lunes, 29 de junio de 2020

La Unión Europea sanciona a Luis Parra y a varios funcionarios de Venezuela por decisiones contra oposición



El Consejo agregó hoy 11 funcionarios venezolanos destacados a la lista de los sujetos a medidas restrictivas, debido a su papel en los actos y decisiones que socavan la democracia y el estado de derecho en Venezuela.
Los sancionados por la UE son: José Ornelas Ferreira, Gladys del Valle Requena, Tania Díaz Gonzalez, Elvis Eduardo Hidrobo Amoroso, Juan José Mendoza Jover, Jorge Eliezer Marquez Monsalve, Farik Karin Mora Salcedo, Franklyn Leonardo Duarte, Dinora Bustamante Puerta, José Gregorio Noriega Figueroa y Luis Eduardo Parra Rivero.

Las personas agregadas a la lista son responsables en particular de actuar contra el funcionamiento democrático de la Asamblea Nacional, incluso despojando la inmunidad parlamentaria de varios miembros de sus miembros, entre ellos su presidente, Juan Guaidó. Las acciones que motivan la decisión de inclusión también incluyen iniciar enjuiciamientos por motivos políticos y crear obstáculos para una solución política y democrática a la crisis en Venezuela, así como graves violaciones de los derechos humanos y restricciones a las libertades fundamentales, como la libertad de prensa y expresión.
La decisión de hoy lleva a 36 el número total de personas bajo sanciones, que incluyen una prohibición de viajar y un congelamiento de activos. Estas medidas se dirigen a individuos y no afectan a la población en general. La UE continuará trabajando para fomentar una solución democrática pacífica en Venezuela, a través de elecciones legislativas inclusivas y creíbles.
La decisión del Consejo se basa en cuatro declaraciones emitidas por el Alto Representante en nombre de la UE el 21 de diciembre de 2019, el 9 de enero, el 4 de junio y el 16 de junio de 2020.
Las medidas restrictivas de la UE sobre Venezuela se introdujeron en noviembre de 2017. Incluyen un embargo de armas y equipos para la represión interna, así como una prohibición de viajar y un congelamiento de activos a las personas incluidas en la lista. Son flexibles y reversibles y están diseñados para no dañar a la población venezolana.
Sancionados UE 29 junio 2020
1. Juan José Mendoza Jover: Militar retirado. Exdiputado AN. Preside la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
2. Luis Parra: Diputado a la Asamblea Nacional (AN) por el circuito 2 del estado Yaracuy para el período 2016-2021. Presidente de la AN paralela. Se desempeñó como coordinador regional del partido político Primero Justicia (PJ), hasta el 1 de diciembre de 2019.
3. José Ornelas Ferreira: Mayor General EJ. Secretario general del Consejo de Defensa de la Nación (Codena)
4. Gladys Requena: Segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), designada el 23 de octubre de 2018, en sustitución de Elvis Amoroso. Viceministra para la Suprema Felicidad Social del Pueblo dada a conocer el 7 de febrero de 2017. Antes de este nombramiento se desempeñaba como vicepresidenta para el Área Social cuando sustituyó a Héctor Rodríguez.
5. Tania Díaz: Vicepresidenta de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de Venezuela.
6. Elvis Amoroso: Actual Contralor de la República, designado el 23 de octubre de 2018 por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC)
7. Jorge Eliezer Marquez Monsalve: General Brigada GNB. Preosidente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones y ministro del Despacho de la Presidencia del gobierno de Maduro. Presidente de la junta administradora ad hoc de DirecTV
8. Farik Mora Salcedo: Fiscal de Ministerio Público
9. Dinora Bustamante Puerta: Fiscal de Ministerio Público
10. Franklyn Duarte: Diputado de la Asamblea Nacional (AN) por la circunscripción 1 del estado Táchira. Duarte llegó al Parlamento como suplente de Laidy Gómez. Secretario general del partido Copei, en el estado Táchira.
11. José Gregorio Noriega. Diputado de la Asamblea Nacional (AN) por el estado Sucre. Expulsado de VP.
La decisión del Consejo se basa en cuatro declaraciones emitidas por el Alto Representante en nombre de la UE el 21 de diciembre de 2019, el 9 de enero, el 4 de junio y el 16 de junio de 2020.
Las medidas restrictivas de la UE sobre Venezuela se introdujeron en noviembre de 2017. Incluyen un embargo de armas y equipos para la represión interna, así como una prohibición de viajar y un congelamiento de activos a las personas incluidas en la lista.

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“Américo y el «Macho». Que siga el debate”


Jose Luis Farías
Américo Martín y el «macho» Héctor Pérez Marcano han puesto el dedo en la clave del debate sobre el tema de la.participación en las elecciones parlamentarias. El asunto no es facil. Y a ninguno de los dos se le puede acusar de «alacranes» ni de voceros de la «Mesita». Ambos viejos líderes fundadores del MIR tienen suficiente autoridad moral y han enfrentado a este régimen desde sus comienzos. Sin rodeos, con sustancia histórica y abundancia de argumentos han llamado a participar. Américo ha dicho que «responder con la abstención electoral a un fraude no consumado conduce a entregar todo sin poder demostrar en su plenitud el fraude,». El «Macho» lo ha gritado a todo pulmón en una esquela dirigida a Henry Ramos: «¡LA ABSTENCIÓN ES DESMOVILIZADORA, PARALIZANTE!». Ambos lo han presentado sin ambages con seriedad y respeto como corresponde a dos personajes de su estatura política e intelectual. Quizás hay tiempo, pero creo que no mucho para tomar una decisión. Los días avanzan y la iniciativa opositora transcurre solo en el ámbito internacional. Es comprensible por ser el espacio donde se siente más cómoda, fuerte y por tanto segura. Los recientes anuncios de la comunidad europea le dan un aliento que debe aprovechar. Pero el debate, con sólidos argumentos y también con muchos eufemismos que esconden posiciones ya tomadas, aterrizará en la decisión de ir o no a las elecciones parlamentarias. A la cual refieren este par de veteranos de la política. Votación o abstención, a eso se va a resumir la discusión. Por ahora, podemos seguir caminando por la orillita sin meternos en profundidades para no asumir compromiso con una u otra posición. Es comprensible el temor a no resbalarse en el piso mojado de la participación en las elecciones parlamentarias y quedar fuera de la decisión definitiva a la hora del té. Lo expuesto por Américo y el «macho» Pérez Marcano, sin embargo, le da otra perspectiva a lo hasta ahora discutido. El liderazgo político del G-4 tiene una papa caliente en las manos. Que siga el debate…
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domingo, 28 de junio de 2020

