lunes, 20 de julio de 2009

Entrevista // César Miguel Rondón, comunicador del circuito Unión Radio

"Dígalo señor Cabello: quiero pulverizar la radio venezolana"

"El Gobierno supone que el mundo será como él quiere. Veremos si los venezolanos lo aceptan. Creo que no"

Si alguien sintetiza y encarna la radio venezolana ese es César Miguel Rondón. Luego de 35 años de actividad ininterrumpida, César se ha paseado por el medio manejando todo tipo de formatos, desde su condición de productor, director, entrevistador y locutor, con un talento parejo que asegura plena sintonía, bien sea en dramáticos, musicales, información, entrevistas o comerciales. Su voz, inconfundible, es escuchada a diario por millones y ahora, cuando la arremetida gubernamental amenaza al medio más afectivo, cercano y democrático, César nos dice cosas así.

-¿No tiene razón Diosdado Cabello cuando dice que existe un latifundio radial y que es necesario democratizarlo?

-Para empezar, el término es absurdo, pero el Gobierno es el que más estaciones controla. Desde Radio Nacional de Venezuela, pasando por YVK hasta la abrumadora mayoría de las emisoras comunitarias y las ilegales. Cuando el ministro habla de democratizar advierte que debe dársele esas señales al pueblo, pero entendiendo al Gobierno como pueblo y ahí está el chantaje. Derrotado en su intento de ser reelecto gobernador de Miranda y antes dentro de su propio partido, Cabello no es el más indicado para hablar en nombre del pueblo. La democratización no está en quitarle las 240 estaciones a un supuesto latifundista hertziano. En el caso del circuito Éxitos, donde trabajo, son diez emisoras, repartidas por todo el país, cada una de las cuales tiene diferentes dueños. Esas estaciones disponen de un servicio de satélite, de noticias internacionales y acceso a los beneficios que supone la programación conjunta, en un negocio bueno para el propietario, los programadores y, sobre todo, para los oyentes. Si entrevisto a Damián Pratt, quien está en Puerto Ordaz, para que explique cuál es el problema de los trabajadores del aluminio, nuestros escuchas de todo el país podrán enterarse de un tema que es de interés nacional.

-¿Miente Cabello entonces?

-Así es. Pero tampoco hay tal democratización porque si eso es así Cabello debería consultar al oyente. El fondo del asunto está en que tú eres buen o mal comunicador y creo que ese es el problema de un Gobierno que, a pesar de su gran poder comunicacional, tiene tan bajos niveles de sintonía. Con la particularidad de que no hay producción local. Radio Nacional de Venezuela tiene una programación cuyo origen está en Caracas, se reproduce en sus emisoras del interior y se transmite en cadena permanente.

-¿Sugieres que la "democratización" obedece a esos bajos niveles de sintonía?

-En el caso del Circuito Éxitos nuestras emisoras son líderes, en su segmento, en todo el país. Hay estaciones como arroz y tú oyes una y no otra porque ese es tu derecho. Ahora, si ofreces una buena programación y un buen mensaje, te escucho a ti. Yo no tengo la culpa de que los comunicadores del Gobierno sean ese combo de piratas que no sirven para nada. ¿Por qué la audiencia masiva de RCTV se redujo a casi nada, en cuestión de segundo, cuando se convirtió en Tves? Porque no supieron llenar las expectativas. Que nuestro mensaje es más letal e incómodo para el Gobierno, bien, pero entonces ¿por qué no producen buena comunicación?

-¿Por qué letal o incómodo si el 90% de la programación de la mayoría de las emisoras es de entretenimiento?

-Ese es un detalle interesante. Yo te hablo de mi programa, básicamente informativo. El 50% tiene que ver con la actualidad política, económica, social, con el acontecer diario. Pero lo que dices es cierto.

--A menos que tu programa o el de Marta Colomina sean la causa de las medidas.

-Si eso es así, ¿por qué no se sinceran? ¿Por qué el Gobierno tiene un discurso para ciertos periodistas y uno distinto para otros? El Colegio Nacional de Periodistas protestó por la expulsión, en Honduras, de los periodistas del Canal 8 y Telesur. Pero también levanta la voz por los comunicadores venezolanos que el Gobierno atropella.

-El presidente de Telesur dijo que los periodistas fueron expulsados por decir la verdad. El mismo argumento que esgrimimos cuando nos agreden en Venezuela. En ese caso, ¿no tiene Izarra razón?

