martes, 5 de agosto de 2014

LA REALIDAD Y LOS DESEOS


Luis Manuel Esculpi

Comparto la frase, ya convertida en lugar común: “nadie es insustituible”. Por supuesto que ella también es aplicable a quien venía ejerciendo la Secretaria Ejecutiva de la Mesa de la Unidad Democrática. Pienso sinceramente que su sustitución no es tarea fácil, como han reconocido todos los partidos que integran la alianza. Ramón Guillermo Aveledo cumplió un rol fundamental en su conformación y desarrollo. Para “armar juego” en un escenario tan plural y polémico se requiere talento, dedicación y “autoritas”, cualidades que son propias de Ramón Guillermo, en su gestión resaltan los aciertos, aunque no está exenta por supuesto de fallas y errores.
La MUD necesita solventar el vacío dejado por la renuncia de su secretario en el menor tiempo posible. Resulta sumamente inconveniente prolongar la actual situación. No se puede descartar una solución provisional mientras se logra el consenso en torno a alguien que pueda ejercer esa función en forma más permanente.
Mientras se agudiza la crisis general que vive el país la oposición necesita, con urgencia, colocarse a la altura de las exigencias, para convertirse realmente en alternativa, para ello la consolidación, ampliación y relanzamiento de la alianza constituye requisito indispensable.
Se le atribuye al Expresidente Herrera una frase que indica algo más o menos como “oposición que no hace oposición, está condenada a seguir siendo oposición”. Lo cierto es que la principal misión de las fuerzas democráticas hoy es oponerse a las nefastas políticas que adelanta el gobierno de Maduro, acompañando las luchas y las protestas que a diario se suceden en toda Venezuela. Una oposición dispersa no podrá capitalizar el inmenso descontento existente, incluso en sectores importantes de las bases populares que se vienen decepcionando de la política oficialista. No hay que ser un acucioso analista de los estudios de opinión para observar la realidad que también se refleja en las encuestas.
La próxima confrontación con el poder con fecha establecida son las elecciones del próximo año, sin descartar cualquier contingencia que se pueda suceder en el trayecto – como la sugerida por el padre Ugalde- lo cierto es que la unidad es condición sine qua non para poder avanzar y conquistar los objetivos propuestos. Quienes auspician y proponen un deslinde parecen obviar la realidad, ninguna organización, líder o alianza parcial está en capacidad de asumir los desafíos planteados. En las actuales circunstancias la Constituyente se asemeja más a una consigna que una propuesta viable y el revocatorio está previsto para el 2016. De tal manera que, además de las luchas cotidianas, la posibilidad de obtener una victoria en las parlamentarias está íntimamente asociada a la presentación de fórmulas que se expresen en una alianza perfecta. Su confección constituye una verdadera labor de filigrana, que no puede realizarse a última hora, por el contrario debe abordarse al inicio del año próximo. Estamos condenados a permanecer y concurrir unidos, no hacerlo significaría una inmensa irresponsabilidad e insensatez. Insistimos: la realidad no puede ser sustituida por nuestros deseos.

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