CONTRA EL MIEDO

Ramón Peña: Citgo - Noticiero Digital
            RAMON PEÑA


“Los dioses ciegan a quienes quieren perder”
Grafiti en una calle de Santiago de Chile, 1988
El régimen arrecia en su siembra del miedo. Es bien sabido que éste, junto con la propaganda y la vigilancia, conforman la urdimbre del castrismo entronizado que nos rige. Pero de los tres componentes, es en el miedo donde su torvo cerebro confecciona más elaborada y aviesamente sus acciones. Han demostrado que cuentan con mentes profesionales, competentes, que maquinan sobre los resortes psico-sociales del colectivo, conocedores de que no existe otra pulsión tan fuerte como el miedo para robarnos la capacidad de razonar y actuar.
LA imagen-objetivo del amedrentamiento es llevar a la dictadura a las alturas míticas de un poder inexpugnable. Lograr que la oposición democrática admita, hasta el convencimiento, la castración de sus propias fuerzas y de las opciones de lucha para enfrentarla. Es la calculada siembra de incertidumbre, de sombras, para que, como en el mito de la Caverna de Platón, creamos que todas esas sombras son reales.
Las crónicas diarias dan cuenta de que toda instancia de nuestra vida pública es propicia para infundir miedo, pero con prioridad, es usado como ablandador de la voluntad para desorientarnos, dividirnos y ahuyentarnos de las mesas electorales.
No obstante, la dictadura también sufre de aprensión. La espanta la posible unidad de las fuerzas democráticas. Lee que Datanálisis cifra en 13% la suma de venezolanos que la apoyan. No se confía en ese clisé de “Dictadura no sale con votos” inoculado por ella misma en la cabeza de muchos opositores. En 2015 sorbió el trago amargo de la mayoría unida. ¿Las condiciones electorales hoy son peores? Es cierto. También es cierto que hoy la dictadura es un paria, sin promesas, sin pueblo, sin petrodólares, sin crédito, aislada. 
Unida, nuestra fuerza democrática sería por definición invencible. Sin miedo para votar. O para lo que fuere…

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DESLINDE POR INCOMPATIBILIDAD MORAL
RICHARD CASANOVA
En el debate político es fundamental tener la mayor tolerancia posible y mantener el respeto por la opinión contraria, pero también es esencial demarcar la cancha, de lo contrario es imposible que un intercambio pueda ser productivo. Lo otro que es clave es tener claro “quienes somos y contra quienes estamos”, conocer bien a tu adversario y no confundirlo con tus aliados, o viceversa. Si usted entra en la arena política y no tiene claro eso, lo único que tiene seguro es una derrota.
A propósito, y en aras de un mejor desempeño político, la oposición legítima -esa que goza de reconocimiento internacional- debe expresar un deslinde muy claro para poder avanzar. Esta decisión se ha postergado con la idea de alcanzar un consenso político mínimo en torno a la ruta y reducir lo más posible los daños colaterales. Es decir, no podemos plantear un deslinde con todo el que piense que hay que votar, pues hay quienes honestamente lo creen, sin ser parte de la conspiración de “la mesita” a favor del gobierno. Y viceversa, tampoco podemos deslindar indiscriminadamente con quien piense en abstenerse. No todo el que así piense es un radical, no cree en la ruta electoral y apuesta a una invasión yanqui. Hay quienes consideran que simplemente no existen las condiciones mínimas para participar.
En tales casos, debemos ser cuidadosos. En cambio, con el grupo de la llamada “mesita”, no hay razones para postergar el deslinde, lo mismo con los grupos que han asaltado y seguirán asaltando a los partidos democráticos. La frágil contextura moral y las perversas intenciones de estos grupos se han puesto en evidencia con sus recientes acciones. Si la “mesita” hubiese tenido una buena intención, hubiese aprovechado sus buenas relaciones con el régimen para persuadirlo de elegir un CNE a partir de un consenso desde la Asamblea Nacional. Pero ir al TSJ de Maduro a tenderle la cama para que la dictadura designara al árbitro electoral es una barrabasada que dinamitó la ruta electoral y lanza al país a un abismo. Eso es imperdonable!
Y es una canallada justificar este vergonzoso acto, diciendo que la AN no cumplió con su obligación, siendo públicos todos los esfuerzos realizados y sabiendo que a la postre, para lograr los 2/3 que exige la Constitución era obligante la participación de la fracción oficialista. Eso para no recordar que se trata del mismo régimen que le arrebató a las fuerzas democráticas los 2/3 obtenidos en buena lid en las elecciones del 2015.
En todo caso, resulta insólito que alguien pueda pensar que para salir de una dictadura, la alternativa es que ella designe al árbitro electoral y convoque unos comicios sólo con los candidatos que le simpatizan. Francamente, hay que ser un perfecto idiota para creer que detrás de esa aberrante operación, exista alguna intención noble. Subestiman la inteligencia de los venezolanos quienes intentan vender esa versión. El país sabe que el único resultado de esa marramuncia es contribuir con el gobierno en el objetivo de destruir al voto como herramienta política, o sea liquidar la democracia, sin importarles el costo terrible para el país, no sólo en lo político, sino especialmente en lo social. Entonces ¿Qué nivel de coincidencia puede uno tener con estos sujetos? 
Y no se trata de odio o intolerancia, simplemente es incompatibilidad moral. El deslinde es una medida política de orden sanitario, una acción profiláctica para despejar el camino. En fin, creo que hoy es impostergable ese deslinde, habida cuenta del plan de simular un acto electoral con la supuesta participación de la “oposición”, papel que será interpretado en esta sátira por la “mesita” y sus aliados. Entonces ¿Vamos a esperar que avancen más en ese retorcido plan para decirle al país que la narco-dictadura, la “mesita” y sus compinches son la misma miasma?
En lo personal, hace rato deslinde de esos grupos a los que he llamado la “oposición proxeneta”, en alusión a quien actúa desprovisto de cualquier referencia moral, solo en procura de obtener beneficios de un régimen absolutamente prostituido. Recuperar el valor de la ética en la política es esencial en esta hora menguada de nuestra democracia.
Twitter: @RichCasanova
Dirigente progresista / PJ / Vicepresidente de la ANR del Colegio de Ingenieros de Vzla.


