miércoles, 29 de noviembre de 2017

BUSQUEMOS EL EXITO EN SANTO DOMINGO

TRINO MARQUEZ

La reunión de Santo Domingo representa una oportunidad extraordinaria para que gobierno y oposición busquen una salida pacífica y civilizada a la grave situación a la que el régimen llevó a Venezuela. Un destacado grupo de compatriotas han sido convocados a participar como asesores. Nuestro deber es apoyarlos, respaldar la iniciativa y contrarrestar las voces que, sin proponer opciones válidas, cuestionan el encuentro y vaticinan su fracaso.
Ningún gobierno latinoamericano ha logrado sobrevivir luego de desatarse la hiperinflación, el síntoma más devastador tras aplicar políticas económicas incorrectas. La hiperinflación, acoplada a graves problemas de legitimidad, acabó con dictaduras y gobiernos civiles en el Cono Sur, en Brasil, Bolivia y Perú. Más hacia el norte, trituró la experiencia sandinista en la década de los ochenta. La razón fundamental de los colapsos es que no existe ninguna política social exitosa que pueda coexistir con la escalada continua y acelerada de los precios. No hay salario o ingreso que remunere el trabajo, capaz de aguantar la acción erosiva de la inflación. Nicolás Maduro conoce esos datos. Sabe que la escalada de precios ha derrumbado gobiernos civiles y militares, de izquierda, de derecha y de centro. Nadie ha escapado a esa guillotina.
         Para salir del foso el régimen tiene que abandonar el modelo aplicado durante casi veinte años. Hay que lanzar al cesto de la basura el socialismo del siglo XXI, causa fundamental de los problemas tan serios que sufre la nación. Hay que  reprivatizar las empresas estatizadas, regresar a sus antiguos dueños las tierras confiscadas, desmontar el asedio a la propiedad privada y garantizar los derechos de propiedad, crear una atmósfera que propicie la inversión privada nacional y foránea, desmontar progresivamente los controles, flexibilizar la Ley del Trabajo para que reaparezca el mercado laboral. Pdvsa tiene que volver a convertirse en una industria dirigida por gerentes bien formados. Hay que formar recursos humanos de alto nivel, fomentar la investigación científica y la innovación. Ninguna de estas medidas será adoptada por Maduro quien vive en un mundo paralelo habitado por personajes en cuyas  cabezas había un bazar lleno de ideas confusas y erróneas: Hugo Chávez, el Che Guevara, Fidel Castro, entre muchos otros de la gama de populistas e izquierdistas que han hipnotizado e idiotizado a América Latina.
         Maduro no cambiará. Pero, la realidad no va a esperar que el atolondrado mandatario aprenda las lecciones que se derivan de su fracaso.  Venezuela seguirá su marcha acelerada hacia el desastre total. Otros países han emergido de tragedias similares luego de pasar por períodos de violencia e inestabilidad. Una dictadura sucedía a otra. Los gobiernos civiles no podían estabilizarse. En Centroamérica hubo guerrillas en Nicaragua, El Salvador y Guatemala.  En Perú, se formaron grupos guerrilleros maoístas. En Argentina, Brasil y Uruguay aparecieron facciones paramilitares de  ultraizquierda y de ultraderecha. Colombia, aunque no tuvo nunca hiperinflación, vivió en una guerra civil de baja intensidad durante décadas.
Esos son los espejos en los cuales los venezolanos tenemos que vernos para tratar de evitar repetir experiencias tan traumáticas, que dejan a las naciones fragmentadas y empobrecidas. Ya Venezuela alcanzó un nivel deplorable. Todos los indicadores económicos y sociales muestran un país arruinado en el cual una sólida mayoría solo piensa en escapar, a pesar de que el derrumbe apenas se encuentra en su fase inicial. Hasta ahora el gobierno había sorteado las dificultades con las reservas internacionales acumuladas durante los años de bonanza petrolera. Pero ese colchón se desinfló. Las reservas fueron malbaratadas, los precios del crudo  suben a un ritmo muy pausado y la producción retrocedió a niveles que desde hace muchos años no se veían. Son nulas las posibilidades de que el gobierno vuelva a disfrutar de la holgura financiera que tuvo hace una década.
La mala noticia no es para los jerarcas rojos. Estos ya acumularon suficiente riqueza en moneda dura, colocada a buen resguardo. Para quien son pésimas noticias es para la gente común y corriente, expuesta a este calvario en que el socialismo convirtió el país. Son los ciudadanos quienes necesitan que se logren soluciones inmediatas a los acuciantes problemas que padecen. Son los ciudadanos quienes sufren la hiperinflación y la escasez de alimentos y medicinas, materias primas, repuestos y maquinarias.
En Venezuela un grupo de “cabezas calientes” se fueron a la guerrilla urbana y a la guerrilla rural hace más de sesenta años. Ninguna sociedad puede dar por cancelada o superada totalmente una etapa histórica. Nadie desea que se abra de nuevo una fase de violencia. Sin embargo, si el gobierno continúa bloqueando las salidas democráticas, esa alternativa podría surgir en el panorama. Los grupos desesperados y acorralados son fácil presa del extremismo. Allí están los países musulmanes africanos.
Al gobierno hay que presionarlo desde todos los frentes para que acepte dialogar y negociar. Tenemos que impedir que la crisis siga agudizándose y que la opción que aparezca en los radares sea la de la violencia.
@trinomarquezc

        

