lunes, 9 de diciembre de 2013

VALORACIONES SOBRE EL 8D

I

MARGARITA LOPEZ MAYA: 

1. ¿Cómo interpreta usted los resultados de las elecciones del pasado 8-D?
No hubo muchos cambios con relación a las tendencias que se han venido desarrollando en los últimos procesos electorales
Pese al ventajismo, esta vez incluso más acentuado que el 14A, el gobierno saca como aquella vez poca ventaja. Según  las primeras cifras, el PSUV acumula un 44% de votos, la tarjeta MUD un 40%. En cifras absolutos fueron unos 300.000 votos. El PSUV con aliados 49% de votos, la MUD 41% y los independientes 8%, en total si se suman también un 49%. El país vuelve a verse empatado entre una mitad que abraza el chavismo y una mitad que lo rechaza o no se identifica con él.
Siendo unas elecciones locales, ese 8% de “otros”  alcaldes independientes muestra una mayor despolarización que en las nacionales. No creo que diga mayor cosa salvo que en el nivel local la gente se arriesga a introducir otros criterios más ajustados a la problemática de gestión local cuando sale a votar. La participación también me parece buena para elecciones locales -58%-, en 2008 fue un poco mayor, pero en ese evento compitieron también los gobernadores que los hicieron más atractivos.
El gobierno disminuye sus alcaldías con relación al 2008, de doscientas sesenta y tantas a doscientos diez. Lo interesante es que se mantiene en las regiones y comunidades más económicamente rezagadas, más dependientes del ingreso fiscal petrolero y las políticas públicas. Se repite la historia electoral de AD en su decadencia, cuando fue perdiendo toda la región más urbana y desarrollada. El PSUV sólo mantuvo en el eje centro costero a la ciudad capital de Maracay, y por escaso margen.
En contraste la MUD avanza sobre el país más urbano, desarrollado. Recupera Valencia, y Barquisimeto, mantiene la Alcaldía Mayor, Maracaibo, castiga al chavismo en Barinas y Maturín, suma 10 capitales. Gana Valle de la Pascua, Porlamar, no tengo los datos de Puerto La Cruz y Puerto Ordaz, habría que ver qué pasó allí. Caracas se comporta igual que en 2008, incluso Jorge Rodríguez saca casi idénticos votos que aquella vez, lo que tomando en cuenta el crecimiento del registro electoral es una disminución. Es decir, pese a tanto derroche, insultos, abusos y vejámenes por parte del gobierno nacional, Caracas vuelve a decir que 4 de los 5 municipios prefieren gobiernos locales de oposición. Maracaibo la mantiene la MUD por estrecho margen. Ambos candidatos de los polos políticos eran poco atractivos para los marabinos.
La MUD jugó con dos estrategias, la plebiscitaria y la enfocada en los candidatos locales. Podríamos tentativamente decir que salió bien. Sin embargo, la MUD se fijó expectativas muy altas, y éstas sólo se cumplieron a medias. Capriles, que jugó su capital político con la lógica plebiscitaria, quedó mal parado, pues no pudo demostrar que el 14A le había ganado a Maduro, aunque seguramente su fuerte liderazgo determinó el triunfo de algunas de las alcaldías ganadas por la MUD. Pero en ningún caso llegaron cerca de las 100 alcaldías que habían pronosticado. Hubo un exceso de épica que no deja ver bien y celebrar cómo esta plataforma política viene avanzando sin prisa ni pausa.
En definitiva este es un país dividido en dos mitades, empatadas dos posiciones políticas que le proyectan proyectos muy divergentes. Este “empate” no parece poderse desempatar con votos. Al igual que en abril, el país le dice al chavismo –que es el principal instigador hoy de la polarización política- que sólo podrá alcanzar la gobernabilidad si abre espacios de diálogo con otras fuerzas. No puede imponer un régimen tan dramáticamente distinto como el Estado Comunal, con poco menos de la mitad de los ciudadanos resistiendo. Maduro anoche hizo de nuevo caso omiso de ese mensaje, así que seguiremos en lo mismo.
2. ¿Cuáles son los desafíos y oportunidades que estos resultados electorales le ofrecen al gobierno y a la oposición?
Al gobierno los resultados le vuelven a plantear el escenario-desafío de arriesgarse a una mayor apertura hacia fuerzas políticas opositoras con quienes tendrá que gobernar en los próximos años ya que son muchas alcaldías e importantes. Esto si se hace bien lo podría fortalecer. Puede optar por hacerlo y abrirse al juego democrático, o puede seguir en su estrategia de no reconocimiento, nombrando “protectorados”, disminuyendo los recursos a las alcaldías, desobedeciendo la voluntad popular, diciéndole a los que han cambiado su voto que “están confundidos”. Seguiríamos en este marasmo, y pudiera debilitarse el gobierno si no dispone de demasiado ingreso fiscal para seguir repartiendo dádivas con que mantener contentos a sus bases.
A la oposición el mayor desafío que tienen es gobernar bien esos municipios ganados con el mayor esfuerzo, demostrar que puede hacer una diferencia, que puede gobernar para todos. Que se pueden gestionar de modo más honesto y eficiente los recursos. Que servicios como el transporte y la limpieza pueden encontrar soluciones que hagan más vivibles las ciudades. Que es sensible a las necesidades de los más pobres. Que se pueda retornar a una vida urbana más segura y de calidad. También tienen como desafío recuperar y promover vida civil, allí en las ciudades y pueblos. Que no todo es al estilo “operativo” militar. Podemos ser republicanos, somos ciudades no cuarteles.
Añadiría también que las organizaciones sociopolíticas que adversan al oficialismo y su proyecto político debieran aprovechar ahora que hay dos años sin elecciones para dedicar algunos esfuerzos reflexivos  para entender mejor al Petroestado y al chavismo, fenómenos complejos y que forman un tejido estructural de Venezuela, por decirlo de alguna manera. Hay que ver el desastre de país que tenemos y cómo estas crisis apenas hacen mella en la identidad política chavista o en la ilusión de ser potentados petroleros.
Y la gente –los ciudadanos en general- tienen el importante desafío de cuidar estas victorias, acompañarlas y vigilarlas para que alcaldes y concejales de todos los colores políticos respondan a las funciones que les han sido asignadas y no sean simples gestores de los mandatos del gobierno nacional o de un partido político. Queremos a alcaldes y concejales como buenos conserjes más que como políticos, arreglando la casa donde vivimos, nuestros pueblos y ciudades.
3. Luego de estos resultados, ¿qué espera, desde el punto de vista político, del 2014?
Una situación delicada y difícil. El gobierno nacional anoche, en el discurso de Maduro, no pareció darse por aludido en relación a lo que dice la gente y a lo que se está viviendo. Las tendencias económicas presagian un año tan o más malo que este 2013, con inflación de dos dígitos, disminución de recursos fiscales, desabastecimiento. Mucho conflicto social se dará en el sector laboral, que presagia más autoritarismo y represión, sobre todo porque el gobierno algún ajuste económico tendrá que hacer y va a necesitar reprimir para ello. Su gran problema es la ingobernabilidad en esta situación. Y hasta ahora sus decisiones en lo que respecta al futuro de nuestra sociedad en el siglo XXI son malas.
II
BORIS MUÑOZ

