VENEZUELA SE HUNDE
ABC. España
13-1-10
LA revolución bolivariana hace agua. La devaluación del bolívar, la moneda que Hugo Chávez bautizó como «fuerte», marca el fracaso de una década de despropósitos acumulados que ha devastado la economía y la sociedad venezolanas. No hay manera de explicar esta imparable evolución hacia la catástrofe de un país que atesora una de las mayores riquezas petroleras del mundo si no es por la gestión descabellada y el despilfarro incesante de un caudillo que ha manejado el presupuesto como si fuera un instrumento de sus delirios de grandeza. Mientras Chávez regala petróleo y divisas a sus acólitos, ve conspiraciones por todas partes y pone al país al borde de la guerra, los venezolanos empiezan a sufrir cortes de electricidad y tienen que soportar la mayor inflación de todo el continente americano, lo que significa que lo poco que les queda en el bolsillo se está evaporando a toda velocidad.
Desde su llegada al poder, Chávez no ha dejado de acumular sectores enteros de la economía, desde las inversiones extranjeras en el sector petrolero, la banca y las compañías telefónicas. La última de sus ocurrencias ha sido su entrada en el comercio de bienes de primera necesidad, con lo que no ha hecho sino agravar los problemas de escasez, y como medidas desesperadas Chávez se ha hecho con el control del cambio y ha puesto al Ejército a supervisar los precios, lo que reforzará el mercado negro y provocará más corrupción. Esta devaluación le proporcionará cierta liquidez para arrojar una lluvia de subsidios con la que espera evitar una explosión social como el trágico «caracazo» de febrero de 1989, pero es evidente que si no abandona de raíz sus ideas de instaurar lo que llama el «socialismo del siglo XXI», Hugo Chávez llevará a Venezuela inevitablemente a la catástrofe.
En septiembre de este año habrá elecciones, que en la Venezuela chavista, donde se persigue a los medios de comunicación que no aplauden al régimen, serán un nuevo calvario para la oposición, a no ser que por una vez se produzca un prodigio de sensatez y se levante una coalición patriótica con el único objetivo de salvar al país del desastre al que Hugo Chávez lo conduce sin remedio.
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