PEDRO LUIS ECHEVERRÍA
Hemos presenciado en estos días, como,
seducidos por los irresponsables cantos de sirena de unos aventureros populistas
, el pueblo del Reino Unido adoptó la trascendental decisión de separarse de la
Unión Europea; decisión ésta que aún sin
haberse anunciado oficialmente al tenor de lo que establece el artículo 50 del
Tratado de Lisboa, está causando muy
serias consecuencias en aquel país, el desastre económico ( Entre otros,
devaluación de la libra esterlina, pérdida de valor de papeles financieros británicos,
retiro de empresas de Gran Bretaña y,
adicionalmente, sus secuelas políticas (secesión de Escocia y reunificación de
Irlanda con Irlanda del Norte, por ejemplo). Asimismo, la decisión separatista
adoptada en el Reino Unido ha traído severas repercusiones hacia el sistema económico
internacional, particularmente en el comercio, la inversión y el sistema
financiero.
Hace 17 años, igualmente seducidos por las
vanas promesas populistas que en su momento fueron acompañadas por el engañoso
gasto de ingentes cantidades de dinero, los venezolanos también sucumbimos y
llevamos al poder a una cáfila de improvisados quienes no estaban capacitados para
gobernar y hoy por hoy estamos pagando
las consecuencias de tal equivocación. A
grandes rasgos, ella ha significado, hasta ahora, una caída sostenida del PIB
desde el año 2011 y las proyecciones indican que en 2016 caerá en 8% y un 4,5%
en el 2017. La inflación estimada para este año será de tres dígitos( 720%) y
de cuatro dígitos en el 2017. Los resultados
son catastróficos. La escasez de los productos básicos de la dieta (aceite de
maíz, café, leche en polvo, harina de maíz, margarina, atún, azúcar y carne) se
sitúa alrededor del 80% . El
desabastecimiento de medicinas y equipos médicos supera el 80%. Según encuestas
realizadas por varias Universidades, indican que la pobreza creció en 75% en
2015. La exasperación causada por esta situación ha generado un gran descontento
colectivo que se ha traducido en violentos disturbios callejeros, saqueos y
mayor polarización ideológica.
Pero lo que es conveniente destacar es
que ambos países han reflexionado sobre lo acontecido y se oyen voces y se
observan acciones de personas y grupos tendentes a revertir las indeseables y
terribles situaciones generadas por los discursos sin fundamento, plagados de
mentiras y falta de realismo que han exacerbado las consecuencias negativas de
sus contenidos y ha socavado el índice de confianza en los dirigentes de los
gobiernos de los dos países. Allá, las tres figuras más importantes que
promovieron el Brexit: Boris Johnson, Nigel Farage y Michael Gove, han
asimilado las terribles consecuencias de su irresponsabilidad y han declinado sus aspiraciones a sustituir a
David Cameron como Primer Ministro al tiempo que han anunciado su eventual
retiro de la vida política activa. Aquí, la impopularidad de Maduro y su combo
llega a niveles de rechazo inusitados según lo revelan las encuestas de opinión, y
con ello, se ha fortalecido el clamor popular por la celebración de un
Referendo Revocatorio que los obligue a dejar el poder este mismo año.
Manifestaciones callejeras, recolecta de
firmas, eclosión de la opinión pública y puesta en marcha de referendos
caracterizan la dinámica actual en Venezuela y el Reino Unido. En aquél para
corregir el profundo error cometido guiado por intuiciones y emociones sin
considerar la realidad y en éste para enmendar las razones que nos indujeron a
equivocarnos y ahora, a la luz de los resultados obtenidos, plantearnos las
interrogantes "hasta cuando dura esto?" y "valió la pena?"
Finalmente, en el Reino Unido se lucha
denodadamente por revertir el Brexit y en Venezuela, con igual tesón, por
realizar, en los tiempos establecidos en la Constitución, el Madurexit.
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