Eduardo Fernández
El Presidente de la República ha presentado un proyecto para decretar la emergencia económica. Habrá que estudiarlo. Junto con la emergencia económica, hay que considerar la emergencia política que está viviendo Venezuela.
El país está atravesando una crisis grave, y el Gobierno no tiene fuerza suficiente para enfrentar con sus solos recursos la magnitud de esa crisis.
Tampoco existe una alternativa que esté preparada para enfrentar, con sus solos recursos, la crisis nacional.
Estamos mal, muy mal. Y la perspectiva es que vamos a estar peor. El mundo está en una situación económica mala. América Latina está en vísperas de un año sin crecimiento económico. La población crece pero la economía no, lo que significa que los pueblos de América Latina nos estamos empobreciendo, con Venezuela a la cabeza.
Pero la situación de Venezuela es todavía más grave. Nunca se pudo lograr que Venezuela construyera una economía diversificada. Nos empeñamos en vivir exclusivamente de la renta petrolera. Cuando los precios del petróleo subían en los mercados internacionales estábamos felices, pero cuando los precios bajan nos encontramos impreparados.
Lo que está ocurriendo hoy era previsible. Durante los años de las vacas gordas no solo no fuimos capaces de ahorrar para cuando viniera el tiempo de las vacas flacas, es que encima nos endeudamos temerariamente y gastamos la plata que todavía no nos ha ingresado. Es decir, gastamos plata de las futuras generaciones.
La situación es muy grave. El Estado, es decir, el Gobierno, no tiene cómo financiar el gasto público presupuestado. Eso significa hambre, desabastecimiento creciente, colas interminables, inseguridad, delincuencia, deterioro de la calidad de la vida y un largo etcétera que todos conocemos.
Junto con una emergencia económica hace falta decretar una emergencia política. Hace falta un gobierno de emergencia, un gobierno que cuente con el apoyo de los partidos que apoyan al Gobierno y que cuente también con el respaldo de los partidos de oposición. Un Gobierno comprometido a tomar las decisiones que se requieren para superar la crisis y para enderezar al país. Un Gobierno que cuente con el apoyo de la Fuerza Armada y de los factores de la producción, empresarios y trabajadores, que tenga el apoyo de la Iglesia y del mundo académico. Un Gobierno que logre una tregua en el debate político y procure concentrar la atención de todo el país en la superación de la crisis.
El país está atravesando una crisis grave, y el Gobierno no tiene fuerza suficiente para enfrentar con sus solos recursos la magnitud de esa crisis.
Tampoco existe una alternativa que esté preparada para enfrentar, con sus solos recursos, la crisis nacional.
Estamos mal, muy mal. Y la perspectiva es que vamos a estar peor. El mundo está en una situación económica mala. América Latina está en vísperas de un año sin crecimiento económico. La población crece pero la economía no, lo que significa que los pueblos de América Latina nos estamos empobreciendo, con Venezuela a la cabeza.
Pero la situación de Venezuela es todavía más grave. Nunca se pudo lograr que Venezuela construyera una economía diversificada. Nos empeñamos en vivir exclusivamente de la renta petrolera. Cuando los precios del petróleo subían en los mercados internacionales estábamos felices, pero cuando los precios bajan nos encontramos impreparados.
Lo que está ocurriendo hoy era previsible. Durante los años de las vacas gordas no solo no fuimos capaces de ahorrar para cuando viniera el tiempo de las vacas flacas, es que encima nos endeudamos temerariamente y gastamos la plata que todavía no nos ha ingresado. Es decir, gastamos plata de las futuras generaciones.
La situación es muy grave. El Estado, es decir, el Gobierno, no tiene cómo financiar el gasto público presupuestado. Eso significa hambre, desabastecimiento creciente, colas interminables, inseguridad, delincuencia, deterioro de la calidad de la vida y un largo etcétera que todos conocemos.
Junto con una emergencia económica hace falta decretar una emergencia política. Hace falta un gobierno de emergencia, un gobierno que cuente con el apoyo de los partidos que apoyan al Gobierno y que cuente también con el respaldo de los partidos de oposición. Un Gobierno comprometido a tomar las decisiones que se requieren para superar la crisis y para enderezar al país. Un Gobierno que cuente con el apoyo de la Fuerza Armada y de los factores de la producción, empresarios y trabajadores, que tenga el apoyo de la Iglesia y del mundo académico. Un Gobierno que logre una tregua en el debate político y procure concentrar la atención de todo el país en la superación de la crisis.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
@EFernandezVE
Eduardo Fernández
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