lunes, 4 de junio de 2018

UN POQUITO DE VERDAD

GUSTAVO LINARES BENZO

 A quince días de esa cosa que el CNE llamó elecciones, aún hay mucho que decir, mucho que reflexionar y muchas lecciones para el camino que tenemos por delante. Primero, tratar de llegar de la manera más objetiva posible a los hechos de ese día, a saber con certeza cuánta gente votó, cuánta gente votó por cada candidato, cuánta trampa se hizo. Sin adjetivos, con la mayor frialdad. Algo de verdad, de eso que Chávez hizo pasar de moda. 

Que estando en manos de esa corte de los milagros electoral lo más probable es que nunca se llegue al fondo, no le quita importancia ni utilidad al esfuerzo. Empecemos por el total de votos de Maduro reportados por el CNE: seis millones. Los mismos seis millones (5.800.000, con más exactitud) que el chavismo sacó en las elecciones de gobernadores, seis millones que ya son costumbre para el gobierno. Como que ya están en la máquina, al punto de que muchos, incluyendo este lugar. 

Pero las encuestas, ya volveremos sobre ellas, apuntan a que ese puede ser realmente el caudal máximo del chavismo, inclusive con un poquito de ayuda de sus amigas. Primera verdad: por el gobierno no vota ni la tercera parte del electorado, que es de veinte millones. Con una participación mínima, muy inferior a la media histórica, la oposición arrasa, verdad que se demuestra científicamente con las parlamentarias del 15. 

Pero la abstención ganó. Ganó hasta en las cifras oficiales. La propaganda abstencionista logró su objetivo, pero sin dejar de serlo: nadie se quedó en su casa obligado (al revés sí es verdad, mucha gente votó obligada por el gobierno). En otras palabras, la oferta electoral opositora no convenció. Falcón quedó muy lejos de las expectativas. 

Otra verdad: las encuestas se equivocaron espectacularmente. Nuestros encuestadores serios, que raras veces se equivocan, esta vez pronosticaron una probable victoria de Falcón en casi todos los escenarios de participación. Se echan de menos las explicaciones. Entre otras, la explicación de uno de sus aciertos, de los seis millones máximos del gobierno: un cruce entre votación y carnet de la patria; entre penetración del CLAP y geografía electoral. Objetivos: cuántos chavistas convencidos quedan, cuál es el nivel de miedo en que se encuentra el pueblo.

Es un momento de futuro. La dictadura, embadurnada de los Castro Espín, se hace totalitaria por minutos.

@glinaresbenzo


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