SOMOS UNA ONG INSPIRADA EN LOS VALORES DE LA LIBERTAD, LA DEMOCRACIA Y EL RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS. NUESTRO FIN FUNDAMENTAL ES EL DEBATE LIBRE DE IDEAS SOBRE TEMAS SOCIALES, POLÍTICOS, ELECTORALES Y ECONÓMICOS. EN ATENCIÓN A TAL FIN NOS PROPONEMOS REALIZAR INVESTIGACIONES, ESTUDIOS Y FOROS, ASÍ COMO LA FORMULACIÓN DE PROPUESTAS CONCRETAS, EN EL MARCO DE LA REALIDAD VENEZOLANA Y CONTINENTAL, DE CONFORMIDAD CON LA CONSTITUCIÓN NACIONAL Y LAS LEYES VIGENTES VENEZOLANAS.
sábado, 31 de marzo de 2018
COLOMBIA NO SERA UNA PERITA EN DULCE
BEATRIZ DE MAJO
EL NACIONAL
Ante la anticipación del triunfo
electoral cercano de Iván Duque en los próximos comicios neogranadinos
es bueno poner de relieve las características del país que le pondrán en
las manos a un hombre que no es un primíparo de la política, pero que
deberá hacer frente a un entorno desvencijado en dos terrenos, el de la
paz y el económico.
Luis Alfonso García Carmona,
catedrático y experto en planificación, se ha adelantado a este estudio y
lo que vaticina no es bueno, al menos en lo económico. Este profesional
paisa considera que Colombia será una “olla raspada” para cuando toque
hacer el relevo presidencial y así titula un reciente artículo con su
rúbrica, publicado en La Linterna Azul.
La primera y lapidaria realidad es
que si el país colombiano creció 7% en el año 2007 y solo creció 1,8 el
año pasado, la situación es de franca recesión aunque la expansión no
sea negativa. La deuda pública del hoy supera 50% del PIB, lo que no es
poca cosa y el déficit fiscal es superior a 4% a pesar de que se han
tomado medidas heroicas para incrementar los ingresos públicos
castigando a los actores económicos con un IVA de 19%.
Dice García Carmona que “a pesar de
todas las advertencias recibidas para reducir el tamaño del Estado y
racionalizar el gasto, Santos siguió adelante en su carrera por
convertir el presupuesto en un botín para sus áulicos. En 2011, por
ejemplo, creó 6 altas consejerías presidenciales, 3 ministerios y 6
nuevas unidades administrativas. A los miembros de las juntas directivas
en las empresas del Estado les reajustó los honorarios en 111% entre
los años 2010 y 2015. Y solo en 2015 creó 18.273 nuevos cargos”.
Así que Duque arrancará con un pesado
fardo sobre sus hombros, complementado ello con la necesidad de
instrumentar un acuerdo de pacificación en contra del cual se ha
pronunciado en múltiples ocasiones como candidato, por considerar que se
hicieron “concesiones que ponen la criminalidad por encima del Estado
de Derecho, pues los máximos responsables de crímenes de lesa humanidad
no van a pagar un día de cárcel y van a tener el camino en tapete rojo
para participar en política".
Por fortuna, a pesar de sus cortos 41
años, no son pocos los años en los que este líder puede exhibir
cercanía a los centros de Poder Ejecutivo y Legislativo, además de haber
trabajado muy próximo a dos de los dirigentes más fuertes que el país
ha tenido en la última década, Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe.
Pero en el período gubernamental que
le tocará harán crisis elementos de la dinámica colombiana que lo
someterán a duras pruebas. Tiene a su favor no tener ningún tachón en su
hoja de vida ni haber sido objetivo nunca de un proceso judicial en su
contra. Pero le sobrarán aquel género de enemigos que no le harán leve
su tránsito por la Presidencia: los defensores a ultranza del proceso de
paz de Santos y los agresivos detractores del uribismo.
Lo singular es lo raro, lo que es único
en su especie o extraordinario. Esa característica o condición es
precisamente la que presenta la actual crisis venezolana. Tal
singularidad no es para nada algo de lo que nos podamos sentir
orgullosos pues la misma tiene el carácter de tragedia ilimitada o
total, al abarcar todas las actividades que se llevan a cabo en el país.
Si hacemos un simple paneo por la
historia de los países latinoamericanos en los últimos cincuenta años,
podríamos constatar que el deterioro que exhibe Venezuela no tiene
comparación con el que han experimentado nuestros hermanos de Centro y
Suramérica.
El acontecer de Argentina hace
patente lo anterior. Allí se observa que a raíz del golpe de Estado que
lideró el comandante general del Ejército Jorge Rafael Videla, el 24 de
marzo de 1976, se vivió una gravísima crisis política que condujo a la
clausura del Congreso, los partidos, los sindicatos y otras
organizaciones, así como a una de las represiones más sangrientas del
Cono Sur. Se estima que durante la dictadura militar que se instauró
“desaparecieron” 30.000 personas. Posteriormente, en 1989 y 1990,
durante las sucesivas presidencias de Raúl Alfonsín y Carlos Menem, la
hiperinflación hizo acto de presencia, conduciendo a casi 50% de la
población del Gran Buenos Aires por debajo de la línea de pobreza.
A pesar de la magnitud de los males
anteriores, estos no se acercan ni remotamente a los padecimientos que
bajo la dictadura de Maduro sufrimos los venezolanos. Las estadísticas
están a disposición de todos para corroborarlo. En primer lugar, según
la ONG Observatorio de Violencia, solo en 2017 nuestro país registró 89
muertes violentas por cada 100.000 habitantes, lo que se traduce en un
gran total de 26.616 fallecidos. De acuerdo con la misma organización,
el número de víctimas fue de 28.479 en 2016 y 27.875 en 2015. Una idea
cabal y actualizada de la situación se pone de manifiesto al constatar
que, en 2017, la vecina Colombia registró un récord histórico negativo
de criminalidad, con 23 muertes violentas por cada 100.000 habitantes.
En segundo término, la Encuesta sobre Condiciones de Vida, cuyos
resultados fueron publicados en febrero de este año, puso en evidencia
que para el año pasado 25,8% de la población se encontraba en situación
de pobreza y que 61,2% estaba en situación de pobreza extrema. Toda la
data anterior ratifica plenamente que nuestros padecimientos son más
dramáticos que los sufrimientos de los hermanos argentinos.
Lo más triste, sin embargo, es que la
congoja no se limita a la catástrofe anterior. La encuesta últimamente
indicada puso también de manifiesto el terrible drama que padecemos en
el campo de la salud y en materia alimentaria y laboral, ubicándonos en
niveles de hecatombe. El mismo estudio reveló que 1,42 millones de
venezolanos abandonaron el país entre 2012 y 2015, estimándose que para
finales de 2017 la cifra se ubica entre 3 y 4 millones de personas, esto
es, de 10% a 12% de la población total. Se trata de un fenómeno que
está íntimamente ligado a nuestra problemática política, económica,
delictiva y de salud pública, que genera desarraigo y tristeza en
muchísimos compatriotas.
Nuestro deterioro es, pues, inmenso y
eso es un atentado a nuestra dignidad. Por eso Nicolás Maduro y los
suyos tendrán que rendirse al arbitrio del pueblo.
Los rivales del presidente venezolano y
candidato a la reelección, Nicolás Maduro, afincan su precampaña en
combatir la abstención de los electores para conseguir una oportunidad
en los comicios del próximo 20 de mayo. Bajo la premisa "si votamos,
ganamos", el ex gobernador y candidato presidencial Henri Falcón
recorrió uno de los principales bastiones del chavismo para avanzar en
su campaña por la Presidencia, en la que las perspectivas sobre la
abstención de los electores son su principal factor en contra. Son tres
los rivales: Henri Falcón, el empresario Luis Alejandro Ratti y el ex
pastor evangélico Javier Bertucci.