1. ¿Cómo interpreta usted los resultados de las elecciones del pasado 8-D?
El resultado es mixto. La oposición avanza y consolida su liderazgo en los principales centros urbanos del país. Las ciudades se expresan en contra del gobierno, salvo aquellas menos desarrolladas o más dependientes económicamente del Estado. El chavismo mantiene su anclaje en el oriente y el sur del país, precisamente donde la subsistencia está sujeta a la mano visible del Estado. La oposición no logró su objetivo principal que era demostrar su superioridad en el voto general. La tesis del plebiscito, por tanto, fracasó. Se supone que por el efecto directo de este fracaso debe ser el eclipsamiento relativo de Henrique Capriles Radonski y la legitimación y consolidación definitiva de Nicolás Maduro. Tomaría esta tesis con grano de sal. Los principales caballos de batalla de Maduro (Miguel Ángel Pérez Pirela, Ernesto Villegas, Winston Vallenilla y Antonio “El Potro” Álvarez) perdieron y esas derrotas son muy caras, pues eran apuestas que apelaban a abrir caminos en la clase media o a retomar importantes bastiones hoy en manos de la oposición. En términos polarizados, el PSUV aventaja a la MUD en apenas 3%, lo que implica un empate técnico con ganancias claras para la MUD frente a las elecciones regionales de 2012. De modo que no hay que exagerar el triunfo relativo de Maduro, aunque la apuesta plebiscitaria no funcionara. Al frente de la oposición, Capriles Radonski puede reclamar conquistas que son mucho más que simbólicas. Por ejemplo, haber ayudado a ganar las unidades geopolíticas que concentran la mayor cantidad de población productiva del país, sino también —aunque esto todavía no pueda oficializarse— a duplicar el número de alcaldías controladas por la oposición.
En última instancia, a pesar del carácter predecible de esta elección, se muestra cierto agotamiento de las estrategias de ambos bloques. La desmovilización le pasa una importante factura a la oposición que trató de vender el plebiscito sin pasar por la representación de los problemas cotidianos de los ciudadanos, algo que le hubiese servido de poderoso argumento. El PSUV logró controlar parte de los inmensos daños que sufrió el 14-A, deteniendo y hasta cierto punto revirtiendo una tendencia francamente negativa. Sin embargo, no hay un crecimiento apreciable. El balance no le da a ninguno de los dos bloques para armar una fiesta, aunque la oposición tenga buenos motivos para celebrar en medio de las reiteradas amenazas de exterminio que le ha planteado el gobierno, el cerco mediático y la orgía de abusos tolerados por el CNE.
Hay un dato: los resultados electorales siguen mostrando una división profunda del país. Lo significativo es que a nivel local hay liderazgos a los cuales no les interesa afiliarse a ninguno de los dos bloques y que, en base al arraigo propio, han logrado ganar sin maquinaria. La abstención también envía un mensaje. Aunque en una democracia los motivados deciden por los apáticos: hay una parte importante de votantes que, incluso en la situación más polarizada, está harta del maniqueísmo que proponen los dos liderazgos principales.
2. ¿Cuáles son los desafíos y oportunidades que estos resultados electorales le ofrecen al gobierno y a la oposición?
El gran desafío que tienen ambos bloques –así como todos los alcaldes– es hacer a los gobiernos locales competitivos, eficientes y ponerlos en sintonía con las necesidades de las comunidades que los eligieron. Es una excelente oportunidad para salir del estéril atolladero de la polarización. La oposición está obligada a replantear sus estrategias nacionales, más allá de lo electoral, puesto que no habrá citas electorales en los dos próximos años. Necesitan darle contenido y credibilidad a lo que ha llamado “la alternativa democrática” y este periodo abre un compás para hacerlo. Esto supone aumentar la organización y la movilización con objetivos específicos, como evitar la implementación del Plan de la Patria.