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sábado, 27 de junio de 2020

Acoso a los partidos y una reflexión necesaria


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ISMAEL PEREZ VIGIL

El valse de las cacerolas en 1992 le anunció a Carlos Andrés Pérez que su final llegaba y a sus enemigos políticos, notables y conspiradores, que llegaba el momento de pasar la factura. En menos de un año, con una bien orquestada campaña dejaba CAP la presidencia y comenzaba nuestro declive fatal que a la larga nos llevó a las manos de Chávez/Maduro.
Si había razones válidas o no para eso no es motivo de esta reflexión, sino resaltar que eso fue solo el interludio de lo que hoy padecemos. No teníamos entonces una clara idea de lo débiles que eran nuestras instituciones democráticas. Cuando Rafael Caldera, con la benevolencia de los que conspiraron contra CAP y apoyado por el “chiripero”, llegó a la presidencia derrotando a los partidos políticos, estos no leyeron el mensaje implícito de que una debacle se les aproximaba. Luego vendría Hugo Chávez Frías a concluir la tarea. Derrotó electoralmente a los partidos y, más importante aún, los derrotó en el corazón y la mente del pueblo.
Después, con un sinuoso programa, en menos de un año acabó con el Congreso, la Corte Suprema, el CNE, el Sistema de Justicia, dividió a los empresarios, arremetió contra los medios de comunicación y la Iglesia Católica, logró una nueva Constitución y hubiera acabado con los sindicatos y la CTV, si estos no cierran filas con Fedepetrol y se le oponen.
Durante los años iniciales fue un enemigo débil e insospechado el que se le opuso: la sociedad civil organizada, y que a partir de la participación en el proceso que llevó a la Constitución de 1999 y del tema educativo, comenzó a levantar cabeza, ganar la calle y mostrar que había un camino incierto y más largo de lo que se esperaba y se deseaba, pero camino al fin, con una débil luz al final que aún persiste.
El chavismo-madurismo contó y cuenta con mucha fuerza: el poder armado y los recursos del Estado y quienes nos les oponemos por momentos parecemos un collar de abalorios, escasos, dispersos, poco integrados y sin recursos. De allí que surja angustiosa la pregunta: ¿A quién acudimos?, ¿Quién nos va ayudar?, pero la respuesta es muy simple: Nadie. Al menos, quienes hoy nos apoyan en la comunidad internacional, no irán mucho más allá de lo que han hecho hasta ahora: reconocernos, establecer sanciones personales y al régimen venezolano, etc., que es bastante de todas maneras; pero ahora, debemos estar conscientes que, aunque quisieran hacer más, tienen bastante con sus propios problemas, unos, y sus campañas electorales, otros.
Además de muchas otras consideraciones, este régimen es un gobierno ineficiente y malo que nos condujo a un desastre económico sin precedentes; más grave aún, que burló las esperanzas del pueblo. Pero lo más lamentable es que no ha estado solo en esa tarea: desde la oposición lo hemos estado ayudando al ser incapaces de producir una alternativa creíble. Tuvimos éxitos parciales y locales; pero fue la rutilante victoria en las elecciones parlamentarias de 2015 lo que nos llevó a creer que la solución estaba a la vuelta de la esquina.
Pero todo eso no se ha convertido en la agitación política necesaria, en la calle, por barrios y urbanizaciones, en los campos, en liceos y universidades, por todo el país, que ponga a dudar al régimen y sus obsecuentes instituciones y ponga a pensar a sus seguidores que a lo mejor ha llegado el momento de saltar la talanquera, unirse a nosotros y producir el necesario quiebre del bloque hegemónico que se mantiene en el poder.
Si lo que de verdad queremos es una salida institucional todo lo que está ocurriendo no logra convertirse en esa agitación política necesaria, porque no hay ninguna organización política con credibilidad detrás de todo eso, con un programa y con un nítido planteamiento que alineen al país detrás suyo. Esa es una tarea que corresponde a los partidos políticos, pero muchos de ellos, por lo que se ve, están y han estado en un proceso interno de reestructuración “lampedusiana”, cambiando para mostrarnos los mismos rostros y que todo quede igual.
Convencidos de que al proceso le falta y de que la caída del régimen no está próxima y no se va a producir por buenos deseos, por aburrimiento, por resultados de encuestas o por magia, creo que son tres los frentes que debemos acometer simultáneamente:
– uno, las relaciones internacionales, sobre todo porque al parecer no vamos a contar con una Asamblea Nacional ni un gobierno interino al que la comunidad internacional pueda respaldar;
– dos, la sociedad civil, que puede apoyar el cambio pero entendiendo que por diseño estructural no está para la conquista del poder; y
– tres, los partidos políticos, hoy acosados y que son el centro de esta reflexión, pues el restablecimiento de la democracia pasa más bien por el auge de las organizaciones políticas y el fortalecimiento de las instituciones.
Tras esta nueva arremetida del régimen en contra de los principales partidos democráticos opositores, el momento de los partidos está llegando; nos toca apoyarlos y defenderlos una vez más; pero ello implica que se den cuenta que para lograrlo hay que demostrar un nuevo rostro. Demostrar que de verdad hay un profundo examen de los errores cometidos, una rectificación de los vicios y componendas del pasado; una apreciación crítica de ese pasado que los lleve a reconocerse en él, a aceptar sus orígenes, pero no dar necesariamente por bueno su presente.
De lo que se trata entonces es de romper con el concepto que tenemos de partido político y nos lancemos sin temor en la búsqueda de uno nuevo. No pensemos, en esta era de innegables avances tecnológicos y de las comunicaciones, que las únicas formas de organizarse políticamente son las que hemos conocido hasta ahora, basadas en los grandes partidos policlasistas y de masas, organizados bajo las ideas leninistas de centralismo democrático y bajo la concepción de “correas de transmisión”, expresiones organizativas de una conciencia y una ideología elaboradas por “intelectuales” alienados, como dirían los leninistas trasnochados, o “cuadros de vanguardia”, que nos pueden conducir a un nuevo fracaso.
En un próximo artículo me referiré a una serie de principios generales para que los partidos políticos aprovechen este acoso al que están sometidos y la defensa que en la sociedad civil debemos emprender para ayudarlos y fortalecerlos, para modernizarse y para cambiar.
Politólogo