Con respeto a Ratti y Bertucci,
pienso que Falcón es, en verdad, el más contundente rival de Maduro, y
el único de los citados con altas posibilidades de vencerlo, contra
viento y marea, es decir, el sumiso CNE, la espuria constituyente, el
Alto Mando Militar, y, muy especialmente, la abstención de los
opositores a Maduro, el Frente Amplio, los indecisos y loa desencantados
de los partidos políticos, vale decir, la antipolítica.
¿Qué propone Falcón? Hasta hoy, esto
es lo que ha dicho: el candidato expuso, a inicios de mayo, algunos de
los proyectos que desea ejecutar en Venezuela, de ser elegido como nuevo
presidente de la República, en los venideros comicios, y aseguró que
una de sus principales propuestas es "un programa de recuperación
económica para resolver el problema del alto costo de la vida". Falcón
detalló que con relación a este proyecto hará "importantes anuncios en
los próximos días".
Es muy importante que esa propuesta
se dé a conocer poco después de terminada Semana Santa, dado que la
enorme mayoría del país vive sumida en la pobreza, el desabastecimiento,
enfermedades crónicas (hipertensión arterial, diabetes, varios tipos de
cáncer y baja atención médica pública). La Encuesta de Condiciones de
Vida 2017 (Encovi), realizada por la UCAB, la UCV y la USB, muestra
objetivamente un panorama conmovedor.
Otra de las metas, o acciones que se
traza Henri Falcón, es la de liberar a los "presos políticos". Falcón
dijo en Twitter: "Mi primera acción como presidente será liberar a los
presos políticos, comenzando por @leopoldolopez. En Venezuela no pueden
haber presos políticos". Asimismo, ratificó su disposición a tener
buenas relaciones con Estados Unidos: "Nosotros queremos tener las
mejores relaciones con Estados Unidos porque es el principal socio
comercial de Venezuela y agradecemos la solidaridad de la comunidad
internacional con el país". Y mencionó una gran verdad: "Yo no pretendo
que me quieran los grupos radicales de lado y lado, estoy aquí
defendiendo a Venezuela, que según todas las encuestas quiere y necesita
participar para cambiar este nefasto gobierno".
Falcón, que ha destacado dentro sus
propuestas el beneficio de una ayuda en dólares a los venezolanos ante
la crisis en la región noreste, una zona que a su juicio es una de las
"más maltratadas" del territorio nacional. A través de su cuenta en
Twitter, el candidato indicó que "los habitantes del estado Sucre y de
todo el país han sido abandonados a su suerte y hoy viven azotados por
la inflación, la escasez, la delincuencia y el desastre de política
económica del gobierno de Maduro". Manifestó en Sucre que Venezuela se
encuentra en “condición de miseria estructural”, lo que requiere,
pienso, un cambio radical del “modelo” que se viene aplicando desde hace
casi veinte años, agravado por la pésima gestión de Maduro.
Como dice el documento (Carta
abierta) de más de cien economistas, del 12 de enero, “las
características actuales están estrechamente vinculadas al intento de
trasplantar un modelo que ha demostrado ser pernicioso para economías en
vías de desarrollo, y en consecuencia el manejo inapropiado de las
políticas públicas. Todo gobernante debe saber que, en economía, los
resultados dependen de los incentivos. Lamentablemente, el camino tomado
ha sido el de desconocer principios fundamentales del quehacer
económico, acentuando el intervencionismo del Estado en la economía,
expropiando empresas que luego languidecen y cierran, e incrementando
controles de todo tipo sobre la vida pública y la iniciativa privada.
Entre los controles más nefastos están los instrumentos sobre el mercado
de divisas y sobre los precios, con graves consecuencias para las
actividades productivas y comerciales, y sobre el bienestar de la
población”.
En una columna publicada por The New York Times el
6 de marzo, titulada "Por qué aspiro a la presidencia en Venezuela", el
ex gobernador del estado Lara hace un extenso alegato sobre su decisión
de presentar su candidatura cuando parte de la oposición se ha negado a
participar en estos comicios. Advirtió que si el mandatario Nicolás
Maduro decide "robarse esta elección", lo encontrará en las calles
luchando junto al pueblo para que se respeten los resultados.
Refiriéndose a sus compañeros (¿o
ex?) de la MUD, dijo: “A quienes no quieren participar en estas
elecciones les preocupa que nuestra participación legitime un proceso
fraudulento", pero, pese a considerar "legítimas" las inquietudes de la
oposición, piensa que no deberían llevarlo a rendirse ni a "entregarle a
Maduro seis años más el poder". Y aclaró: "Optar por competir con
reglas injustas no legitima esas reglas, lo que hace es consolidar
nuestra firmeza en la defensa de nuestros derechos". Falcón se declaró,
también, "en desacuerdo con la estrategia de abstenerse de participar"
en esta votación, al considerar que los "boicots electorales casi nunca
funcionan".
No obstante, admitió que las
elecciones presidenciales en las que competirán cinco candidatos,
incluidos Falcón y Maduro, "sucederán en un campo de juego inclinado a
favor del gobierno". Y subrayó: "Nicolás Maduro persigue a los líderes
de la oposición, suspendió partidos políticos, llenó las instituciones
electorales con sus partidarios y usa descaradamente los recursos
públicos en su campaña". Sin embargo, Falcón defendió que "cuando los
movimientos de resistencia decidieron retar a los regímenes autoritarios
en las urnas –desde Pinochet hasta Milosevic–, tuvieron muchas más
oportunidades de generar cambios de régimen". Aseguró que "los gobiernos
no ganan elecciones durante las hiperinflaciones"; una afirmación
dudosa y desmentida por la historia.
Anticipó que, de ganar la
Presidencia, buscará “ayuda internacional –incluyendo organismos
bilaterales y multilaterales– para restablecer el abastecimiento de
alimentos y medicinas" y liberará a los presos políticos que "han sido
encerrados en las celdas del gobierno por el solo hecho de pensar
distinto". También invitó a la oposición a dejar de lado sus divisiones y
unirse en un proyecto común. Considera que la reconciliación empieza
con la justicia, para lo cual propone que quienes "han violado derechos
humanos y cometido actos de corrupción deben rendir cuentas".
La encuesta Delphos, realizada en
febrero, muestra que de celebrarse las elecciones ese mes, Falcón
ganaría por 11 puntos. Pero la suma de aquellos cuya intención en
abstenerse y de indecisos deja las cosas en un limbo político.
Para quien escribe es evidente que
Henri Falcón es quien tiene las mayores, más bien altas, posibilidades,
de captar los votos de quienes quieren y desean salir a votar en contra
del atroz régimen de Maduro y su camarilla. Una ola de opositores
deseosos del cambio, junto con chavistas críticos, antimaduristas
acérrimos, que sufren y esperan y no quieren o no pueden sumarse a la
diáspora, puede derribar los muros del madurismo, con una
superabundancia de votos, como sucedió el 6 de diciembre de 2015, para
amargura del gobierno y del obediente CNE, y angustia en las alturas de
la FANB, donde cunde la ebullición.
Alejandro Andrade, ex tesorero de Chávez en enorme investigación por lavado en EEUU
Por Antonio Maria Delgado y Jay Weaver
El Nuevo Herald
Las autoridades federales del sur de Florida trabajan en un “enorme
caso” de lavado de dinero contra ex altos funcionarios venezolanos,
incluyendo uno muy cercano al fallecido presidente Hugo Chávez, y contra
banqueros y empresarios vinculados al régimen bolivariano de Caracas.