La organización, la protesta y la resistencia civil pacífica son los prerrequisitos de cualquier planteamiento de fondo. El propósito de la organización y la protesta debería ser presionar al gobierno para abrir el diálogo nacional, obligándolo a desechar las soluciones antidemocráticas. No necesariamente salir del gobierno. En ese sentido, el llamado a una Asamblea Constituyente es palpablemente prematuro y está fuera de sintonía con esta necesidad.
Por el lado del gobierno, Maduro ha planteado, en el ámbito local, expandir la creación de los gobiernos paralelos a la usanza de las instancias representadas por Jacqueline Farías y Elías Jaua. Estos paragobiernos son un castigo insólito y repudiable contra quienes han elegido legítimamente a sus gobernantes. Ése es un camino que debe ser abandonado de inmediato, porque sólo significa la destrucción de las capacidades y los alcances de la gestión local democrática. Es difícil que lo haga, porque la troika gobernante necesita hacerle sentir a la alianza cívico-militar que la sustenta que no tolerará ninguna amenaza que la ponga en peligro. Pero si el gobierno lee los resultados con cuidado debería anotar y prestarle oídos al recado de las ciudades: si el chavismo quiere reiventarse –si es que le da la gana, digo– tiene que cambiar dramáticamente su discurso antiurbano y anticlase media.
Las ciudades son los crisoles de la clase media y seguirán representando por mucho tiempo las aspiraciones de una vida mejor que el interior rural cada vez ofrece menos. Porque, pese a lo destrozadas que están las urbes venezolanas, la ciudades concentran el trabajo, los estilos de vida, el entretenimiento, la innovación, el desarrollo personal a través de la educación, las posibilidades de progreso y de realización y las sensaciones de modernidad. De ahí que la pobreza en las ciudades siga todavía representando una oportunidad, una promesa de mejora y superación personal. La oposición, al menos discursivamente, parece estar interpretando mejor esta pulsión. Pero no hay duda de que hay también ahí una oportunidad para el gobierno.
3. Luego de estos resultados, ¿qué espera, desde el punto de vista político, del 2014?
De acuerdo con todos los análisis de los gurúes, santeros, babalaos y asesores del gobierno y la oposición, 2014 será un año de grandes complicaciones económicas. El gobierno tiene muy pocas barajas con que jugar. Baraja #1: comenzar abrir el espacio de coexistencia para poder corregir la economía contando con el apoyo de la oposición (un proceso que de todos modos es muy difícil de construir). Baraja #2: profundizar la radicalización para implementar el Plan de la Patria por la vía de los poderes especiales adquiridos por Maduro, algo que llevaría a mayor conflicto y represión. Baraja #3: Mantener el statu quo maniobrando un ajuste económico gradual.
Los escenarios 1 y 3 cuentan con muy poco margen de realización. El escenario 2 es el más probable, de acuerdo con la lógica de la acumulación de poder que el gobierno ha venido desarrollando en todo 2013.
Para mantener el control de la sociedad venezolana, el gobierno plantea dar un nuevo gran salto hacia el Estado socialista implementando el Plan de la Patria. De triunfar, esta propuesta sólo traerá en un corto y mediano plazo más penurias generales, dependencia del Estado y estancamiento al país. Debo aclarar que esto no se debe necesariamente al adjetivo socialista, pues esta acepción es una antigualla trasnochada proveniente de experimentos probadamente fallidos de economía planificada, en estados totalitarios como Cuba y la Unión Soviética, que muy poco tiene que ver con una noción dinámica y democrática de socialismo. Frente a este nefasto segundo escenario, la oposición debe organizar una resistencia civil y pacífica para obligar al gobierno a descartar este objetivo y realinear la dinámica política en un rumbo constructivo.

