¿QUÉ ES UN BACHAQUERO?
CARLOS RAUL HERNANDEZ
Venezuela colapsa como consecuencia de la desatornillada teoría de
empobrecer masivamente para lograr sumisión total. El socialismo post mortem, zombi. Mientras en Cuba los jóvenes usan franelas con la imagen de Obama y cobra fuerza el cuentapropismo,
el pequeño comercio, aquí la máquina del tiempo regresó a 1960. Las
extravagantes concepciones de Giordani y compañía, pretendían que
arruinar los empresarios para descalabrar el empleo privado, permitiría
tener a los trabajadores y las familias bajo dependencia del gobierno.
En la misma medida creaban falsos puestos de trabajo públicos,
"misiones" y ayudas, para lograr dominio total, y la pobreza se
distribuiría en la medida conveniente para el plan. El otro concepto de
Fuenteovejuna una masa que actúa como ovejas. Serían las necesidades
primarias cubiertas por Mercal y Pedeval. En esa utopía delirante todo
el mundo ocupaba la base de la pirámide de Maslow, el sueño marxista.
Los revolucionarios inventaron que había unas detestables necesidades suntuarias creadas por el capitalismo,
precisamente las que nos hacen humanos, ya que las básicas son las que
nos equiparan a las bestias. Para los comunistas todo placer o comodidad
(que no sean las de los miembros del partido) es culpable. El objetivo
es que nadie produzca riqueza para que el gobierno distribuya el único
ingreso, la renta petrolera. Además la estabilidad política dependería
de que la gente permanezca amarrada y amordazada por vías tanto legales
como represivas. Mientras el mundo despenaliza las conductas humanas,
con tendencia a que el concepto de delito cada vez sea más preciso y
acotado, en Venezuela es al revés y el gobierno criminaliza todo lo que
se le ocurre en la vida ciudadana, sometida a bárbaras regulaciones.
Inducen acciones desde el poder que sin sus monstruosidades jurídicas
serían normales, las declaran crímenes y las castigan.
Eternos mercados negros
La experiencia de todas -todas- las economías controladas, arroja los mismos fenómenos colaterales: los mercados negros, grises, paralelos. Los inventarios se convierten en acaparamiento, vender a los precios que pauta la ola inflacionaria, especulación. Publicar la cotización de las divisas, desestabilización; denunciar epidemias o riesgos colectivos, terrorismo comunicacional.
Y han dado origen a sistemas económicos y conexiones oscuras entre
funcionarios públicos que sacan formidable partido de los controles. La
prohibición de producir y distribuir bebidas alcohólicas en EEUU desde
1919 hasta 1933, promovió una entente entre las policías de las grandes
ciudades y los gangs. Convirtió en delincuentes a decenas de
millones de personas que lo consumían y procesaban, y Al Capone se
convirtió en el rey que satisfacía esa demanda que tiene más de cuatro
mil años.
Pero el negocio funcionaba bien porque los agentes del
orden recibían su cuota, lo que exponenció la corrupción. Personas en
Venezuela que para sobrevivir se dedican al comercio informal de
productos escasos los llaman despectivamente bachaqueros y los que hacen uso legal de sus "cupos" en divisas, raspacupos. Investigadores afirman que el bachaquerismo es una estructura nacional poderosa con una organización piramidal como la mafia de Chicago. Los proveedores de los bachaqueros son los mismos que compraban alimentos en mal estado del caso pudreval
en el que se perdieron millones de toneladas y que hoy tranquilamente
disfrutan de los beneficios obtenidos. Pero el gobierno acosa las
empresas que producen los pocos alimentos del país. Los gobernantes
confiscaron el ingreso en dólares de la república, hablan y disponen de
ellos como su propiedad privada y niegan a la gente el acceso a lo que
es de todos.
La teoría no funcionó
La teoría
zombi, que se podía castrar económicamente la sociedad para que la renta
petrolera mantuviera a la gente a través de dádivas, fracasó, porque es
una elucubración en la que se mezclaban ignorancia y dudosas
intenciones. Ninguna colectividad puede tener un aceptable nivel de vida
sin producir lo suficiente para el bienestar y los sistemas sociales
creados con semejante premisa conducen a la miseria, la corrupción y el
despilfarro. Con frecuencia se repite el error de citar los Emiratos
Árabes Unidos como modelo de una colectividad que vive de la
distribución de ingresos públicos, aunque más bien realizó la hazaña de
reducir el peso del petróleo a menos del 25% del PIB. El otro 75% los
producen las empresas, la sociedad civil y económica que arranca frutos
del desierto.
Y pese a creer que la ruina era la forma de
mantener todo bajo control, ella se convierte en causal del rechazo
masivo a quienes gobiernan. Para asombro general pese al caos que
amenaza con la disolución del país, la vocación totalitaria no cesa, no
manca su plan, ni se percibe rectificación. Nadie logra explicarse cómo
los gobernantes venezolanos no se preguntan por qué, pese a los
problemas que se confrontan, Bolivia, Ecuador y Nicaragua tienen
inflaciones ni devaluaciones desatadas, escasez de productos, raspacupos, bachaqueros
ni nada que se les parezca, salvo, naturalmente, la Argentina donde
asoma el colmillo la misma bestia. Nadie consigue explicación de por qué
se niegan a rectificar y prefieren arrojar todo y arrojarse al
acantilado.
@CarlosRaulHer
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