Alejandro Andrade, un ex guardaespaldas de Chávez que ascendió a
Tesorero Nacional entre el 2007 y el 2010, es investigado por
presuntamente lavar millones de dólares robados al Estado venezolano a
fin de invertirlos en propiedades de bienes raíces, caballos y otros
activos en el sur de Florida y en otros lugares, dijeron fuentes en
Miami y ex funcionarios del régimen familiarizados con el caso.
La magnitud de las adquisiciones realizadas por Andrade, en el sur de
Florida y en otras partes de los Estados Unidos, no es del todo clara
debido a que realizó las operaciones a través de compañías que no
estaban a su nombre, dijeron las fuentes.
Las autoridades sospechan que Andrade, al igual que empresarios y
banqueros vinculados a él, acumularon gigantescas fortunas haciendo uso
de las diferencias entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio
paralelo para comprar, con enormes descuentos, bonos denominados en
dólares y en libras esterlinas, dijeron las fuentes.
La oficina del fiscal federal de Miami no quiso comentar sobre la
investigación contra Andrade y las otras personas investigadas. El
abogado defensor de Andrade, el ex fiscal federal Curtis Miner, se
encontraba fuera del país y no respondió a las solicitudes por teléfono
celular y correo electrónico en busca de comentarios.
Roberto Martínez, otro ex fiscal federal que trabaja con Miner en el caso, dijo que no podía hacer ningún comentario.
Claudia Patricia Díaz Guillén,
quien remplazó a Andrade a la cabeza de la Tesorería, también está
siendo investigada en el caso del sur de la Florida por presunto lavado
de dinero, dijeron las fuentes familiarizadas con la investigación.
Díaz, una ex oficial naval, reside o residió en República Dominicana, de acuerdo con informes publicados en Venezuela. Su esposo, Adrián Velásquez Figueroa, es un ex guardia de seguridad de la presidencia venezolana.
Entre los otros bajo
investigación se encuentran banqueros y empresarios venezolanos
vinculados a los gobiernos de Chávez y de Maduro, dijeron las fuentes.
El caso contra Andrade podría
tener implicaciones significativas para otros miembros del chavismo y
para empresarios involucrados con el régimen.
Al ser el Tesorero Nacional de
Venezuela, Andrade podría estar en condiciones de ayudar a los
investigadores federales a desentrañar los secretos financieros del
régimen e identificar a las personas que saquearon al país.
Para muchos observadores, un
perverso cóctel de políticas socialistas que paralizaron el
emprendimiento privado, los bajos precios del petróleo y el saqueo de
miles de millones de dólares del fisco han transformado a uno de los
países más ricos de América Latina en uno de los más pobres del mundo.
Cientos de miles de venezolanos se han visto obligados a buscar refugio
en países vecinos para escapar de las condiciones de hambruna mientras
los ricos invierten en condominios y casas de lujo en el sur de Florida.
Un
adolescente en la entrada de una panadería en Caracas en marzo del 2018.
Cientos de miles de venezolanos se han visto obligados a migrar para
escapar de las condiciones de hambruna mientras los ricos invierten en
condominios y casas de lujo en el extranjero.
La corrupción se ha
institucionalizado en Venezuela hasta el extremo de que hoy en día no
solo abarca todos los niveles del Estado, sino que se ha convertido en
una de las principales herramientas utilizadas por el sucesor de Chávez,
Nicolás Maduro, para mantenerse en el poder, explicó desde Londres
Diego Moya-Ocampos, analista de América Latina de IHS Markit, firma con
sede en Londres que evalúa riesgos de inversión en todo el mundo.
“Chávez llegó al poder bajo la
bandera de la lucha contra la corrupción, pero la transformación
política que inició en 1999 terminó convirtiéndose en una cleptocracia”,
dijo Moya-Ocampos. “La situación, sin embargo, ahora está fuera de
control y la magnitud de toda esta corrupción ha provocado que la crisis
humanitaria haya devastado el país”.
La investigación sobresale entre
otros casos federales presentados contra ex funcionarios venezolanos en
los últimos años debido a que Andrade fue uno de los lugartenientes de
mayor confianza de Chávez.
Lujos y caballos
Andrade, de 53 años, viaja con
frecuencia haciendo uso de su avión privado y reside en Wellington,
afluente comunidad del condado Palm Beach, en Florida, conocida por sus
competencias de equitación y partidos de polo de la alta sociedad, según
fuentes familiarizadas con sus actividades e informes de prensa.
Posee una casa en Wellington y su
hijo compitió allí en grandes eventos ecuestres , así como en Venezuela
y en otras partes del mundo, según la compañía de promoción, Starting Gate Communications.
Andrade también es socio de una granja de Carolina del Sur que cría
caballos de exhibición y patrocina competiciones ecuestres.
El ex tesorero tenía autoridad
sobre las cuentas bancarias de Venezuela con HSBC, con sede en Suiza,
que fueron utilizadas para depositar en secreto miles de millones de
dólares en fondos públicos, según un informe publicado en el 2015 por el
Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.
El gobierno estadounidense le
impuso al HSBC una multa de $1,900 millones en el 2012 por permitir que
traficantes de drogas, políticos y otros clientes lavaran su dinero a
través de sus sucursales bancarias en Estados Unidos.
Según los datos obtenidos,
Venezuela llego a depositar un total de $14,800 millones en cuentas
suizas del HSBC entre 1998 y el 2007.
No es ilegal tener cuentas en
Suiza, país conocido por la privacidad de su sistema bancario. Pero las
cuentas secretas de Venezuela con HSBC generaron preguntas sobre si
Chávez y otros altos funcionarios del gobierno estaban robando fondos
públicos. Esa duda se torna hoy mucho más relevante, particularmente
ante el palpable colapso de la economía venezolana.
La mayoría de los fondos venezolanos en las cuentas suizas parecen haber estado vinculadas con la oficina del tesoro del país sudamericano, que se convirtió en cliente de HSBC en el 2005.
La oficina llegó a tener hasta $11,900 millones en la cuenta, según el ICIJ y los periodistas que tuvieron acceso a esos datos.
Pero ya para el 2006-2007, la
oficina del Tesoro solo tenía $698 millones en esas cuentas. Andrade se
convirtió en tesorero en el 2007 y fue el único funcionario venezolano
incluido en las cuentas bancarias suizas del país.
La suerte de Andrade, quien
proviene de un origen humilde, se disparó cuando ganó la confianza de
Chávez al inicio de su gobierno. Varios medios de comunicación venezolanos han calculado su fortuna en varios miles de millones de dólares.
La culpa de la “chapita”
Chávez protegió a Andrade desde
que casi le quita el ojo derecho mientras ambos jugaban “chapita” en el
palacio presidencial. Chapita es similar al béisbol, pero se juega con
chapas de refresco en lugar de bolas y con un palo de escoba que sirve
de bate. Andrade finalmente perdió el ojo y hoy utiliza un ojo de
vidrio, según informes publicados en Venezuela.
Poseído por un sentimiento de culpa, Chávez terminó favoreciéndolo durante sus años en el poder, aseveran los portales de noticias, incluyendo al elindependiente.com.
Andrade, quien se graduó de la
Academia Militar de Venezuela, participó en el fallido intento de golpe
de estado de Chávez de 1992. Seis años después, cuando Chávez se postuló
con éxito a la presidencia, se desempeñó como su guardaespaldas. En
1999, fue elegido para la Asamblea Nacional Constituyente, que se
redactó una nueva constitución y rediseñó el Estado venezolano. Y en el
2007, fue nombrado tesorero nacional y presidente del estatal Banco de
Desarrollo Económico y Social de Venezuela, Bandes.
Esos nuevos cargos convirtieron a
Andrade en un factor de poder sobre la economía del país. Pero el
funcionario comenzó a ser cuestionado por dirigentes de la oposición,
quienes le acusaron de corrupción y de permitir que la Tesorería de la
Nación fuese tratada como la chequera personal de Chávez.
