¿Está cerca una intervención militar?
Alfredo Michelena
Desde
que Trump dijo que no descartaba la opción militar, muchos de los
venezolanos como secuestrados al fin, pensando en las películas de SWAT,
fantasean con una intervención armada que acabe con los secuestradores.
¡Viva Hollywood!
Ahora
no se habla de invasión sino de intervención humanitaria. Entendemos
que no será la prevista en la ONU, pues el Consejo de Seguridad no lo
permitiría con China y Rusia vetando. Así que sería unilateral o
colectiva como la de EEUU en Granada, en 1983, o la OTAN en Kosovo en
1999. La pregunta es ¿qué país o grupo de países pondrá a su juventud a
luchar (y morir) por la causa de una libertad que nosotros no hemos
sabido reconquistar?
Una
serie de eventos recientes han creado expectativa, entre ellos la
insistencia de Trump en no descartar la opción militar; el periplo de
Tillerson por la región armando una coalición para enfrentar al pranato;
la presencia del Comando Sur en Colombia y el despliegue de tropas
colombianas y brasileras en la frontera. Sorpresivamente, tanto algunos
de la oposición como del pranato han visto en ellos la concreción de la
intervención internacional. Los primeros se alegran de que el fin está
cerca. Los conchupantes del pranato están muy preocupados y deben
estarlo porque hay una espada de Damocles sobre sus cabezas. Chaderton y
Saab vociferan que desde Colombia se prepara una invasión junto con los
yanquis, mientras Maduro pide al Papa que no permita tal invasión.
Estos
eventos son parte de un plan para crear un ‘cordón sanitario’ (Rómulo
Betancourt dixit) alrededor de la Venezuela castrochavista, pero
repotenciado con una fuerte presión internacional proveniente de
sanciones a miembros del pranato, por EEUU y Europa, así como
económicas, que apenas han empezado con las financieras de Trump. Ya la
Eurocámara pidió expandir las sanciones incluyendo a “el presidente, el
vicepresidente, el ministro de Defensa, los miembros de más alto rango
del Ejército”, a su “círculo más estrecho” y a sus familias. Y podría
ir más allá e imponer sanciones económicas o una posición común como la
que tuvo con Cuba. Por su parte, la política T&T (Trump/Tilerson) de
EEUU ya ha anunciado aumento de sanciones personales así como sanciones
petroleras.
¿Es posible una intervención militar? Sí lo es, en la medida en que el pranato se convierta en un clear and present danger para
EEUU y los vecinos, por ejemplo, que pueda poner en peligro la
estabilidad de Colombia, o que su nivel de involucramiento con las
“organizaciones delictivas transnacionales” sea considerado una
“amenaza… inmediata para nuestro hemisferio”, como dicta la política
T&T. Pero esto es poco probable. Maduro y los cubanos saben hasta
dónde estirar la cuerda.
En
el corto y mediano plazo se aumentarán las sanciones a la cúpula del
pranato y a sus familiares. Luego vendrán sanciones económicas más
fuertes como las petroleras. La intención es debilitar al régimen para
que nosotros desde adentro aprovechemos estas circunstancias para
promover el cambio. De no lograrlo, terminaremos peor que los cubanos
aislados y sometidos no solo el hambre y a la policía política sino por
la delincuencia común y paraestatal.
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