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DESTRUIR EL ESTADO



Luis Ugalde SJ


Un hecho indiscutible: el Estado que Venezuela tenía ha sido destruido. ¿Cuáles son las causas de su ruina?; para unos son el saqueo y la ineptitud de los “revolucionarios”; para otros, su voluntad destructiva. Nos cuesta creer que el régimen deseara quebrar Sidor y arruinar a Pdvsa, su extracción, refinación y distribución de gasolina. ¿Desearía el régimen este sufrimiento de la población por falta de agua, luz, gas, transporte, escuela, hospital y bolívares que valgan algo? ¿Buscar esa ruina no sería un suicidio para la “revolución”?
De una a otra dictadura
El infantil socialismo andaba a gatas hacia 1860; proudhonianos, marxistas y anarquistas querían acabar con el capitalismo de explotación y miseria. Marx, con precisión “científica” afirmaba que el Estado burgués debe ser destruido, y no puede ser reutilizado para construir el Estado socialista; El Estado – según él – siempre es dictadura, una combinación de ley, violencia armada e ideología de una clase para dominar a la otra. Así debe ser también la “dictadura del proletariado” socialista, fuerte instrumento de dominación para destruir el capitalismo y eliminar la maldad humana de raíz, que no es otra que la existencia de la propiedad privada de los medios de producción, (¡eliminar la existencia de la empresa privada!). Destruidas la empresa privada y el Estado burgués, no habrá explotadores, ni explotados, el Estado y la religión se extinguirán por inútiles y la bondad humana florecerá sin mío ni tuyo. Las marxistas leyes “científicas” que rigen la historia llevan al proletariado a dar el salto definitivo hacia el “paraíso en la tierra” sin mal, con “hombres nuevos”, felices y sin alienación.
Pero el ruso Bakunin- uno de los principales padres del anarquismo- no estaba de acuerdo con Marx: si la revolución socialista monta otro Estado, una “dictadura del proletariado”, ¿quién va a ser capaz de desmontarla? Tendremos estado-dictadura para siempre, pues ningún poder renuncia voluntariamente. Bakunin rechazaba todo Estado central, que debía ser sustituido por el poder de los trabajadores descentralizado en numerosos núcleos de autogobierno, sin una estructura nacional dominante. El anarquista ruso tenía razón en la critica a la “dictadura del proletariado”, como terrible imposición partidista a perpetuidad.
Como el proletariado estaba alienado, no sabe lo que le conviene, para eso era necesario el partido comunista (Lenin) como minoría disciplinada “vanguardia lúcida del proletariado”, que sí sabe lo que los trabajadores necesitan. En la dictadura del proletariado la luz viene del sol radiante del secretario del Partido y sus rayos luminosos descienden por las estructuras partidistas transportando el bien. Lenin, Stalin, Mao o Castro son esos focos dictatoriales que derraman felicidad hasta que la muerte los separe del poder. El marxismo previó hegelianamente el inexorable matrimonio místico de la racionalidad “científica” con la atractiva utopía cuyo hijo deseado sería el paraíso sin mal. Solo que la utopía seduce, pero no acepta matrimonio libremente y el cautiverio del poder se convierte en monstruo absolutista. La dictadura quedó en totalitarismo y el cuento de hadas del paraíso comunista se derrumbó ante su inexorable realidad inhumana, en el Bloque Soviético y en la China Continental.
Estado no dictatorial
Bajemos a la realidad: el hombre en sociedad necesita autoridad y el Estado es un instrumento necesario creado para lograr el bien común de sus integrantes. Pero el Estado es también dominación y sometimiento. Quien se apodera de él, tiende a imponer sus intereses y someter a los otros.
Los clásicos del liberalismo político vieron con claridad que el Estado es un monstruo si no se le doméstica dotándolo de visión, de corazón y de Constitución con “voluntad general” y estructuras de bien común. Para ello, hay que eliminar monarquías absolutas y tiranías, vitalicias y hereditarias y sustituirlas por gobernantes elegidos para un breve período de 4 o 5 años y subordinados a una Constitución elaborada por la sociedad soberana a la que rinden cuentas y son juzgados, premiados o castigados. Eliminar la concentración del poder separando el Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Exactamente lo contrario de lo que hicieron Stalin, Mao o Castro.
Formidable tarea política democrática: lograr un pacto social expresado en la Constitución, hacer que se sometan a ella los gobernantes, quitándoles la soberanía para sembrarla y cultivarla en toda la población de modo que en la “voluntad individual” de cada uno nazca un ciudadano cultivador de la “voluntad general”, el bien común. Cultivar poder donde no lo hay significa desarrollar y promover conciencia, capacidades y oportunidades autónomas no estatales ni apéndices del Estado, y que este sea ordenado no a reprimir, sino que desarrolle instrumentos para lograr el bien común. Por supuesto siempre habrá lucha y manipulación para imponer desde el Estado intereses particulares disfrazados de bien común; demócratas son quienes hacen política para impedirlo.
En Venezuela el Estado de la Constitución y del bien común ha sido destruidos. El Estado-dictadura y represión está desatado. Cuando salgamos de esta locura tenemos que estar vacunados contra grupos mesiánicos y populistas de cualquier signo y desarrollar un Estado democrático que promueva la educación, capacitación y empoderamiento de la sociedad productora de bien común compartido.

