que hoy se observan, no ocurrían. La
empresa contaba con el personal capaz de anticiparse a la demanda. Hoy, quienes
se encuentran al frente del negocio son unos chapuceros que hacen gárgaras con
vocablos socialistas, pero que carecen del menor conocimiento acerca de cómo se
maneja una industria tan compleja y que exige un uso de capital tan intensivo. En
2017, Pdvsa tuvo tres presidentes. Ninguno de ellos jamás se destacó por sus destrezas
administrativas y gerenciales. Los 150.000 trabajadores que muestra la industria
en la actualidad, representan un número infinitamente mayor que los que laboran
en empresas similares en el resto del mundo, y que extraen y refinan muchos más
millones de barriles que la Pdvsa roja. La ineficacia es integral.
El gobierno está intentando preservar a
Caracas de la crisis de la gasolina. Sabe que la capital es un polvorín que si
estalla incendiará a todo la nación. Cuánto tiempo podrá mantener encapsulada y
protegida a Caracas, nadie lo sabe. Ni
siquiera ellos pueden vaticinarlo. Si proyectamos la incapacidad de esos
señores, podemos suponer que la escasez de combustible la afectará muy pronto. Gracias
a la proverbial ineptitud de los rojos, 2018 despuntará con un factor adicional
para lamentarse. A las carencias globales habrá que agregar la falta de
combustible porque el gobierno dejó al país sin gasolina.
@trinomarquezc
PD:
pásenla lo mejor posible este Fin de Año. Luego veremos.
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