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ENTENDER A GRAMSCI

 Pablo Da Silveira
El Pais de Uruguay

Dado que la izquierda contemporánea se ha vuelto masivamente gramsciana, importa entender la visión del mundo y de la política que caracterizan a esta vital variante del marxismo.
Antonio Gramsci fue un político y pensador comunista que vivió en Italia entre 1891 y 1937. Aquellas eran malas épocas para ser comunista en Italia. Benito Mussolini había llegado al poder en 1922 y había lanzado una dura represión contra las fuerzas de izquierda. Gramsci fue encarcelado en 1926 (pese a tener fueros parlamentarios) y estuvo once años preso. Las condiciones que sufrió eran tan malas que lo llevaron a la muerte a los 46 años de edad. Durante ese encierro escribió sus famosos Cuadernos de la Cárcel, que le dieron fama mundial como teórico.
Gramsci fue un innovador que se alejó de la ortodoxia marxista-leninista. El principal punto de ruptura estuvo en el abandono del determinismo económico. Para la visión marxista-leninista tradicional, las cosas verdaderamente importantes pasan en el terreno económico. Todos los otros aspectos (incluyendo la cultura, las ideas políticas, las tradiciones religiosas y demás componentes de la vida en sociedad) están determinados por las relaciones de producción. En la jerga de la vieja ortodoxia, esta idea se resume en la frase: "la infraestructura determina la superestructura".
La principal innovación de Gramsci (una innovación que le hubiera costado la vida en la Unión Soviética de Stalin, tal como su comunismo se la costó en la Italia de Mussolini) consistió en negar esa determinación. La economía es sin duda crucial, pero también lo son la educación, la cultura y hasta el lenguaje. Para alcanzar el poder y conservarlo no alcanza entonces con controlar la economía y el aparato del Estado, sino que también hay que lograr una posición dominante en esos terrenos.
Gramsci fue un innovador, pero su innovación se mantenía dentro de los estrictos límites de la visión leninista del Estado y de la acción política. Por eso sigue siendo tan antidemócrata como Lenin. Para Gramsci, igual que para Lenin, el Estado no es un terreno común a todos los ciudadanos, sino una fortaleza que hay que conquistar para desde allí dominar a la sociedad. El gobierno no es una tarea que los ciudadanos nos encomienden de forma transitoria, sino un arma que se consigue y luego no se suelta. El debate público no es un espacio para el libre intercambio de ideas, sino un lugar en el que se construye poder y obediencia, del mismo modo en que Lenin exigía hacerlo en los talleres y fábricas. La acción cultural y la acción social no son autónomas, sino ámbitos en los que se milita bajo las órdenes incuestionables de la dirección política (de allí su figura del "intelectual orgánico", que es un intelectual dedicado a proporcionar munición argumental e ideológica a una dirigencia a la que debe obedecer ciegamente).
Las ideas de Gramsci fueron un avance respecto del tosco determinismo mecanicista que caracteriza a la ortodoxia marxista-leninista. Pero, en el mundo democrático del siglo XXI, sus propuestas no solo son anticuadas sino dañinas. En un mundo gramsciano no hay libertad intelectual, ni autonomía de la sociedad respecto del Estado, ni verdadero debate público, ni libertad de enseñanza, ni producción cultural independiente.
Tener claro este punto ayuda a entender muchas cosas que pasan entre nosotros.

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Manuel Valls: “La socialdemocracia se está muriendo”



ANDREA  RIZZI
EL PAIS
Manuel Valls (Barcelona, 1962) dejó el cargo de primer ministro de Francia a finales de 2016, tras dos años y medio de gestión, para lanzarse a una fallida campaña de primarias en el Partido Socialista (PS). En junio abandonó el PS, después de tres décadas de militancia. Ahora es un diputado de la Asamblea vinculado a la mayoría macroniana, pero su trayectoria lo mantiene en un lugar político central, pese a no hallarse ya en la primera línea de acción. Su figura es de alto voltaje en varios asuntos trascendentales en Europa: la debacle de la socialdemocracia, la crisis catalana y la gestión de la amenaza terrorista. De estos asuntos habló, en un excelente castellano, en una entrevista concedida al margen de un acto organizado por este periódico sobre España y sus desafíos, el martes en Madrid.
PREGUNTA. Precisamente cuando Europa va superando la crisis económica y mientras se suaviza la migratoria, las negociaciones del Brexit y las de la formación de Gobierno en Alemania parecen frenar su capacidad de acción política. ¿Podrá la UE acometer reformas de calado en los próximos años?
RESPUESTA. Esas reformas y esta nueva etapa para el proyecto europeo, que no va bien desde hace 10 años, son necesarias. Todos lo sabemos. Me preocupa la situación de Europa. El Brexit, el auge de los populismos, de izquierda y de derecha; vemos egoísmo en los Gobiernos —pienso en Polonia, Hungría—; hay tensiones, con Rusia, con Turquía, y por supuesto la amenaza terrorista sigue ahí. Frente a todo eso, Europa tiene que encontrar otra vez un proyecto. En estas circunstancias me preocupa lo que pasa en Alemania. Espero que puedan superar esta crisis y que no vayamos a perder tiempo.
P. En este panorama, los socialdemócratas son quizá menos influyentes que nunca en el último medio siglo. ¿Cree que la socialdemocracia está en vías de extinción? ¿Se está muriendo?
R. Sí, lo creo. No se está acabando el progresismo, ni los valores que han abanderado los socialistas y los socialdemócratas desde hace más de un siglo, pero el ciclo histórico está llegando a su fin. La socialdemocracia se está muriendo.
P. ¿Por qué?
R. Porque no supo reacicionar ante la globalización económica y la crisis del Estado de bienestar. Porque no supo afrontar el desafío que supuso lo que pasó después de la caída del bloque soviético y después del 11-S. Por no haber sabido reaccionar ante esos desafíos, hemos dejado un terreno al populismo, de extrema derecha y de izquierda, como vemos en España con Podemos y en Francia con Mélenchon. Para recuperar terreno, se tienen que inventar otras organizaciones, otras formas de hacer política, pactar con otros partidos. Y eso creo que será largo. Se tiene que inventar algo nuevo. Lo estamos viendo en Francia con Emmanuel Macron, y por eso yo dejé el PS. Es una crisis global: el partido demócrata de EE UU pasa por lo mismo. La cuestión es cómo afianzar en este mundo ideas de progreso que pretendan ampliar los derechos de la gente.
P. Es un momento político en el que se ven muchas divisiones en Occidente, entre Europa y EE UU, entre Reino Unido y el continente, entre este y oeste de Europa y dentro de las propias sociedades occidentales. Hay indicios de que desde Rusia se intentan aprovechar estas divisiones para crear mayor discordia. ¿Le inquieta esta perspectiva?
R. ¿Por qué necesitamos una UE fuerte, no solo a nivel económico sino también político, diplomático, de defensa? Porque hay una gran incertidumbre sobre lo que pasa en EE UU; porque en todo el mundo hay modelos enfrentados. Modelos que quieren mostrar que la eficacia económica no necesita ir de la mano de la democracia, como defendemos los europeos. En cuanto a Rusia, su modelo político consiste en dividir a las sociedades aprovechando los nuevos medios de comunicación. Lo han hecho en EE UU, y lo están haciendo en Europa, a nivel económico y a nivel político. Esto es inadmisible. Las instituciones europeas y los Gobiernos tienen que decírselo muy claramente a Putin y a los rusos.
P. ¿Cree que Europa ha reaccionado demasiado tarde a la crisis catalana?
R. Europa se olvida de lo que es el mundo. Es un mundo globalizado, en el que la historia puede repetirse, en el que hay grandes bloques económicos políticos potentes como EE UU y China. Y se olvida de dónde venimos: la guerra. Ante una crisis como la catalana, los dirigentes europeos tendrían que haber hablado antes para apoyar la integridad de España.
P. Hay una primera responsabilidad en la crisis catalana de los líderes independentistas que han violado la ley. Pero, ¿le achacaría usted también una responsabilidad secundaria al Gobierno de Rajoy por no haber desactivado políticamente esta crisis antes de que llegara al punto de explosión?
R. Me es difícil juzgar la política española. Yo nací en Barcelona, soy hijo de catalán, conozco bien Cataluña y España. Pero he intervenido en este debate como político francés, como dirigente francés y europeo. Las responsabilidades por supuesto que existen. Conozco la historia española y la relación entre Madrid y Barcelona. Pero el proyecto independentista, su historia, yo no la entiendo. Cataluña tiene una autonomía que pocas regiones en Europa tienen. Tiene una identidad muy fuerte. Su idioma, su historia, sus escritores, su equipo de fútbol, sus empresas. Ser catalán es ser catalán, ser español y ser europeo. Tocar una de esas identidades es derrumbar lo que es Cataluña.
P. Si usted como primer ministro de Francia se hubiese encontrado una situación similar en su país, ¿habría también desplegado la policía para impedir la votación en un referéndum declarado inconstitucional?
R. Claro. La historia de Francia no es la de España. Pero en Francia, por supuesto, como en otros países, no se podría permitir que se viole la Constitución, es un acto ilegal, va contra el Estado de derecho. Si se hubiese presentado algo parecido en Francia, lo habríamos llevado de la misma manera.
P. ¿Es la defensa de las empresas como motor económico el eje principal de los primeros pasos de Macron?
R. Fue mi eje principal cuando era primer ministro. Porque Francia tiene muchos activos, pero su economía y sus empresas sufren un problema de competitividad, de atracción de inversiones extranjeras. Esta prioridad del Gobierno de Macron es necesaria.
P. ¿Qué fue mal en su experiencia como primer ministro y en su campaña como aspirante a la presidencia?
R. El no asumir lo que estábamos haciendo. Se cometieron errores. Yo, por supuesto, supongo que los cometí. Pero sobre todo no aceptamos las reformas económicas. Yo estaba muy solo para asumir lo que estábamos haciendo, una política que defiende las empresas sin ir contra la justicia social. No bajamos los sueldos, la educación era nuestra prioridad, luchamos contra los guetos urbanos. Pero, al no asumir el PS esas reformas, nosotros nos derrumbamos. Los franceses no entendieron lo que estábamos haciendo.