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El periodismo de la diáspora venezolana: Un “compromiso” con su país


Por Alejandra Arredondo  
Muchos son los ejemplos. Mirelis Morales vive en Perú hace dos años y desde Lima, colabora con varios medios internacionales. Cuenta que un tema que intenta siempre poner en los ojos de sus editores es la migración venezolana hacia el país, que ya supera las 768.000 personas.
“Para mi es un compromiso con mi comunidad seguir visibilizando su situación”, explicó Morales a la Voz de América en una videollamada.
El mayor reto: cubrir migración, siendo ella misma migrante. “De alguna forma te sientes parte de lo que estás contando”, aseguró. Sin embargo, ve esencial “instruir a la gente dentro de su proceso migratorio”.
Cientos de kilómetros hacia el norte de donde vive Morales, Jefferson Díaz, también periodista y expatriado, hace lo mismo que su colega, pero en la capital de Ecuador: contar las historias de sus compatriotas.
A través del periodismo de migración, “procuro no alejarme de mi país ni alejarme del ejercicio periodístico de todo lo que se refiere a Venezuela”, expuso Díaz. Lo que tiene trabajar en Quito que no tiene trabajar en Caracas, Maracaibo o cualquier otra ciudad de Venezuela es, para él, la libertad.
“Todavía se puede ejercer el periodismo de una manera medianamente independiente sin tener que preocuparte porque te van a meter preso o te van a hacer un atentado por publicar algo”, dijo el reportero.
Y es que, en la región, Venezuela es el segundo país done la libertad de prensa está mas acorralada, superado solo por Cuba, según el índice del 2020 de la ONG Reporteros Sin Fronteras, que examina la pluralidad, independencia y ataques a la prensa en 180 países.

Día del periodista es un “día de reivindicación”

