miércoles, 14 de agosto de 2013

Los cronopios y la Constituyente


ANDRÉS VOLPE   

EL UNIVERSAL
14 de agosto de 2013
La definición de locura
es hacer lo mismo una y otra vez,
esperando resultados diferentes.
Albert Einstein.


Cuando hay que hablar de Constituyentes se hace necesario hablar de los cronopios y los famas, criaturas sin cuerpo físico, pero que viven y mueren, discuten y comen papas fritas en porciones de siete, treinta y dos, o noventa y ocho. La Constituyente es otro intento más para agotar las posibilidades del absurdo, porque así como los cronopios no se llevan con los famas, la Constituyente no se lleva con la realidad. Sería un ejercicio de seriedad mal ensayado por parte de los legisladores constituyentes. Intentarían fallidamente reconciliarse con las instituciones de la República entre debates estériles y narices rotas. ¿Cómo puede ser el problema una Constitución que ya no existe? Es que el fama le pide papas fritas al cronopio y el cronopio le pregunta cuántas quiere. Así cabría preguntar cuántas instituciones o Constituciones queremos para arreglar al país. El país está mal no por la falta de leyes o instituciones, sino por falta de aplicación y de respeto a la solemnidad que ellas reciben en otras sociedades mucho más estables políticamente. La simpleza de tener un Estado de Derecho y libertad política y económica se escapa de la torpeza política de convocar una Constituyente, incluso, en otros países ha bastado con una sola Constitución para conseguirlo. Además, ¿qué harían los poderes públicos con una nueva Constitución? Lo mismo que han hecho a lo largo de la historia los políticos en Venezuela con la de ahora y las otras veintipico.¿Cuántas Constituciones quiere?, -pregunta el cronopio-, aquí las redactamos de a siete, treinta y dos, o noventa y ocho. El cambio que necesita el país no es una cuestión que basta con escribirla ni decretarla ni promulgarla ni imprimirla para que ocurra. Eso-se-le-deja-al-gobierno-y-su-plan-patria-segura. Váyase al carajo contesta el fama. De inmediato, el cronopio se desaparece engullido por el tiempo y el espacio y el fama se queda sin las papas fritas y sin saber dónde queda el car... Así, nosotros en una Constituyente tendríamos nuevas instituciones y nuevas ficciones jurídicas impresas en papel, pero sabiendo con certeza dónde queda el tal car...

@andresvolpe

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