Durante una audiencia en el
Congreso en el 2008, el diputado opositor Ismael García dijo que Andrade
estaba en el centro de una gran maniobra de corrupción que involucraba
la compra de $7,000 millones en bonos de los tesoros de Argentina,
Ecuador y Bolivia.
Las acusaciones apuntaban que
esas operaciones terminaron beneficiando a un pequeño grupo de
funcionarios, bancos y casas de corretaje, pero las denuncias fueron
ignoradas por el régimen de Chávez, que para entonces ya comenzaba a
tornarse cada vez más autoritario.
0:44
Arrestan a ex Ministro de Maduro, Miguel Rodríguez Torres
Agentes
de seguridad del régimen Bolivariano de Caracas arrestaron en la tarde
del martes al ex Ministro de Relaciones Interiores, Miguel Rodríguez
Torres, como parte del proceso de depuración interna emprendido por el
gobernante Nicolás Maduro. Torres, quien fue un cercano colaborador del
fallecido presidente Hugo Chávez, había sido acusado por el propio
gobernante bolivariano de haber traicionado a la revolución. Redes sociales
El ardid de los bonos
Otra de las presuntas tácticas
corruptas que llegó a estar bajo la lupa se trataba de la venta de bonos
denominados en dólares y libras esterlinas que fueron comprados en
bolívares por un selecto grupo de funcionarios y hombres de negocios
vinculados al régimen, que obtuvieron los papeles con enormes descuentos
al pagar en bolívares por una tasa de cambio muy por debajo de la
flotante.
Esas transacciones
instantáneamente proporcionaron ganancias colosales ya que los bonos
podían venderse posteriormente en los mercados internacionales y con
solo vender una pequeña fracción de los dólares obtenidos se podían
obtener los bolívares necesarios para cubrir los costos de la
adquisición inicial de los bonos.
El ex ministro de Planificación
de Chávez, Jorge Giordani, dijo después de la muerte del presidente a
principios del 2013 que prácticas de corrupción de ese tipo le generaron
pérdidas a la nación por más de $20,000 millones.
Read more here: http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/article207546504.html#storylink=cpy
Solemos reunirnos, sesentones y
parsimoniosos, un grupo de amigos que fuimos comunistas, que rompimos
con el PCV para fundar el MAS y vivir sus luminosos tormentos y que
finalmente lo abandonamos para no avalar su apoyo a Chávez.
Es una peña que, como todo el país,
incluidas las Iglesias y las Fuerzas Armadas, sufre el resfriado que
contagia a los demócratas: elegir entre votar o no votar. Una disyuntiva
que no puede maquillar el imperativo deber de elegir entre salir del
régimen en mayo o dejar que se legitime para seis años más. Que los dure
o no es otro asunto, pero que no se eluda la verdad con juegos de
palabra: si no se vota se elige, pasivamente, a Maduro.
El régimen está acelerando su mutación
del autoritarismo al totalitarismo. Es una de las advertencias del
Observatorio Electoral nacional: cada elección es más restrictiva que la
anterior. El gobierno se prepara, con un paso hacia atrás y dos hacia
adelante, para un período especial con relaciones comerciales
restringidas y la liquidación absoluta de las formalidades democráticas.
Mayo puede ser la última coyuntura electoral, antes de consolidar aquí
el modelo comunista cubano: con el hambre sofocando la lucha por la
libertad.
Los argumentos a favor de la abstención
no son ni nuevos ni sólidos, pero quienes los esgrimen son personas de
experiencia, conocimientos y desempeños meritorios. Han formado parte
del eje principal de la oposición. Merecen ser oídas y refutadas sin
adjetivos que, aún usados con elegancia, enturbien la posibilidad de
buscar juntos puntos de acción común.
Llaman a oponerle un vacío al
adversario, esconderle las provisiones, esperar a que se derrumbe. Pero
en momentos en los que Maduro enfrenta factores negativos de más peso
que los ventajismos que tendrá que vencer la oposición, no parece que la
inercia pueda noquear al régimen.
Si la abstención gana, lo revelan
estudios politológicos y el Ensayo sobre la lucidez de Saramago, quien
pierde es la democracia. Ella no descabeza al monstruo totalitario. Su
atractivo indecible es que guarde algunas escaleras secretas como
esperar un golpe o una invasión militar, dos ilusiones ajenas a la
estrategia que le ha dado éxitos a la MUD.
La abstención desmoraliza porque es hija
de la idea de que el régimen es invencible. Es escasa su capacidad para
movilizar y absoluta su inutilidad para impedir, mesa por mesa, que el
régimen haga lo que quiera. La abstención es la renuncia a disputarle el
poder a un gobernante que ya está derrotado con el 80% de la población
en contra y una mayoría muy dispuesta a ir contra Maduro. ¿Por que
negarse a disputar el poder y ganarle?
Con la participación se abrirá una
transición. Podemos hacer de Falcón el candidato de la Unidad y en tres
años realizar unas primarias donde Leopoldo López, Henrique Capriles,
Henry Ramos y quien tenga fuerza para hacerlo compitan en unas
elecciones organizadas por un gobierno democrático. ¿No es ese el
objetivo fundamental de nuestras luchas? O acaso, hay intereses por
debajo de esa causa?
“Llegará el día en que después de
aprovechar el espacio, los vientos, las mareas y la gravedad;
aprovecharemos para Dios las energías del amor. Y ese día por segunda
vez en la historia del mundo, habremos descubierto el fuego” Pierre Teilhard de Chardin
La Semana Santa nos permite algunas reflexiones empapadas de
espiritualidad. Me detengo en la figura de Jesús. ¿Hombre y Dios al
mismo tiempo? ¿En qué consistió su propuesta y consiste su legado?
Para ese ejercicio hago llamado de un
extraordinario autor alemán y norteamericano que escribió un
importantísimo texto sobre teoría constitucional, Karl Loewenstein,
quien inicia su elaboración afirmando que son tres las grandes
motivaciones del ser humano: la fe, el poder y el amor, y desde ese
parámetro y con sincera humildad echaré a andar mi pensamiento.
Comenzaré con el poder que,
recordando a un buen amigo y los cursos en la quinta Campoamor allá en
Los Chorros, lo describía como la capacidad para influir y eventualmente
modificar el entorno. Pesar sobre los demás al extremo de conducir sus
voluntades pudiera ser otro rasgo del poder, aunque, ciertamente, la
violencia suele acompañarle. Nietzsche lo presentaba como la incitación
predominante del ser humano, mientras Schopenhauer se refería más bien a
la supervivencia. Hannah Arendt ofrece una interesante contribución
sobre el poder y su naturaleza, apuntando hacia la relación del mando y
la aquiescencia que la legitima y le da sustentabilidad. Pudiéramos
seguir ahora con Foucault y sus obsequios sobre la dinámica de saberes y
poder, pero, modestamente quisimos resaltar apenas que el tenedor del
poder, de esa calidad que logra extender e imponer su voluntad ante
otros y, ante todo, dispone de una cualidad turbadora y peligrosa desde
luego. De allí aquello de Lord Acton y el poder corrompe y el poder
absoluto corrompe absolutamente.
La fe nos enseña Loewenstein, es otro
de los motores que accionan en el humano de manera determinante y por
eso apasiona tanto o más que el poder, inficionando al ser humano,
fagocitando su espiritualidad, colonizándolo y domeñándolo
completamente. Es un complejo mecanismo que involucra como el amor su
integralidad; su corazón y su razón para decirlo sencillamente. Creer
para entender o entender para creer son interrogantes que se desvanecen
en un momento crucial que arriba como la luz en la oscuridad y se
convierte en un prisma que lo alcanza e irradia todo. Nace una confianza
y una convicción se aloja en la racionalidad para privar, prelar sobre
cualquier otro fruto de su intelecto.
