DÓLAR PERMUTA SE RESISTE A BAJAR
A pesar de que el presidente Hugo Chávez prometió bajar drásticamente el “dólar paralelo”, la tímida intervención del Banco Central en el mercado y la falta de suministro de divisas controladas por parte del Gobierno mantienen su cotización alta.
Tras mantener por un lustro el tipo de cambio fijo en 2,15 bolívares/dólar, Chávez decretó este mes una devaluación a 2,6 bolívares/dólar y la creación de un segundo tipo de cambio, que llamó“dólar petrolero”, a 4,3 bolívares, obligado por la estrechez de fondos por la crisis económica internacional.
El también llamado dólar permuta estaba muy por encima de la aspiración gubernamental de llevarlo a cerca de 4,3 bolívares/dólar, en medio de un recalentamiento del discurso y del ambiente político y social en un año de elecciones legislativas.
Y tras haber tratado de ignorar el activo y volátil mercado no oficial por años, Chávez anunció que su Gobierno lo intervendría para combatir la especulación y bajar ese tipo de cambio, que ha sido utilizado como referencial de precios en un país que importa la mayor parte de los bienes que consume.
Con ese fin, el Banco Central comenzó el 13 de enero a hacer esporádicas y no avisadas colocaciones de bonos cambiarios cero cupón, a 90 días, para cubrir parte de los ingentes requerimientos de dólares por parte empresas y personas.
Sin embargo, las divisas ofertadas hasta el momento lucen insuficientes para todos y más cuando el tipo de cambio implícito de los bonos ha sido de 5 y de 4,8 bolívares/dólar.
DEUDA PARA COMPRAR DOLARES
El emisor ha vendido casi 220 millones de dólares en estos bonos en cinco convocatorias, en una estrategia que operadores e inversionistas sostienen que no atiende la demanda de los grandes jugadores corporativos, que son quienes mueven realmente la cotización del dólar paralelo.
“Estas subastas del BCV así no sirven porque están privilegiando a los pequeños inversores, quienes incluso se están endeudando para comprar los dólares más baratos a través de los bonos y dejan por fuera a los corporativos que tienen que cubrirse en el paralelo”, dijo un operador.
Otro de los consultados dijo que “el Gobierno creó con este mecanismo un nuevo mercado en el que los tenedores de dólares los venden en el mercado paralelo para hacerse con bolívares e ir luego a las subastas del Central”.
Además, algunas casas de bolsa está financiando la compra de los bonos y también los recompran a entre 92-96 por ciento, muy por debajo de los precios de subasta de 116,25 y 112 por ciento, lo que arroja una tasa de cambio de 5,3-5,5 bolívares/dólar para quienes los venden antes del vencimiento.
Y pese a que los operadores se han quejado del método de asignación de los papeles y de lo inesperado de las “subastas”, fuentes del Gobierno dicen que por ahora se mantendrá el esquema para evitar que “los especuladores hagan trampas”.
A esta tímida intervención de dólares del Banco Central se suma la falta de aprobaciones de dólares controlados.
Portavoces empresariales ha dicho que desde que se modificó el control de cambios, la estatal CADIVI no ha dado luz verde a las solicitudes de divisas porque aún hay que definir los rubros a los que se asignará cada tipo de cambio.
“Mientras eso pasa, muchos están comprando sus dólares en el mercado de permutas porque si necesitas una cantidad importante no puedes ir tampoco a las subastas del Central para que te asignen por cuenta gotas”, dijo uno de los consultados.
De las autorizaciones de divisas por 29.000 millones de dólares en el 2009, aún faltan por liquidar unos 1.600 millones de dólares, según cifras oficiales de CADIVI.
Y mientras Chávez afirma que la devaluación es realmente una “revaluación del bolívar”, las tesorerías y las personas buscan cómo cambiar sus bolívares a moneda dura, temiendo que el paralelo trepe a 7 bolívares, como sucedió en el 2009.
“Todos los días estoy pendiente de las páginas del Banco Central para correr a comprar los bonos. Hasta pienso pedir un préstamo en la caja de ahorros”, dijo una abogada jubilada que pidió no ser identificada.
Por Ana Isabel Martínez
Reuters
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