Otras entrevistas publicadas en IDEAS


“No confío en Trump porque no confío en los racistas”.La activista reivindica el papel fundamental de las mujeres en la ‘primavera yemení’ y alerta de la involución que está sufriendo su país.
Dominique Moïsi: “La realidad geopolítica imita a ‘Juego de tronos”. El analista francés defiende en su último ensayo que las series televisivas sirven hoy para explicar las claves políticas.
Philip Lymbery: “Necesitamos reducir nuestro consumo de carne y lacteos”. El director general de Compassion in World Farming denuncia los efectos en el sufrimiento animal, la salud humana y el medio ambiente de la carne barata

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martes, 28 de noviembre de 2017

EL SALVADOR DEL MUNDO

KARL KRISPIN

Una vez más el universo del arte se ve sacudido por un martillazo que coloca la obra atribuida a Leonardo da Vinci, Salvator Mundi, como la más costosa de la historia. Christie´s no tiene duda de su autenticidad: otros expertos ponen en tela de juicio esta afirmación. Los $450 millones del adquiriente confirman el entusiasmo del establecimiento de Nueva York. Como suele ocurrir, no sabemos su nombre. Los poderosos que pueden obtener esos lienzos se refugian en el anonimato mientras otro ejecuta la puja: desde sus oficinas de Manhattan o sus residencias palaciegas de Lugano, giran instrucciones a sus empleados para que sumen dígitos que luego escandalizarán a las agencias de noticias. Cuando apareció el celular, muchos lo lucían como un símbolo de status. Umberto Eco les aguó la fiesta a los exhibicionistas al escribir un ensayo en el que sostenía que los omnipotentes no cargaban un teléfono consigo y que de sus llamadas se ocupaban terceros. ¿Alguien ha visto a Bill Gates chateando? Atrás quedan esas imágenes del cine de los sesenta en que las subastas eran un acontecimiento social para las celebridades.
Recientemente, un amigo del negocio del arte me revelaba que la cotización de las piezas se relaciona con la situación económica del país. Supongo que este axioma tiene que ver con el arte actual y los artistas emergentes, bajo la premisa de una sociedad que crece económicamente y en la que sus creadores progresan al mismo ritmo. Van Gogh no fue precisamente tributario de esta concordancia monetaria en su tiempo a pesar de lo que sus obras representen para quienes ven en el arte un commodity más. Obviamente, el gran arte termina en los museos o se subasta para que de su producto se sostengan proyectos filantrópicos como sucederá con la colección de Peggy y David Rockefeller anunciada para 2018. Para los comunes quedan los libros o los museos para las emociones estéticas: contemplar una obra magnífica se realiza con parsimonia y lentitud, estirando el tiempo para las retinas. Con razón Stendhal admitía el desvanecimiento luego de una turbación artística. Luego de esto, es inadmisible que el arte se deshaga del placer y aburra con lo de la inversión.
Hoy todo se subasta y a precios inaccesibles. Hasta las carteras de las señoras. A la humanidad el tema no la importuna. La cultura líquida del filósofo Bauman la va licuando. Son escasos los bienaventurados que se procuran estas piezas (Un De Kooning cañoneó ese día también los 300 millones de dólares). Mirones que negocian una contemplación exclusiva para sus cuevas impenetrables. El salvador del mundo continuará mirándonos aunque lo encierren en una caja fuerte. Seguirá enorgulleciendo la indescifrable sonrisa que sólo Leonardo pudo imaginar.
@kkrispin

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LA CASTA MILITAR: CONTROL TOTAL DEL PAIS

CARLOS TABLANTE

En diciembre de 2015, Nicolás Maduro ordenó a los militares que regresaran a sus cuarteles. No solo no pudo concretar esa orden sino que dos años después termina por entregar a esos mismos militares el control de lo que faltaba: Pdvsa.
Los militares, o más bien la cúpula militar que sostiene a Maduro en el poder, ya controlaba las áreas más sensibles de la economía: Las finanzas públicas, la importación de alimentos y la administración de las empresas expropiadas, entre otras.
La incorporación de miembros de la FAN a la gestión de gobierno fue una política iniciada por Chávez  hace 17 años y continuada por Maduro – con mayor ímpetu aún debido a la debilidad de su liderazgo –  a pesar del rotundo fracaso de los militares en lo económico, en lo social, en materia de seguridad y en otros sectores fundamentales.
A toda esta situación se unen hechos ilícitos cometidos por efectivos militares en materia de corrupción (sobornos), fundamentalmente en las aduanas, en el contrabando de gasolina, cabillas, medicinas, alimentos y el tráfico de drogas, así como en el cobro de “vacunas” a personas necesitadas de cruzar las fronteras.
Es la élite de la FAN – conductora del partido militar – quien controla la administración pública, ejerce dominio total del país, con resultados absolutamente deprimentes, como lo evidencia la grave crisis económica y social que actualmente padecemos. Es el actor político con la mayor suma de poderes, lo que le ha servido a sus miembros para aprovecharse de los recursos públicos y acumular grandes fortunas.
Cerca de dos mil militares entre activos y retirados, han sido ministros, vice ministros, directores generales, superintendentes, presidentes de instituciones públicas, gobernadores y alcaldes, entre otros cargos.
Los resultados están a la vista y se evidencian en la desesperación de los venezolanos: En el Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, la mayoría de sus titulares han sido militares. Ninguno ha logrado ejecutar un plan de seguridad que disminuya los altos índices delictivos, que han colocado a Venezuela en primer lugar en América Latina en número de homicidios.
El Ministerio de Finanzas ha tenido tres ministros miembros de la FAN. De este despacho depende la Superintendencia de Bancos y la Oficina Nacional del Tesoro. Esta última, con un notorio dominio militar, tuvo protagonismo en la crisis financiera de 2009-2011, dado que los bancos llamados “enanos” – en manos de boliburgueses y testaferros de altos funcionarios  –  sin contar con la solvencia necesaria, recibieron millonarios depósitos del Estado, con la complicidad del tesorero de la nación, el teniente Alejandro Andrade. Así negociaron notas estructuradas, bonos de la deuda pública, fideicomisos y hasta créditos con empresas fantasmas. También adscrita a este ministerio estuvo la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), con mucha presencia militar en cargos de dirección, desde donde asumieron el control del sistema cambiario, mediante desbordadas prácticas de corrupción. Aún está pendiente investigar el gran saqueo que sufrió el país, denunciado en nuestro último libro, reconocido hasta por los ex ministros Giordani y Navarro a través de un entramado de empresas-fantasma y de la manipulación con el diferencial cambiario.
En el ministerio de Alimentación: Seis altos oficiales han ejercido el cargo. Venezuela hoy sufre un severo desabastecimiento de alimentos básicos que, combinado con la hiperinflación producto de la desastrosa gestión económica, ocasiona muertes por desnutrición todos los días, en especial, de niños.
En el ministerio de Salud: Cinco miembros de la FAN han sido sus superiores, uno también en la presidencia del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. La crisis hospitalaria y la terrible escasez de medicamentos, junto con el tema de la alimentación, tienen al país sufriendo una profunda crisis humanitaria que debe ser atendida con urgencia.
El ministerio de Industrias Básicas y Minería, del cual dependen la Corporación Venezolana de Guayana, que a sus vez integra las empresas básicas, en su mayoría están dirigidas por militares que las llevaron a un total desastre por incapacidad gerencial y hechos de corrupción. Empresas como Sidor, Venalum, Alcasa, Carbonorca, Bauxilum, Ferrominera del Orinoco y Minerven, entre otras, fueron llevadas a la quiebra por la incapacidad y la corrupción de la casta militar.
Por si esto fuera poco, Maduro les entregó también el último tesoro de Venezuela: la explotación del oro, los diamantes y el coltán, a través del denominado Arco Minero.
A ésto se suma el control de los negocios con las importaciones del Estado a traves de Corpovex y el general Giusseppe Yoffreda.
Esta semana, Maduro puso al frente de Pdvsa al General de la GNB Manuel Quevedo quien ya anunció que incorporará más militares en puestos de mando de la Pdvsa roja-rojita de Ramírez, en medio de un proceso de total desorden e ineficiencia, producto de la corrupción generalizada de la empresa estatal.
Con absoluta complicidad, Maduro también nombró al general Carlos Osorio como ministro de Transporte, a pesar de las gravísimas denuncias que existen en su contra y del voto de censura de la Asamblea Nacional a raíz de una investigación sobre su gestión al frente de la importación de alimentos, cuestión que también le reportó la sanción del Departamento del Tesoro de EEUU.
Estamos ante un autócrata que todo lo condiciona al apoyo de la FAN. Maduro necesita permanentemente de la élite militar que, sumada al Tribunal Supremo de Justicia, que funciona como su bufete personal, y también a la ilegítima ANC, utilizada para violar la Constitución sistemáticamente y de manera grotesca, son los únicos soportes que le quedan, en medio del contundente rechazo del pueblo.
El camino para la recuperación del país es la movilización unitaria y la organización social en la calle, exigiendo el cumplimiento de la Constitución y la realización de un diálogo auténtico que debe incluir, además de la urgente ayuda humanitaria que reclama el país, la liberación de los presos políticos y la realización de elecciones presidenciales en 2018 con un  nuevo CNE, con garantías y sin inhabilitados, ni encarcelados, ni perseguidos.
@TablanteOficial

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lunes, 27 de noviembre de 2017

EL DERECHO A VOTAR

MARTA DE LA VEGA

La red de Observación electoral de la Asamblea de educación (ROAE) publicó un comunicado el 25 de enero pasado que señala que, aunque el voto por sí solo no define el carácter democrático de una sociedad, el derecho del voto “es un elemento fundamental del funcionamiento de las sociedades democráticas. Por su intermedio los ciudadanos transfieren temporalmente su poder a representantes o dirigentes de su preferencia, dirimen sus diferencias políticas, organizan y renuevan las instituciones y defienden sus derechos, de manera civilizada, pacífica y solidaria”. Es, pues, una institución clave para asegurar la participación democrática de los ciudadanos, en elecciones libres, transparentes, secretas, periódicas y universales.
En la Constitución vigente de 1999, el artículo 295 numeral 5, establece que el CNE es el órgano rector encargado de “la organización, administración, dirección y vigilancia de todos los actos relativos a la elección de los cargos de representación popular…”¿Qué pasa cuando es precisamente este Poder Público el que viola sus propias reglas y transgrede las normas legales correspondientes?
Un informe de Súmate del 20 de noviembre de 2017 advierte, al analizar las actividades y/o lapsos omitidos o reducidos dentro del cronograma que rige las Elecciones de Alcaldes para el 10 de diciembre de este año, que el CNE viola la Ley Orgánica de Procesos Electorales y su Reglamento General para la realización de estos comicios, pues está acortando el tiempo legalmente establecido, estimado en unos 110 días continuos.
Recoge en 9 puntos las infracciones del CNE a la Constitución, la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE) y el Reglamento General de la LOPRE, en relación con los próximos comicios municipales. La primera de ellas es el diferimiento arbitrario de la elección de los Concejos Municipales al excluir dicho acto de la elección de alcaldes. Ambas autoridades son parte del Poder Público Municipal y tienen un mismo período de cuatro años con vencimiento en 2017. Por tanto, debían ser realizadas conjuntamente.
El CNE viola así el artículo 2.2 de la Ley de Regularización de los Períodos Constitucionales y Legales de los Poderes Públicos Estadales y Municipales (LRPCLPPEM) que establece: “…Las elecciones de alcalde o alcaldesa y concejal o concejala de los concejos municipales, distritales y metropolitanos, se convocarán y efectuarán conjuntamente.” Además, transgrede lo estipulado en los artículos 42 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE) y 4 de la LRPCLPPEM, que exigen realizar las elecciones en concordancia con los períodos constitucionales y legalmente establecidos, y que no se altere la uniformidad de los períodos constitucionales.
Tampoco hizo público oportunamente el cronograma de elecciones de alcaldes y gobernador del Zulia, anunciado el 27 de octubre pero publicado el 4 de noviembre y cuya aprobación en directorio es del 2 de noviembre, según Resolución Nº 171102-327 contenida en la Gaceta Electoral N° 870 de fecha 3 de noviembre. Quedan claros en este informe de Súmate las múltiples violaciones del CNE a los lapsos previstos en las leyes.
Lo que es aún peor, el derecho de participación política fue absolutamente vulnerado. Los artículos 47 de la LOPRE y 135 del reglamento General de la LOPRE establecen quiénes pueden postular candidatos para los procesos electorales, entre quienes están los grupos de electores. Estos fueron impedidos de participar.
Ante tal situación de indefensión con un ente comicial transgresor, el dilema para los demócratas es difícil ¿Qué hacer? Sin Estado de derecho, roto como está el hilo constitucional, más que el ejercicio de un derecho, el voto es deber ético y obligación política para oponerse a los abusos dictatoriales del régimen.

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domingo, 26 de noviembre de 2017

¿Cómo promover la investigación y el desarrollo?

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PROJECT SYNDICATE
CAMBRIDGE – Startups, incubadoras, aceleradoras, capital de "ángeles", capital de riesgo, fusiones y adquisiciones, ofertas públicas de acciones, un mercado de capital líquido, tecno-parques, una o dos universidades importantes, y un grupo de firmas de abogados especializadas. Una vez que se ha construido este ecosistema, à la Silicon Valley, se puede pasar a ser la próxima Ruta 128 de Massachusetts, el próximo "Research Triangle" (Triángulo de Investigaciones) de Carolina del Norte, o el próximo "Start-Up Israel".           
Pero, si bien el éxito genera imitación, lo opuesto no suele ser el caso. Las estructuras complejas, con muchos elementos interdependientes, no se crean de la nada. Emergen de procesos idiosincráticos en los que cada innovación organizacional altera el ecosistema, haciendo factibles otros cambios. Intentar copiar el ecosistema resultante es como tratar de construir un puente sin andamios: es imposible porque la estructura no puede soportar su propio peso durante su construcción.
Claramente, hay algo muy atractivo en una estrategia de innovación basada en startups. Tiene un dejo democrático, accesible, y muy estilo California. Sin embargo, definitivamente no es la única forma de impulsar la I+D, ni tampoco la más importante, y por cierto no es la forma en que se produjeron las innovaciones principales en Estados Unidos durante el siglo XX. La estrategia alternativa se encuentra en el extremo opuesto de la distribución de tamaños de empresas –en las más grandes–.
Joseph Schumpeter se topó con estos dos enfoques en distintos momentos de su vida. Cuando publicó "La teoría del desarrollo económico" en 1911, a los 28 años de edad, subrayó que la innovación provenía del espíritu de los emprendedores en un proceso de destrucción creativa. Para 1942, cuando un Schumpeter de 59 años de edad publicó el libro "Capitalismo, socialismo, y democracia", se daba cuenta de que gran parte de la innovación provenía de grandes empresas que enfrentaban poca competencia.
Un ejemplo paradigmático es la American Telephone and Telegraph Company (AT&T) y sus Laboratorios Bell, una historia que narra de modo meticuloso Jon Gertner en su libro de 2012, "La fábrica de ideas". Las investigaciones, los descubrimientos y los productos que surgieron de esta entidad son asombrosos: no solo relés e interruptores para telefonía fija, sino también, el radar, los rayos láser, el transistor, el circuito integrado, el fax, las comunicaciones satelitales, la teoría de la información de Shannon, la teoría de la computación, el control de calidad seis sigma, y hasta la radiación cósmica de fondo. Todo esto sucedió dentro de un gigante empresarial, capaz de costear su laboratorio gracias a su monopolio de la telefonía local y de los equipos utilizados para suministrar sus servicios, fabricados por Western Electric, subsidiaria de AT&T.
El monopolio ejercido por AT&T siempre fue polémico dado el sistema normativo de los Estados Unidos, para el que la competencia es importante. Así, la empresa tuvo que ganarse el derecho a ser monopolista mejorando constantemente sus servicios y empleando su poder de investigación para propósitos nacionales, como la defensa militar. Para renovar su licencia corporativa en 1956, incluso tuvo que acceder a licenciar gratuitamente todas sus patentes registradas, y a licenciar a bajo costo todas las patentes nuevas. Si AT&T tenía que ser un monopolio, lo iba a ser de modo que beneficiara no solo a sus accionistas sino a la sociedad en su conjunto mediante la realización de investigaciones de vanguardia.            
Organizar la investigación y el desarrollo dentro de una gran empresa, puede ser mucho menos dificultoso que tratar de generar el complejo ecosistema que exigiría el enfoque basado en startups (que tal vez sea la razón por la cual lo primero antecedió a lo segundo históricamente). Puede que, dentro de una empresa de ese tipo, sea mucho más fácil acceder a financiamiento, recursos gerenciales, incubación, aceleración, supervisión, y a la experiencia acumulada. Y también es posible que una gran empresa tenga más paciencia que los inversores de capital de riesgo –y por lo tanto esté más dispuesta a correr riesgos y a apostar por proyectos de largo plazo, como lo hizo AT&T–.
Esta no es tan solo una historia del siglo XX. Hoy día, la mayor parte del gasto en I+D ocurre dentro de grandes empresas. Categorizadas de acuerdo a sus presupuestos, las compañías de I+D más grandes del mundo son Volkswagen, Samsung, Intel, Microsoft, Roche, Novartis, Toyota, Johnson & Johnson, Google, y Merck. Ninguna de ellas opera desde el garaje de la casa de sus padres mientras espera un aporte de capital de riesgo.
Desarrollar la capacidad de realizar I+D es de gran importancia para muchos países de ingresos medios, y tanto el Banco Mundial como los bancos regionales de desarrollo cuentan con programas para ayudar a lograrlo. Por lo general, estos programas se inspiran en la cultura de las startups de Silicon Valley. Entre los ejemplos figuran Start-Up Chile y Ruta N en Colombia, que intentan crear ecosistemas complejos a partir de cero.
Con frecuencia se cita a Israel como precedente para estas iniciativas. Pero las startups israelíes existen en un ecosistema creado por décadas de inversiones públicas en I+D militar. Por ahora, países como Chile y Colombia han eximido de responsabilidad a sus conglomerados, los que hubiesen podido ser el núcleo de un enfoque más convencional, centrado en grandes empresas. Por ejemplo, en Chile no fue CODELCO, de propiedad estatal, ni Antofagasta Minerals, de propiedad privada, sino la empresa australiana BHP Billiton, la que lanzó la iniciativa de I+D en tecnologías mineras.
A los países de ingresos medios no les faltan conglomerados con importantes recursos financieros y gerenciales, y abundante poder de mercado. Sin embargo, como lo demuestra un estudio reciente realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo, dichas empresas han solido brillar por su ausencia en lo que se refiere a innovación e I+D.
A medida que las sociedades consideran sus estrategias de I+D, deben encontrar maneras de persuadir a sus empresas más grandes para que sigan un modelo semejante al de AT&T. Si la ciudadanía va a tolerar e incluso apoyar el poder de estas compañías, ellas deben emplearlo de modo que produzca beneficios enormes para el resto de la sociedad. Sus presupuestos de I+D, su acumulación de patentes, y sus innovaciones, son parte de lo que deberían hacer alarde en público.
Una política pública más exigente puede generar un sector empresarial más dinámico. En el caso de AT&T, fue el riesgo de que los dividieran o que les obligaran a vender parte de su negocio lo que los hizo comportarse adecuadamente. Que yo sepa, una estrategia de "amor severo" con los grandes conglomerados, en lugar de darles mayores incentivos tributarios, solo se ha intentado en Corea del Sur. Pero podría ser un enfoque ganar-ganar para todos, incluso para las startups.
 
Traducción del inglés por Ana María Velasco


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Hiperinflación: la hora de reconocer el error

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                     LUIS VICENTE LEON

EL UNIVERSAL

Leí un día a un analista que explicaba por qué era imposible que en Venezuela hubiera hiperinflación. También dijo que era un pésimo negocio comprar dólares, pues no había duda que se te quemarían las manos cuando su valor descendiera estrepitosamente. Remataba atacando a quienes pensaban distinto a él y acusándolos de corrupción y manejos oscuros. Yo también me he equivocado en algunas proyecciones en mi vida personal y profesional, aunque definitivamente no en estas dos, en la que mi posición ha sido enfáticamente la contraria. Pero la diferencia es que algunos reconocemos que el futuro no se puede proyectar linealmente. Que hay muchas variables incontrolables. Que las ciencias sociales son imperfectas y que nuestro trabajo es organizar los acontecimientos y ayudar a construir los escenarios más probables. Pero el futuro, ese sólo lo analizamos sólidamente cuando se convierte en pasado. Quienes internalizan esta realidad no tienen la inseguridad  de pensar que si se equivocan se acabó todo. Entonces eres libre de seguir analizando y construyendo hipótesis, con el mayor cuidado, ayudando a otros a pensar y planificar, racionalizando su contexto, pero reconociendo las incertidumbres críticas de ese entorno y con tu mente abierta para interpretar los cambios.
¿A que viene esto a colación? Pues cuando intenté entender cómo es posible que el gobierno se haya quedado pegado en una estrategia de control e intervencionismo extremo, frente a la evidencia obvia de su fracaso. ¿Cómo vuelve una y otra vez a ofrecer resolver los problemas, que él ha creado, haciendo lo mismo que lo llevó ahí, ante el desastre monumental de su modelo? Algunos piensan que es un proceso deliberado y que el gobierno buscaba la destrucción del país. Yo insisto que eso al menos tendría una justificación dentro de alguna racionalidad, aunque sea la del mal. Pero no lo creo. Este desastre no estaba planificado y el gobierno no se alegra de lo que está pasando, pero no tiene ni la más remota idea cómo resolverlo. Busca culpables externos, conspiraciones empresariales, corruptos propios y complots internacionales, para no reconocer, incluso frente a sí mismo, que el culpable de todo esto, incluso de aquello en lo que tiene razón, es él. La peor combinación: equivocado y prepotente.
Negar la evidencia sólo los lleva a empeorar el entuerto. Cuando creen que el problema es el controlador y no el control, intentan resolver las distorsiones creadas por ellos mismos, controlando más… y más… y más y cambiando controladores como cambiarse de interiores, hasta que todo colapsa. Controlaron el tipo de cambio y el resultado es la devaluación descontrolada. Controlaron los precios, y entramos en la hiperinflación. Expropiaron y destruyeron la capacidad de producción. ¿Y ahora qué? La única manera de atender este desaguisado es reconocer el error y cambiar. Es plantearse un modelo de ajuste integral, que parta por una negociación con el sector empresarial, para recuperar confianza y estimularle a usar sus recursos, ante un gobierno que no tiene más. Es abrir el mercado cambiario y resolver la distorsión. Es buscar acuerdos de financiamiento nuevo en los multilaterales, para ayudar a palear el costo social brutal que hay que pagar ahora para salir de esta crisis innecesaria.
Nada se resolverá con amenazas, ni cierres, ni presos, ni decretos controladores, ni discursos llenos de hostilidad. Mugabe los utilizó todos y luego de pulverizar los inventarios que quedaban en almacenes y anaqueles… no quedó nada más. Porque nadie producirá, ni importará, ni venderá, ni aquí ni allá, si no les permiten cubrir sus costos de reposición. Todo lo demás es paja. Anímate a cambiar y cambiarás el país.
luisvleon@gmail.com
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Crítica de la razón cínica

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                CARLOS RAUL HERNANDEZ
 
EL UNIVERSAL
 
Sistemáticamente se advirtió al activismo opositor el riesgo de llamar a desórdenes callejeros, porque eran la justificación perfecta que usaba la voluntad totalitaria para desmontar el andamiaje democrático. Que la política consistía en acumular capital para lograr el cambio, el regreso a la ley y el orden, y esa acumulación avanzaba satisfactoriamente. Fue incomprensible que en 2014 por ingenuidad, ignorancia y terquedad, se produjera el intento misterioso, esotérico, de sacar al gobierno con una insurrección de adolescentes desarmados. Quienes la encabezaron no habían aprendido de su terrible etapa de chascos con acciones parecidas hasta 2006. Resultado trágico: cientos de heridos y detenidos, Machado fuera de la Asamblea, López y Ledezma presos, fuera de juego, y pérdida de alcaldías, entre ellas la Metropolitana. La alianza opositora no puso orden a tiempo a tales arranques.
Los dejó hacer aunque mantuvo un sordo malestar y de vez en cuando enviaba recordatorios. Luego del fracaso y de 30 muertes, nadie  les enrostró su falta de responsabilidad mínima para dirigir una fuerza política, menos un país, y la Unidad quedó golpeada pero en pie. Algunos querían expulsarlos, pero privó la moderación y los trataron como a compañeros equivocados. Lo ocurrido se atribuyó a una “conciencia ingenua” que el debate podría cambiar, buena fe que les permitiría entender sus errores a partir del descalabro. A diferencia de tales expectativas, en 2016 la enajenación recibida contagia a otros libres del virus y vienen dos años deleznables. 130 muchachos muertos, seis alcaldes fugitivos o presos, dos gobernadores destituidos e inhabilitados, cientos de arrestos y heridos, y una constituyente, cosas que pudieron prever los estrategos porque ese es su trabajo, y es descabellado culpar a Zapatero.
 
Maestro inmortal
La cadena de acciones incalificables, los actos de insensatez han sido en estos 19 años una auténtica desgracia. Pero las consecuencias del fracaso hoy son distintas porque los artífices, ante su hundimiento, su nuevo y rotundo cataclismo, reaccionan con violencia fría y como hienas se lanzan al cuello de quienes los dejaron hacer, no los enfrentaron como debían y más bien pecaron por omisión. Llovieron monstruosidades, calumnias, suciedades, mentiras, canalladas sobre Manuel Rosales, -que ahora tiene que defender al Zulia-, Henry Ramos y Henri Falcón, por no haber militado en la idea de lanzar la gente a la calle a ver qué les pasaba. Viven en el peor de los mundos pues siempre engañan y también siempre están engañados. En Crítica de la razón cínica, Peter Sloterdijk afirma que cualquier debate o propósito de intercambio intelectual  con la razón cínica es inoperante porque “…ellos saben lo que hacen y por eso lo hacen”.
No pueden entender lo más elemental, ni por eso discutir de política y ante la incapacidad para procesar planteamientos, como inquisidores se refugian en la comedia moralista, en las purgas “…usan  la honestidad como ejercicio de la más sofisticada falta de honradez”. Son prepolíticos y como tales no tienen adversarios ni competidores sino enemigos, a quienes deben purgar. La biografía del cínico es la descripción del esfuerzo por cerrar la contradicción entre la práctica deshonesta y el discurso honestófilo. Son la “…falsa conciencia consciente” que engaña porque… “tiene por objetivo la destrucción con fines particulares, oscuros, turbios, con un lenguaje que exalta la ética y el patriotismo”. Son revolucionarios de izquierda o de derecha, y por aquí lo practican los dos, producto de la enseñanza de Chávez su gran maestro subliminal común.
 
Autogoles
En los mitos de la cultura, sus arquetipos -Caín, Don Juan Tenorio o Yago- son los que hacen daño a mansalva con objetivos torvos, se encubren tras engaños y grandilocuencia, y reciben los  castigos terribles. Aquí ferozmente cubrieron de anatemas y calumnias a quienes  propusieron “el diálogo” para buscar salida a la crisis. De pronto dicen que están de acuerdo con él, y  como si tal cosa hacen suyas las mismas proposiciones por las que encanallaron a otros. Así  derrumbaron la oposición que muy posiblemente no vuelva a ser como se la ha conocido. Sloterdijk propone diferenciar el cinismo de su contrario, el kynismo, la reacción popular que desacraliza y se burla de los cabecillas irresponsables con  anécdotas, rumores y chistes (ahora memes). Evidencia baja estima por la retórica hueca, las simulaciones éticas y las alocuciones destempladas.
Hoy vivimos una oleada ridícula de cinismo promovida por seudopolíticos y politicuchos menores con agallas pero sin votos ni talento, con juicio de peluquería unisex. Un circo de tesejotas y gobiernos en el exilio, la mujer barbuda y el tragafuego, proyectos de gabinete o clubes políticos cuyas nóminas harían temblar de pavor al padre Lankester Merrin, que enfrentó al maligno Pazuzu en El Exorcista. Incendiaron la esperanza para quedarse con los escombros, y tal vez terminen entre los escombros. Luego del remolino la oposición real es la que tiene partidos, gobernadores y alcaldes. Compraron todos los números de una eventual intervención externa, cuesta arriba porque carecen de fuerza, de criterio y solo tienen capacidad para calumniar. Carecen de aptitud hasta para llevar un carrito de heladero, que chocarían en el acto. Lo que la Unidad les dio, lo perdieron, porque se les cae la pelota o se meten autogoles.
@CarlosRaulHer
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EL DIALOGO POSIBLE
 

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                     FERNANDO RODRIGUEZ
 
EL NACIONAL
 
Toda derrota deprime y las hay tan demoledoras que parecen ser el fin de toda esperanza. Pero mientras haya guerra, una batalla suele ser una batalla. Que una derrota hoy no implica las siguientes mañana. Es más, se podría decir que no hay conflicto político o bélico de alguna duración que no implique derrotas del vencedor, pues de lo contrario no tuviese prolongada duración. Tal perogrullada hay que traerla a colación porque en este momento de depresión política, esta parece generar una siniestra sentencia en expansión: no pudimos ayer, no podremos nunca.
Reconocer la derrota y sobre todo hurgar en sus causas es tarea loable. Pero convertir esta en demostración inapelable de que tal o cual estrategia no funcionó ayer y por ende no funcionará nunca es por lo general un sofisma. En el fondo es hacer falazmente del pasado una condena inapelable del futuro. Y peor todavía, expandir ese sentimiento negativo a todas las posibilidades de acción no puede conducir sino a una capitulación sin retorno.
El diálogo va a fracasar en República Dominicana porque ya sucedió las veces que se ha intentado. Lo cual se puede confirmar hasta con algunos repetidos signos manejados mágicamente: República Dominicana como escenario, Rodríguez Zapatero, los hermanos Rodríguez y, sobre todo, la misma oposición supuestamente blandengue o cómplice, en vez de los más aguerridos que son siempre ninguneados. ¿Que hay esta vez algunas muy ventajosas diferencias como el masivo apoyo del planeta democrático o que el gobierno no puede pagar ya ni la cuenta de la luz de Miraflores y el país agoniza? Tonteras, esos tipos son demasiado malvados e hipócritas y nuestros voceros tan pendejos que dejarán que los canallas prometan lo que no cumplirán y ganen tiempo y prebendas democráticas ante el mundo. El señor Zapatero es especialista en el oficio de vender espejitos y los nuestros en entregarle el poco de oro que hayamos podido acumular en tantos años.
¿Elecciones presidenciales, somos mayoría? Seguramente serán fraudulentas. ¿No recuerdan a Capriles? ¿Y la Asamblea anulada? ¿Y Ledezma despojado? Y nada se hizo de eficaz para intentar recuperar nuestros derechos. Se las arreglarán con o sin vigilancia internacional, con un CNE que siempre manipulará aun maquillándolo, sino es que logran dejar a los mismos delincuentes en serie.
Es posible que muchos piensen de buena fe de esta manera. Habría que tratar de reanimarlos y mostrarles que también hemos tenido victorias, que es un despropósito pensar que el gobierno goza de buena salud y, sobre todo, que hay guerras largas y no solo por las torpezas de los nuestros, sino por su propia naturaleza. Por último, que en cierta medida el futuro se inventa lo que se llama libertad. Churchill, Roosevelt, De Gaulle y Stalin necesitaron 80 millones de muertos para derrotar al nazismo.
Pero hay sectores que no practican este derrotismo cándidamente, sino como una herramienta para su propio provecho. A veces de la manera más artera. Todo aquel que piense debería caer en cuenta de que el diálogo inminente es una posibilidad cierta, una opción importante para encontrar al fin la salida, la salida dije, la defunción política de Maduro y, además, la posibilidad de aliviar inmediatamente otros males, verbigracia presos políticos o canal humanitario. Por tanto sabotear esa opción porque no se es protagonista de primera línea en el evento es una vileza. No lo son por minúsculos y disonantes. Pero al menos les es exigible que ante un combate realmente decisorio, en que mucho se puede ganar o perder ciertamente, al menos que callen y esperen y no traten de deteriorar las fuerzas que hemos acumulado para llegar hasta esta encrucijada. Porque estamos presentes aquí y ahora, con una larga lucha en la espalda, con muchos y grandes errores en nuestro hatillo, cansados también, pero mirando hacia adelante y tratando de afrontar la única realidad en que de verdad se juega hoy la libertad. No en las elucubraciones vacías de los críticos que se pretenden radicales, es decir, sin aquí y sin ahora.

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