El amor, nos recuerda Denis de
Rougement, es un producto de Occidente culturalmente. Definirlo es tarea
de mucho más que unas rápidas notas, es también una empresa que nos
gana e involucra en nuestro ser, instinto y espíritu tejidos como un
sistema que reclama prestaciones de todos sus factores. Lo mejor y a
veces lo peor de nosotros se asocian a la experiencia, pero nada nos
muestra más trascendentes ante los otros congéneres que ese sentimiento
que legitima nuestra generosidad y nos postula hacia una dimensión
existencial mejor. Amar puede perfectamente ser la más importante razón
para vivir.
De Jesús y su tránsito se ha escrito
mucho y los evangelistas constituyen un marco histórico en el que vale
la pena creer. Pareció, se mostró, evidenció al hombre y Dios tantas
veces que consolida su condición por rebuscada que sea la figura. Muchos
otros hombres al tener poder osaron saltar hacia esa cima,
divinizándose ellos mismos y sintiéndose o vistos por sus
correligionarios, como imágenes extraordinarias, dignos de adoración,
pero, un examen de sus vidas, en sus pasajes como hombres los desnuda en
su condición humana como diría tal vez y a este propósito Hannah
Arendt. Hombre y Dios porque se desesperó como advirtió Camus, pero
también porque predominó frente a todo aquello que nos retrata
vulnerables. El milagro es una hechura de Dios y los hombres no
alcanzamos ese pedestal.
Jesús predicó con su palabra, pero
convenció con sus hechos. Tenía el poder, pero no lo instrumentalizó
para su beneficio ni se frivolizó con su administración. Lo allanó, lo
limó, lo templó de emociones subalternas y lo dejó para servir de
basamento de una doctrina esencial para la humanidad. Jesús pudo y no lo
hizo porque si podía y si lo hacía desarticularía ese diseño delicado y
exótico del Dios y hombre que era de su naturaleza. Asumió el poder
para servir y no para servirse, se lo negó incluso a ratos a sí mismo
para cumplir su cometido.
El amor y la fe como un dueto
constituyen el discurso de Jesús. Amor a todos y siempre con una inmensa
capacidad de perdón. Amor por el más pobre, el más frágil, más precario
porque allí es donde es más difícil amar y amar con calidad
especialmente. Amor y caridad son indisolubles y por eso es tan difícil
hacerlo bien, hacerlo entero, hacerlo noble, hacerlo bello. Fe en Dios
que te pide deberes que fundamentalmente te acercaran a esa idea que de
la divinidad debemos tener. Fe en tu eterna capacidad de recuperación,
regeneración, superación, redención. Fe en nosotros para llegar al
Creador.
El hombre ha demostrado poder y cada
día más prueba su altura y su potencia, pero para el bien y para el mal
eventualmente, me temo. Continúa su búsqueda a ratos y con insolente
alborozo, se deidifica a sí mismo. Se regodea en su materialismo y
fantasea sobre su fatua inmortalidad, al tiempo que hace de la violencia
y la muerte un cántaro para saciar su inagotable sed de poder. El
hombre quiere vivir sin límites, sin responsabilidad y el libre albedrío
le parece un persistente anacronismo que se actualiza, no obstante.
Europa es cada día más pobre en los
productos del espíritu y ello presagia nuevamente tensiones alarmantes.
El islam confunde a su Dios y lo instrumentaliza no para servir a la
humanidad sino para sojuzgarla. El reloj proyecta en el péndulo de las
civilizaciones un período de dominio para los ojos rasgados y su
perspectiva tan distinta del hombre y tan desconocida llama la atención y
mueve a curiosidad.
La doctrina de Cristo está allí. Como
un monumento que siendo de mármol pareciera imperecedero, pero
susceptible en paradoja al olvido. Militar en el cristianismo es sin
embargo, tal vez, uno de los recursos que nos van quedando en este
tiempo en que se agota el planeta y sus saberes. Nuevas pruebas nos
reclaman.
Pido a Jesús por mi país entretanto, misericordia señor, sufrimos, padecemos y te invocamos en la angustia. ¡Escúchanos señor!
La presión y el repudio exterior
sobre la tiranía venezolana se mantiene y amplia.
Las sanciones financieras a
personeros del gobierno chavista siguen produciéndose.
El cerco aprieta más y más. La
Comunidad internacional, los países democráticos que la conforman, no cesan en
su empeño de provocar un cambio político que ponga fin a una crisis inaudita,
que genera problemas a países vecinos, como fue múltiples veces advertido por
los analistas.
La maniobra del gobierno de llamar a
elecciones fraudulentas en mayo pretendiendo con ello limpiarse el rostro
fascista ante el mundo, y buscar reconocimiento que lo legitime, no le dará
resultado, a pesar de la participación en ella de algunos que han decidido
acompañar acríticamente la política del gobierno y bailar el son electoral que
aquel ejecuta, no obstante que las condiciones son aún peores que las
anteriores elecciones y hay una evidente voluntad de no entregar el poder.
Primero fue EE.UU, luego Mercosur, la
Unión Europea y Canadá, ahora es Suiza, el estado de Florida y Panamá los que
imponen sanciones. Las razones en cada caso son similares. Violaciones a los Derechos
Humanos, deterioro del Estado de Derecho, corrupción, blanqueo de dinero y
narcotráfico.
Ante estas graves medidas el gobierno
se muestra desafiante tratando de minimizar los efectos, cuando en el fondo
anda en extremo mortificado y asfixiado, buscando de donde asirse para
sobrevivir financieramente. Alo sumo, lanza un manido discurso, las
mentiras de siempre, las aburridas acusaciones que a nadie convencen.
Estas sanciones, en definitiva, son
presiones que han ido escalando con un propósito claro. Es la parte de la
llamada “tenaza” externa que se cierne sobre los tiranos que destruyen a
Venezuela para que se avengan a una solución negociada.
Pero la tenaza no será eficaz si la
presión interna no aprieta también.Esta
debe ejercerla la sociedad civil organizada, los partidos, gremios, las
iglesias, sectores empresariales, sindicatos, la institución militar, en fin,
los venezolanos que mayoritariamente desean con urgencia un cambio de gobierno,
una recuperación de la democracia y las libertades.
La presión externa e interna a la vez
debe provocar, obligar, al gobierno a aceptar una salida preferiblemente
electoral, con todas las garantías necesarias. Es la única forma pacífica y
deseable de lograrlo.
La movilización en todos los espacios
públicos se impone. La inacción, la pasividad, no es la actitud.
Queremos votar, si, pero no en los
términos electorales en que el gobierno ha diseñado el proceso, volviéndolo más
ventajoso para él, y cuyo resultado no es nada difícil prever, por más que el
voluntarismo ciego de algunos quiera negarlo, basados en encuestas que
supuestamente adelantarían resultados ineluctables, pero desdeñando las
triquiñuelas ventajistas del gobierno, la débil organización, millones votos
emigrados, entre otras grandes carencias y obstáculos, que la lamentable
desunión de la oposición trae consigo.
El voto, siendo el arma por
excelencia de los demócratas, en las actuales circunstancias se ha vuelto
inservible. No es, por tanto, la única opción política. Simplemente porque el
voto no es un dogma para todo tiempo y lugar, desdeñando el hecho muy probable en
Venezuela de que el voto no se refleje en el conteo final, y sobre todo, si no
se tiene un aparato organizativo en Unidad para defenderlo y demostrar
eventualmente una trampa.
Es posible adelantar con convicción y
determinación una política alternativa, que definamos y ejecutemos en una
amplia Unidad. Una política coherente, no dictada por la desesperación, que ponga en sintonía la presión nacional y la
internacional. Que goce, obviamente, de un vasto apoyo exterior. Que sea
impulsada sin dilación por todas las fuerzas sociales organizadas activamente.
