viernes, 18 de septiembre de 2015

¿SEGUIRÁ INDOLENTE LA REGIÓN FRENTE A LA TRAGEDIA POLITICA DE VENEZUELA?


 
       Emilio Nouel V.
La sentencia contra Leopoldo López es abominable. Como lo fue todo el procedimiento que condujo a ella. Y como han sido todos los seguidos a otros venezolanos.
Con aquella decisión, se muestra, de nuevo, y en toda su magnitud, la sumisión del poder judicial al gobierno.  Se ha convertido en un fiel ejecutor de las órdenes que vienen de los déspotas en el poder. 
Una vez más, el chavismo reveló de lo qué está hecho.
Afortunadamente, el mundo, por largo tiempo pasivo, ha comenzado a reaccionar ante la barbarie hecha gobierno en nuestro país.
OEA, ONU y UNION EUROPEA, socialdemócratas, liberales y democristianos, ex presidentes y personalidades del orbe, Amnistía Internacional y Human Rights Watch, algunos parlamentos, están alarmados por las prácticas autoritarias del chavismo.
Sin embargo, los líderes de la región, algunos preocupados por lo que ocurre en Venezuela, aún no ejercen las presiones suficientes frente a tales evidentes desmanes.


El aislamiento de la tiranía militar va en ascenso. Pero eso no basta.
Sabemos que la solución definitiva del desastre político y económico toca a los venezolanos. No se espera que sean otros quienes vengan al “rescate”. Del atolladero político se saldrá con las propias fuerzas, a pesar de la desventaja en que están los que desean restaurar la democracia.
No obstante, desde Venezuela se aspira a que mayoritariamente los vecinos del hemisferio se sensibilicen con la grave tragedia social y adopten, en consecuencia, iniciativas efectivas y cónsonas con el marco de principios y normas que rigen las relaciones internacionales.
Obviamente, los venezolanos están conscientes de que no es asunto fácil para ningún gobierno asumir posiciones activas de cara a otro, sobre todo, cuando están envueltos intereses de toda índole y hay formas que guardar.
Pero cuando se trata de violaciones flagrantes a las libertades políticas, como es notorio desde hace años en Venezuela, los gobiernos del mundo están asistidos y facultados, además de por la moral, también por el derecho internacional vigente, contenido en tratados y convenciones de obligatorio cumplimiento.
Con ocasión de la salvajada perpetrada contra Leopoldo López y otros venezolanos, resulta oportuno recordar nuevamente lo que ha dicho el filósofo Michael Walzer: los principios de independencia política e integridad territorial no son un escudo para que se refugie la barbarie”.
Mucho ayudaría a la causa de la restauración de la libertad en nuestro país reforzar la presión diplomática de los gobiernos democráticos. Éstos no pueden seguir manteniéndose impávidos y al margen. Es bochornosa la indiferencia hasta ahora demostrada por algunos.
La escandalosa sentencia contra López y otros venezolanos ha sufrido un repudio mundial de parte de quienes saben las circunstancias inicuas bajo las cuales fue emitida. No fueron respetados principios y normas del debido proceso en el marco de un juicio amañado.
Esta infamia debería hacer reflexionar a los gobernantes de nuestro hemisferio.
Los venezolanos siempre han dado un paso adelante a la hora de la solidaridad con los perseguidos por las dictaduras que asolaron nuestro continente. Los asiste el derecho a esperar una conducta consecuente de los latinoamericanos de bien cara a las salvajadas que comete la tiranía en nuestro país.

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