SOCIOLISTOS
Teodoro Petkoff
Talcual
Hace sólo tres meses, en TalCual dedicamos nuestro editorial a ese sector “empresarial” emergente que ha ido surgiendo al amparo de la mal llamada “revolución” y su socialismo del siglo XXI, que el saber popular ha dado por denominar la “boliburguesía”.
¿De dónde salió?¿Quiénes son sus integrantes más conspicuos? ¿Cuáles son sus vínculos con el poder? ¿Cómo hicieron sus colosales fortunas? Estas son las preguntas que nos hacíamos entonces y que ahora vuelven a cobrar relevancia tras la detención de Ricardo Fernández por las irregularidades detectadas en la adquisición de su incipiente emporio bancario.
El nombre de Fernández es sólo uno más en la lista de emblemáticos boliburgueses que incluye también a Wilmer Ruperti, el hombre de los tanqueros que salvó a Pdvsa durante el paro petrolero, Omar Farías y Rafael Sarria (hoy por hoy, importantes actores en el sector de los seguros); Pedro Torres Ciliberto, próspero banquero de la V República al igual que los hermanos Leopoldo y Juan Carlos Castillo Bozo.
Esto por no mencionar a otros caídos en desgracia como Eligio Cedeño, tras el caso Microstar, o Carlos Kauffman y Franklin Durán, destacados contratistas de gobernaciones rojas rojitas, empresarios petroquímicos y vendedores de armas, hoy separados tras ganar notoriedad con el caso de Antonini Wilson y los 800 mil dólares del maletín.
Pero el caso de Fernández Barrueco es particularmente singular. Resulta difícil de entender cómo un hombre que empezó hace poco más de 13 años un negocio de comercialización de granos con un modesto capital logró convertirse en plena era socialista en un magnate de la agroindustria (lo llaman el rey de Mercal) y más recientemente en un potentado emergente del sector bancario, que estuvo a punto de incursionar en el sector de las telecomunicaciones y comprar Digitel.
Más extraño aún es que Fernández, terminara haciéndose dueño o socio mayoritario de los bancos que pertenecían a Eligio Cedeño: Banpro, Bolívar Banco y Canarias y que las irregularidades en su adquisición no fuesen advertidas en su momento por las instituciones encargadas de ello.
¿Cómo es posible que ni la Superintendencia de Bancos (Sudeban) ni la Comisión Nacional de Valores (CNV) hayan cumplido su deber de revisar el origen de los fondos con que se efectuarían las ofertas de compra? En esta historia, hay hechos tan insólitos como el que Fernando de Candia, anterior presidente de la CNV, fuese a parar, al término de su mandato, como presidente ejecutivo en el Banco Confederado, propiedad de Fernández.
Fuentes del sector aseguran que la real causa de la caída de Fernández es el conflicto entre tres grupos del chavismo, cada uno representado por tres empresarios que han comprado bancos y compañías de seguros en los últimos meses: José Zambrano, Pedro Torres Ciliberto y el propio Fernández.
Al escuchar esta historia uno no deja de preguntarse ¿de qué socialismo habla el chavismo? Tras la independencia africana, muchos creyeron que se abriría una era de paz, democracia y progreso para el continente negro, pero lo que ocurrió en realidad, fue que las élites gobernantes encontraron la manera de enquistarse en el poder y saquear el erario público al amparo del discurso de la soberanía y la emancipación de los pueblos. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.
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