“La única manera de que el
sector democrático opositor pueda tener algún impacto en el proceso
electoral convocado para el 20 de mayo es que Henri Falcón retire su
candidatura”, opina Benigno Alarcón Deza, director del Centro de
Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (CEP-UCAB).
El
CEP-UCAB tiene un grupo permanente de expertos en varias áreas del
conocimiento, que revisa permanentemente escenarios y ha previsto con
bastante aproximación la deriva autocrática del país.
Alarcón
trae al presente, porque le parece que hay similitudes con la situación
nacional, lo ocurrido en el año 2000 en Perú, en el proceso electoral
entre Alberto Fujimori y Alejandro Toledo, cuando el contendor
desencadenó un proceso en plena campaña, que deslegitimó y desestabilizó
al mandatario, lo que lo llevó, a la larga, a prisión.
“La
elección del 20 de mayo no la vamos a poder parar y lo único que le
generaría un daño real al Gobierno es que Falcón se retire. Con eso, sí
es verdad que los niveles de participación se irían al suelo”, insistió
el académico, experto en teoría de juegos, estrategia, conflicto y
negociación.
Argumenta
que la participación electoral caería a menos del 40% si el candidato
opositor se retira de la contienda y eso eliminaría el peligro de que el
Gobierno de Nicolás Maduro se relegitime por seis años más. “Creo que
Maduro, ante un retiro de Falcón, tendría un escenario donde el día 21
de mayo sería peor que el día 19”.
“El mejor
escenario para Henri Falcón es ganar la elección y que se le reconozca;
el segundo mejor escenario es retirarse si, aun sabiendo que puede
ganar, no tiene la certeza de demostrarlo y defenderlo. El tercer y peor
escenario es ir a una elección que, ganándola o perdiéndola, termine en
la incertidumbre y con él reconociendo unos resultados porque no tiene
cómo contradecir el resultado oficial. Ese sería, entonces, el mejor
escenario para el Gobierno: relegitimarse con un candidato que no tiene
manera de contradecir los resultados que dé el CNE”.
–¿A dos meses de la cita electoral
presidencial, qué le puede decir a un elector que se encuentra en el
dilema de ir o no a votar?
–Votar es
un derecho, no es condenable ir a votar o dejar de hacerlo. La gente
tiene derecho a decidir si vota o no, ambas son maneras de expresarse.
La gente, normalmente, vota para elegir, pero si votar no permite
elegir, la pregunta debería ser: ¿tiene sentido votar en un proceso en
el cual se vota pero no se elige? De cara a las elecciones del 20 de
mayo vemos que las condiciones mínimas para que la gente decida no están
dadas, porque los principios para que la elección se considere limpia y
transparente no se han respetado y por eso no hay garantía de que la
escogencia del elector sea reflejada en las urnas. Ahí hay una
debilidad. Otro problema es el plazo. Se requiere tiempo para la
organización logística (testigos, miembros de mesa, veedores), pero
también para que el mensaje llegue a los electores y puedan comparar las
ofertas. Además, eso requiere acceso a los medios de comunicación, y si
el mensaje electoral no se puede expresar en igualdad de condiciones,
el Gobierno tiene una ventaja enorme. También hay una limitación al
derecho a elegir cuando hay candidatos a los que se les impide competir,
bien porque los inhabilitaron, los apresaron o les eliminaron sus
tarjetas. Ya el Gobierno “escogió” por el elector quién va a ser su
candidato. Eso, sin mencionar que al haber el CNE eliminado la tarjeta
de la MUD –que aglutinó también el voto de los electores que no querían
hacerlo por un partido político– reduce los niveles de participación.
Todo eso pone a la oposición en una posición de mucha debilidad.
–Uno de los aspectos que alimenta el
debate es que nunca, desde que el chavismo llegó al poder, ha habido
garantías electorales plenas y así la oposición ha concurrido y ganado,
en algunas ocasiones.
–Ciertamente,
no ha habido garantías ideales, pero la realidad es que hoy hay menos
garantías que en el pasado. El tema de las garantías ha tenido un
deslizamiento desde hace años para acá y se ha venido perdiendo. Había
problemas con las garantías desde antes de la desaparición de Hugo
Chávez, pero la caída dramática en las condiciones electores se produjo a
partir de 2013, con la elección de Maduro, cuando se presentó un
resultado muy controvertido. Luego de esa fecha debieron hacerse
elecciones de gobernadores, y no se hicieron; y las de alcaldes se
convocaron con un tiempo reducido. Debió haber elección de legisladores
regionales y municipales y tampoco la hubo, y debió hacerse una elección
presidencial a finales de este año y, después de una gran
incertidumbre, se hizo la convocatoria con un plazo de apenas tres
meses. Todas estas son señales muy importantes del deterioro de las
condiciones electorales. Desde 2009, el CNE se ha negado a hacer una
auditoría al registro electoral, y en un país donde la migración es
importante y se calcula que se ha ido más o menos el 10% de la
población, el registro electoral sigue creciendo. ¿Los que han emigrado
han sido retirados del RE? ¿Qué garantía tenemos de que esos migrados no
van a aparecer “votando”? Hay una gran incertidumbre, pero lo que sí
está claro es que el proceso electoral se ha vuelto menos competitivo.
Hoy tenemos condiciones con las cuales la oposición, aun siendo mayoría,
no podría garantizar ese resultado electoral.
–¿De todo lo que falta qué le parece más grave?
–Que
desapareció la observación electoral y sigue sin aparecer. Antes
teníamos, al menos, cuatro grupos de observadores nacionales: dos que el
CNE calificaba como proclives al oficialismo y dos a los que calificaba
como proclives a la oposición, lo que es absurdo porque se supone que
la observación es neutral. De esos, al Observatorio Electoral Venezolano
le han sido negadas las credenciales de observación en los dos últimos
proceso y a este de mayo ni siquiera los invitaron a la auditoría de las
máquinas. Eso es un paso atrás en las condiciones.
–¿Entonces, cuál puede ser el centro del dilema entre votar o no votar?
–El
problema con estos procesos sin condiciones es que para lo que sirven es
para legitimar a quien “gana” esas elecciones. Lo central es que los
niveles de legitimidad de ese tipo de procesos fraudulentos son
proporcionales al número de personas que participan en ellas. No es lo
mismo tener una elección fraudulenta sin condiciones, con el 20% de
electores participando, a tener al 80% concurriendo. Evidentemente, la
participación termina apuntalando la legitimidad de ese proceso aunque
no haya reunido las condiciones necesarias. El dilema del elector podría
resolverse así: si yo decido votar, pero no tengo garantías de que mi
voto va a ser contado como yo lo emito, mi presencia ayuda a legitimar
un proceso electoral que no necesariamente va a reflejar el resultado de
la decisión que yo tomé.
–Aun teniendo presente las amenazas de
la comunidad internacional, que ya ha adelantado sanciones económicas
importantes contra el Gobierno de Nicolás Maduro, ¿que los electores
participen masivamente el 20 de mayo legitimaría al Gobierno?
–Sí, lo
legitimaría. Para el Gobierno, el mejor escenario es que haya una
participación muy alta que le permita decir que ganó las elecciones,
bien porque las ganó realmente o, no habiéndolas ganado, pueda
atribuirse la victoria.
–¿Qué cambiaría en la relación del Gobierno con la comunidad internacional si gana?
