EDUARDO FERNANDEZ
La semana pasada, hablamos de Polonia y de cómo una dictadura comunista pudo evolucionar hacia una democracia a través de un proceso pacífico y consensuado.
Hoy quiero referirme a Chile, un país en el que se produjo el tránsito de una dictadura militar a una democracia exitosa por una vía pacífica e inteligente.
Todo comenzó con la elección de Salvador Allende, con el voto de apenas una tercera parte del electorado chileno, en septiembre de 1970. El gobierno socialista de Allende fue un desastre parecido a lo que hemos sufrido en Venezuela en los últimos años, solo que aquel duró apenas tres.
En 1973, las Fuerzas Armadas chilenas encabezadas por el general Augusto Pinochet dan un golpe de Estado y asumen el poder. Se inicia una dictadura que va a durar 17 años.
En enero de 1976, a instancias del cardenal Raúl Silva Henríquez, arzobispo de Santiago, la Iglesia católica establece la Vicaria de la Solidaridad para defender los derechos humanos de los chilenos.
En agosto de 1983 se constituye la Alianza Democrática, integrada por un amplio abanico de partidos políticos.
En agosto de 1985, 11 partidos firman el Acuerdo Nacional para la transición a la plena democracia, una estrategia respaldada por la Iglesia católica para adelantar reformas políticas con la participación del régimen.
En septiembre de 1986, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, brazo armado del partido comunista chileno, intenta asesinar a Pinochet. Ese ataque ahonda la discusión en la oposición acerca del uso de la violencia como vía para derrotar la dictadura. Prevalece la tesis de que el cambio debe ser pacífico y negociado.
En diciembre de 1989 se celebran elecciones generales libres. La concentración de Partidos por la Democracia obtiene la mayoría y Patricio Aylwin es elegido presidente de Chile.
En enero de 1988, la oposición había decidido participar en el referéndum, convocado por el Gobierno, para pronunciarse acerca de la permanencia de Pinochet al frente del gobierno. Los votantes rechazan prolongar el mandato del dictador en una votación que gana la oposición 56% a 44%. Pinochet seguirá siendo comandante del Ejército durante ocho años más y luego pasará a ocupar el cargo de senador vitalicio.
Tuve la suerte de asistir como invitado especial a la toma de posesión del nuevo presidente democrático, don Patricio Aylwin Azócar.
En abril de 1990, el presidente Aylwin convoca la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación para tratar el tema de los abusos contra los derechos humanos cometidos durante el régimen de Pinochet.
Hubo inteligencia, patriotismo, y compromiso con la democracia. No hubo impunidad y prevaleció la justicia transicional.
Los chilenos también pudieron. Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
@EFernandezVE
No hay comentarios:
Publicar un comentario