La presidenta y fundadora de la Asociación de Periodistas Venezolanos en el Exterior (APEVEX), Sonia Osorio, admitió en diálogo con la VOA que, desde hace varios años, el denominado “Día del Periodista” —celebrado el 27 de junio—en su país acaba siendo una jornada más de reivindicación que de celebración “por la grave situación en el país” y “por el ambiente hostil” implantado por el gobierno en disputa de Nicolás Maduro.
“Ha convertido a los periodistas en los enemigos de los ciudadanos y en su objetivo militar, y esto se traduce en agresiones, en persecuciones judiciales, en encarcelamiento, en acusaciones hacia los periodistas”, señaló Osorio.
La periodista, que impulsó la primera organización de periodistas en el exterior hace ocho años a raíz de las amenazas que vivía su profesión en el país, apuntó que el sistema judicial venezolano “ha convertido en una norma detener a periodistas, presentarles cargos y luego darles arresto domiciliario”.
“Con lo cual, ya tienes un periodista menos que no está informando de momentos tan graves como este, en medio de la pandemia, que los ciudadanos necesitan estar informados sobre esta situación del coronavirus”, agregó al respecto.
Las medidas restrictivas que el gobierno de Nicolás Maduro ha tomado para controlar la difusión de la pandemia del coronavirus, que ha dejado 4.563 contagios según las cifras oficiales, han agravado los ataques a la prensa y la censura en el país.
Según un informe realizado por Morales—con datos del Sindicato Nacional de Prensa de Venezuela—ha habido 150 periodistas víctimas de acoso, censura o insultos desde el inicio de la pandemia.
“Empeoraron las cosas (…) no solo en términos de libertad de expresión, sino de las condiciones para el ejercicio del periodismo: fallas eléctricas, falta de internet, gasolina”, señaló a la VOA Luz Mely Reyes, periodista y directora del medio online Efecto Cocuyo.
Todo esto, apuntó Reyes, en el marco del “autoritarismo” y el arresto de periodistas a los que imputan “con la llamada ley de odio”.
A pesar de las presiones, persiste el amor por la profesión
En noviembre del 2017, la Asamblea Nacional Constituyente, controlada por el partido oficialista, aprobó una ley que castiga con pena de hasta 20 años de cárcel por incitar al odio en medios, pero que ha sido utilizada, según denuncian organismos en defensa de la libertad de prensa, para perseguir a periodistas.
Según denuncia Osorio, la ley ha provocado que muchos profesionales de la información estén recibiendo “acusaciones por instigación al odio por informar en sus redes sociales por situaciones que tienen que ver con corrupción o por cualquier información que esté escondiendo el régimen (de Maduro) sobre el coronavirus”.
“Esto se traduce en censura y obligan a los periodistas a autocensurarse”, manifestó.
Además de la presión que ejerce el gobierno en disputa de Maduro, los reporteros en Venezuela se enfrentan contra otro muro que se cierra sobre ellos: presiones por parte de la oposición, encabezada por el presidente interino, Juan Guaidó.
“Un problema es que prácticas del gobierno chavista se han asumido por factores que se dicen demócratas”, acotó Reyes.
La periodista, que ha recibido varios premios por su trayectoria, aseguró que hay “mecanismos de presión sutiles” para que no se publique “determinada información, para que no se hagan comentarios que pueden afectar a un tipo de dirigente” o incluso buscar la manera de silenciar investigaciones de periodistas que muestras “irregularidades” dentro de las “fuerzas democráticas” del país.
Elber Gutíerrez, jefe de redacción de El Espectador, uno de los periódicos de circulación nacional más importantes de Colombia, tiene una palabra para describir a los reporteros y trabajadores de medios que viven en Venezuela: valientes.
“Lo están haciendo incluso a riesgo de su propia vida con tal de cumplir el deber sagrado de informar”, dijo el periodista.
En el equipo de Efecto Cocuyo, contó Luz Mely, la mayoría son jóvenes motivados por un pasión por la profesión, a pesar de las circunstancias.
“Un amor por lo que se hace, que hace que los miembros del equipo puedan superar las dificultades y sentirse comprometidos con el trabajo que están haciendo para informar a los venezolanos”, explicó.
Burlar la censura, alzar la voz
Desde fuera de Venezuela, además de los reporteros que hacen parte de la diáspora, medios en otros países del continente trabajan por llenar los vacíos de información que hay en el país o poner el foco sobre el ahogo a la libertad de prensa.
“Desde las organizaciones periodísticas lo único que podemos hacer es levantar la voz para defender aquellos que son censurados en el momento en que ocurre”, expuso Gutiérrez.
Los medios venezolanos, argumentó el periodista, pueden “buscar aliados” que crean en las mismas causas: “democracia, libertad de expresión y que contribuyan a la divulgación de los informes periodísticos que se hacen en Venezuela”.
Carlos Acosta, director de EVTV, enfocado en temas de Venezuela, afirma que su canal, con sede en Estados Unidos, trata de “burlar la censura usando herramientas” que da “la tecnología”.
Para un venezolano que vive en Caracas, aseguró Acosta, “a veces es mucho más sencillo (…) enterarse de lo que pasa en cualquier ciudad del interior viéndonos a nosotros que estamos en Miami” porque “internamente no tienen acceso a la comunicación”.
Al igual que sus compañeros en el sur del continente, para Acosta hacer periodismo desde Estados Unidos “es un compromiso que uno tiene”.
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Venezuela, un país sostenido por su gente ante la orfandad del Estado