–Si hay
niveles de participación comprobadamente muy altos, pero no hay los
mecanismos para comprobar realmente quién ganó y quién perdió –porque no
hay una red de testigos de mesa y la estructura necesaria de vigilancia
del voto, y tampoco hay un árbitro imparcial– eso pondría a la
comunidad internacional en una posición difícil. Con niveles de alta
participación, la comunidad internacional no puede ponerse en contra de
lo que sería, supuestamente, la decisión de la mayoría. Una comunidad
internacional que busca la democratización del país estaría en problemas
graves si la mayoría del país sale a votar, si el resultado es
“favorable” al Gobierno y si después de eso no hay ninguna reacción que
demuestre que los resultados oficiales no son los resultados. Si el país
entra en aceptación tácita de los resultados después del proceso
electoral, habiendo habido una participación muy alta, la comunidad
internacional no puede desconocer eso.
–¿Con todas las trabas existentes y
conocidas por qué un porcentaje importante de electores de oposición
manifiesta que va a votar?
–El
elector se siente desarmado para poder hacer algo distinto a votar. El
votante siente que el único recurso real que tiene para cambiar las
cosas es el voto y, además,creo
que el elector venezolano no quiere matarse. Por eso, aunque no crea en
el proceso electoral, prefiere ir a votar. Pero ese elector va, por un
lado, resignado, porque no tiene otros mecanismos. Por otro lado, va a
votar en la medida en que su expectativa mejora con relación a que esto
puede servir para “algo”, y viceversa, si le parece que no sirve, no va.
–¿Al elector le queda sólo el voto ante la orfandad de conducción política?
–Esto me
recuerda el tema de las protestas del año pasado: me han preguntado si
ese proceso no sirvió para nada. Bueno, eso es como decir que el voto
tampoco sirve para nada y tenemos 18 años votando en desventaja. El voto
o la protesta son medios, la clave está en cómo usarlos. No se puede
decir que el voto –o las protestas– no sirven para nada porque no se ha
logrado cambiar o desplazar al Gobierno con eso. Lo que me parece es que
el elector, ante alternativas muy limitadas y que no controla, asume
las que cree que controla. Si al elector le dicen: “usted ahora lo que
puede hacer es votar”, pues lo asume porque no hay otra alternativa al
alcance de sus manos. Pero, si luego lo convocan a protestar y cree que
le sirve para algo, sale y protesta. Entonces, moverse y sacarle
provecho a lo que tiene a la mano tiene mucho que ver con las
expectativas: si tiene un mínimo de expectativas de que puedan servir
para algo, va a ir a votar; si no, termina no yendo.
–¿Es posible que en lo que resta hasta
el 20 de mayo la evolución política nacional lleve a Henri Falcón a
retirarse y buscar con eso darle una sacudida a la estructura
oficialista?
–Si no hay
condiciones electorales y si Henri Falcón, ganando las elecciones no
tiene garantías de que su triunfo sea reconocido, creo que ganaría más
credibilidad rectificando su actitud que manteniéndose en el proceso.
Hay que recordar la circunstancia que se presentó en Perú (año 2000), en
aquellas elecciones entre Alberto Fujimori y Alejandro Toledo, cuando
el contendor desencadenó, en plena campaña, un proceso que deslegitimó
la reelección de Fujimori en segunda vuelta y lo llevó a renunciar desde
Japón. Hubo ventajismo gubernamental, intimidación de votantes,
sobornos, parcialización del árbitro y, finalmente, fraude electoral
masivo. En la segunda vuelta, Toledo llamó a votar nulo, porque no había
condiciones libres ni justas. Aunque Fujimori fue proclamado para otro
mandato con el 74% de los votos, la inestabilidad política sembrada en
la campaña lo llevó a dimitir, tras perder la mayoría parlamentaria.
Entonces, volviendo al caso venezolano: es más capitalizable para Henri
Falcón una actitud coherente con la realidad a la que está sometida esta
votación que lanzarse en una aventura audaz, que se termine
convirtiendo en una apuesta perdedora. Yo creo que si Falcón va a un
proceso electoral contra viento y marea, sin poder garantizar que si
gana los resultados van a ser respetados, el riesgo de que la gente vea a
Falcón como cómplice de la relegitimación del proceso es muy alto. Creo
que si Falcón decide rectificar y, si él está convencido de que no
tiene las condiciones mínimas para poder garantizar los resultados y
decide retirarse, yo creo que va a ganar mucha más credibilidad.
–¿En esa gama de opciones cuál sería el peor escenario para Henri Falcón?
–Su peor
escenario es mantenerse en el proceso y perderlo, así su credibilidad va
a estar en tela de juicio. El mejor escenario para Falcón es competir y
ganar y que pueda demostrar que ganó. Pero si gana y no puede
demostrarlo, va a estar en una situación muy complicada que lo puede
convertir en cómplice, y la gente va a señalarlo por cooperar. La
segunda mejor jugada de Falcón sería negarse a seguir con el proceso si
no se cumplen las condiciones mínimas que le garanticen a él que, en
caso de ganar, esos resultados van a ser reconocidos.
–Si se retira no sería simplemente
renunciando a esa postulación. ¿Debería considerar Falcón asumir la
conducción de la lucha por la consecución de un mínimo de condiciones y
garantías electorales para unas próximas elecciones?
–Así es.
Debería asumir la conducción de un proceso de desconocimiento de las
elecciones del 20 de mayo y asumir la lucha por lograr un proceso
electoral con un mínimo de legitimidad, que pueda ser reconocido. Esa
sería el segundo mejor escenario para Falcón.
–¿Cómo afectaría al Gobierno un retiro de Falcón en fecha próxima al 20 de mayo?
–Creo que
para el Gobierno, en términos de legitimidad, sería un desastre. En
primer lugar, las cifras de participación caerían por debajo del 40% y
así esa elección tendría muy poca credibilidad, y el objetivo que tiene
el Gobierno de relegitimar a Maduro por seis años más tendría muchos
problemas. Creo que Maduro, ante un retiro de Falcón, tendría un
escenario donde el día 21 de mayo sería peor que el día 19 de mayo.
Maduro quedaría en una posición de mucho cuestionamiento y una falta de
legitimidad muy acentuada. Quizás el Gobierno tendría que replantearse
ir a un nuevo proceso electoral, que no es el escenario que quiere ni
busca, pero lo necesitaría.
–¿Si Falcón se retirara, eso podría abrir una vía para una transición democrática?
–Sí, creo
que sí. Ese se parecería mucho al escenario Fujimori-Toledo. Creo que el
retiro de Falcón de este proceso electoral y una caída significativa de
los niveles de participación afectan la legitimidad de Maduro y
aumentan de manera exponencial los costos de represión para el Gobierno.
Sería muy complicado poder reprimir olas de protestas y movilizaciones
que se producirían con motivo del retiro de Henri Falcón y que, aun así,
se celebre la elección presidencial. Eso pondría al Gobierno en una
situación muy incómoda dentro y fuera del país. Ya sabemos que la
comunidad internacional democrática ha dicho que no va a reconocer este
proceso electoral y, evidentemente, un retiro del candidato opositor y
una caída de la participación, pondría a la comunidad internacional en
una situación ideal para mantener su palabra. Cabría preguntarse: ¿en
qué se traduce ese desconocimiento anunciado? No puede ser meramente
declarativo, tendría que traducirse en algunos hechos, pero
definitivamente sí colocaría al Gobierno en una situación tremendamente
complicada. Y lo contrario: si el 20 de mayo concurre el 80% de la gente
y no hay manera de demostrar cómo votó ese 80%, evidentemente, el
Gobierno termina poniéndose en situación de ventaja y la comunidad
internacional quedaría en una situación complicada con sus sanciones.
–¿Es posible hacer una medición
confiable, con verificación internacional, de cuánta gente votaría en
esas elecciones del 20 de mayo?
