Ley de Educación desestima orientación y función escolar
Mariana Herrera denuncia que no se habla de calidad y de los aprendizajes
De acuerdo con Herrera la escuela se encargará de todo menos de formar a los niños y jóvenes (Archivo)
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Tome nota. La propuesta de Ley Orgánica de Educación de la Asamblea Nacional contiene 56 artículos y 9.114 palabras. Pero el término "escuela" aparece sólo 9 veces, y en apenas dos oportunidades se define su función. En el resto de la Ley "está unida en palabras compuestas con la palabra comunidad o en una lista de agentes educativos".
Así se desprende del estudio realizado por el director del Centro de Investigaciones Culturales y Educativas (CICE), Mariano Herrera. Otro descubrimiento revela que en el proyecto la palabra "aprendizaje" se menciona cinco veces y "enseñanza" tres veces.
Entre las conclusiones a las que arribó Herrera, destaca la siguiente. "La Ley no está hecha para orientar ni para definir con claridad los fines de la educación ni el rol de las escuelas ni las responsabilidades de los docentes, ni de otros actores, ni mucho menos para adaptar la legislación a la Constitución de 1999. Está hecha para restregarle a la sociedad que aquí manda el Gobierno y que todo el poder va a estar en manos de quien nombre el Presidente".
Al investigador, que trabaja en el mejoramiento de la calidad educativa en los planteles más apartados del país, le resulta "insólito" que no "se defina a la escuela como el espacio principal que nuestra sociedad tiene para atender a los niños, niñas y adolescentes. La escuela se concibe como centro comunitario y para adultos y, una vez más, se expresa el desprecio, por parte de los asesores y ministros del área por la escuela y por todo lo escolar", reflexionó.
El desdén oficial que denuncia Herrera se potencia con el sinfín de atribuciones que se arroga el Gobierno en la administración pedagógica para planificar, coordinar, crear, construir, ejecutar, evaluar y sancionar.
Escuela en problemas Al recordar el "estado de abandono y de deterioro" de los planteles públicos, Herrera sostiene que "una ley de educación debe sobre todo centrarse en orientar a todos los agentes y actores educativos acerca de los fines, las metas, los resultados esperados, las responsabilidades y las competencias de cada quien".
De acuerdo con el director del CICE, lo más importante de la escuela "no es ser el centro de la comunidad, sino que el alumno sea el centro de la atención y el beneficiario por excelencia del trabajo educativo y de la acción escolar. Todo esto se les olvidó a los que redactaron el proyecto de Ley, porque la palabra proyecto le queda grande", estimó.
Como si lo anterior no fuera suficiente, Herrera llama la atención sobre las omisiones, pues no se mencionan asuntos centrales: la función de los directores, los apoyos a los docentes, la manera de hacer más atractiva la carrera de educación, la misión específica de la educación inicial, la primaria y la secundaria.
"No se habla de la calidad de los aprendizajes ni de cuándo se va a cumplir con el mandato constitucional, que establece que todo venezolano debe alcanzar mínimo 11 años de escolaridad, es decir, ser bachiller, y eso desde 1999".
Por último, y no menos importante, el investigador concluye que es "asombrosa" la irresponsabilidad "que significa que los máximos responsables de la educación en Venezuela publiquen un documento como ése y en serio piensen aprobarlo. Eso es lo más insólito, es inaceptable".
Gustavo Méndez
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