martes, 16 de diciembre de 2014

Cuando hasta Dios peca

   Ricardo Ríos

Lo impío del título se me ocurre que resume el año que  termina. 
El gobierno de un estado democrático, gobierno de seres 
humanos, con sus bondades y defectos, tiene como misión 
garantizar el sano arbitraje del reino de las leyes mientras 
se ejecutan las políticas públicas que conforman el programa 
con que llegó a poder

Aunque usted no lo crea, existen gobiernos así en América Latina, 
con sus bemoles y sin inocentadas; lamentablemente por aquí 
no fumea, evocando al desaparecido juego infantil de la 
candelita.

Pecar, apartarse de la norma, es el signo cotidiano de 
la conducción del estado en nuestros días. Uno, que 
ha andado enderezando entuertos más de una vez, 
también la ha cogido contra la economía como fuente 
de todos los males para terminar concluyendo que, bien 
leída, sirve para generar bienes, sobretodo de consumo. 
Maduro se niega a aceptarlo,  se va de la norma, pecando 
de ignorancia reincidente al mantener un régimen cambiario 
que hasta Luzbel le recomienda unificarlo.

Pasamos todo el año metidos en un curso de 
prestidigitación para mostrar como bueno  lo mal que íbamos 
y vamos. Visto así, uno encuentra el hilo conductor que conecta 
la represión brutal del ahora ángel caído Miguel Rodríguez 
Torres con la compra de El Universal, el acoso a Tal Cual, el 
cerco a las universidades autónomas, la expulsión de 
a Marea Socialista, las detenciones masivas o la nueva ley 
del IVIC.

La lucha interna en el PSUV es por la raspa de la olla, con su 
ribetes épico-folclóricos como la lucha contra el bachaqueo, 
mal endémico en nuestras fronteras, y el autosabotaje 
sistemático a cualquier iniciativa de alguno de los sectores 
en pugnas, sectores devenidos en auténticas oligarquías 
con ejércitos propios y mucho real. Por eso no sorprendió a 
nadie el fracaso de sus elecciones internas. Por el placer  de 
especular, el caso de las colitas de PDVSA y el del camión con 
los dólares me huele a un intercambio de delaciones.
Aferrados a la divina teoría de la conspiración, uno vería en la 
caída de los precios del petróleo junto con las sanciones en 
el congreso americano, una jugada de tres bandas ya utilizada 
cuando aceleraron el quiebre económico dela quebrada economía 
soviética, incluida la guerrita de las galaxias de Maduro con sus 
tres satélites.

En medio de todo esto, la no renovación de los componentes 
del Poder Moral, con TSJ y CNE inclusos, no daba para más y 
se abrió la posibilidad de meterle aire fresco  a un asfixiado 
aparato estatal. La vocación totalitaria, la viveza y la cortedad 
en las metas podría abortar este proceso o dejar que pase 
lo que la Constitución recomienda como sano: el consenso.  
Mensaje a García también a la MUD,  que le toca coser con 
filigranas sobre una tela donde no controla ni las agujas.

Fieles a su política de emboscadas navideñas, es probable 
que aprueben un nuevo poder igual al saliente. Ya una vez 
recibimos el año en la Plaza del Rectorado de la UCV y 
logramos detener la pésima Ley de Educación Universitaria. 
A todo riesgo, felices fiestas.
@rricardorios1

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