III
ANA TERESA TORRES
1. ¿Cómo interpreta los resultados de las elecciones del pasado 8-D? 
Los resultados fueron bastante positivos para la oposición que tuvo triunfos muy importantes. Interpreto que al menos la mitad del país está descontenta con este gobierno y pudo expresarlo en el momento adecuado.
2. ¿Cuáles son los desafíos y oportunidades que estos resultados electorales le ofrecen al gobierno y a la oposición?
Si se tratara de un gobierno democrático seria la oportunidad para el dialogo, pero las declaraciones de Nicolás Maduro convocando solamente a los alcaldes que reconocen el Plan de la Patria, que es a todas luces inconstitucional, y los “errores” de Tibisay Lucena hablando de concejos “comunales” en vez de municipales, así como la rueda de prensa de Diosdado Cabello y otros jerarcas del régimen, indican que nada ha cambiado, y que las elecciones son para ellos un mal necesario. La oposición puede aprovechar la oportunidad de sus triunfos profundizando su trabajo en las comunidades pero sigue con un gran desafío, como adversar democráticamente a un gobierno que no lo es.
3. Luego de estos resultados, ¿qué espera, desde el punto de vista político, del 2014?
Espero que la MUD se mantenga aunque no haya a la vista nuevos procesos electorales, pero al mismo tiempo espero mayor radicalización para responder a la que probablemente vendrá del gobierno.  Espero que la enorme cantidad de protestas que ocurren en el país, y que se suceden de forma aislada, encuentren una mayor articulación y contenido político por parte de los factores de oposición.

(ENTREVISTAS TOMADAS DE PRODAVINCI)

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