"La decisión de que el empeoramiento es soportable o la de que no lo es, no es automática. Nada, ni lo terrible de las informaciones que recibimos, la determina. Uno puede decidir adaptarse a los hechos más indignantes, o indignarse ante hechos que a otros parecerían nimios. Conoce uno sociedades a las que les parece que situaciones con las que convivimos por aquí como si nada son el colmo de lo inaceptable. Pero en este país estamos lejos de esos niveles. Si nos erguimos, seguro que no habrá sido por hechos nimios, sino por hechos de la entidad de los del trío con el que comenzamos el artículo. Nos está llegando la hora de definir nuestro propio grado de derretimiento interior, hasta qué punto nos hemos vuelto por dentro una melcocha sin consistencia, que se traga lo que sea, que se dobla o se tuerce lo que haga falta. La hora de determinar hasta qué punto somos capaces de proferir un "no lo acepto más".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario