EDUARDO FERNANDEZ
No queremos más derramamiento de sangre venezolana. No queremos más violencia ni más confrontación. Queremos que se pongan por delante los intereses superiores de Venezuela. No hay un don más preciado que la paz. Como lo dije en mi artículo de la semana pasada y lo reitero ahora, Venezuela tiene una agenda en que las palabras claves son cambio, democracia, justicia, paz, reactivación económica, solución de los problemas de desabastecimiento y de inflación y promoción de un ambiente de armonía y de entendimiento para que los venezolanos podamos vivir mejor.
Otros países lo pudieron lograr. Del Chile de Pinochet se pasó a la democracia, progresivamente, con inteligencia y patriotismo.
De la situación de África del Sur, sometida al terrible régimen del “apartheid” y la humillación de la población negra, mayoritaria en ese país, se pasó a un régimen democrático con la admirable demostración de inteligencia y patriotismo que dio ese gran líder que fue Nelson Mandela.
De la dictadura comunista que prevaleció en los países que vivían detrás de la Cortina de Hierro se pudo evolucionar a regímenes democráticos con inteligencia y con patriotismo.
De la larga dictadura de Francisco Franco en España, después de la muerte del caudillo se pudo recorrer un admirable proceso de transición gracias a la inteligencia y al patriotismo de líderes como el rey Juan Carlos y Adolfo Suárez, del lado del gobierno, y líderes como Felipe González y Santiago Carrillo del lado de la oposición.
En esta hora dramática que vive Venezuela tenemos derecho a apelar a la inteligencia y al patriotismo de los líderes de nuestro país.
La principal responsabilidad, por supuesto, la tiene el Gobierno nacional y el sector dirigente del oficialismo. Fueron ellos los que imprimieron, desde el primer día, la dialéctica de la confrontación. Fueron ellos los que resolvieron dividir a los venezolanos entre buenos y malos hijos de la patria de acuerdo a si se apoyaba o no al proyecto llamado “revolucionario” que se pretendió imponer al país.
Son ellos los que deben tomar conciencia y facilitar fórmulas de transición que permitan el reencuentro, rescatar la democracia, recuperar la maltratada economía y resolver los gravísimos problemas que afectan a la inmensa mayoría de la población. Venezuela reclama, hoy más que nunca, inteligencia y patriotismo.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
@EFernandezVE
Otros países lo pudieron lograr. Del Chile de Pinochet se pasó a la democracia, progresivamente, con inteligencia y patriotismo.
De la situación de África del Sur, sometida al terrible régimen del “apartheid” y la humillación de la población negra, mayoritaria en ese país, se pasó a un régimen democrático con la admirable demostración de inteligencia y patriotismo que dio ese gran líder que fue Nelson Mandela.
De la dictadura comunista que prevaleció en los países que vivían detrás de la Cortina de Hierro se pudo evolucionar a regímenes democráticos con inteligencia y con patriotismo.
De la larga dictadura de Francisco Franco en España, después de la muerte del caudillo se pudo recorrer un admirable proceso de transición gracias a la inteligencia y al patriotismo de líderes como el rey Juan Carlos y Adolfo Suárez, del lado del gobierno, y líderes como Felipe González y Santiago Carrillo del lado de la oposición.
En esta hora dramática que vive Venezuela tenemos derecho a apelar a la inteligencia y al patriotismo de los líderes de nuestro país.
La principal responsabilidad, por supuesto, la tiene el Gobierno nacional y el sector dirigente del oficialismo. Fueron ellos los que imprimieron, desde el primer día, la dialéctica de la confrontación. Fueron ellos los que resolvieron dividir a los venezolanos entre buenos y malos hijos de la patria de acuerdo a si se apoyaba o no al proyecto llamado “revolucionario” que se pretendió imponer al país.
Son ellos los que deben tomar conciencia y facilitar fórmulas de transición que permitan el reencuentro, rescatar la democracia, recuperar la maltratada economía y resolver los gravísimos problemas que afectan a la inmensa mayoría de la población. Venezuela reclama, hoy más que nunca, inteligencia y patriotismo.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
@EFernandezVE
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