--Eso se lo debe preguntar él ¿Por qué hay una verdad que una veces le funciona y otras no? La verdad es una sola y uno trata de llegarle lo más cerca con la mayor honestidad.. Ahora, si uno tiene el beneficio de una audiencia masiva y mayoritaria debe ser porque transmite un mensaje que esa mayoría asume de forma positiva.

-En los regímenes totalitarios no sólo se atacaba, suprimía, torturaba o desterraba a quien se oponía al régimen desde posiciones políticas, sino que se proscribía el arte abstracto por degenerado, se imponía determinado gusto musical y cierto tipo de literatura. ¿No se vincula este ataque contra la radio con la intención de imponer una tendencia política y cultural que excluye todas las demás?

-Un ataque que viene por otro flanco es de Luisa Ortega Díaz, quien saca a relucir un estandarte del fascismo: el delito de opinión, vigente sólo en dictadura. Según ella estamos opinando al emitir información y uno se pregunta qué mecanismo químicamente puro tiene para escindir información de opinión. En un país democrático los ciudadanos son libres de opinar y si hacerlo es un delito quítese la careta señora Díaz y que el señor Cabello lo diga con nombre y apellido: "yo lo que quiero es pulverizar a la radio, acabarla, destruirla, porque no acepto ningún tipo de disidencia. La verdad es sólo mía. Quien diga algo distinto peca y debe ser condenado". Eso es lo que está planteado. Lo demás es tontería. Hay unos ciudadanos que creemos en el sistema democrático y otros que no soportan compartir el país y como pensamos distinto han de exterminarnos. Nos quitan el sustento, el oficio, la forma de expresarnos y a este paso nos quitarán el país.

-Más allá del espíritu totalitario qué alienta la medida, ¿no hay también razones más prácticas como las elecciones legislativas. ¿Hasta qué punto puede incidir en los resultados electorales la amplificación del poder mediático del Gobierno. ¿Crees que la gente cambiará de opinión?

-Esa es la apuesta del Gobierno. Chávez no está persuadido de que puede tapar el sol con un dedo, sino de que él es el sol. Eso le permitiría imponer su voluntad a todo un país. "Así elimino los medios, que son el gran estorbo de estos últimos diez años y la verdad que va a prevalecer es la mía". Ahora, si cierran todas las radios y los medios, creo que la reacción será peor.

-¿Qué tipo de reacción?

-No quiero pronosticar manifestaciones porque ya Chávez dijo que eso se se alentaba, sobre todo el caso de Globovisión. Pero creo que el tiro le va a salir por la culata porque ¿tú crees que ese único mensaje que emita la radio lo va a aceptar la colectividad a pie juntillas? Si no lo ha aceptado en las doscientas y pico de estaciones del Gobierno, ¿lo va a aceptar en el Circuito Éxitos? La apuesta es tonta y el prepotente, que tiene la fuerza, puede disfrutar ahora, pero, a la larga, no va a ganar.

-¿Por qué luego de que el foco se colocó sobre Globovisión lo desplazaron hacia el cable y la radio?

-Quizás porque Globovisión puede seguir saliendo por cable. Es un canal UHF con señal abierta en algunas ciudades, pero en Caracas buena parte de su audiencia la sintoniza por cable.

-¿Para acabar con Globovisión va por el el cable?

-Así es. Esta águila caza las moscas con tanques. Además, la reglamentación que están manejando para el cable está dirigida a RCTV y a Globovisión si sale de la señal abierta. Ahora, resulta que estas piedritas en el zapato son muy graves para este gigantes con pies de barro. Qué pavor le tienen a los medios.

-Si es un gigante con pies de barro, ¿crees que pueda llegar hasta el final?

-Es una decisión que deben tomar y medir. Nosotros apelamos a la solidaridad de nuestros oyentes, que son nuestra razón de ser. Si me silencian es porque tengo una audiencia que seguramente se sentirá afectada.

-¿Defenderías en la calle el derecho de tus oyentes?

-Creo que todos lo haríamos.

-Pero tú eres un líder de opinión pública.

-Yo soy un modesto comunicador. Veremos qué pasa. El Gobierno quiere liquidar la información que le resulta inconveniente y supone que el mundo será como él dice. Veremos si los venezolanos lo aceptan. Yo creo que no.

Roberto Giusti
EL UNIVERSAL

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