EWALD SCHARFENBERG
EL PAÍS
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Ya lo había advertido la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz: de regresar a Venezuela, el excandidato presidencial de oposición, exgobernador del estado de Zulia y exalcalde de Maracaibo, Manuel Rosales, sería detenido. Dicho y hecho: la tarde de este jueves, funcionarios de la policía política, Sebin, y del Ministerio Público arrestaron a Rosales cuando llegaba en un vuelo procedente de la isla de Aruba al aeropuerto internacional La Chinita de Maracaibo (al noroeste de Venezuela).
Rosales vivía en el exilio desde 2009. Entonces se fue a Perú, que le concedió asilo político. La Fiscalía lo acusó en marzo de ese año de actos de corrupción y enriquecimiento ilícito durante su gestión entre 2000 y 2008 como gobernador del estado de Zulia, el más poblado y rico del país, junto al tramo septentrional de la frontera con Colombia.
En 2006 Rosales, líder del partido socialdemócrata Un Nuevo Tiempo (UNT), se separó de la gobernación para presentarse como candidato opositor a la Presidencia de la República frente a Hugo Chávez, que entonces buscaba su primera reelección.
Tras su derrota en esos comicios, Rosales empezó a ser blanco de señalamientos de corrupción que formulaban en su contra portavoces y medios oficialistas. Un informe de la Contraloría General de la República de julio de 2007 le culpó de diversas irregularidades administrativas y signos de enriquecimiento ilícito, derivados del análisis de las declaraciones de patrimonio personal suscritas por el funcionario entre 2002 y 2004. En diciembre de 2008 se le imputó formalmente.
El dirigente opositor, que atribuyó motivaciones políticas a las acusaciones, marchó al exilio. Después de pasar algunos años en Perú, se instaló en Panamá, donde posee bienes inmuebles.
Su extrañamiento hizo mella en el liderazgo personal de Rosales y el de su propio partido, UNT, ambos condenados en apariencia a ser irrelevantes en el conflicto político venezolano. Finalmente, el pasado 8 de octubre dio a conocer, a través de una grabación difundida entre sus seguidores, que se disponía a volver a Venezuela el día 15. “Desde lejos veo a mi pueblo humillado”, decía en la alocución, seguida en directo por miles de sus partidarios concentrados entonces en Maracaibo, bastión electoral de Rosales y ciudad de la que es alcalde su esposa, Eveling Trejo de Rosales.
Rosales hoy se proponía, a su llegada, acudir a la Basílica de la Virgen de Chiquinquirá —patrona del Zulia y una de las advocaciones marianas más populares del país— para, luego, encontrarse con los militantes y simpatizantes de UNT en una manifestación pública en la avenida 72 de Maracaibo.
Sin embargo, 15 agentes de policía lo esperaban en el aeropuerto para aprehenderlo. Rosales será trasladado a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) en Caracas para presentarlo ante el Tribunal 19 de Control del Área Metropolitana, donde reposa el expediente de su caso.De acuerdo con diversos testigos, durante la operación de captura de Rosales los agentes de policía se incautaron de los teléfonos celulares de los presentes que podían haber grabado con sus cámaras la detección. También retuvieron los equipos de los reporteros de CNN en Español y el canal colombiano NTN24 que se encontraban en el lugar.
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