Problemas nacionales (V)
Eduardo Fernandez
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El chavismo ha creado problemas nuevos para Venezuela, muchos. Pero lo más grave es que ha resucitado problemas viejos y ha agravado los más recientes.
La llamada revolución ha sido una involución. En efecto, problemas típicos del siglo XIX resucitaron con el chavismo: el militarismo, el golpismo, el caudillismo, el autoritarismo, el culto a la personalidad y el mesianismo fueron patologías políticas típicas del siglo XIX venezolano.
Hay patologías de más reciente data que fueron la causa de la llegada del chavismo y que, lejos de ser resueltas, han sido agravadas hasta niveles exponenciales. Cito algunos ejemplos: el modelo rentista-petrolero, el carácter monoproductor de nuestra economía, el despilfarro de recursos, la corrupción, el crecimiento patológico de la burocracia, la hipertrofia del partidismo en el poder público, la falta de inversiones productivas, el deterioro creciente de los servicios públicos, incluidos agua, electricidad, vialidad, educación, salud, seguridad y un largo etcétera.
Hoy quiero concentrarme en el tema del rentismo petrolero. A partir de la década de 1920, Venezuela comenzó a depender de su renta petrolera. Esa dependencia ha sido fluctuante pero siempre creciente. Después de los últimos 15 años, la dependencia ha llegado al extremo máximo. Hoy en día, la economía venezolana se reduce a recibir una renta por la exportación de unos barriles de petróleo y a importar todo lo que necesitamos para nuestra sobrevivencia. Se produce petróleo y, con los dólares que nos genera esa producción de petróleo, compramos fuera todo lo demás.
Ese modelo, que colapsó en febrero de 1983 -el viernes negro-, ha logrado sobrevivir con el agotamiento de las reservas internacionales o con el endeudamiento interno y externo o con el aprovechamiento de los aumentos del precio del petróleo en los mercados internacionales.
Yo imagino que aún los partidarios del oficialismo deben sentir una vergüenza enorme al comprobar que, después de 15 años de revolución, Venezuela es más dependiente que nunca de la renta petrolera y que ahora se propone aumentar el precio de la gasolina simplemente por razones de voracidad fiscal, para darle más dinero al Gobierno, es decir, al despilfarro y a la corrupción. Seguiremos conversando.
@efernandezve
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