Eduardo Fernandez
Cito textualmente las palabras del Papa Francisco:
“Dios ha vencido el egoísmo y la muerte con las armas del amor: su hijo, Jesús, es la puerta de la misericordia, abierta de par en par para todos. Que su mensaje pascual se proyecte cada vez más sobre el pueblo venezolano, en las difíciles condiciones en las que vive, así como sobre los que tienen en sus manos el destino del país, para que se trabaje en pos del bien común, buscando formas de diálogo y colaboración entre todos. Y que se promueva en todo lugar la cultura del encuentro, la justicia y el respeto reciproco, lo único que puede asegurar el bienestar espiritual y material de los ciudadanos”.
Es de una claridad meridiana, transparente. Muy significativo que, en el día más importante del calendario litúrgico de la Iglesia Católica, en su discurso desde la Plaza de San Pedro, dirigido a la ciudad y al mundo, el Papa Francisco se haya referido a un pequeño país del Caribe llamado Venezuela, con paternal solicitud, para convocarnos a trabajar por el Bien Común, “buscando fórmulas de diálogo y colaboración entre todos”.
No tengo palabras para expresar mi alegría cuando supe que la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela había colocado como punto único en la agenda de la sesión inmediatamente después de la Semana Santa, la consideración del llamado formulado por el Santo Padre.
Tiene toda la lógica del mundo. No podía permanecer indiferente la representación de la soberanía nacional venezolana al llamado que desde la Santa Sede se nos hacía, a los venezolanos, en esta hora tan crítica que estamos viviendo.
Pero mayor fue ni alegría todavía cuando me enteré de que, luego de algunos comprensibles intercambios propios del juego parlamentario, el acuerdo sobre la declaración del Papa había sido aprobado por la unanimidad de los señores parlamentarios. Es decir, el acuerdo fue aprobado con los votos favorables tanto de la bancada de la nueva mayoría, liderizada por Henry Ramos Allup y por Julio Borges, como por la bancada de los partidarios del gobierno liderizada por el diputado Héctor Rodríguez y por el diputado Earle Herrera.
¡Qué buena noticia! Que mensaje tan positivo. Qué servicio tan importante y tan trascendente le habría prestado el Papa Francisco a nuestro país, si como consecuencia de su mensaje, nuestros líderes, tanto del gobierno como de la oposición, entienden que debemos trabajar, todos juntos, por el Bien Común, “buscando formas de diálogo y colaboración entre todos”.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
@efernandezve
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