Jhoalys Siverio
CORREO DEL CARONÍ

“Luchar por la vida en Venezuela, es luchar por el cambio político”. La frase de Luis Ugalde (historiador jesuita, ex rector de la UCAB) y citada por la escritora e investigadora Ana Teresa Torres, en un reciente encuentro académico virtual, define el día a día de muchos venezolanos cuya resistencia y la de su entorno es la mayor evidencia de una sociedad dispuesta a luchar por un porvenir mejor.
Con las estructuras del poder bajo dominio de un grupo político y las funciones estatales mermadas, la ciudadanía exhibe una capacidad de resiliencia para cubrir como puede la ineficiencia e inacción de un gobierno pendiente de no perder el control. No se trata de sustituir al Estado, sino de no quedarse cruzados de brazos y morir de mengua.
El coordinador de investigación del Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea), Marino Alvarado, da algunos ejemplos de esas iniciativas. Los vecinos de la Urbanización Sucre, en Lara, que se organizaron para atender un ancianato y terminaron ayudando a otras tres residencias de ancianos con la sumatoria de más voluntades, o el representante de un alumno en Carabobo que, viendo que compañeros de su hijo no tienen internet para cumplir con las clases a distancia en tiempos de pandemia, se organizó para hacer una especie de delivery en bicicleta, a fin de buscar los cuadernos y entregarlos a los docentes. Esa misma iniciativa también la tuvo un docente con sus estudiantes.
“La gente tiene unas capacidades que son limitadas, y hay quienes tienen más capacidades, no se trata solo de un asunto económico, sino de energía, no todos son jóvenes, ni tienen las mismas condiciones de salud, pero igual tratan de resolver, y no solo es por la ausencia del Estado, estas expresiones de solidaridad reflejan la parte buena que tiene el venezolano”, destaca Alvarado.
Pero cada expresión solidaria, desde una iniciativa individual como de fundaciones con trayectoria y nacidas en los últimos años, evidencia también la falta de gobernabilidad. En ese sentido, el ayudar al otro no significa hacerle el trabajo al gobierno, siempre que el trabajo no se quede en el asistencialismo, sino que exija a las autoridades cumplir con su deber.
“Si uno lo ve desde la perspectiva de derecho, hay que exigirle al Estado que cumpla sus obligaciones. En Provea siempre hemos cuestionado ese planteamiento que está en la Constitución, que pretende compartir las responsabilidades entre el Estado y la sociedad, eso que llaman la corresponsabilidad. No, el Estado tiene unas obligaciones. La corresponsabilidad, en muchos casos, las autoridades la han interpretado como descargar en las personas las obligaciones que tiene el Estado. Para eso el ciudadano paga IVA, paga impuestos, no puede haber corresponsabilidad cuando las cargas económicas son totalmente distintas”, agrega el defensor de derechos humanos.
El defensor de derechos humanos destaca la labor de instituciones no gubernamentales como la Iglesia Católica que ha entendido que además de ofrecer asistencia al prójimo, está en la obligación de Exigirle al Estado cumplir con sus deberes.
“El asistencialismo no es malo, pero si te quedas solo en el asistencialismo, cometes un error, porque estás haciendo una serie de labores que le corresponde al Estado, y las organizaciones y personas deben cuidarse de que el Estado no descargue labores que son su responsabilidad. El Ministerio de Educación, por ejemplo, presenta como algo muy positivo el hecho de que obliguen, porque al final se convierte en una obligación, a los representantes para que vayan a las escuelas a reparar los pupitres. Distinto es que un grupo de representantes por iniciativa den aportes y quieran mejorar la escuela”, explica el representante de Provea.
Más que sobrevivencia…
Para la politóloga y psicóloga social, Colette Capriles, la necesidad de seguir con la vida diaria no implica que la gente lo asuma desde la resistencia.
Explica que no hay información suficiente sobre cómo los ciudadanos sobrellevan la vida cotidiana en las condiciones actuales. Recuerda que es deber del periodismo y de los observadores, incluyendo académicos, documentar cómo la gente organiza sus escasísimos recursos para sobrevivir.
“Especular acerca de si hay un sentimiento de resistencia más o menos consciente no tiene mucho sentido en mi opinión. En el impulso a seguir con la vida diaria hay sin duda un elemento de resistencia, pero eso no quiere decir que la gente se lo plantee así”, explica.
Considera que la generalización y consolidación de un modo de vida en penuria no conducen necesariamente a crear una atmósfera de repudio o rebelión, a pesar de que cada uno de los ciudadanos del país sepa que solo mejorará el país cuando se retome el orden institucional democrático.
“La acción colectiva se hace muy difícil en estas condiciones, a menos que se logre conservar y desarrollar un tejido de solidaridades de distinto tipo (humanitaria, comunitaria, gremial) que ayuden a orientar y favorecer la acción política”, expresa.
En este sentido, la ciudadanía debe estar consciente en no limitarse a la sobrevivencia diaria, aunque esta es una condición sometida por el régimen y sus prácticas represivas que ejerce cada vez con mayor frecuencia y desproporción.
“Lo más importante es intentar que la vida no se limite a la sobrevivencia, pero eso no se logra mientras permanezca el aislamiento que este tipo de regímenes crea. Me refiero al aislamiento entre personas, y a la represión y control de lo que se puede decir en público. La separación, el aislamiento, la censura, son justamente aquello en que hay que enfocarse políticamente”, destaca Capriles.
Asegura, por otra parte, que las personas no se acostumbran a las tragedias que viven día a día e insiste en que la clave es combatir la orfandad institucional.
“Esa idea de que la gente se acostumbra es nefasta, porque ya es un juicio moralista sobre las posibilidades de las personas. Nadie se acostumbra al mal. Y nadie sobrevive sin solidaridades y relaciones con los demás. El punto clave me parece que es combatir esa sensación de orfandad y abandono que ha sido provocada por la destrucción de las instituciones, públicas o privadas”, afirma.
La organización es un punto clave para quienes han logrado reinventase en medio de la crisis. Capriles pone de ejemplo los grupos de vecinos que crean mecanismos para ayuda mutua, o padres y maestras que buscan la manera de facilitar la educación a pesar de la catástrofe. Se trata de “volver a confiar en vecinos, clientes, empleadores, líderes, es la tarea más importante ahorita. Y es algo contra lo cual el gobierno de Maduro trabaja intensamente: en romper todos los lazos de confianza”.
A contracorriente
Su labor como coordinadora de Educación para la Paz de Fe y Alegría, le permite a Luisa Pernalete tener contacto con las zonas más populares del país y ver iniciativas de ayudas entre vecinos.
“En esta situación de educación a distancia, con lo mal que ganan los maestros, y sin embargo se nota el esfuerzo por atender a los alumnos. En Fe y Alegría, desde que comenzó la cuarentena hasta ahora hemos aumentado el número de alumnos atendidos. A los 15 días de haber entrado la cuarentena, con programas de radio, grupos de WhatsApp y todo lo que se nos ocurría, comenzamos con una cobertura de 43 %, que era muy baja, hoy atendemos 70-75 %, dependiendo de las zonas y los colegios. Además, la creatividad que ponen los maestros para no soltar los lazos afectivos, que el niño se sienta acompañado”, destaca la profesora.
Pernalete disiente de quienes afirman que la ciudadanía “se está acostumbrando” a las adversidades. “La sociedad sigue apostando a un cambio político, económico y social, que más allá de una figura o actor político, se retome la independencia de poderes y el estado de derecho”.
Cómo vivir y no morir hoy
El obispo de Ciudad Guayana, Monseñor Helizandro Terán, reflexiona sobre esa Venezuela que sobrevive a pesar de las dificultades por la ausencia de gobernabilidad. “Vivimos momentos muy problemáticos que generan un sufrimiento indescriptible a los venezolanos, en todos los órdenes, y aplasta a los más pobres. Más allá de andar pendiente en discusiones políticas, la gente está pendiente de cómo subsistir, y es lamentable. La gente no piensa en si hay o no elecciones, en la mente del venezolano está cómo vivir y no morir hoy”, señala monseñor.
Las ciudades y poblaciones rurales afrontan sin excepción un colapso de los servicios básicos, sin agua en medio de una pandemia, sin garantía de despacho de gas doméstico, con constantes fallas eléctricas y de comunicación, y un sistema de salud pública es ruinas.
Recuerda que la Iglesia ofrece paliativos para reforzar la caridad solidaria, sin embargo, reconoce que estas iniciativas pequeñas y parciales no pueden sustituir las responsabilidades y funciones del Estado.
El acompañamiento de la Iglesia, como lo hacen organizaciones y fundaciones activistas de derechos humanos, de alguna manera solventa la responsabilidad y el rol que no cumple el Estado y gobierno en la asistencia a los ciudadanos, pero no significa que pueda reemplazarlo las competencias que legalmente les corresponden.
“En los últimos días, como un gesto solidario de Cáritas, por ejemplo, hemos repartido más de 800 bolsas de comida en las distintas parroquias de San Félix, Puerto Ordaz, y de Upata. Algunos pueden decir que 800 bolsas de comida es nada, pero es algo, es insumo. Esto lo hacemos por el compromiso de la caridad y el amor que la Iglesia tiene por sus hijos, pero esto no exime la responsabilidad que tiene el Estado”, sostiene.
Monseñor Helizandro Terán reitera la necesidad de que todas las autoridades del Estado asuman su responsabilidad y se aboquen, con acciones concretas, a brindar insumos, mejorar los servicios públicos y garantizar una mayor dignidad de vida para el ciudadano.
También pide a la población no perder la fe y la esperanza a pesar de las dificultades. “En medio de tanto dolor, Dios está con nosotros, Dios está sufriendo con nosotros, comparte nuestras lágrimas y da la fortaleza para que los más empobrecidos tengan ALIENTO para sobrevivir.

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viernes, 26 de junio de 2020

EL CAMBIO ESTÁ BLOQUEADO

Gonzalo González, autor en EL NACIONAL
     GONZALO GONZALEZ

Un acercamiento realista y objetivo a la situación política indica que el necesario cambio político está bloqueado; independientemente de que la mayoría lo apoye. Las opciones planteadas por los actores políticos demandantes del mismo no son factibles de concretarse en el mediano plazo. Es evidente que el régimen controla la situación y posee la capacidad de iniciativa para imponer sus objetivos y su agenda respectiva. La pandemia (todavía bajo control, no se sabe por cuánto tiempo porque la fase de agudización del Covid-19 parece estar materializándose de acuerdo al pronóstico de los expertos) ha terminado siendo, por los momentos, un aliado de la dictadura. La posibilidad de un acuerdo entre el régimen y las fuerzas democráticas para construir una salida constitucional a la crisis política mediante la convocatoria de procesos electorales apegados a la legalidad vigente (aunque fuese solo la renovación de la Asamblea Nacional, opción a considerar si se hubiese formulado) fue dinamitada por las decisión abusivas, arbitrarias e ilegales de: transferir al tsj (minúsculas a propósito), la decisión de renovar el Consejo Nacional Electoral, la consiguiente conformación sesgada del mismo, que no garantiza ni su imparcialidad ni competencia para asumir los cambios necesarios en el ente para recuperar la confianza del país, el atentado contra el pluralismo y la competitividad concretada mediante la expropiación de algunos de los principales partidos democráticos, las amenazas de declarar como terrorista a otro y contra los demás de correr la misma suerte si no aceptan los designios del oficialismo. Por si todo esto fuese poco, el tsj le confiere al CNE la competencia de legislar sobre materias que son constitucionalmente reserva legal del parlamento como lo referente al sistema electoral. Es evidente, entonces, la intención del chavismo de acomodar todo para materializar un proceso electoral fraudulento que le otorgue el control de la Asamblea Nacional al margen y en contra de la mayoritaria voluntad ciudadana. Otra opción propuesta es la de concurrir al proceso no importa las condiciones confiando en que una votación mayoritaria del cuerpo electoral impondrá el cambio o generará una crisis de gobernabilidad tal que obligará al chavismo a negociar el poder. Está opción asumida por algunos de manera honesta y sin cálculos subalternos y por otros (mesita incluida preferencialmente) para usurpar una representación que su fuerza no les confiere, tiene varios inconvenientes, entre otros, de bastante calado: es verdad que los venezolanos queremos votar para contribuir a resolver la crisis, pero no de cualquier manera y sin las garantías previstas en la legislación vigente y las últimas decisiones al respecto adoptadas por el régimen estimulan y solidifican la desconfianza ciudadana, desconfianza sustentada en lo ocurrido con el referéndum revocatorio, en el desconocimiento de las consecuencias políticas e institucionales de los resultados de los comicios parlamentarias del 2015 y la fraudulenta elección presidencial del 2018 (resultado cuestionado por el entonces candidato Henri Falcón), nada garantiza que el régimen reconozca un resultado adverso y no le de palo a la lámpara; mención aparte merece la consideración de que muy probablemente nuestros aliados en la comunidad internacional desconozcan por fraudulento el proceso. La intención del chavismo de imponer unas elecciones parlamentarias a todo evento se inscriben en su objetivo de instaurar un sistema político de fachada democrática pero dictatorial (más que autoritario) en su funcionamiento con la presencia de una leal oposición sin posibilidades reales de amenazar su poder porque la arquitectura del sistema se lo impide de entrada como ocurría en Checoslovaquia, Polonia y la RDA en tiempos del imperio soviético. Los partidarios de esta fórmula subestiman los efectos y consecuencias negativos para la calidad de vida de los venezolanos si el chavismo concrete su plan; más bien devienen en cómplices de tal desatino. La alternativa de que una coalición internacional intervenga para desalojar del poder al chavismo o que las sanciones escalen de tal forma que estrangulen al régimen no es un escenario viable porque los potenciales actores de tal acción no están disponibles por diversas razones, entre ellas porque no consideran todavía al régimen una amenaza a sus intereses vitales. Ante tal panorama las fuerzas democráticas (políticas, sociales y ciudadanas) tienen el deber de debatir con realismo, sin prejuicios ni reflejos condicionados el curso más conveniente a seguir para resistir convenientemente los esfuerzos del continuismo y desbloquear el cambio. Caracas, 23 de junio de 2020
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