–Sí, es
posible. Hay metodología para eso. Supongamos que Falcón se retira y
pierde el derecho a tener testigos de mesa, entonces se pueden hacer
conteos de salida –exit counts–
sobre una muestra representativa de los centros de votación. Se puede
tener una idea del porcentaje de votantes y hay para eso una metodología
confiable. Si se hiciera así, la comunidad internacional aceptaría esa
medición. Si hay momentos en los cuales los conteos son importantes son
en estos momentos, para poder demostrar cuánto porcentaje de la
población votó o no, cuál fue la participación real. Participando o no
en el proceso electoral el conteo de electores es fundamental. Existe la
metodología para hacer un conteo estadísticamente creíble y que nos
permita saber con un margen de error del 3% cuántos votaron.
–Ese conteo, con o sin la
participación de Henri Falcón, facilitaría a la comunidad internacional
tomar sus decisiones respecto del Gobierno de Maduro.
–Sin lugar a dudas.
–En el debate público se acusa a Henri
Falcón de presentar su candidatura como parte de un arreglo con el
oficialismo, mientras que otros opinan que es un genuino opositor. ¿Qué
opina?
–Vamos a
partir de que Henri Falcón está, por razones genuinas, yendo a este
proceso plena y absolutamente convencido de que puede ganar. Ya hoy
sabemos que el CNE y el Gobierno no tienen prurito en seguir manipulando
las condiciones electorales desde hoy y hasta el día de la elección,
incluso el mismo día, como lo hicieron en las últimas elecciones.
Sabemos que hay dudas sobre el número de personas que el CNE dice que
participaron, y así se desprende de las denuncias de Smarmatic. Si
Falcón compite convencido de que ganará, es su deber y su obligación
poder garantizar las condiciones para que sus votos sean contados. Si
Henri Falcón no puede garantizar las condiciones para que sus votos sean
contados, meterse en un proceso electoral donde él no puede garantizar
ese conteo, sería una aventura que terminaría haciéndole mucho daño a
los esfuerzos del sector democrático venezolano y a los de la comunidad
internacional. Entonces, hay que dejar un poco a la decisión de Falcón
evaluar si él tiene o no las condiciones para garantizar el conteo de
esos votos. Si no las tiene, hay que hacerle un llamado a la reflexión,
porque una participación sin condiciones mínimas electorales y sin
maquinaria para cuidar los votos, nos arrastraría a la tragedia de un
proceso que solamente serviría a los fines de la relegitimación del
Gobierno. Creo que ese es el llamado que hay que hacerle. Si vamos a las
elecciones del 20 de mayo sin asumir responsablemente las limitaciones
que tenemos, y vamos como si se tratara de una apuesta al azar a ver si
la pegamos, podemos terminar haciendo muchísimo daño a las posibilidades
de restaurar la democracia.
Pedro
Pablo Kuczynski presentó su renuncia porque la mayoría opositora, controlada
por su archienemiga Keiko Fujimori, lo forzó a dimitir. El motivo: sus
relaciones con Odebrecht, el zar de la construcción en América Latina; y haber
sobornado a diputados opositores para que votaran a su favor en el Congreso,
cuando el fujimorismo intentó el juicio de vacancia contra él en diciembre del
año pasado.
El Presidente negó haber mantenido cualquier tipo
de vínculo con la empresa y haber comprado el voto de los opositores. Unas
facturas mostradas por Odebrecht evidenciaron lo contrario: en realidad PPK
había asesorado al gigante brasileño y su firma había cobrado importantes
honorarios por esa labor consejera. El Presidente le había mentido al Congreso
y a la nación. Además, unos videos (¡otra vez los videos!) demostraban cómo
partidarios de PPK habían intentado sobornar a diputados de la bancada
opositora para evitar el juicio que lo habría llevado a la destitución. Un
acuerdo de última hora con Kenji Fujmori, hermano de Keiko, logró salvarlo. El
compromiso, al parecer, incluía la liberación, invocando razones humanitarias,
de Alberto Fujimori, el autócrata que durante la década de los noventa cometió
toda clase de desafueros contra los derechos humanos y permitió el
enriquecimiento obsceno de sus colaboradores más cercanos, entre ellos el siniestro
Vladimiro Montesinos.
Una vez fuera del poder, a Kuczynski le corresponde
defenderse de las acusaciones de sus enemigos políticos. Este proceso ejemplifica
la rivalidad tan enconada que existe en Perú luego de casi veinte años de haber
salido Alberto Fujmori del poder y de la enorme polarización que existe en esa
nación. También muestra que las instituciones republicanas funcionan. El
Presidente se vio forzadoa marcharse debido
a sus errores y excesos. Su lugar lo asumió el primer Vicepresidente, Martín
Vizcarra, a quien le corresponde concluir el período constitucional. El
terremoto desatado por Odebrecht, además de PPK, se ha llevado por delante a
Dilma Rousseff, a Lula, y a Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador. En esos
países los órganos parlamentarios y de justicia han actuado para combatir la
corrupción y castigar a los responsables de esos delitos.
En donde la onda sísmica desatada por Odebrecht no
ha tenido ninguna repercusión es en
Venezuela. Los primeros desacuerdos serios entre Luisa Ortega Díaz y el
gobierno de Maduro surgieron cuando la fiscal del Ministerio Público decidió
enviar a algunos fiscales subalternos a Brasilia para que investigaran y
recopilaran suficiente información sobre los sobornos y comisiones ilegales
pagadas por Odebrecht en Venezuela. Este gesto de independencia no le fue
perdonado. Luego, la Fiscalía de Tarek W. Saab, la Contraloría y el TSJ
decidieron prohibir todo tipo de investigación por parte de la Asamblea
Nacional y los organismos jurisdiccionales a la actuación de las autoridades
venezolanas que habían sostenido algún tipo de relación o compromiso con
Odebrecht. Es decir, quedaron absueltos de antemano. Ni siquiera por una mera
formalidad abrieron una pesquisa, a pesar de las denuncias tan graves
aparecidas en Brasil acerca de los sobornos multimillonarios repartidos en
Venezuela por esa empresa.
Además de Brasil, Venezuela es el otro país del
continente donde resulta indispensable realizar una investigación a fondo de la
corrupción propiciada por Odebrecht. En ninguna otra nación la inversión de esa
empresa desde hace quince años ha sido tan cuantiosa y con resultados tan opacos.
Un rápido arqueo por las obras inconclusas dejadas por Odebrecht arroja el
siguiente balance: Línea 5 del Metro de Caracas: debió entregarse en 2010, de
los 15 km. de su recorrido, solo están listos 1,3 km; Sistema de Transporte
Caracas-Guarenas-Guatire: su fecha de inauguración era para 2012, solo funciona
un tramo; Aeropuerto de Maiquetía: el plan de trabajo comprendía el período
2013-2019, solo se han ejecutado nueve remodelaciones; Metrocable La Dolorita, con
inversión inicial de 300 millones de dólares; Metrocable Mariche: presenta un
avance de 40%, cuando debió estar culminado en 2016; Cabletren Bolivariano: se
prometió para 2015, pero de 5 estaciones solo tres están operativas, contaba
con una inversión total para su ejecución de 440 millones de dólares; Central
Hidrológica Tocoma: la primera turbina debióhaber arrancado en 2012; Complejo Agroindustrial José Ignacio Abreu de
Lima: su construcción lleva más de 7 años, en 2015 dejó de producir soya; Tercer
Puente sobre el río Orinoco: debió estar listo en 2015, reporta un avance de
70,31%; Línea II del Metro de Los Teques: en construcción desde 2007, solo mantiene
operativas tres de las siete estaciones.
Cálculos conservadores indican que la corrupción
alrededor de Odebrecht puede rondar los treinta mil millones de dólares. Una
exploración a fondo del fraude seguramente arrojará resultados escalofriantes,
que dejaran los cobros de la empresa de PPK como menudas propinas. El madurismo
celebró con fuegos artificiales la salida del expresidente peruano. Esperemos
que un día no muy lejano podamos sonreír porque en Venezuela se impuso la
Justicia.
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