SANDRO POZZI
EL PAÍS
El incremento de precios que los consumidores venezolanos sufrieron el año pasado va a quedarse pequeño comparado con el que proyecta el Fondo Monetario Internacional para 2016. El organismo anticipa que la inflación llegará al 720% este ejercicio, frente al 275% que se vivió en 2015. Los desequilibrios que sufre la economía de Venezuela son “considerables” y las distorsiones internas se ven potenciadas por el desplome en el precio del petróleo.
El FMI desarrolló este viernes las previsiones que presentó el pasado martes para América Latina. El contexto, indicó Alejandro Werner, es complejo porque la economía mundial sigue “luchando” por afianzarse y eso provocará, combinado con las tensiones en el mercado de la energía, las divisas y la incertidumbre sobre la economía china, que el conjunto de la región se contraiga un 0,3%.
Venezuela es la que va a sufrir el mayor ajuste, con una contracción que se proyecta del 8% para este 2016. “No vemos que vaya a haber una corrección en el camino”, lamentó Werner. El dato de inflación que presentó contrasta con las cifras que está dando Caracas, que la semana pasado indicó que los precios subieron un 141,5% el pasado año. “Los precios siguen trepando fuera de control”, advirtió.
La tasa del 275% de inflación está considerada un récord mundial por el FMI. La falta de divisas, explicó, Werner, está redundando en una escasez de bienes intermedios y provocando un desabastecimiento generalizado de bienes esenciales, incluidos los alimentos, que “acarrean consecuencias trágicas”. A esto se le suma le suma la política de su banco central, que está desplomando el valor del bolívar.
El impacto del petróleo
El ciclo pernicioso en el que está atrapado Venezuela se está viendo agravado por el descenso de precios del petróleo. La contracción acumulada del producto interior bruto entre 2015 y 2016 va a ser la tercera mayor a escala mundial. Los analistas de Wall Street temen que el país no esté en condiciones de generar el efectivo suficiente para pagar sus deudas y financiar sus importaciones.
La fuerte recesión en Venezuela, junto a la Brasil, Argentina y Ecuador, está haciendo de lastre en toda la región. Hasta el punto de que va a encadenar dos años de contracción, una situación que no se veía desde la crisis de la deuda 1982 y 1983, que desencadenó lo que se bautizó como la “década perdida”. Werner anticipa que el ajuste será “difícil, aunque menos traumático”.
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