ALFREDO MEZA / EWALD SCHARFENBERG
EL PAÍS
El chavismo prometió en 1999 que barrería de la faz de la política venezolana a Acción Democrática, el partido donde milita el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup (Valencia, Venezuela, 1943), y a sus más conocidos dirigentes. No cumplieron. Al Parlamento ha vuelto un orador elocuente y provocador, el perfecto adversario para el régimen. “Mi caja de velocidad no tiene reversa. Siempre voy hacia adelante”, dice.
Pregunta. A juicio del chavismo, usted ha tenido una actitud provocadora fuera del hemiciclo, sobre todo cuando se grabó esta iniciativa suya de descolgar las imágenes del expresidente Hugo Chávez y Simón Bolívar en el Palacio Legislativo. Para empezar, ¿por qué se dejó grabar en vídeo?
Respuesta. Me grabaron y ya.
P. ¿Pero era consciente de que le estaban grabando?
R. No. Pero si hubiera estado consciente, hubiera sido igual. Por cierto: le recomendaría al Gobierno, que quiere hacer de esto una guerra, que constate el enorme respaldo que dentro y fuera de las redes tuvo no solo el vídeo, sino las palabrotas que dije cuando salieron de aquí retratos que nunca debieron estar. Porque el abuso no fue sacarlos, el abuso fue meterlos. Ojalá hubieran grabado el contento grandísimo de los trabajadores que los descolgaron. Entonces, ¿por qué nosotros ahora vamos a calarnos el retrato indeseable de Chávez? Si ellos tienen devoción por Chávez, pues, que le prendan velas. En lo que se refiere al retrato de Bolívar, ese es un retrato que ellos mandaron hacer porque quisieron cambiarlo todo. Cambiaron la bandera, cambiaron el escudo, cambiaron la moneda. Y quisieron también cambiar el rostro de Bolívar, que no se corresponde con todos los retratos históricos, indubitables, del Libertador, y que él mismo reconoció como parecidos a él. Por ejemplo, el célebre retrato de Gil de Castro de 1826. El propio Libertador escribió al dorso de ese cuadro: “De todos los retratos que me han hecho, este es el que más se parece a mí”. Pero entonces ahora resulta que, con una imagen hecha mucho después, no sé con cuál técnica, pretenden que sustituya a la imagen histórica. Mientras yo sea presidente de esta Cámara, el retrato que va a estar aquí es el retrato que el Libertador dijo que se parecía más a él, ningún otro. Si eso trae como consecuencia una guerra mundial, que venga.
P. Hablando de pasado y presente, habrá que admitir que hay sectores no solo del oficialismo sino de la oposición que ven en su vuelta a la Asamblea Nacional y al primer plano informativo una verdadera imagen de restitución de la vieja política. ¿Qué tanto se percibe usted así?
R. El pasado no se devuelve; el pasado ya pasó. Del pasado proviene la experiencia: tú conservas lo bueno y desechas lo malo. Hoy, ellos son el pasado. El cambio no es un rostro, el cambio es una actitud. Tú cambias o construyes el presente. Y este presente es el que vamos a cambiar. Nosotros no medimos a la gente cronológicamente, la medimos por su capacidad. Que el Gobierno siga utilizando ese argumento estulto que, en todo caso, a mí me hacen un gran favor. Porque si un septuagenario como yo, que de algo vale el kilometraje, es capaz de derrotar solito a esa cauda de treintones ineptos, entonces yo gané.
P. ¿En qué medida está usted enmarcado en la disciplina de la Mesa de la Unidad Democrática [coalición opositora]? Sus expresiones ante los medios, su gestión, su decisión de retirar los retratos de Chávez, ¿son iniciativas acordadas previamente en la alianza?
R. Unas sí y otras no. En la MUD nunca debatimos el hecho de dejar o no los retratos, y la decisión de sacarlos no fue de la MUD. Pero como nosotros estamos enmarcados por una línea gruesa que es institucional, entonces yo procedo institucionalmente.
P. Esa decisión de buscar una forma de destituir al presidente de la República dentro de los próximos seis meses, ¿podría chocar de alguna manera con la propuesta del presidente Maduro de introducir el próximo martes un decreto de Emergencia Económica?
R. No, ¿por qué? Que traigan ellos su propuesta y la discutiremos. Ahora, si la emergencia económica del Gobierno es parecida o idéntica a lo que ha ocurrido en la economía durante estos últimos 17 años, daremos nuestros argumentos y contrastaremos los resultados eventuales de esa propuesta con la propuesta nuestra en materia económica. No nos adelantemos al debate. Yo lo que quiero significar es lo siguiente: la crisis económica y social es consecuencia de una decisión política, un modelo político pétreo, inmodificable, dogmático, comprobadamente fracasado; fracasó en Cuba, en la Unión Soviética y Europa Oriental.
P. El escenario de conflicto de poderes que se está configurando entre la Asamblea y el Tribunal Supremo y el Poder Ejecutivo, en vez de mejorar, agudiza la crisis económica que usted dice querer atender. ¿Hay conciencia de ello?
R. Que no se entienda lo que está pasando como algo personal. Cierto que no podemos evadir una confrontación que no hemos planteado nosotros. Ellos presentaron una denuncia por desacato contra nosotros porque quieren neutralizar los poderes de una Asamblea que derivan de una elección popular contundente. ¿Vamos a dejarlo así o vamos a afrontarlo? Eso no lo podemos permitir. Frente a eso hay que actuar.
P. Pero esa confrontación paralizará el Estado mientras la crisis económica se agrava.
R. ¿Qué hacemos? Son argumento de que este debate paraliza al país ¿No nos defendemos? ¿Esperamos a que nos ejecuten? Pero es que además lo que tiene paralizado al país no es este rifirrafe entre la Asamblea Nacional y el Ejecutivo, sino una economía ruinosa que ya lleva 17 años acabando con Venezuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario